2: Operación Britania

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

100 personas de distintas razas están dispuestas a entrar y liberar de las instalaciones de Danafor a los cautivos. A nuestra brigada la conforman personas muy bien entrenadas, incluyéndome.

Mis padres se enfocaron en entrenar mis habilidades hacia un método que no me afecte mucho, pues tengo varios defectos que me terminan por lastimar a mi. La raza de la luz es actualmente muy poco frecuente de verla, pues ha sido una de las más traficadas internacionalmente por sus poderes curativos, capaces de hacer levantar hasta a un paralítico, incluso curar el cáncer o un estado vegetal, son sorprendentes si lo miras ajenamente. Por eso es que mi mamá ha querido que aprenda a defenderme y así evitar que puedan lastimarme, estamos en peligro de extinción en realidad.

Mis poderes fallan vergonzosamente, no puedo excederme por demasiado tiempo si es que no quiero durar postrada en una cama durante los siguientes días. Mi poder de curación es de los más defectuosos, cada que curo a alguien me genera una ligera sensación de dolor. Mis médicos especulan que es probable que yo haya nacido con algún tipo de enfermedad degenerativa única en las personas con poderes, por eso mismo es difícil tratarme.

Pero bueno, basta de pensar en sin sentidos cuando estoy en una situación tan complicada: me debo preparar para mañana, seré una pieza importante para quitar del camino a los guardias del campo de cultivo, claramente, no los mataré, jamás podría hacer algo así a no ser que sea algo estrictamente necesario.

Usaré un táctico hechizo de adormecimiento en los guardias de las instalaciones y las damas de compañía que se encargan de cuidar a los muchachos, que aunque no sean peligrosas (la mayoría), podrían dar aviso a autoridades externas durante nuestra intervención.

Ojalá todo nos resulte bien, en serio quiero liberar a esas personas.

—¿Aún despierta a éstas horas Eli? —era mi hermano menor, había entrado a mi habitación y me había visto en el balcón de ahora.

—Si, no es nada exagerado Artur, sólo estaba pensando.

—¿Que no es nada exagerado?, Elizabeth, mañana te meterás en un lío muy serio, estoy preocupado con lo que pueda pasar. —Eso ya lo sabía, mi hermano nunca ha dudado en decirme sus incomodidades frente a mi disposición en estos temas.

—Si, lo sé, pero ya te dije que quiero hacerlo. Ya tenemos todo preparado —le ví a mi lado, observándome con dudas.

—¿En serio crees que ustedes podrán superar a esa base de cultivo?, si, puede que tengan en sus filas gente tan bien preparada como tú, pero es que los militares que están en esa base podrían tener armas capaces de matarnos, ¿crees que un simple hechizo de adormecimiento servirá?

—No es un simple hechizo de adormecimiento Artur, puede que yo sea la cabeza del mismo, pero los otros de la raza netamente mágica lo fortalecerán, aparte, a quienes dormiremos son humanos normales, es más fácil hacerlo con ellos. Ya te he explicado antes como se llevará a cabo la misión, pero te lo repetiré nuevamente: la base Danafor está muy relajada con su seguridad, tan sólo hay 30 militares del lado sur, y otros 30 del lado norte, los laterales están completamente libres, que en terreno corresponden a los campos de entrenamiento, por ahí entraremos, enviaremos 20 gigantes por ambos lados para hacerse cargo de posibles problemas, porque como ya sabes, yo y otros expertos en magia nos ocuparemos de dormir la guardia.

Luego de que el bloque de seguridad esté caído, teletransportaré a todos y cada uno a los grandes campos de entrenamiento afuera de las instalaciones, les explicaremos la situación a las personas y si hay insurgentes, los dormiremos y nos los llevaremos de todas formas.

Te hice un resumen de todo, porque en realidad hay muchos más detalles importantes, pero que no son necesarios decírtelos ahora.

—¿Como cuáles?, ¿acaso no me ibas a decir que tú y sólo dos personas harán los hechizos?, sabes muy bien que no puedes ser tan irresponsable con tu salud —eso si me sorprendió, ¡el no debía saberlo!, nadie debía saberlo aparte de unos compañeros.

—¿Cómo lo supiste? —le pregunté con cara de incredulidad, ¿acaso leía mentes o algo así?

—Ban me lo dijo, y no, no lo vayas a regañar —cielos, era algo de esperar, después de todo es un amigo de mi hermano—. De todas formas yo me iba a enterar. ¿En serio después de todo, no me dejarás ir contigo?

—No, no quiero que te involucres en esto, quiero que sigas teniendo una vida común y corriente a los ojos de los demás, y que no seas como yo, tu hermana grosera y obstinada.

—No es de mi interés lo que vayan a pensar de mi las viejas chismosas Elizabeth, yo quiero acompañarte para cubrirte la espalda si me toca.

—Si, y aprecio que quieras protegerme, pero así como tú quieres hacerlo yo también. Por eso mismo, no puedo dejar  que te expongas a problemas como estos, pues si ha de pasar algo, al menos que sólo sea yo, y no ambos, así pa y ma no quedarían solos. ¿Ahora me entiendes?

—Si...aún así, me frustra tu neciedad. Pero no es como que tenga argumentos muy sólidos para contradecirte, después de todo soy un niño de trece años.

—En efecto jsjsjs. Pero hey, mamá va a estar al pendiente de todo, no te preocupes por mi, y en caso de que todo se complique, nuestro papá podría entrar en escena, y ya sabes que él es ultra fuerte —le removí algunos de sus cabellos para animarle, o despistarle.

—Bueno, eso me tranquiliza un poco en realidad. Cuando la misión termine, quiero que no te muevas de esta casa Elizabeth, no me gustaría verte enferma por sobre exigirte.

—Si, no podría pensar en nada más que descansar luego de esto.

—Si, oye hermana, ¿puedo dormir contigo? —me suplicó con sus dos manitas unidas y con una expresión de cachorrito.

—Artur, creí que ya habías aprendido a dormir solo —le miré con una ligera molestia—. Tienes un muy mal dormir porque siempre terminas pateando como burro, aparte, me gusta dormir sola...pero supongo que puede que hoy haga una excepción —me rendí ante su insistencia, y ante mi última frase, el sonrió entusiasmado y de un chasquido, una pijama verde de destellos le cubrió.

—¡Gracias Eliii!, ¡ya vuelvo!, es que dejé mi gorro de dormir en la pieza de ma
—salió corriendo por mi puerta sin dejar rastro.

Ese niño era un cuento total, aún a su edad le daba algo de miedo dormir solo en su pieza individual, a veces dormía con mis padres (los cuales no les importaba mucho, más bien les gustaba, era el consentido de la casa), o simplemente dormía conmigo. No se acostumbró a su propia cama porque duró hasta los diez años durmiendo con mis padres, de ahí ellos le exigieron que se independizara de su cuarto, pero aunque ya ha mejorado, aún no es un cambio muy monumental.

*

Miraba a la distancia como las cosas se iban desarrollando como lo esperábamos: los gigantes partían hacia los dos puntos predestinados y el resto de guerreros (demonios), se dividían en dos grupos: el que se mantenía a nuestro lado, y el que se haría cargo del director de este lugar, el señor Ironside. Claro...si no es que primero se termina durmiendo por el hechizo que haría.

Aquí, desde el aire, con mi par de alas extendidas y la memoria concentrada en el hechizo que soltaba, haría que el plan continuara.

Cuando estuve lista, balancié mis manos hacia las estructuras y una ráfaga de magia azulácea se difuminó en todo lo que tocaba, desde mis espaldas, dos personas más contribuían con el hechizo para fortalecerlo.

Pronto vimos a lo lejos cuando un guardia que custodiaba una puerta cayó rendido al piso. En ese momento  todos supusimos que ya había hecho efecto nuestra acción.

Dí luz verde a los compañeros que quedaban a mis espaldas para que entraran dentro el establecimiento con precaución.

Ingrese y volé rápido por los pulcros pasillos hasta detenerme en frente del sector de las habitaciones de los muchachos, decenas y decenas se situaban a lo largo en torres de apartamentos de cinco pisos.

Cerré con fuerza mis ojos y dicté el hechizo que haría que todas esas personas se teletransportaran al campus de afuera. Un chasquido de dedos hizo todo: muchos ya dormidos por la hora tardía, otros confundidos, y otros asustados.

Oía los gritos y murmullos de cada uno, no tuve que decirle a Gowther que hiciera de las suyas. Un lázer de luz púrpura neón atravesó las mentes de cada uno revelándoles la verdad, quienes éramos nosotros y todo lo que necesitaran para que no tuvieran dudas.

—Saludos cordiales a todos ustedes, soy Elizabeth Castelio Belialuin, integrante y especialista en fuerza armada, defensa personal y mágica de Stigma, a pesar de que mi compañero ya les traspasó la información, yo se las diré de mi boca.

Somos un grupo revolucionista que busca la libertad, respeto y dignidad hacia las nuevas variaciones humanas, tenemos una brigada operativa, como esta, y otra jurídica para interponer acciones legales y denunciar atrocidades ante el exterior. No buscamos más que aquello, y sé que para ustedes puede ser difícil entenderlo porque han pasado toda su vida encerrados habitando con personas que les han inculcado que ustedes son el problema, cuando no es así.

Stigma les dará protección y un procedimiento de restablecimiento civíl para que jamás vuelvan a estar internados en instalaciones así, no deberán preocuparse ni por gastos, ni por vivienda, porque es una labor social. Entiendo que puedan haber quienes no terminen por convencerse de esto, habrá otras que si, pero independientemente de esa postura, les digo y repito a cada uno de ustedes, que nuestro objetivo está marcado en principios  morales fuertes.

Todos aquí somos jóvenes, ¿no es así?, mi capacidad para entenderlos es más grande y me decepciona ver qué por culpa de supersticiones sociales, estigmatización y desprestigio hacia nosotros nos logren hacer quedar ante muchos ojos ajenos como unos subnormales, cuando en realidad y a fin de cuentas, seguimos siendo también humanos.

Por eso les pido que apoyen nuestra causa, tómense el tiempo para pensar las cosas y cualquier duda que tengan la pueden cuestionar conmigo, con Gowther o con cualquier otro miembro del grupo.

Las aproximadamente 500 personas formadas en filas nos observaban con distintas reacciones. Aún algunos tenían cara de horror por la nueva información que trataban de procesar. Pero pronto todos los ojos se centraron en un chico que se animó a levantar su mano para seguro hacer una pregunta.

—Tengo un comentario que hacer,  soy compañero de un chico del que no siento su presencia aquí, y no puedo permitir que se quedé allá adentro porque me parece que ustedes plantean un buen punto. ¿Podrías trasladarlo aquí?

—Claro, no hay problema, aunque me sorprende que no haya sido traído por el hechizo.

Justo, en ese instante, mis dudas al respecto fueron alteradas por lo que creí en un principio era un amenaza: una fuerte aura demoníaca de gran magnitud se acercaba, creímos que pertenecía a algún peligro para nosotros, pero con las palabras que soltó luego el chico de antes, supimos  quien se escondía detrás de esa presencia, era un muchacho más.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro