New Magic Wand. 📍

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

␥ Aviso: En este One Shot Hanako está en su último año de la U.A. Es decir, tiene 18 años. Es de la promoción de los protagonistas.

␥ Aviso2: Sé que Dabi es mayor y debería de tener más edad, pero para que no quede raro tendrá 22.

␥ Aviso3: Contiene lenguaje soez y relato +18. Si no te gustan este tipo de escrituras, por favor simplemente continúa con otro One Shot. Gracias.


La semana al fin había terminado. Llevaban desde hacía casi un mes con exámenes soporíferos, pruebas de entrenamiento complicadas y tardes de estudio donde hacían de todo menos estudiar. Pero ya había llegado el fin de sus estudios y, podrían ser parte del sistema de héroes y actuar como ellos.

La graduación estaba a la vuelta de la esquina, y todas las muchachas de aquel curso 4A estaban discutiendo sobre los vestidos que llevarían y que ninguna coincidiera en colores. Parecía una cosa estúpida a ojos de Hanako, pues, ¿Qué más daba si un color u otro?

— Vamos Hanako-san, deberías de preocuparte que ninguna lleve tu color. - la muchacha rodó los ojos ante lo que dijo Momo.

— Vosotras elegid colores. Yo me apaño con lo que sea. - les sonrió débilmente, aunque algunas les miraban con los ojos entrecerrados. No por nada en especial, sino por el pasotismo de la misma.

— Si luego te quedas sin tu color favorito, es tu culpa. - señalizó Mina, mostrándole la lengua.

Hizo un gesto con la cabeza, como si le diese la razón, pero en realidad le daba igual. Ella tenía otras cosas metidas en su cabeza. Como por ejemplo lo que pasaría con sus vidas.

Estaba claro que desde que entraron en el primero curso se habían forjado tanto física como mentalmente, pero era diferente seguir las instrucciones de los profesores o héroes asignados a ir por libre. Sabía que conforme saliese de la U.A, no iría ella sola y seguramente acabaría en alguna agencia con más héroes pero aún así, le daba pánico pensar en aquello. También en los amigos que había hecho durante todo esos años y como, de la noche a la mañana, cada uno seguiría su curso en la vida y seguramente se verían pocas veces.

Aunque por fuera parecía serena y poco apática a todos esos sentimientos, por dentro sufría bastante con esos temas. No representaba nunca por fuera cuánto cariño le tenía a Tsuyu, o cuánto admiraba a Midoriya. Ni si quiera quería representar la felicidad que les transmitía todos y cada uno de sus compañeros, y por eso mismo no quería decir sus pensamientos en alto, por qué temía lo que pudiesen decir. No por ellos, por que después de tantos años estarían agradecidos de ver realmente los pensamientos de Hanako, sino por sí misma. Había algo que no le dejaba querer demostrar sus sentimientos a la gente.

— Mira. Tenemos estos colores. ¡No digas que no te avisé! - Ashido colocó su mano en el hombro de la azabache, enseñándole la lista de los colores que habían elegido las féminas. Obviamente el resultado era el que esperaba.

Uraraka había elegido un rosa pálido, Tsuyu un verde oscuro. El de Yaoyorozu era rojo pasión. Mina rosa fucsia. Jiro escogió un morado oscuro y Toru un amarillo pastel.

Todas le miraban expectantes por el color que elegiría. Ella ya sabía que el color que quería nadie lo escogería.

— Azul grisáceo. - espetó sin más, cogiendo el bolígrafo de las manos de su amiga y apuntando su nombre junto al color. Sonrió débilmente, aunque el resto le miraba como si hubiese dicho una barbaridad. — ¿Qué?

Todas negaron con las manos, mientras decían un 'nada, nada'. Rodó los ojos ante la forma de actuar de sus amigas, pero no dijo nada. Simplemente se mantuvo callada, al igual que ellas, aunque en poco tiempo ya comenzaban a seguir hablando sobre los preparativos de aquella ceremonia.

— ¿Y el baile? ¿Cómo será? ¿Tenemos que escoger nuestras parejas de nuestro mismo curso?

— ¿Baile? ¿Parejas? - preguntó Hanako un poco sobresaltada por aquello. Para ella ya era un hito ponerse un vestido, pero bailar encima con alguien, eso sí que no. Más que nada por qué sus planes esa noche eran diferentes.

— Claro Haki. Tenemos que bailar, como en las películas americanas. ¿Algún chico os lo ha propuesto ya? - preguntó Toru mientras miraba a sus compañeras. Algunas se sonrojaban, dando a entender que sí, habían aceptado ir con algún compañero.

— Kaminari me dijo de ir juntos. Así que no pude decir que no. - hablaba Jiro como si nada, a pesar de que todo el curso ya estaba enterado de que ambos se atraían.

— A mi me gustaría proponérselo a Todoroki-kun. Aunque creo qué dirá que no. - Yaoyorozu hablaba en voz baja y con un débil tono de rendimiento. Ella no lo sabía bien, pero creía haber entendido que la muchacha había intentado varías veces tener algo con él, pero siempre se mantenía en su gran montaña helada. — Después iré a preguntarle.

Las presentes le brindaron apoyo a la azabache, para escuchar después como el resto al parecer ya tenían una pareja. Incluso Hagakure había aceptado a Ojiro el ir. Menos Hanako, que como siempre, le importaba muy poco eso.

— Estoy segura de que Sero te lo pedirá. Al doscientos por cien. - Mina se había levantado ya del sitio, pues quería ir cuanto antes a la ciudad a mirar vestidos. Y el resto al parecer también iría.

— Bueno. También puedo bailar sola. No tiene nada de malo.

Las muchachas parecían cada vez que Hanako hablaba, perder el espíritu por aquella fiesta. Pero nada las hundiría, ni si quiera ella con sus comentarios cortantes. Todas, incluida la azabache, irían a la ciudad a mirar en tiendas vestidos que les sirviese para la graduación.

Aquel grupo variopinto salió antes que ella, pues debía de ir primero a por su cartera en su habitación. Fue al trote, pues sabía que no se irían sin ella. Llegó al destino, cogiendo de debajo de su almohada lo que quería y además su teléfono. Aunque, cuando fue a salir, su cuerpo fue frenado por otro. Se llevó la mano a su nariz pues se había dado un buen golpe en el sitio, pero nada preocupante.

— Perdona Hanako. No sabía que ibas a salir. - Shōto Todoroki se encontraba en la puerta, con la mano en alto, como si fuese a llamar a la misma pero no le hubiese dado tiempo. La azabache negó en señal de que no se tenía que preocupar, después de todo había sido ella.

— Está bien. No te preocupes. No esperaba encontrarte ahí. - el de cabellos bicolores asintió mientras le miraba desde arriba. Tenía una estatura media, pero en comparación con ella parecía mucho más alto. — ¿Qué ocurre?

Preguntó torciéndose hacia un lado, reposando su mano en el marco de la puerta. Shōto asintió, recordando a lo que había ido ahí antes de chocarse.

— Os he escuchado antes. Iba a ir a la cocina a comer algo, no era mi intención fisgonear. - Hanako asintió ante la información, pero no dijo nada. Sabía que él era uno de los únicos que no se metía en esos embrollos. — ¿Realmente es tan importante ese baile?

— ¿Quieres mi opinión, o la de ellas? - sonrió débilmente, a lo que el muchacho se relajó un poco y también sonrió de la misma forma. — Creo que no, pero para ellas sí. Ya has oído. No ir con el mismo vestido, tener pareja para la noche. Son cosas sin sentido pero que les preocupa.

Shōto asintió ante las palabras de Hanako. Se cruzó de brazos mientras aún la miraba desde arriba. Era tan serio algunas veces, pero incluso así le veía cierto atractivo. Por eso suponía que a Momo le atraía. Se veía imponente, pero mezclado con una dulzura irresistible cuando sonreía débilmente o reía por alguna tontería. Ella no era ciega y tampoco iba a negar la verdad, él era uno de los chicos más guapos de toda la clase, pero sus orbes rosas ya se habían fijado en otro hombre.

— Entonces, ¿a ti no te importa? - esta negó, sin comprender el punto de la situación. — Había venido para preguntarte si querías ser mi pareja en el baile.

— ¿Eh?

Las mejillas de Hanako, de forma involuntaria, se pusieron casi igual de rojas que la mitad del cabello de Todoroki. Nunca hubiese imaginado que él se lo propusiera de aquella forma que incluso parecía darle ninguna importancia.

— No me interesa estar mucho rato. Y he supuesto que a ti tampoco. Podríamos estar un rato y después irnos. ¿No crees? - esta vez fue él quien se apoyó con su hombro y brazo en el marco de la puerta. No podía creer que le tuviese en esa situación, intentando hablar sin éxito.

— Pero. Shōto-san. Yaoyao es mi amiga y ya sabes qué... - el mayor asintió ante sus palabras, pero no le dejó terminar.

— Lo sé. Pero ya me he negado. Varias veces. No quería herir sus sentimientos, después de todo es una buena amiga, pero no por eso debo de redimirme a proponerte esto.

La muchacha tragó saliva con dificultad. Tenía razón después de todo, pero no quería que la relación con su amiga se fuese al traste. Además de que, si aquel hombre con el que ya había tenido más de un encuentro apasionado se enteraba, no sabía que podría ocurrir. Pero lo dudaba mucho.

— Hablaré con ella. Más tarde te confirmo. Con permiso.

Salió rápidamente de allí, como si le faltase el aire. Sabía que sería un día largo.

Llevaba ya más de una hora junto a sus amigas, comprando y viendo vestidos por doquier que al parecer ninguno se ajustaba a las necesidades de sus compañeras.

Hanako había estado más callada de lo normal, pues su cabeza estaba dando vueltas aún a lo ocurrido. No iba a negar que la oferta de Shōto era buena, pues simplemente estaría un rato y después se irían cada uno a un lugar diferente. Pero no quería molestar ni dañar los sentimientos de su amiga, ya que desde hacía varios años, estaba totalmente enamorada de él.

Además que estaba la parte suya. Llevaba ya varias semanas sin verse con su 'pareja'. Incluso nombrarlo así en sus pensamientos le daba rabia, pues no quería que fuese un término poco realista y que realmente si fuese su novio. Pero se había negado a ponerse ese tipo de etiquetas. Como estaba claro, no tenían manera por la que comunicarse, pues él al ser un villano, no podía tener teléfono propio para no ser localizado.

Aquellas semanas que había durado los exámenes y pruebas lo había echado de menos. Pero ella misma había sido quien le había implorado el no verse, puesto que sabía que si no, no aprobaría. También sabía que él no se pasaría por la graduación y mucho menos por el baile. No podía arriesgarse de aquella manera a ser descubierto solo por ella. Aunque para darle algo de emoción, tal vez ella lo buscaría por la noche en los sitios que más frecuentaban a la hora de encontrarse.

Aunque no negaría que le encantaría, a pesar de no tener ni idea de bailar, hacer el baile con él. Pero dada a la condición totalmente opuesta que tenían ambos, era difícil. ¿Por qué se había tenido que encariñar de un villano?

— Hanako-chan, ¿estás bien? - preguntó Uraraka, sentándose a su lado mientras colocaba su mano en el hombro de esta. Ella asintió, aunque la castaña sabía que no. — Vamos. No tienes por qué mentirme. Puedes decirlo.

Hanako asintió. No sabía cuánto tiempo se había quedado ahí sentada observando a la nada y dándole tantas vueltas a cosas mínimas.

— Todoroki-kun me ha propuesto ir con él al baile. Simplemente por que sabe que no estaré mucho tiempo y a él tampoco le apetece estar. Pero no sé qué decirle. Sobre todo por Momo.

Ochaco asintió ante sus palabras, comprendiendo al instante por que se encontraba así. Ella tampoco era la más cercana a Yaoyorozu, por lo que no sabía que podría sentirle bien y que no.

— Creo que lo mejor será que se lo digas como me lo has dicho. Que vuestras intenciones no son otras más que iros temprano sin estar comprometidos a nadie más. Supongo que lo comprenderá. - musitó la muchacha mientras miraba de reojo a su amiga. Hanako soltó un débil suspiro mientras bajaba un poco su rostro. Tenía razón, de cierta forma.

— Sí. De acuerdo. Será lo que haré. - asintió varias veces seguidas, levantando su vista para divisar como sus amigas discutían sobre el vestido que Jiro había elegido. Se levantó rápidamente del asiento, mirando después a su compañera con una débil sonrisa. — Tengo que elegir mi vestido también. Ayúdame Uraraka-chan.

Sonrió emocionada la de cabellos más cortos, para dar un saltito y acompañarla a ver los vestidos que hubiese del color que ella había elegido. Y aunque les costó bastante, lo habían encontrado.

Los días habían pasado más rápido de lo que se había imaginado. En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba en el día de la graduación y ya se encontraba totalmente arreglada. Se había colocado su vestido azul grisáceo de corte largo y de tirantes. Su escote era en forma de corazón, así que no corría riesgo de nada. La parte de la falda era con un tejido diferente al de la parte de arriba, pues parecía igual que la tela de un tutu. Pero por dentro tenía seda, permitiendo así que no se transparentase nada que no debía.

Además de haber ido a una peluquería para que le recogiesen su cabello. Parecía difícil de hacer, pero desde el momento en el que lo vio se había enamorado. Tenía una parte donde quedaba suelto por debajo, pero por arriba estaba recogido en dos trenzas de espiga. Obviamente la parte suelta y la parte recogida acababan pilladas por el mismo coletero.

Habían insistido en que se pintase el rostro, pero no había accedido. Apenas unas pequeñas sombras en sus ojos y mofletes, junto a una débil capa de color en sus labios. Además de colocarse unos tacones de color negro.

Todas sus amigas ya se encontraban arregladas e iban en camino hacia donde se encontrarían con el resto de compañeros de clase y todo comenzaría.

Al final le había explicado a su amiga el por qué Shōto se lo había propuesto y por qué iría con él. Al principio no le pareció bien, pero terminó por comprender que no era por qué se gustasen ni nada del estilo, así que intentó no darle muchas más vueltas.

— El azul te sienta bien. - habló Tsuyu cuando llegaron al sitio. Todas estaban vestidas con los vestidos y los colores que habían pedido, además de que iban a ser acompañadas por aquellos que había dicho hacía unas semanas. Hanako simplemente le sonrió amablemente, pues difícilmente sabía encajar los cumplidos ajenos.

Los acompañantes de las muchachas llegaron, siendo añadido Sero también pues era el acompañante de Yaoyorozu. También se hizo hueco los reclamos de Bakugo a Iida, diciéndole que si no le había mandado ni un solo día del año, no lo iba a hacer ahora. Al parecer discutían por qué el rubio no quería subir con la chaqueta puesta.

Los muchachos se dirigieron al sitio en cuestión cuando ya estuvo toda la clase reunida. Hablaban de cosas sin sentido, pues había un ligero sentimiento de pena encima de todos por que el momento había llegado.

Shōto le ofreció el brazo a Hanako, que con gusto lo aceptó pues no sabía caminar con tacones. El heterocromatico le sonrió débilmente.

El lugar donde se haría era amplio, y por suerte cabían todas las familias de los estudiantes. Obviamente el más fácil de ver era el padre de su acompañante, pues era prácticamente el más grande. Pero también fue capaz de ver a sus padres y a su hermana en la lejanía, haciendo que un sentimiento ajeno a ella se instalase en su pecho. ¿Quién era la persona con capucha que estaba detrás de sus padres?

— ¡Demos la bienvenida a las estrellas de la graduación!

Present Mic comenzó a hablar mientras que una música genérica se escuchaba de fondo, haciendo que todos los padres comenzasen a sentarse en sus respectivos sitios.


— ¡Pero es que no se piensa callar el gafas!- preguntó en voz alta Bakugo, haciendo que varias personas del entorno se rieran y otras le mandasen a callar. Tenya llevaba ya más de cinco minutos hablando en la tarima, agradeciendo a todo el mundo y compartiendo su opinión de todos los cursos que habían pasado juntos.

Al poco terminó de su discurso, siendo seguido por algunos aplausos, aunque inclusos ellos parecían cansados de haber escuchado todo.

— ¡Los siguientes en recoger el título de héroe serán: Kimura Hanako y Todoroki Shōto!

Varios vítores por parte de la familia Todoroki era lo que más se escuchaba, pues la familia de Hanako eran casi igual que ella. Menos su hermana pequeña, que comenzó a gritar el nombre de ella. Shōto le ofreció de nuevo el brazo a la muchacha para poder levantarse de donde estaba y subir a por los títulos donde al fin recalcaba que era lo que ella había querido desde pequeña: ser una heroína.

Ambos subieron con cuidado, ayudándole este en todo momento por si se tropezaba con los tacones o el bajo del vestido. Ambos lo recogieron de manos de All Might, algo que agradecieron mucho. Después se quedaron un momento en la tarima, pues un fotógrafo hacía las fotos individuales, en pareja y grupales para la posteridad.

En ese momento, divisó todo el plano en general. A su familia sonriendo ampliamente. Su hermana señalándola y diciéndole a todos los del alrededor que ella era su 'ratoncita'. La familia Todoroki también estaba presente, incluso la madre que nunca la había visto. La gran mayoría de ellos aplaudían, pero el hermano mayor del mismo no. Pudo divisar a sus compañeros como aplaudían y algunos ya retenían las lágrimas. Sus profesores, que habían estado ahí en todo momento durante aquellos años. Y por último, aquel hombre con una chaqueta negra que aún llevaba la capucha.

No le hizo falta ver más que como levantaba la mano, saludando débilmente con sus dedos. Retiró un poco la capucha, lo suficiente para poder ver sus ojos azules como el mar y reconocerlo. ¿Qué hacía ahí Dabi con todos los héroes presentes que había? No iba a negar que la emoción se apoderó de ella al verlo de nuevo después de tantas semanas, pero también le preocupaba. Aunque no negaría que volvió a darle aquel golpe de realidad cuando simplemente se esfumó de ahí.

La fiesta había sido divertida cuanto menos. Sí que había bailado una vez una canción con Todoroki, pero al final se habían mantenido bailando en círculo, todos con todos y creando los últimos momentos como grupo de estudiantes y no como héroes.

A media noche, Hanako se retiró del lugar. Quería llegar y descansar, y obviamente el muchacho le acompañó hasta las habitaciones. Ella ya iba descalza, pues los tacones eran cómodos pero ya estaba harta de ellos. Cuando llegaron a la residencia, él la dejó en la puerta.

— Buenas noches Todoroki-kun. Espero que lo hayas pasado bien. - se despidió de este en la puerta, sin abrir aún la misma.

— Ha sido divertido. Descansa tú también. - iba a girar ya el pomo cuando decidió volver a hablar. — Quería que lo supieras, pero a mi padre le ha gustado el hecho de que haya subido contigo a recibir el titulo. Ha conocido a tus padres, y al parecer les ha caído bien.

