.•°un regaló de corazón (parte 2)°•.

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Este capítulo es dedicado algunas personas muy especiales para mi :

CoconaniAzul : tu eres la persona mas sabía, cariñosa y amable que he conocido en toda mi existencia ;) . Amo tus historias, absolutamente todo de ellas, las haces con mucho amor y tus palabras me llegan al corazón.

Soygelda2009 : tú fuiste la primera que comenzó a apoyarme en mis anteriores historias.
Aun yo teniendo varios errores al escribir seguíste conmigo en todo momento. Mil gracias :')

Angelhdzleon69 : tu eres alguien muy amable y que siempre me apoyaste en todo momento, aunque estaba deprimida igualmente me apoyaste :) millones de gracias. Adoro leer tus historias.

Chappy-chan : tu fuiste mi ídolo :') . Y hasta ahora lo sigues siendo.
Comenze a escribir, por qué amaba tus historias y me alegro leer cada una de ellas, aquí y en fanfiction.
Si no mal recuerdo creo que el 11 de abril era tu cumpleaños ¿No?
Espero que la hayas pasado muy lindo ese día.

Muchas gracias por todo, les agradezco demasíado, este capítulo es para ustedes. Ya se que es muy poco y ustedes merecen más, pero lo hize con mucho cariño ;)

°•°•°•°•°•°•°•°

Genero: Románce

Rating: T

Pareja Secundaria: (ninguna)

Advertencia: Sangre, Two-shot.

Tu amor es el mejor regalo que podrías darme.


Zeldris vio como el líquido carmesí bajaba por su pecho, observo a la princesa y no pudo entender el como de su dulce rostro desendian lágrimas sinceras, lágrimas para el ... acaso era por el.

«que pas-»no pudo evitar el fuerte dolor que se acumuló en su pecho, pero no aquel dolor que estába recibiendo de la espada, si no un dolor tan fuerte como ver a la princesa aún llorando con las manos temblorosas apenas rozando la espada clavada .

—P-perdon —murmuro gelda, retiró la espada, ensangrentada y lo vio a los ojos.

—que estas —de pronto todo se volvió negro para el y pensó que estaba muriendo, pero no, por fin vio con claridad una pequeña luz, y despertó.

Zeldris se levanto exausto de la cama, sudando y con la respiración agitada «que diablos había pasado, acaso todo era un sueño» observo sus alrededores con cautela, estaba en su habitación, no había pruebas de que la princesa Gelda estuviera ahí, entonces nada de eso había pasado.
Se derrumbó en la cama de nuevo y sus ojos miraron el techo «todo era un sueño». No pudo evitar sonrrojarse por la cosas que había estado soñando, sus manos en ella, sus lindas caricias, sus besos y su dulce toqué.

Desde su cama, miro hacia el balcón , la luz de la luna era lo único que iluminaba esa habitación, tal vez era esa luz, sólo era eso.
Suspiró agotado, nunca había pensado esto, jamás habría imaginado a una mujer sobre el. Zeldris admitía tener atrracion por algunas mujeres hermosas, pero cuando vio a Gelda eso no fue lo que realmente quería encontrar, ella le mostro algo mucho mejor, el verdadero amor, le encantaba como era ella, su actitud hacia el y los mágicos sentimientos que experimentaba cuando le sonreía.

La primera ves que la vio, sabía con seguridad que la había visto antes, al sentir como sus corazones latian con anticipación y sus ojos mostraron más aya de la belleza que irradiaban.

—Gelda —suspiro, luego levantó sus manos y las miró. Aquellas manos que la tocaron, y sintieron.

—Me parezco a Estarrossa —recordo a su otro hermano, el era un pervertido sin remedió y zeldris sabía con seguridad que tan solo al pensar en aquellas fantasías con la princesa.
Lo hacía igual a el. Con esos pensamientos recostó sus brazos en la cama y se cubrió con la manta, mañana era otro día, sonrrio disimuladamente por qué se había equivocado, mañana no solo era otro día, era un día especial y el se encargaría de eso.

Antes de cerrar sus ojos, pensó en unas palabras tan hermosas que fueron la unicas que recordó en su corazón, pero también la mas frías que no olvidó.

"Lo que una vez se perdio nunca volverá"

°•°•°•°•°•°•°•°

Zeldris se sintió emocionado, sin embargo no abandonaba su habitual rostro serio, que para sus hermanos era un poco gracioso eso.

Hoy era el cumpleaños de Gelda y su traicionera imaginación no dejaba de recordaselo. Se imaginaba, mil y una cosas que podrían realizar.

Lamentablemente el nunca festejo su cumpleaños, sinceramente no sabía porque se preocupaba tanto por el de ella, si el jamás había festejado el suyo.

Cuando se agacho para asomarse hacia la sala de trono, no había nadie sólo el rey y sus respectivos sirvientes. Y no se observaba a la princesa por ningún lado, sin embargo pensó que estaría en su habitación, como habitualmente todas las tardes.
Se tranquilizo por un momento y comenzó a imagínarse un regaló para ella, un regalo tan único que solo su amor podría darle. Zeldris se sintió avergonzado, que pensaría ella si lo viera entregándole un regalo, pensaría otra cosa o pensaría su verdadero sentir. Se angustio por el momento, cuánto quería escuchar un te amo, sólo proveniente de ella, cuánto quisiera que ella lo amara, que lo amara y que sintiera el mismo amor que inundaba su corazón en este momento. Temia perderla o que la guerra se la quitara.
El sábia que ella no podría ser suya, nunca lo sería, pero anhelaba eso desde el fondo de su corazón.

Para el, el amor solo era un dulce destino, para un sangriento camino.

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Gelda se encontraba peinado sus cabellos rubios con delicadeza, miraba al espejo con aquellos ojos fríos como siempre solían estár.

Su mirada se desvío hacia su balcón, se levanto del asiento y se dirigió ahí. Apoyo sus brazos en la baranda con cuidado y observo el atardecer con una mirada tan dulce, que podría enamorar a cualquier hombre que estuviera a su lado, sus ojos se suavizaron por completo viendo el sol brillando en el cielo. Pero esos años de soledad no bastaban con eso.

Todos los días terminando así, su vida era demasiado aburrida, ya no era como antes cuando sólo era una inocente y dulce niña. Ahora por fin entendió todos esos años en soledad, no tenían sentido alguno, era como vivir sin corazón ... era como vivir sin razón.

Su ojos observaron el firmamento, la brisa removió sus hebras plateadas que caían en su rostro, ella le entrego a la vida una sonrisa torcida, una forzada por aquellos seres que la criaron, su padre y su madre. Por qué debía vivir, que tenía la vida de bueno para seguír parada contemplando la luna que ahora mismo aparecia en el firmamento.

Una lágrima bajo por su mejilla, observo como los vampiros iban y venian, hoy era su cumpleaños.
Un hermoso día que disfrutar, un explendido día para otros, pero para ella solo era solo un día, un día más de vida, un día más de la vida que quería exterminar. Ellos solo asesinaban, mataban para vivir, era lo mismo que hacia ella tomar sangre humana para su propia existencia y lo peor que hoy iba tomar una desicion que cambiaria su destino; que pasaría por un camino asqueroso que ni ella quisiera tocar.

Un camino donde tuviera qué ser una esclava para las lujurias de un hombre. Ella no quería ser eso sabia, que la familia de la garra negra vendría y el principe la desposaria mañana en la tarde.

Su corazón ardió cuando su padre le hablo de esa forma, quería destruirlo en ese mismo instante ... pero no lo hizo.

—por que yo ... —cubrio su rostro con sus manos y sus codos se apoyaron en la baranda. Comenzó a llorar y no pudo soportar ese extraño dolor que se acumuló en su pecho y comenzó a dolerle la garganta al intentar detener sus llanto—. P-por que

Derrepente unos toquidos la sorprendieron, y casi al instante limpio su lágrimas con sus mangas y dijo un dulce—.¿Quien es?

—eh ... Princesa Gelda su padre desea verla en este mismo instante —comento unos de sus sirvientes.

—Eh ... C-claro dile a mi padre que ya voy -respondio con una voz temerosa, y comenzó a acomodar su cabello y limpiar sus lágrimas.

—¡Claro! —dijo sin comentar nada más. Gelda escucho sus pasos alejándose y se sentó en su cama. Suspiró y se acerco a un cajón que estaba al lado de la cama y lo abrió.
De ello saco una libro, sonrrio con cariño ante este simple libro. Pero a los ojos de ella era algo más hermoso o más bien eran las palabras que contenía. Sonrrio se relajo en la cama y abrazo con cariño el libro. Era lo único que había guardada desde que era más jóven.

Se levantó y dejo el libro donde lo había encontrado, para luego salir de su habitación. Hoy debian recibir a la garra negra, lamentablemente para ella.

°•°•°•°•°•°•°•°

Zeldris se encontraba emocionado, sus ojos brillaban como nunca antes había visto, tenía el regalo perfecto para ella y cuánto esperaba entregárselo. Sin embargo frunció el seño, cuándo observo como otros vampiros lo miraban con despreció.
Y se enojo cuando miradas asquerosas posaban por Gelda. Cómo quería destruir aquellos seres, como podrían ser tan vulgares con ella debían respetarla y seguían mirandola con esas asquerosas miradas.

Pero ella están hermosa. Zeldris sintio algo raro en su pecho, cuando la vio con ese vestido escarlata y sus labios pintados con un rojo tan fuerte que parecía sangre en ese momento.

Suspiró y se dirigió hacia la otra esquina de la habitación. Recordó para que habia venido, debía reportar cualquier acto de traición por parte de los vampiros, no tenía tiempo para pensar solo en ella.

Igual no podía calmar su enojó, tantos acercándose a ella, y el todavía seguía ahí, sin confesarle lo que siente.

•°•°•°•°•°•°•°•°•

Gelda se escapó sigilosamente de la fiesta, mientras su padre se encontraba conversando con unos de sus amigos e invitados.
Se escapó rápidamente por los pasillos y con cuidado de que nadie no notará su presencia. Se ezcabullo y se fue directo a su habitación, dejo entre abierta la puerta y se sentó en su cama. Del mismo cajón saco el mismo libro .

Fue directo a su balcón y comenzó a leerlo, por alguna razón le encantaba leer cuando la luna estába presente.
Tan distraida estubo que no se percató en el fuerte aire que pasó y su libro cayó de sus manos

—¡N-no no no! —grito, que por suerte callo en las plantas verdes del jardín y no en los charco de barro que se encontraban más haya. No tuvo que mirar dos veces ya que se tiro y con un movimiento cayó suavemente en la suelo, recogio su libro enseguida y comenzó a limpiarlo, por suerte la página no se había roto, pero había una que si y era la más importante y antigua de todas.

—Oh, no,no,no —se trago desesperación, cuando no estaba en ninguna parte a simple vista. Gelda rebuscó con la mirada varias veces y fue cuando comenzó a buscar por todo el jardín en busca de esa página.
Se sentía dolida, por qué había sido tan torpe de leer en el balcon, sabía que en cualquier momento hubiera caído.

—Princesa que hace usted aquí —Gelda casi salta de susto con esa voz y volteo inmediatamente con las esperanzas que no sea un sirviente-. Perdone si la asusté pero que está asiendo.

—Oh, zeldris eres tú qué suerte —el pelinegro se asombro con el simple de hecho que recordara su nombre. Y la confianza en que lo llamo lo hizo sentir un poco extraño.

—Como es que sabe mi nombre —susurro con sopechas, la rubia libero una risilla ante esto y acercó su mano a su mejilla con cariño.

—Zeldris, jamás olvidaria tu nombre, fuiste el único que no se intimido con la mirada de mi padre —libero otra risa al decir lo último y zeldris no podía estar más avergonzado que nunca, sólo desvío la mirada hacia un lado y abrió los ojos ligeramente cuando vio un pedazo de papel atrapado en un arbusto.

—Que es es-

—¡Oh, lo encontraste! —grito Gelda y solo vasto un segundo para terminar recojiendo el papel—. Gracias al cielo está intacto

—¿Que eso? —zeldris se acercó sigilosamente y cuando hiba a tocarlo, Gelda inmediatamente agarró el papel y lo apretó a su pecho con protección.

—Es personal, no creo que debería verlo un ... Demonio —intento ser grosera para que se apartara, pero le dolía serlo con el. No pudo resistir la súplica de sus ojos, y por un momento un destellante recuerdo apareció y tan rápido como vino se disolvió por completo. Luego lo volvió a mirar ese dulce color esmeralda en sus ojos, era ipnotizante. Aun confundida, Gelda volvió a mirar el papel que sostenía en su manos, y lo miro a él y con una mirada tan dulce como observaba la luna cada noche, le sonrió con cariño.

—zeldris quieres acompañarme a leer —el demonio sólo se sorprendió y abrió sus labios ligeramente, con timidez observo los ojos de la princesa y no pudo evitar un tierno sonrrojo al ver los brillantes que estaban. Aun sin responder, agarro suavemente su mano y la guío hacia una pequeño lugar, decorado de muy hermosas flores. Gelda solo se concentro en sonrreir, el era tan tierno y las acciones que realizaba demostraba que su corazón había sido robado.

—¿Y entonces quieres leer? —El Demonio asintió y la princesa lo jalo a su lado para que se recostara junto a ella en la raíz de un árbol.

—Este es mi diario.

—Y-yo no puedo leer eso princesa.

—Tranquilo ... Solo leeré esto. Es un pequeño regalo que alguien me regaló hace tiempo ... Pero solo dejo esta página rellena con sus palabras —sostenio el libro con cuidado, sus manos viajaron hacia el papel arrugado y lo miro por un momento. Zeldris sin saber que hacer recostó su cabeza en su hombro suavemente y la princesa habrio ligeramente sus ojos al sentir un sube suspiro pasando por la curva de su cuello, pero luego curvo sus labios y dejo que el demonio decansara sobre ella. Se sentía tan calido, estar a su lado.

—bueno ... Comenzaré —un poco avergonzada Gelda miro la hoja y comenzó a leerla suvemente.

"Las palabras son hermosas, los sentimientos también, la emociones pasajeras y el amor no lo se"

"El amor que me diste no terminara bien, el destino es una lucha de mal o bien"

—... Lo que una vez se perdio no volverá ...

—... Por eso te daré algo mas fuerte que eso.

Los dos se miraron con asombro y a la vez con nostalgia, sus palabras tocaron lo más profundo del único y sincero amor que sostenían los años de dolor y soledad.

La luz de la luna alumbraba la noche, y el dolor, el sufrimiento y la tristeza de seguir viva, a Gelda por la razón más sincera que tenía, al verlo a los ojos le trajo algo más hermoso que la satisfacción de morir o la alegría de la libertad, algo que ni ella podía entender y sin embargo lo deseaba tanto.

Sus ojos no pudieron dejar el del otro y comenzaron rozando sus narices graciosamente. Gelda agarro su rostro con cariño y comenzó a acercarlo al suyo. El no pudo aguantar su gran sonrrojo por lo que iba a suceder, pero el deseo por ella se acomulaba en su interior y quería tocar sus tentadores labios con los suyos. Se acercaron más.

Y la beso, sus labios saboreando los suyos con amor, y luego un recuerdo paso por su mente, un recuerdo de hace años. Y su pasión creció en un instante deborando sus labios con amor y anhelo.

Un recuerdo tan hermoso del día de su cumpleaños.

¿Que les parecio?

Perdónme si cometí fallas ortográficas y gramaticales o cualquier otra.

Y aquí la pregunta definitiva quieren la continuación.

Yo con gusto haría una continuación, si ustedes lo desean ;) Pero sería para otra semana.

Gracias por los que siguen aqui conmigo, apoyándome en todo momento, los quiero muchooo :')

Me acuerdo que hace unos meses fue cuando apenas comenze mi primer libro y en serio que cometía varias fallas ortográficas en ese entonces. Sin embargo ustedes no les importo eso y me siguieron apoyando como siempre ;)

Ustedes son los que me hacen llorar de felicidad con sus palabras :')

Gracias por todo.

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