one shot.

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Por siempre.

 •Seis Años•

El pequeño Harry se revolvió inquieto en su cama nueva, extrañaba dormir en la cuna y estar protegido por barrotes coloreados, aunque ya estaba demasiado grande para seguir en su tranquila cuna.

Harry, de tan solo seis años recién cumplidos, abrió los ojos aterrado observando a su alrededor la noche oscura: sombras tenebrosas, madera crujiendo como si alguien las pisara, algo que se caía, TODO asustaba a Harry.

 — ¿Patch? —comenzó a lloriquear el niño de rulos. La puerta se abrió despacio y Harry sintió un frio recorrer su pequeña espalda. Tapó su rostro y su cuerpo hasta arriba con la manta de ositos que aún conservaba y se abrazó a su peluche de jirafa que su padre, Greg, le había regalado antes de irse de casa para siempre. La cama se hundió del lado izquierdo y el pequeño comenzó a llorar.

— ¿Hazz? ¿Por qué lloras? —la voz de Patch, de diez años, irrumpió en el frio silencio y entonces Harry se destapó entero de golpe, observando al mayor sentado a su lado con una sonrisa ladeada.

 — ¿Estas molesto conmigo, Patch? —preguntó el pequeño Harry limpiándose la nariz obstruida con su pijama de gatitos.

—No, Hazz ¿Por qué habría de estarlo? Eres mi persona favorita en el mundo… Patch se acercó a Harry y besó su frente con dulzura, como un buen hermano mayor haría para calmar a su pequeño hermanito asustado. Pero claro, Patch no era su hermano mayor, sino su hermanastro. Pronto, Harry le hizo espacio a Patch en su cama grande, el mayor se acomodó bien y agarro la mano del niñito de ojos verdes sonriendo con ternura.

 —Buenas noches, Hazz —susurró cerrando sus ojos.

—Buenas noches, Pat —respondió el otro sabiéndose de memoria los diálogos.

—Te quiero, malcriado —Patch sonrió agarrando fuerte la mano de Harry.

—Te quiero, bobo —el niño lo imitó y se fueron quedándose profundamente dormidos.

 Dos pequeños ángeles durmieron aquella noche, por fin tranquilos, mientras Ann observaba enternecida la escena desde la puerta, al fin cerrándola y sonriendo con firmeza. Harry y Patch, a pesar de no tener vínculo de sangre, estarían siempre juntos. Confiaba en que Patch, el hijo de Gordon, su nuevo marido y mejor amigo, siempre cuidaría de su pequeño Harry.

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