Hanako hizo una media mueca, intentando que fuese más bien una sonrisa. Sí que había visto como Endeavor y su padre hablaban algunas frases, además de cómo su hermana intentaba jugar a algo con Fuyumi. Pero después de eso los padres abandonaron el lugar.

— Espero que sea de verdad. A veces mi padre habla hasta por los codos. - ambos sonrieron ante el comentario, como si estuviesen intentando aguantar una pequeña risa de complicidad.

— Creo que sí. No sé si habrás leído tus mensaje, pero mañana estáis invitados a comer en casa. Parte de la celebración. Mi padre ha insistido. - parecía realmente una escena cómica. No creía que por sólo haber subido con su hijo a recibir un título y por qué le cayese bien su padre, acabaría comiendo en casa del héroe número uno. Al parecer Shōto no quería darle importancia al hecho de que su padre hubiese hecho aquel 'acto de caridad'.

— Oh, pues no. Tengo el teléfono dentro. Nos veremos mañana entonces.

Shōto asintió. Elevó un poco su mano, dudoso de lo que iba a hacer, pero simplemente dio un pequeño golpe con su dedo índice en la nariz de la muchacha y se retiró de allí. Después de haber analizado la situación, ella hizo lo propio y entró en la suya. Aunque le asustó ver aquella silueta alta dentro de la misma.

— ¿Te estabas divirtiendo? - Dabi hablaba desde su posición, sentado en el escritorio de la muchacha. Ella cerró la puerta con seguridad, por si alguien más decidía ir. — No puedes hacerte una idea de cuánto he estado esperando para que se largara.

— Bueno. Algo así. ¿Qué haces aquí? Iba a salir yo para ver si te encontraba. - dejó los tacones a un lado, para después acercarse hacia donde estaba él.

— Llevo aquí desde los diplomas. - musitó sin más. Si ya era poco hablador, esta vez era peor. Y creía comprender el por qué.

Se acercó a este, posicionando su cuerpo delante de él. Mantenía sus piernas cerradas, como si no quisiera que se acercase mucho más.

— Podrías... haberme hecho alguna señal. Y hubiese venido antes. Quería salir a esta hora para ir a buscarte. - colocó su mano en su pantalón vaquero negro, sin apartar sus orbes rosas de él.

— ¿Te lo has pasado bien con él? De la mano, bailando. Incluso vas a ir a comer mañana a su casa. ¿Te ha pedido ser ya su novia?

Aún estando en la oscuridad, podía ver a la perfección como sus cejas estaban fruncidas y su mandíbula se mantenía oprimida. Desde el momento en el que Shōto le había pedido ir con él al baile sabía que una escena así ocurriría en cualquier momento. Conocía bastante a Dabi, y aunque más de una vez le había dicho que no le importaba si se iba con otras personas o si hacía cualquier otra cosa, sabía que él y su naturaleza no le dejaría ir con otro hombre.

— No ha sido por qué yo haya querido. Mis padres han aceptado. No puedo hacerle nada.

Se instaló el silencio en la habitación. Aún sonaba la música de aquel lugar en el que habían estado todos reunidos, pero ella solo estaba centrada en él, intentando averiguar qué sería lo que diría o lo que haría. En unos minutos, se bajó de la mesa para acercarse del todo a ella. Agarró su cintura con sus manos, intentando que la poca distancia que había entre ellos se convirtiese en mínima. Sus orbes azules le atravesaban, pues recorría con estos su figura entera.

— No me gusta una mierda lo de no vernos. Tu tiempo solo para ti y vernos en días contados con los dedos de una mano. Él no es como tú y yo. - musitó en voz baja, más que nada por que no hacía falta hablar mucho más alto por la cercanía. — Twice había insistido en que no viniera. En que son egoístas mis pensamientos, solo por que quiero todo tu tiempo para mi. ¿Tú piensas lo mismo?

Hanako elevó la mirada, notando como se le dificultaba el respirar. Tal vez era culpa suya el haber permitido que todo esto estuviese pasando, pues realmente había sido ella la que había puesto la distancia. Ambas respiraciones se entremezclaban al estar tan juntos, algo que junto a las palabras y el tono utilizado por este, no podía negar que comenzaba a sentirse exhausta. Negó débilmente ante la pregunta que le había hecho, notando cómo subía su mano por su figura hasta acabar en su mandíbula, no apretaba el agarre solo hacía que mantuviese su rostro fijo en el de él.

— ¿Qué es lo que quieres entonces, Dabi? - volvió a recorrer con sus orbes rosas el rostro al completo del muchacho, esperando una respuesta. Solo fue cuando ambas miradas se encontraron que sabía lo que quería. Ahí y en ese momento.

— Te quiero a ti. Eres mía. Y él y cualquier otro lo van a saber.

Sin esperar mucho más, rompió aquella tensión que se había instalado en esos centímetros que los separaban. Acudió con desesperación a los labios de la muchacha, para besarlos enérgicamente. Arremetía su lengua con brusquedad, explorando cómo había hecho tantas veces con la cavidad bucal de Hanako. Ella por su parte, no podía hacer nada en contra de él. Quería ese más y no se iba a oponer a que le besase o que hiciese con ella cuánto quisiera.

El beso continuaba con aquella dureza sin buscar separarse de ella, solo cuando el aire fue necesario lo hizo. Reposó la figura de esta en la cama que no estaba muy lejos, quedando él arriba y dándole igual si pisaba con sus botas el vestido que llevaba o si quiera si lo rompía. No estaba ahí para ir con cuidado, no al menos esa vez. Volvió a acudir con rapidez a los rosados labios de la fémina, insistiendo en aquella impulsividad donde incluso algunas veces chocaban sus dientes.

Bajaba sus manos hábilmente hasta el broche en forma de cremallera de un lado del vestido, bajándolo sin miramientos a romperlo. La ayudó a quitárselo con rapidez, viendo como enganchaba sin querer la misma cremallera con el peinado que llevaba. La ayudó obviamente a que se lo quitase, aunque después volvió a lo mismo. Sus manos se paseaban por el cuerpo de la más baja como si fuese el suyo propio, acariciando sin delicadeza sus senos y vientre. Sus besos bajaban y subían, dejando de vez en cuando las marcas de sus dientes en el cuello blanco de Hanako.

Ella difícilmente podía seguirle el ritmo. No era virgen, pues él mismo había sido su primera vez, pero aún así era aún muy patosa. Incluso se encontraba con sus mejillas totalmente rojas en el momento por la brusquedad del encuentro. No hacía mucho más que ayudarle a él también a quitarse las prendas de ropa que cada segundo que pasaba, más molestaban. Torpemente intentaba acariciar su torso o cuello, intentando ella también ir al mismo ritmo pero cada vez que lo intentaba, le frenaba. Quería ser él solo en todo momento, y simplemente disfrutar de su cuerpo y no solo contemplarlo como había hecho toda la noche.

Continuó con la tarea de marcar meditadamente el cuello de esta, indicándole varias veces que 'en el día de mañana, debería de ir con cuidado si no quería que se viesen', y realmente en ese punto a Hanako ya le daba igual que cualquiera los viese. Ante el tacto suave de sus manos y alguna veces más recio cuando pasaba su mandíbula por dichas zonas, notaba como le faltaba la  respiración cada vez más. Intentó hacerle señales con la cadera, rozando contra la rigidez en sus pantalones. No quería aguantar más, y el de cabellos azabaches se iba a entregar.

