Capítulo 18

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Hoseok no entendía nada.

Solamente se había despertado esa mañana un poco más tarde de lo usual y ahora se encontraba con aquel alfa castaño claro de anchos hombros sentado en el sofá de la sala, los pies encima de la mesa de centro y varias fundas de cosas que estaba seguro haber visto en la cocina y que Taehyung nunca le había permitido probar porque decía que eran para emergencia.

Hablando de Taehyung, no lo veía ahí y tampoco en la cocina, de seguro se habría encerrado en su estudio cuando el primer rayo del sol se asomaba en el cielo, otra vez. Suspiró.

Desde aquel día en el que el alfa había caído enfermo y Hoseok se había convertido en su enfermero personal, Taehyung lo evitaba. Era raro, no lo evitaba directamente ya que de igual forma le hablaba a la hora de comer o cuando se cruzaban en los pasillos a media noche, aunque solo era cosa de cruzar unas cuantas palabras y ya. Pero siempre evitaba verlo, nunca lo miraba directo a los ojos y huía con excusas mediocres cada vez que lo intentaba o tan siquiera preguntaba algo al respecto.

¿Lo estaba comenzando a frustrar? Lo estaba comenzando a frustrar. A veces tenía tantas ganas de tomarlo de las mejillas y obligarle a verlo y preguntar el porqué de su reciente actitud, pero estaba consciente de que no podría hacerlo o aparecería aquel ardor y dolor insoportable en sus manos, sin embargo, eso no evitaba que se preocupara por retroceder el poco, mínimo, casi nulo progreso que habían tenido.

Un bostezo se abrió paso de sus labios mientras con el dorso de su mano restregaba uno de sus ojos y su estómago exigía por comida.

—Oh, el chico loco —dijo el alfa sentando en el sofá girando a verlo al notar su presencia.

—Buenos días para ti también, como sea que te llames —respondió de mala gana, ya recordaba porque le caía mal ese hombre, pero bueno, tampoco lo podía culpar.

—Uish, pero que arisco y cabeza de pollo ¿cómo puedes olvidar este hermoso rostro? ¿Ah? Debería ser un delito olvidarte de mí —se quejó con falsa pena terminando por tumbarse en el sofá de forma dramática.

Hoseok tan solo lo miro raro y le dio la espalda para irse a la cocina y prepararse algo de desayuno, estaba orgulloso de al fin haber comprendido cómo se usaba la caja mágica sin fuego y debía aprovechar para hacer un delicioso desayuno, aunque sea para él solo. Más el pequeño can se acercó a jugar entre sus pies deteniendo su paso, sonrió y tomó al perrito entre sus manos comenzando a sacudirlo y dejando besos en su diminuto rostro hablándole como si fuera un bebé, una manía que había adoptado de quién sabe dónde. Yeontan parecía estar a gusto, se había encariñado bastante rápido con él según el dueño, de seguro era por las orejas, sí, de seguro era por eso.

—¿Ya comiste, Tannie? ¿Uhm? —dijo de forma aniñada, comenzando a mecer al perrito de derecha a izquierda a derecho.

—Sí, ya comió. Y deja de moverlo así, se va a marear —de repente Taehyung interrumpió la escena como siempre todo gruñón, a veces Hoseok se cuestionaba seriamente sí este hombre era capaz de sonreír o no se lo habían enseñado de pequeño.

—Oh, lo siento —con una risa nerviosa dejó a Yeontan en el suelo que se fue corriendo hacia alguna parte de la casa haciendo sonar sus garritas contra el piso. Debían hacerle una pedicura. Sonrió por inercia moviendo sus orejitas y cola sin darse cuenta.

Taehyung se le quedó viendo atentamente, había ocasiones en las que le causaba gracia aquellas reacciones del Omega, la esquina derecha de sus labios elevándose levemente en un amago de sonrisa que se borró al instante.

—¿Ya desayunaste tú, Tae? Podría preparar algo para a-ambos... ¿T-Tae? —tragó grueso mientras su cuerpo se sacudía levemente al sentir la respiración del alfa en su cuello desde atrás.

No es que le molestara, no, claro que no, todo lo contrario, pero que lo haga de forma sorpresiva lo ponía con la piel de gallina.

Taehyung gruño bajo contra el lechoso cuello del azabache mientras una de sus manos fue a parar a la cadera de Hoseok de forma posesiva, y con la otra bajó la camisa de pijama que en algún momento se le había subido mientras jugaba con Yeontan dejando al descubierto gran parte de su vientre a la vista del otro alfa. El peli azul le dedicó una mirada furtiva con su labio superior elevándose para mostrar sus caninos en una clara advertencia de "deja de ver" con un rugido vibrando en su garganta.

—Wow, tranquilo, Tae —dijo Jin alzando una mano en alto en forma de paz mientras con la otra se tapaba los ojos —Yo no veo nada, yo no veo nada, yo no veo nada, yo no veo nada.

Tarareando y con un bailecito de hombros el alfa mayor les dio la espalda a ambos nuevamente, concentrándose en el filme que se reproducía en la TV.

¿Pero qué carajos...?

Un grito ahogado se escuchó por parte de Hoseok acompañado de un salto, las malditas descargas habían vuelto de la nada y sí, seguían siendo igual de dolorosas.

Taehyung se alarmó al darse cuenta de lo que estaba haciendo, o más bien de lo que su impulsivo lobo había hecho ¿en serio le había gruñido a Jin? ¿¡A Jin!? ¡Por la diosa Luna! Si era uno de sus amigos cercanos al que le guardaba mucho respeto, aparte de por ser mayor, aunque en parte agradecía que aquella ridícula escena de ¿celos? No haya sucedía con alguien más y así las cosas no se hubieran puesto incómodas, pero con Jin... Bueno, Jin era Jin.

Sacudiendo la cabeza y con los labios apretados regresó a su estudio sin siquiera voltear a ver al Omega que se quejaba bajito.

¿¡Qué hiciste!?

Le recriminó a su parte animal.

No me gusta que otro alfa vea el cuerpo de mí Omega.

¡Idiota! No tenemos derecho a hacer eso, no somos nada para él y mucho menos él para nosotros. Deja de comportarte como imbécil y de hacerme parecer un imbécil a mí. Hoseok no es nuestro Omega, nuestra Omega murió hace años, recuérdalo.

Su lobo le dio la espalda con enfado y su hocico en alto diciendo:

Seré imbécil, pero al menos yo no le hago daño, humano tonto.

El peli azul bufó con frustración, su parte animal pocas veces hacia acto de presencia y cuando lo hacía siempre terminaban en discusiones con su parte racional.

"No eres su alfa."

"No mereces ser el alfa de nadie".

"Eres patético"

"No tienes derecho si quiera a hacerte llamar alfa"

"¿En serio crees que mereces tener un compañero como Hoseok?"

No, no lo merezco. No merezco a nadie, yo debería estar completamente solo.

"Solo le haces daño a las personas a las que te acercas, eres una peste, Kim Taehyung".

Soy una peste...

"Tú la dejaste morir, es por tu maldita culpa que ella se fue".

Fue mí culpa... Tuve la culpa de que se fuera.

"—¡Ya basta, Taehyung! ¡Déjame en paz! ¿Acaso no entiendes? Por favor, que patético eres ¿en serio quieres saber por qué lo hice? Porque ya no siento lo mismo, porque siempre te la pasas fuera y no me das lo que necesito.

—Pe-ero... Yo siempre trato de darte todo lo que tengo de mí, ¿acaso eso no es suficiente? ¿Qué hice mal? Por favor, dímelo. Dímelo y lo arreglare, dime qué debo hacer para qué seamos como antes, po-por favor, dímelo...

—Todo. Todo hiciste mal, siempre soy yo la que hace de todo por esta relación mientras tú solo vives pensando en tus amigos, pero nunca tenías tiempo para mí ¿y aun así tienes el descaro de venir a reclamarme cuando lo único que hago es llenar el vacío que tú me dejas? Eres patético, incluso creo que el amor que tanto dices tenerme es falso, nunca haces nada para demostrarlo. No sé cómo es posible que me haya dejado marcar por un alfa tan inútil como tú. Te aborrezco —fueron las palabras que dijo ella aquel día, sus ojos reflejando el más grande desprecio que alguna vez Taehyung llegó imaginar ver en la persona que amaba. Aquella conversación había marcado un antes y un después en aquella relación... Y, sin duda, no para bien. "

El ya tan conocido nudo en la garganta y presión en el pecho se habían instalado en él como cada vez que la recordaba. Sus manos se cerraban en fuertes puños sobre su pantalón arrugando la tela, sus ojos picaban y las tan aclamadas lágrimas habían comenzado a correr por sus mejillas hasta caer en el dorso de su mano. Un sollozo se escapó sin permiso de sus labios, las plantas de sus pies se sentían frías, todo su cuerpo se sentía frío mientras temblaba con el aire faltando en sus pulmones, la sensación de ahogarse era alarmante, más no nada nuevo con lo que no haya tratado antes.

Como pudo se hizo una bolita en la silla de su sitio tapando con una de sus manos su boca para evitar que algún sonido fuerte saliera de ella, mordiendo con ímpetu sin importar sentir el sabor metálico de sangre tocar su lengua, solo quería que Jin no lo escuche y que se preocupe por él.

No quería preocuparlo. No quería que nadie se vuelva a preocupar por él, no lo merecía.

Su mente solo repetía la misma frase que él se había encargado de atar a sí mismo como una cruz:

"Es tu culpa, Kim Taehyung".

Se la repetía cada momento que tenía oportunidad para nunca olvidar que nadie más merecía sufrir por su culpa, nadie merecía algo tan pobre y cutre como él. La única persona que le había dado la oportunidad para un futuro juntos, se había ido, todos le habían dado la espalda, se sentía solo, pero era lo menos que merecía por haber sido un mal compañero, amigo y alfa.

"—Te odio, Taehyung."

Sintió una punzada en el pecho y como su garganta parecía cerrarse haciéndolo toser de forma escandalosa en busca de aire temblando aún más de lo que ya lo hacía, tirando de su cabello azulado con fuerza mientras volvía a morder su mano ya lastimada. Ya nada le importaba en aquel instante, tan solo quería presionar el off de su vida y desaparecer, no importa cuándo, no importa dónde... Solo, desaparecer.

Sus dedos indecisos apresaban la perilla de la puerta, ¿debería entrar? Quería entrar, su lobo le rogaba entrar. A pesar de no tener una marca que lo unía a Taehyung de forma visible, existía un lazo mucho más profundo y entrañable que unía sus almas y lobos, aunque uno de los dos no se dé cuenta, podía sentir su dolor y soledad, aquel vacío que no era suyo, pero sentía propio.

Juntando el valor y aturdido por los llantos de su lobo decidió abrir esa puerta, pero la mano apretando su hombro lo detuvo, era Jin quien se mostraba con mirada afligida moviendo levemente la cabeza en negación.

—Déjalo. No te va a escuchar, deja que se desahogue —pidió con tono bajo.

—Pero... Él está sufriendo, debo saber qué le pasa. Quiero saber por qué me ignora, necesito abrazarlo y él me necesita a mí —refutó, sintiendo los martilleos de su corazón acelerados y su voz amenazando con quebrarse.

¿Qué te hicieron? ¿Cuánto mal sufriste para estar así?

—Hoseok, entiéndelo, solo lo vas a empeorar... Déjalo solo, no es tu asunto.

—¡Claro que lo es! Es mi alfa, es mi compañero, es mi otra mitad. Claro que es mi asunto... Él es todo lo que tengo, pero tú no lo entenderías ni en esta ni en tu otra vida —dio vuelta sobre sus talones para completar la acción que había dejado a medias, pero la mano del alfa lo tomó de la muñeca con algo de brusquedad girándolo hasta quedar cara a cara. Retándose con la mirada.

—Esto va más allá de lo que te imaginas, no creas que podrás solucionar algo que llevamos años tratando de hacer... No te metas en esto, Taehyung ya sufrió lo suficiente como para tener que seguir haciéndolo ahora. Él no está en condición de ver a nadie, entiéndelo —su voz sonando fría, dura y hasta cruel, su alfa saliendo a defender a quien consideraba parte de su manada.

Y aquellas palabras fueron suficiente para que la mirada cristalizada de Hoseok rompiera en un silencioso llanto, buscando refugio en los brazos del menor que sin duda lo recibió envolviéndolo en un débil apretón, recibiendo ayuda de un extraño.

-: ✧: -゜・.

¿Cuánto tiempo había pasado?

¿Minutos? ¿Horas? No lo sabía, su cuerpo se sentía adormecida y su cabeza dolía como el infierno, sus ojos rojos e hinchados al igual que sus labios húmedos por el reciente llanto. No estaba seguro del tiempo que había pasado encerrado ahí y tampoco era que le interesara, no sería la primera vez que se encierre en su estudio por días sin comer ni migajas.

Sus párpados se cerraban cansados mientras su espalda se apoyaba contra la pared y sus piernas recogidas se mantenían firmes contra su pecho, en algún punto había ido a parar en un rincón del estudio cerca de la puerta con la mirada perdida y la mente en blanco cuando escuchó la madera siendo rasguñada por el sonido peculiar de garritas que conocía bien.

Yeontan.

Moviendo apenas sus débiles y temblorosos brazos abrió la puerta, no toda, pero si lo suficiente como para dejar entrar al pequeño perrito.

Cerrando la puerta con un poco de fuerza tomó a Yeontan hasta tenerlo frente a su rostro. El can lamio el rastro de lágrimas en sus mejillas soltando un ladrido y viéndolo con la cabeza inclinada hacia un lado y la lengua fuera, Taehyung sonrió tenue antes de abrazar al perrito que se había convertido en su única compañía por mucho tiempo.

Froto su nariz contra el abundante pelaje negro con manchas cafés, percibiendo el tenue aroma a manzana y canela que había en el... El aroma de Hoseok.

Un suspiro tembloroso abandonó su boca y un par de lágrimas traviesas volvieron a salir, sus músculos tensos comenzando a relajarse al tener a su amigo canino junto a él y con el sutil aroma que lograba tranquilizarlo y hasta adormecerlo.

¿Qué le había hecho? ¿Qué estaba comenzando a hacer ese Omega en él?

—Deja de ver hacia allá, no creo que salga hasta más tarde. No va a abrirle a nadie más que no sea Yeontan —había dicho Jin cuando Hoseok había volteado atento al oír el crujir de la puerta al abrirse y después el golpear al cerrarse.

Bajó sus orejas resignado sintiendo impotencia al no poder hacer nada para ayudar, pero Seokjin tenía razón, conocía muy poco del pasado de Taehyung o de su vida en general, a veces olvidaba que en cada una de sus vidas debía volver a conocerlo para poder acercarse y acabar con todo de una vez por todas, sin embargo, el tiempo es un amigo que no perdona.

—Concéntrate en la película, apestas a tristeza y me mareas —dijo con voz cancina el de hombros anchos sin querer sonar grosero realmente.

—Lo siento...

—No te preocupes... Todo está bien, mejor come más papitas, te van a gustar —ofreció en un intento por distraerlo, agitando la bolsa de snack frente al rostro del azabache quien tomó una hojuela de papa y comió sin muchos ánimos.

-: ✧ :-゜・.

¿Qué le pasa?

Era lo único que Hoseok podía preguntarse al ver a Jin y Taehyung hablando en susurros antes de que el primero abrace en un asfixiante apretón al peli azul quien llevaba puesto una gorra y barbijo.

—Saldré un rato a pasear a Yeontan —avisó una vez paso al lado del Omega ¿por qué lo hacía? Ni él sabía.

—Está bien —fue lo único que contestó Hoseok.

Taehyung se sintió ¿decepcionado? Realmente esperaba que Hoseok le ofreciera su compañía para salir, pero ¿por qué?

Avanzó con pasos perezosos hacia la salida manteniendo la cabeza gacha con su cabello cubriendo sus ojos rojos e hinchados. Se detuvo un momento mordiendo su labio antes de hablar.

—Puedes acompañarme si quieres, Hoseok —su voz salió casi en un susurro imperceptible. No esperaba respuesta, en realidad quería estar solo, o al menos de eso se intentaba convencer.

El azabache lo miro extrañado sacudiendo sus orejas para asegurarse de haberlo escuchado bien ¿él? ¿En serio?

—¡Sí! Espera un momento, iré a cambiarme.

Y como si fuera un detonante la sonrisa contagiosa del omega volvió a hacer acto de presencia al igual que su torpeza que lo llevó a golpearse varias veces con las paredes mientras corría hacia la habitación donde tenía toda su ropa.

Taehyung no pudo evitar sonreír.

En menos de lo esperado ya ambos se encontraban fuera del edificio, Hoseok con una gorra que siempre llevaba y que Taehyung había arreglado cortando parte de esta para que pueda usarla con mayor comodidad.

La caminata era silenciosa entre ellos porque el ruido de los autos y el resto de personas en el parque no era para nada tranquilo. Hoseok veía maravillado cada cosa que capture su atención lo que hizo que gran curiosidad empiece a despertar reemplazando el silencio con preguntas inocentes y graciosas que sacaban al alfa más de una risa.

—Espera, entonces ¿no puedo cambiar porqué me pueden llevar preso? Que tontería —dijo indignado cruzando los brazos sobre su pecho —En mis tiempos cualquiera podía andar libre corriendo de aquí para allá en su forma animal sin represalias.

—Me recuerdas a esos abuelitos que se la pasan diciendo "cuando yo era joven", ¿tan viejo eres?

—¡Oye! No estoy viejo —se quejó ofendido, dejando de caminar y con el entrecejo fruncido —Solo estoy un poco desactualizado de esta realidad.

—Sí, como digas, momia de Museo.

—¿Momia? ¿Qué es eso?

Taehyung lo regresó a ver incrédulo sin creer que no sepa qué es una momia.

—¿Es en serio? Pensé que habías vivido en esos años —respondió burlón, volviendo a caminar (o, mejor dicho, siendo arrastrado por Yeontan que le ladraba a una mariposa) —Una momia es un cuerpo embalsamado o que de forma natural ha permanecido sin pudrirse a lo largo de los años y que, por lo general, son de antiguos faraones. No estoy muy seguro.

Hoseok parpadeó un par de veces sorprendido, vaya, ¿acaso era eso posible? Pero, bueno, él tenía más de 8 siglos de edad, así que no debería sorprenderle.

—Woah, eres muy inteligente, Taehyung ¿dónde aprendiste eso? ¿Acaso eres amigo de un sabio o algo así?

—¿Sabio? Pues, no. No creo que Yoongi hyung y su afición por la historia sea considerado un sabio, aparte esto nos enseñan en las escuelas.

—¿Escuelas?

—Sí, escuelas, ya sabes. Al lugar donde vas todos los días de lunes a viernes desde muy temprano en la mañana hasta ya muy tarde, te hacen memorizar lo que hablan en clase y al final te evalúan para ver si recuerdas todo lo que han visto ese tiempo, siendo que te desvelas más de lo posible para hacer todas las tareas que envían y poder pasar, siempre bajo constante presión de padres y educadores para hacer todo bien y sobresaliente... Y ni hablemos de los bravucones —resopló —Nuestro maravilloso segundo hogar —dijo sarcástico la última frase.

—Vaya, eso suena más a una tortura que a un segundo hogar.

—No estás muy lejos de la realidad.

—Esta vida apesta —hizo una mueca de desagrado al imaginar tener que pasar por eso.

—Cuidado, a lo mejor pisaste popó de algún perro.

Hoseok salió despavorido hasta llegar al lado de Taehyung, limpiando su zapato contra el suelo, con su cola y orejitas totalmente erizadas, y un total asco reflejado en su rostro mientras se aferraba al brazo del más alto para evitar caerse. Miro la suela de su zapato para asegurarse de que estaba limpio y suspirar aliviado al verlo sin nada.

Al final de cuentas, no había sido tan mala idea salir con Hoseok.

Tú realmente no conoces el concepto de espacio personal, ¿verdad? —masculla entre dientes con un sentimiento incomprendido, aún sentía aquel vacío aquella tristeza, pero también se sentía ¿feliz? ¿cómodo? de alguna manera, después de una avalancha de recuerdos y sentimientos era difícil definir un estado de ánimo. Tan solo existía.

El omega estaba listo para protestar, pero al contrario hizo lo que su lobo le pedía hacer desde hace mucho tiempo. Con una sonrisa disimulada pintada en sus labios se movió hasta que sus manos descansen sobre el abdomen de Taehyung y su mejilla se apoye en su espalda.

—Sí eso implica no poder abrazarte, no, no lo conozco —respondió con voz calma, aferrándose tan fuerte al otro cuerpo como si fuera su propio respirar porque así lo sentía, cada minuto con Taehyung era un tiempo valioso que abrazaba como cálido fuego en una noche de invierno. A su cabeza llegaron los días lluviosos en las que se abrazaban en busca de calor, exactamente así era esto, exactamente así era como se sentía y quería hacerlo sentir a él también. Suspiró profundo —Sabes... Antes yo pensaba que estaba totalmente solo, que no tenía amigos ni nada más que un deber por cumplir. Ser igual a mi padre. Siempre creí que las personas que me rodeaban solo estaban conmigo por obligación, que no tenía con quien contar cuando me sentía triste... Pero eso cambió, cambió un día de primavera en la que un beta arriesgo su vida por mí y descubrí a un amigo, cuando una pareja abrió sus brazos y me aceptó en su hogar y descubrí una familia... Cuando una mariposa me guio hasta ti encontré a un compañero, amigo y confidente —relató con toda la nostalgia que cabía en su pecho y lo que las amenazantes lágrimas quisieron que contase —Me di cuenta de que estaba errado, de que en realidad no estaba solo y tenía más de una razón para seguir de pie... Por favor, cuando creas estar solo, cuando sientas que no hay nada en absoluto para ti, por favor, recuérdame. Recuerda mi nombre, mi rostro, mi voz, mi risa... Recuerda mi corazón que siempre será tuyo, mi lobo que estará vigilante a tu lado, recuerda que conmigo siempre tendrás un hombro donde llorar, recuerda que siempre estaré para ti —como tú lo hiciste antes —Por favor, recuérdanos.

La anatomía de Taehyung tembló e inevitablemente el rostro de sus amigos llegaron a su cabeza, la risa estruendosa de Seokjin, el humor sarcástico de Yoongi, las veces en la que Namjoon le hablaba de sus plantas y sus torpezas, el dramatismo y cálida voz de Jimin, las noches de desvelo con Jungkook mientras jugaban videojuegos para después ser regañados por Yoongi; incluso llegó a él aquella pulsera de forma peculiar que colgaba de su muñeca.

No estás solo.

"Sí lo estás."

"—Te amo, Taehyungie. Siempre lo haré, seré tu omega y tu mi alfa".

Me mentiste...

Mientras él clamaba cada noche por ella, su lobo se empezaba a encariñar con aquel Omega de sonrisa acorazonada.

・゚: *・゚:*

Menos de una hora, Hoseok estaba seguro de que había sido menos de una hora la que habían salido a pasear a Yeontan y que había sido suficiente para que al regresar se encontraran con una escena bastante cómica y un tanto caótica.

Jungkook, como recordaba se llamaba el alfa amigo de Taehyung si su memoria no fallaba, había llegado, y ahora se estaba peleando con Jin por quién sabe qué, pero lo que realmente le causaba gracia era que no se estaban golpeando como una pelea en sí, sino que solo lanzaban manotazos torpes al aire.

—Ese par nunca cambia —murmuró Taehyung mientras dejaba libre a Yeontan de su correa y le colocaba comida y agua.

—¿Siempre son así? —preguntó Hoseok en el mismo tono.

—Siempre.

Caminando unos cuantos pasos Taehyung se acercó al par quitándoles el objeto de la discordia.

—Muy bien, al parecer hoy ha sido el día de reunir a los cobardes corazones rotos, solo falta Nam hyung y estamos completos.

—¡Taehyung! Al fin llegas, mira a Jin hyung que no me deja poner la película que quiero —acusó Jungkook de forma infantil y poniendo ojos de Bambi.

—¡Yah! Niño del demonio, tú realmente no piensas en tu hyung, ¿verdad? —rebatió Jin —TaeTae, regáñalo a él, quiere poner esas películas feas de terror y yo quiero terminar mi maratón de dramas.

Hoseok estaba perdido en el espacio tiempo acerca de la discusión que se llevaba a cabo en la sala con esos tres, así que tan solo los ignoró y paso directo a la cocina por un vaso de agua, estaba sediento después de haber jugado con el perro a las carreras.

Ahora que lo recordaba, hace un par de semanas que no había visto al alfa castaño ir en la mañana otra vez ¿algo había pasado? No estaba seguro, Taehyung aún era muy reacio a contarle ciertos aspectos de su vida y lo entendía, no podía obligarlo a hablar sobre algo que no quería, solo debía dejar que fluya.

Lástima que para eso necesitaba tiempo, y ese parecía desaparecer como arena entre los dedos para él.

Recostándose contra la isla de la cocina y respirando de forma pesado, dejó que su mente vuele perdida entre el silencio del lugar.

Hasta que llegó Jin para acabar con esto.

—Agh, malditos traidores tramposos —refunfuñó el alfa de anchos hombros mientras buscaba algo en la máquina mágica de invierno, como Hoseok le decía.

Aún le resultaba fascinante cómo habían logrado meter al invierno dentro de aquella máquina.

—¿Pasa algo? —se atrevió a preguntar al ver al menor sacar una funda y ponerlas en un bol mientras en su otra mano llevaba un tarro con una sustancia muy dulce que se había atrevido a probar a escondidas.

—Sí, pasa. Pasa algo. Pasa que tengo un par de amigos idiotas que confabulan en mi contra para poner cosas feas en la tele —respondió de mala gana, tomando uno de los taburetes que se encontraban ahí y tomando asiento frente al Omega con sus snacks para pasar ahí la próxima hora en lo que terminaba "La monja" y poder volver a la sala.

El silencio se extendió por un tiempo escuchándose solo a Jin comer sin prisas y una duda comenzó a picar incesantemente en la punta de sus labios, ¿acaso sería muy atrevido al preguntar? Pero en serio le causaba gran curiosidad saber la razón.

—Deja de mirarme así, es raro. Si quieres toma uno —ofreció el alfa, extendiendo el bol con galletas en una invitación silenciosa que fue rechazada.

—No, gracias, estoy bien así.

—Hmm, como quieras, tú te lo pierdes... Pero ya, en serio, deja de verme tan fijamente, es incómodo.

—¿Por qué?

—Porque sí.

—Pero por qué sí.

—Porque sí y ya.

—Pero por qué sí y ya.

En ese momento Jin se dijo a sí mismo que no iba a encontrar a alguien más molesto como Hoseok. Sacudió la cabeza y manos como sí espantara un mosquito, se había bugueado en aquella ronda de preguntas.

—Para. Me mareé, pregunta algo más.

Y ahí estaba de nuevo, a Hoseok le picaba otra vez aquel bichito curioso por saber y no perdería la oportunidad.

—Uhm, ¿Qué le sucedía a Tae-

—Cualquier cosa menos eso —interrumpió rápidamente de forma filosa al notar donde iba esa pregunta —No tengo derecho a contar problemas de otras personas.

—Per-

—Que no —se volvió a negar dejando caer sus hombros con un suspiro —Mira, puedes preguntarme lo que quieras, no me importa, menos sobre los problemas de Taehyung. Si él no quiere hablar sobre eso quién soy yo para hacerlo, ¿entiendes?

Hoseok asintió a regañadientes.

—Sí... Entonces, ahm ¿puedo saber qué haces aquí?

—Me escondo —respondió simple, sin real importancia.

—¿Te escondes? ¿De quién o quiénes? —indagó con más interés.

Jin lo miró con una ceja alzada mientras daba un mordisco a su galleta con mermelada.

—De personas.

—Obvio, pero por qué.

—Porque este lugar es uno que esas personas no conocen, aparte de que es tranquilo. Es nuestra base, por así decirlo, cuando queremos desaparecer un rato.

—Oh... Ya entiendo, pero no quería saber eso. Quiero decir, ¿por qué te escondes?

—Porque no quiero que me encuentren, duh.

¿Acaso estás huyendo de la ley? —pregunto con cierto miedo, llevando sus dos manos sobre su boca.

—Puf, claro que no, niño. Soy parte de la ley. Trabajo de fiscal, pero estoy de día libre por "migraña" —hiso comillas con los dedos para después tomar con un cuchillo de mesa un poco más de mermelada y untarla sobre la galleta.

—En primera, no soy un niño; segundo, qué es fiscal, y tercero, aún no contestas mi pregunta.

Jin dejó de lado lo que estaba usando y apoyó los brazos sobre la isla de la cocina y mirar al Omega con desconfianza.

—Por qué debería hablar con un desconocido sobre mis problemas —dijo desconfiado, ignorando lo primero que había dicho Hoseok.

—Porque a veces es mejor hablar con un desconocido sin miedo a que te juzgue o preocupar a la persona que te importa.

El alfa sostuvo su mirada unos segundos hasta no encontrar un buen argumento contra eso, retomando su tarea de untar mermelada sobre su deliciosa galleta. Necesitaba desahogarse.

Touché.

Hoseok tomó otro de los taburetes altos de la cocina y se sentó frente a Jin, apoyando su rostro entre sus manos, listo para escuchar la historia. El menor sonrió de lado y tomó una gran bocanada de aire para hablar.

—Verás, hoy llegaron de visita mis señoras madres —comenzó un poco incómodo —Y antes de que lo preguntes, no, no es bueno. Es decir, no es como si las odie ni nada de eso, pero a veces es cansado... Sabes. Es cansado tener que escuchar la misma cantaleta una y otra vez, cada vez que me llaman o yo las llamo a ellas hacen la misma maldita pregunta "Seokjin, ¿para cuándo los cachorros? Mira que no quiero ser abuela tan vieja" "Jinie, ¿cuándo te piensas casar? Mi sueño es verte parado en un altar vestido de traje a la espera de tu Omega" y blah, blah, blah, más mierdas como esas —imitó con voz chillona moviendo las manos de forma exagerada a la par que hacia una mueca de desagrado —Ellas son tan intensas con ese tema que me frustran, no entienden un no por respuesta y casi siempre que llegan van a mi trabajo a hacerme pasar vergüenza ¡Ugh! Solo quiero que entiendan que estoy solo porque me gusta estar así, que mi deseo no es tener hijos ni tampoco un o una omega. Solo quiero ser feliz yendo a darle de comer a las gallinas y hablando con las alpacas, ¿es tan difícil entender eso?... En serio que amo a mis madres como no tienes idea, pero a veces sí place decirle un par de cosas no muy bonitas para que aprenda a respetar mis decisiones, solo eso es lo que quiero, que respeten mi vida y no se andén metiendo en ella, ¿puedes creer que una vez me arreglaron una cita a ciegas de la que ni siquiera estaba enterado? ¡Me llevaron con engaños! —gritó indignado de solo recordarlo, poniendo su atención en el azabache para ver su reacción —Pero no importa lo que haga, no importa las veces que se los repita, ellas siempre dirán que es solo "una etapa" y que aún no me he enamorado de verdad, pero que cuando lo haga voy a tragarme todas mis palabras, ¡cuando-! Agh... Olvídalo, de seguro no me entiendes.

—Lo hago —afirmó con seguridad —Te comprendo... A veces los padres son así, creen saber todo sobre lo que es mejor para sus hijos sin siquiera tener en cuenta las opiniones de estos.

Jin sonrió con más confianza dándole la razón para luego llevar a su boca lo que estaba preparando antes, dando finalizado ese tema.

✧・゚: *✧・゚:*

Cerró con fuerza los puños con la cabeza gacha aun flaqueando entre ir o no.

¿Debería entrar?

Deberías hacerlo, nos estamos congelando aquí fuera.

Arrugando la nariz se dijo así mismo que debía volver a casa, ya era tarde y él aún no salía.

Dio dos pasos para dar media vuelta e irse, dejando ganar a su cobardía, pero en ese instante escuchó voces que lo detuvieron.

—¿Yoongi hyung?

Era él.

Pasando saliva de manera forzada y remojando sus labios se plantó nuevamente en el sitio que estaba antes al verse descubierto.

Sé valiente.

—Jungkook-ah —carraspateó, aún con los ojos fijos en sus zapatos y las manos hechas puño en los bolsillos de su abrigo.

Jeon se terminó de despedir de sus compañeros de trabajo y se acercó hacia el mayor dejando cierta distancia entre ellos.

—¿Qué pasó? ¿Qué haces aquí?

Yoongi se lamentó no haber ensayado lo que le diría antes de aparecer de la nada en el set de grabación, o ya de paso no hubiera ido.

Tonto.

—Y-yo... Uhm, yo quería hablar contigo y disculparme por lo de esa noche. De verdad, no fue mi intención que ter-

—Para —Jungkook puso uno de sus dedos sobre los delegados labios delOmega callándolo, este lo miró expectante —No debes disculparte. No es tuculpa... Y-yo reconozco que no debí haber actuado de manera tan impulsiva comolo hice... Me deje llevar por el calor del momento y no... No debí hacerlo.Perdón... —culminó en un susurro, pasando un mano avergonzado por su nuca. También había pensado en disculparse después de aquella tarde en casa de Taehyung, presenciar la manera en que Hoseok quedaba casi hipnotizado por su amigo le hizo caer en cuenta lo mucho que extrañaba a Yoongi y lo cascarrabias que lo ponía estar peleados por cosas sin sentido.

Realmente se necesitaban mutuamente, aunque hubiera sido poco tiempo en ellos cargaba recuerdos de dos años de relación, de noches silenciosas viendo las estrellas mientras tocaban una dulce melodía en la guitarra, las conversaciones sin sentido, las bromas y apodos tontos.

—Fue muy bajo caer en el juego de tu madre, de verdad, no debí hacerlo. Me molesta tanto que solo llamen para hacer ese tipo de comentarios y ella lo sabe... fue muy idiota de mi parte darle lo que quería y enojarme contigo. Por favor, perdóname, hyung.

Antes de alzar su vista de sus manos jugando entre sí sintió unos cálidos labios posarse sobre su mejilla.

—Todo está bien —sonrió suavemente Yoongi.

Está bien porque estás aquí.

Sin decir más palabras sus dedos se entrelazaron en un roce tímido mientras en sus rostros se reflejaban diminutas sonrisas risueñas bañadas por el sentimiento de estar con la persona correcta. Porque sí, para Jungkook, Yoongi era, es y será la persona correcta para estar a su lado, sin importar que las madres de este último dijeran lo contrario; se amaban, se amaban a gritos silenciosos y a su manera.

No eran una pareja destinada, pero se sentían como una, aparte ¿no es mejor contradecir al destino y ver qué pasa? porque para él había sido una de las mejores decisiones que pudo tomar.

—Entonces... ¿vamos por un café? —propuso Jungkook.

—Uhm, me parece buena idea —accedió, soltando una risa silenciosa peinando su cabello con su mano libre.

—Bien, entonces vayamos a coffee magic, me gusta el ambiente del lugar.

—Sí, claro, ambiente —repitió el más bajo irónico, recordando que allí había sido su primera cita hace ya mucho tiempo y que no había salido muy bien.

—Oye —dijo juguetón, golpeando con su hombro el hombro de Yoongi —Prometo no terminar regando todo por los nervios.

Yoongi finalmente aceptó con aquella sonrisa de gomita que a Jungkook le encantaba.

—¡El último en llegar paga la cuenta!

Fue lo último que escuchó Min antes de darse cuenta que su pareja ya iba corriendo un par de metros adelante.

—¡Oye! ¡Eso no es justo! ¡Tienes piernas más largas que las mías!

—¡Alcánzame si puedes, Polly!

¡Que no soy tan chaparro!

Las personas correctas a veces llegan en los momentos incorrectos, ¿serás capaz de enfrentarte al destino? 

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MY UNIVERSE!!!

STREAM A LA MEJOR COLABORACIÓN DEL AÑO!!!

No confíen en mí cuando digo que trataré de actualizar seguido 🤺

Y por haber desaparecido tanto tiempo traje un nuevo cap de casi 6 mil palabras (el largo de mis shots) y un maratón de 4 capítulos (los otros no serán tan largos).

En fin, aquí siento que no cuadro todo muy bien, pero quería profundizar un poco en el pasado de Tae, los intereses de Jin y la relación del Kookgi u.u

Cualquier duda o sugerencia los Leo en los comentarios.

PD: se supone que iba a hacer un maratón de 4 caps, pero adivinen quién no ha terminado los otros 3 y le estresaba no actualizar esta historia 🤡

En fin, YT ratero 👺

¡Gracias por leer!

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