6- Ofrenda

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Una semana había pasado desde que el alfa y el omega se habían juntado a comer y todo había resultado en una situación que había aclarado ciertas cuestiones que llegaron a comprender con mente fría, más que todo el omega que se había dado cuenta que de haberse besado con Namjoon no habría sufrido de arrepentimiento, había algo que no sabía explicar con respecto a sus sentimientos prematuros por el alfa, quería conocerlo más pero al mismo tiempo no, ya estaba sintiendo la necesidad de estar constantemente con el alfa.

En la semana que había pasado los dos no se habían encontrado personalmente por las responsabilidades de sus vidas cotidianas, pero se habían mensajeado y de vez en cuando se hablaban por llamada, no era la gran cosa pero cada vez se sentían más cercanos. En el día actual, Seokjin le había explicado a Namjoon que iría a comprar cosas que le faltaban a su hogar que también era dónde atendía un tareas dirigidas para niños que comprendían la edad de siete a diez años, le gustaba enseñar y disciplinar, además que la paga era buena, a Seokjin no le gustaba fanfarronear pero era muy recomendado entre los padres, sus hijos salían de sus clases con ganas de volver y más organizados.

Le hacía falta comida y ciertos ingredientes para preparar dulces saludables para los niños que tenía bajo su tutela, había hecho una lista y con dicho papel entró al supermercado, no estaba tan abarrotado así que supuso que sería una compra rápida. El rubio agarró un carrito para colocar los productos y empezó a buscar entre los pasillos dándose cuenta que estaban prácticamente vacíos de gente, un milagro que no iba a desaprovechar.

El carrito fué llenándose poco a poco de los productos que buscaba, todo transcurría de forma tranquila mientras caminaba por el supermercado. Estaba parado frente a un estante cuándo sintió el golpe que sufrió su carrito, alguien lo había chocado y casi estaba a punto de tirar los productos del estante si no fuera porque Seokjin había reaccionado rápido y había agarrado con fuerza para que no saliera impulsado, volteó con furia para decirle sus verdades al irresponsable del choque pero su ira se aplacó al ver quién era: un alfa de pelo marrón y con coleta le devolvía la mirada apenada y con remordimiento, Namjoon era un caso.

—¿Nam? —pregunto el omega con sorpresa.

—¡Hola! —habló apenado el alfa, su idea de sorprender al omega se había salido de las manos —Disculpa, yo... En serio no fué mi intención, sólo te ví y...

—Tranquilo —el rubio intentó calmar el rápido hablar del alfa.

—En serio, perdón.

Seokjin sonrió ante la mirada tan tierna de arrepentimiento que cargaba el alfa, casi que quiso acercarse para restregarse y calmar la pena de Namjoon con sus feromonas, pero se contuvo y solo soltó un poco de sus feromonas.

—Esta bien, no fué tú culpa —dijo con una sonrisa —¿Quieres que sigamos las compras juntos?

—Ah, yo... —tartamudeo el alfa —En realidad vine por otra cosa además de compras.

El omega lo miró expectante, pudo notar que Namjoon estaba nervioso pero le parecía muy adorable. El alfa llevó su mano a su bolsillo y de allí sacó algo que Seokjin no pudo notar bien.

—Quiero hacer las cosas bien entre nosotros —empezó el alfa y el omega pudo sentir su corazón palpitar a mil —No te voy a pedir que te enlaces conmigo, será bajo tus condiciones, pero... Me gustaría empezar a cortejarte, para que puedas ver si te convengo o no.

Aquellas palabras no le dió tiempo procesar a Seokjin cuando vió cómo Namjoon llevaba a su vista un collar que de dije tenía un anillo de madera pulida finamente, con suma delicadeza lo agarró para notar los detalles, tenía uvas que eran bañadas por lluvia en la tierra, los detalles eran tan delicados y tan bien hechos que quedó impresionado por tanta perfección en la obra que era ese anillo.

—No es mucho, pero si decides ser mi omega te prometo que te daré algo mejor...

—Pero si ésto es perfecto... —habló sin pensar el omega.

Aquello dejo contento al alfa que había dedicado varias de sus horas de sueño al anillo.

—Quiero decir, no tengo problema en aceptarlo, es... Un buen inicio... —tartamudeo el omega.

El alfa tenía una sonrisa bobalicona en su rostro que no se le podría quitar nadie, así cómo la última vez que se vieron agarró una de las manos del omega, la llevó a la altura de su cara y le depositó un beso.

—Gracias —la sonrisa del alfa había cautivado a Seokjin, le estaba gustando hacer feliz a Namjoon —¿Me ayudas con mis compras?

El omega asintió encantado, se puso de una vez el collar y lo dejó a la vista en su pecho con playera blanca, le estaba emocionando ésto que estuviera naciendo entre Namjoon y él, ya empezaba a sentir que el alfa era hogar.



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