Con rapidez terminó de quitar aquella prenda, bajándola solamente hasta la zona donde no le molestase. Bajó su mano izquierda hacia la intimidad de la misma, la cual aún sin haberla tocado en ningún momento se encontraba humedecida. Sabía que no necesitaba nada más, pero Dabi decidió rozar débilmente sus dedos por su entrada haciendo que varios gemidos ahogados salieras de sus labios. Sonrió débilmente, para sin tardar mucho más, flexionarse hacía delante y con la misma mano ayudarse a entrar. Ambos debieron de callar un claro suspiro al estar al fin de aquella forma, cada uno a su forma, pues Hanako lo ahogó mordiendo su propia mano y él mordiendo el hombro de la muchacha.

No se hizo esperar mucho con aquel vaivén en sus caderas, que al principio era errático y flojo, después de todo no quería hacerle daño sino recalcar que era suya. No bastó más que unos segundos para que ella moviese sus caderas, indicándole que ya se había acostumbrado a su longevidad y estaba dispuesta a más. Sin pensarlo mucho más, comenzó a dar aquellas embestidas teniendo que cambiar al poco su punto de apoyo para elevar su mano hacia los labios de la contraria. Parecía que no se acordaba de donde estaban teniendo aquel encuentro. Ella se aferraba al cuerpo del mayor con sus piernas, indicándole que quería que siguiera con la misma intensidad, además de llevar su mano al brazo de este para sujetarse.

No tardo mucho en cambiar de posición, elevando ambas piernas de Hanako y haciendo que las pusiera en sus hombros. Lo había intentado varías veces de aquella forma, pero a ella le daba 'miedo' pues al tener las pruebas físicas no quería que le dieran molestias. Pero ahora que había terminado con todo aquello hasta dentro de unas semanas, podía hacerlo. Siguió con el ritmo donde las estocadas eran profundas y rápidas, y con aquella pose se hacía mucho más profundo. No sabía en qué momento la azabache había cogido su almohada y se encontraba mordiéndola. Notaba los continuos espasmos que sus piernas sufrían, pero no se dejaba ir. Quitó la almohada de su rostro para poder verle. Tenía sus orbes llenos de lágrimas y sus labios no se mantenían cerrados, no podía dejar de gimotear. Él bajó un poco el rostro, bajando la intensidad de sus embestidas. Besó rápidamente sus labios, para después mirarle directamente.

— No te retengas. Hazlo.

Habló en un suave susurro, para sin esperar una respuesta, volver a su posición anterior y continuar con aquel ritmo rápido y profundo. Mantenía con sus manos las piernas de esta, escuchando y notando como en pocos segundos ya había terminado. Ella le miró, recuperándose de lo ocurrido, pero no tardó en abalanzar sus brazos hacia el cuerpo de este para que continuase y él también terminase. Y es lo que hizo. Habiendo acabado en aquella posición donde ella estaba medio flexionada hacia arriba, volvió con el mismo ritmo de antes, tardando poco en acabar.

Ambos acabaron tumbados en la pequeña cama de Hanako, cubiertos de una endeble capa de sudor. Y aunque tal vez podrían haberlos escuchado, pues la música se había detenido desde hacía tiempo, ya le daba igual. Nadie sabría qué había pasado, o si quiera con quien. Solo mañana cuando viesen el cuello totalmente marcado de la muchacha lo sabrían.

;; ¡Hola! Aquí ando de nuevo subiendo un One Shot subido de tono. Y creo que me he explayado demasiado, 5000 palabras omg.

Espero que les haya gustado, ya que no soy la mejor escribiendo este tipo de relatos, pero andaba viendo tiktok y vi un edit de Dabi con la canción del título y justo la parte donde dice: 'eres mia'. Y bueno, no me pude resistir a la tentación de que Dabi le dijese eso a mi Hanako.😋

Me gustaría saber que les ha parecido, si ha sido muy largo para su gusto o si ha habido algo que no les ha gustado. Cualquier cosa pueden ponerla en los comentarios siempre que sean comentarios constructivos. Sin más, nos vemos pronto. Ayps.💗

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro