Capítulo 20

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Las lágrimas bajaban sin control por las mejillas sonrosadas y adoloridas del Omega, su madre se mostraba impacible ante su sufrimiento mientras el resto solo callaba y oían las palabras llenas de ira y veneno de la líder, su padre le había dado la espalda y se había retirado a sus aposentos sin importarle qué le podrían hacer; su alfa se encontraba con las muñecas atadas y con moretones por todo su rostro, su ropa rasgada y manchada de sangre, se veía tan deplorable y aún así luchaba por llegar a su lado, algo imposible. Los gruñidos y gritos de Taehyung retumbaban por toda la sala farfullando palabras poco entendibles qué hacían aullar de dolor a su parte animal. En otra esquina se encontraba Jungwon, también con las muñecas atadas, el rostro hinchado y la mirada vacía.

No se quería ni imaginar cuál había sido su castigo por traición, pero las manchas rojizas en su cuello que comenzaban a tomar un tono violiceo dejaba al descubierto lo que su mente quería ocultar.

Ya está, habían firmado su sentencia, no podía reclamar o pedir misericordia porque estaba seguro que su madre no se la daría, estaba consciente de qué siempre pondría a la manada y sus demandas por delante de él, y peor aún con aquella deshonra que se mostraba en su cuello aún fresca.

-¡Dejelo! Por favor, por favor, castigueme a mí ¡sueltelo! -gritó con desespero el alfa dueño del aroma a roble y vino.

La mujer le dio una mirada de total indiferencia haciendo oídos sordos a sus súplicas, agachandose a la altura de su hijo arrodillado en el piso y tomó su mentón con brusquedad obligándolo a verla.

-Madre, y-yo-

Otra cachetada resonó en el lugar callando las palabras de Hoseok seguido a eso se escuchó un gruñido por parte de Kim quien intentó levantarse, pero fue detenido por los alfas que allí se encontraban.

-No me vuelvas a llamar de esa manera nunca más, yo no soy madre de un Omega inepto que se dejó marcar por un cualquiera -escupió con asco, volviendo a tomar entre sus dedos el rostro rojo del menor y enterrando sus uñas en la suave piel de sus mejillas hasta el punto de sacarle unas cuantas gotas de sangre -Dime, Hoseok, dime qué te hizo falta para que nos pagues de está manera ¿ah? Siempre obtuviste lo que querías, le perdoné la vida a ese error de beta porque me lo pediste, te di la mejor comida, ropa y joyas, los ungüentos más caros y las telas más finas, y lo único que te pedí fue que cumplieras con tu rol, nada más. Si tan desesperado estabas por pasar tus celos con alguien me hubieras dicho y hubiéramos adelantado todo este proceso de cortejo e ir directo al grano, pero no, el caprichoso Omega fue a buscar a un pulgoso cualquiera para que lo marque -cada una de sus palabras salía con rabia y rencor -Me repugna saber que te di la vida.

Hoseok no aguantó más y dejó escapar un sonoro sollozo, su cara ardía y dolía por los golpes recibidos y las uñas incrustadas en su blanda carne.

-N-no lo e-entiendes... Él es mi p-pareja destinada, y-yo lo amo -contestó de forma atropellada, apenas siendo capaz de respirar debido al nudo en su garganta.

A la alfa no pareció gustarle la respuesta y ejerció más presión en su agarre.

-¿Amor? Ni siquiera sabes lo que es amar, solo eres una maldita decepción que no sabe hacer nada bien. Tu destino era al lado de Soe-hae, no con este idiota -el Omega se quizo defender, pero la mujer le interrumpió escupiendole saliva en la cara para después empujarlo hacia un lado.

-¡Hoseok!

Taehyung se sentía impotente al no poder hacer nada más que gritar y gruñir, podía sentir la tristeza y dolor de su Omega por medio del lazo y su lobo rasguñaba desesperado por ir a consolarlo, aunque su propio cuerpo no resista si quiera a dar un par de pasos producto de la paliza que le habían proporcionado con anterioridad sin contar que no había comido ni bebido ni una sola migaja de pan y mucho menos una gota gota de agua en dos días.

-Pulgoso, deja de gritar de una buena vez si no quieres que te mate en este preciso momento -amenazó la líder mordaz, halando de los cabellos del chico hacia arriba dejando así su rostro todo magullado al descubierto -¿Sabes lo que provocaste? ¿Acaso estás consciente de que tu imprudencia nos traerá represalias? ¿¡Ah!?

Hoseok intento arrastrarse a los pies de su progenitora más las alfas lo detuvieron torciendo sus brazos tras su espalda y ejerciendo tal presión en sus muñecas que estaba seguro quedaría marca de sus dedos dibujados sobre su piel.

-¡Detente, mamá! ¡Por favor! -rogó, deseando que la diosa Luna se compadezca de sus hijos que no habían hecho más que seguir su destino.

-Eres una escoria, un maldito bastardo. Dices amar a Hoseok, pero eres tan egoísta como para marcarlo y arruinarle la vida -masculló con la mandíbula apretada, hombros tensos y una mirada asesina reflejada en su rostro, tironeando del pucho de cabellos azabaches en su mano -Tan solo eres un mentiroso egoísta.

-Yo lo amo, realmente amo a Hoseok y esa es la verdad. Usted me llama egoísta, pero yo no soy quien lo comprometió con alguien a quien no quiere solo por seguir una tonta tradición, me llama egoísta cuando es usted a la que no le importa la felicidad de su propio hijo.

La alfa rió de forma corta y amarga ante la altivez del menor. Su mano se cerró en un puño que fue a parar a la cara de Taehyung en un golpe seco haciendo que más hilos de sangre salgan por su boca.

-Ten más cuidado con tus palabras, mocoso. Recuerda que a quien hablas es a tu líder.

-No me importa quien sea si lastima a mi Omega, y de paso es tan cobarde como para necesitar de terceros para hacerlo.

El enojo de la mujer se incrementó y sus feromonas salieron disparadas invadiendo rápidamente el lugar y opacando el resto de aromas, sus ojos se tornaron a un potente dorado y sus enormes caninos habían salido a la luz. Pronto más golpes fueron lanzados sin cuidado alguno estrellándose contra el cuerpo del alfa que sentía que en cada golpe el aire de sus pulmones desaparecía y sus oídos zumbaban.

Hoseok lloraba de forma desgarradora y desconsolada pidiendo perdón a gritos y luchando por zafarse de las manos que lo mantenían cautivo, con cada golpe que recibía Taehyung su desesperación iba en aumento en especial cuando, por medio del lazo, podía escuchar como los latidos y voz del alfa se hacían más lejanos.

-¡Por favor, para! ¡Detente! -con el poco hilo de voz que le quedaba intentó detener el castigo que se llevaba a cabo, más la líder no parecía contenta con ver al chico escupiendo sangre.

La mujer detuvo sus acciones al ya no ver respuesta por parte del cuerpo de Taehyung que yacía en el suelo inconsciente y con su respiración más pesada e irregular. Con paso imponente y su voz cargada en rabia demandó que liberaran al Omega quien se arrastró rápidamente hasta llegar donde su amado, tomando con sus manos temblorosas y sumo cuidado la cabeza de este hasta colocarlo sobre su regazo. El corazón se le partía a pedazos y su lobo aullaba con gran pesar al ver su compañero tan destruido físicamente, el miedo recorriendo cada fibra de su cuerpo a medida que la respiración del contrario se iba apagando lentamente y ya ni siquiera lo podía sentir.

-Dejen a ese par libre, no me sirven de nada aquí, y encierren a ese beta traidor y ni se les ocurra darle tan siquiera comida o agua, dentro de una semana será decapitado frente a toda la manada para que vean cuál es el castigo de aquellos que osan pasar sobre mis reglas e intentar engañarme -sentenció la mujer, saliendo del salón con pasos pesados que hacían crujir la madera.

Los ojos de Jungwon viajaron por todo el lugar hasta toparse con los de su amigo, los ojos del beta solo reflejaban el más puro terror mientras empezaba a forcejear en un intento de ser liberado mientras suplicaba por el perdón, llamando a gritos al Omega que ya le había salvado la vida una vez.

Hoseok tan solo observaba todo en cámara lenta, su mejor amigo estaba siendo arrastrado por dos hombres mientras su garganta se desgarraba llamándolo en busca de ayuda mientras sobre sus muslos descansaban el cuerpo inconsciente del amor de su vida. Tenía que elegir entre uno de los dos.

Llenando sus pulmones de aire y acariciando con sus tremulos dedos el cabello de Taehyung solo pudo susurrar un corto:

-Lo siento...

Antes de que el beta desapareciera por completo de su vista. La culpa al tener la mirada aterrada y empañada de lágrimas del beta en su mente haciendo peso en su consciencia.

¿Qué había hecho?

La semana había pasado más rápido de lo que hubiera esperado, las heridas de Taehyung sanaban poco a poco mientras él se hacía cargo de cuidarlo. El día que más temía había llegado, aunque su madre les hubiera perdonado la vida a ellos dos no lo hizo con su amigo incondicional, a aquel beta que lo vio crecer y lo cuido en su presentación como Omega, a aquel que lo había querido como un hermano y el que había cumplido uno de sus mayores anhelos, a ese mismo chico iba a ver morir.

-Podemos volver a casa y evitar esto si eso quieres -propuso el alfa al sentir su lazo tenso, acariciando con sus dedos los brazos del Omega para hacerle saber que estaba ahí para él.

-No... No lo puedo dejar otra vez, todo esto es mi culpa, él arriesgo todo solo por mí y yo no pude devolverle el favor... N-no lo pude s-salvar.

-No pudimos salvar a nuestro mejor y único amigo...

La ceremonia pronto dio inicio y el joven beta de hoyuelos fue llevado hasta la tarima donde todos los de la manada tenían puesta su atención.

Hoseok sintió asco y aborreció cada putrida palabra que salían de la boca de la líder, aun no podía creer que aquel ser despiadado sea su progenitora, le daba asco, sentía asco de él mismo por su madre quien parecía disfrutar y saborear la noticia de una muerte.

¿Tanto lo odiaba como para hacerle eso?

El sol se reflejo es el filo del metal alzándose impetuosa al cielo antes de bajar con fuerza y acabar con la vida de Yang Jungwon.

Un chillido desgarrador se escuchó en un lugar alejado del resto de la manada al salir la sangre salpicando por todas partes y la cabeza del beta rodando sobre la madera.

Estaba hecho, aquella fría tarde, la vida de Yang Jungwon había sido arrebatada frente a toda la manada, y no hubo nadie quien le llorara, siendo que su cuerpo fue tirado y quemado para luego dejarlo atrás... Su madre ni siquiera le permitió darle una digna sepultura.

Ahora Hoseok vivía en una parte alejada del bosque junto a la familia de su alfa, iniciando una nueva vida, pero llorando cada noche por la muerte de aquel beta que no hizo más que enseñarle a querer de forma incondicional.

...

La luz de los relámpagos iluminaban por completo la habitación, llenándola de sombras tenebrosas e ilusiones deformes haciendo que el delgado cuerpo se estremeciera entre las sábanas, siendo complementado por los ruidosos truenos que ocultaban sus asustadizos y cortos chillidos.

Aquella anoche llovía como si no hubiera un mañana, el golpeteo sonoro de las gotas de lluvia cayendo sobre el pavimento y las que golpeaban contra las ventanas cortesía del viento que soplaba imperturbable ante el miedo que sentía Hoseok, y es que la lluvia es una de las cosas menos favoritas para él. Con ella no solo traía frío y humedad, sino también recuerdos amables y sinceros que lastimaban, lastimaban porque sabía que eran momentos que solo vivirían en su cabeza, momentos que lograban hacerlo sonreír para después volverlo añicos.

"-Eres mi omega, y te protegere de cualquier cosa, incluso de las lluvias torrenciales, así que no temas ¿sí?"

Hoseok salió de su burbuja de lamento, miedo y tristeza cuando la habitación se volvió iluminar y una figura alta y fornida se reflejo en el marco de la puerta. No dudó mucho al pegar un grito ensordecedor callado por la lluvia y tiro lo primero que tenía a mano antes de volver a esconderse entre las sábanas en una bolita.

-¡Auch! ¡Idiota! Ten más cuidado que no pienso comprarte otro teléfono - se quejó Taehyung en medio de la oscuridad, sobando su brazo con una mueca, Hoseok tenía buena puntería cuando estaba alterado, algo irónico ya que siempre terminaba tirando cosas que no debía cuando se concentraba. Se acercó despacio a donde se encontraba el Omega para evitar que se asuste más, sentándose al borde de la cama.

De entre las sábanas blancas se asomaron un par de orejas seguido de unos ojos asustadizos que miraron con atención y cierto alivio al peliazul, el tenerlo cerca hacía que su lobo se calme y su cuerpo se destense.

-¿Amigo o... Enemigo? - inquirió, aún con la frazada cubriendo la mitad de su rostro.

El alfa rodó los ojos y chasqueo la lengua terminando por sacarse las pantuflas y acostándose en el puesto sobrante del colchón, suspirando en el proceso.

-¿Q-qué haces? - titubeó un poco, terminando por sacar solo la cabeza de entre las mantas, alejándose para respetar el espacio del alfa.

-¿No es obvio? Duermo - dijo con simpleza, acostándose boca abajo sin prestarle atención.

-Para eso tienes tu habitacion y tu propia cama -respondió mirándolo de forma acusatoria.

-Te recuerdo que vives en mi departamento, así que a la cuenta esta también es mi habitación -resopló con la almohada amortiguando su voz poco entendible -Aparte, debes aprender a compartir, tutankamón -dijo burlón, mirándolo apenas con la mitad de su rostro oculto en la almohada bajo su cabeza.

Sip, ese era el nuevo apodo que le había puesto Taehyung a Hoseok durante los últimos días ¿razón? no había una en específico, según palabras textuales del peliazul solo porque "es divertido". Hoseok tenía ganas de patearlo y sacarlo de su cama, seguía enojado por haber sido olvidado y casi perderse en esas carrozas enormes colectivas, aún sentía el pánico latente al ser el foco de atención de varias personas y por el hecho de no saber donde narices iba a llegar a parar.

-No me importa, quítate. Tú me diste esta habitación, así que ahora es mía -declaró con firmeza y forzado fastidio, aunque por dentro estaba agradecido de tener a Taehyung junto a él -Y ya te dije que me llamo Hoseok, no Tutankamón. Soy H-o-s-e-o-k -deletreó, dibujando los caracteres que conformaban su nombre en el aire. Ni siquiera se había dado cuenta cuando se había sentado en la cama, inflando más sus mejillas y formando el triángulo invertido característico de él en sus labios al darse cuenta de como el cuerpo del alfa se sacudía levemente -¿Te estás riendo de mí?

-¿Yo? Pero de qué hablas, momia, yo ya estoy dormido -empezó a roncar, la diversión bailando en cada una de sus palabras.

-Ajá, sí, ahora me vas a decir que hablas dormido y que Yeontan es en realidad un super agente secreto que combate el mal con un mini sombrerito en la cabeza.

-¡Woah! ¡Cómo lo supiste! ¡Has descubierto mi mayor secreto!

-¿De verdad? -preguntó con inocencia y asombro ¿tan bueno era como adivino?

Taehyung le hizo señas con la mano para que se acercara y él dubitativo, pero como siempre, guiado por su curiosidad hizo caso a la petición silenciosa.

Se tumbo de lado en el colchón de forma en que quedaron frente a frente. Había algo diferente, había algo distinto en aquella habitación. Había algo diferente con Taehyung.

Desde aquel día en la convención, Taehyung había empezado a ser mucho más amable con él, era como si hasta ese punto un muro invisible los haya separado, y él hubiera abierto tan sólo una pequeña puerta dejándolo ver muy poco, pero suficiente como para crear intriga en el omega.

Para después sentir un golpe en la punta de su nariz.

-¡Hey! Eso es jugar sucio, tramposo -se quejó, sobandose donde había recibido el no tan fuerte golpe.

-Apenas te toqué, exagerado.

-Ñiñiñi, no hagas que te bote de mi habitación, Kim -amanezó, aunque no pensara hacerlo realmente.

Taehyung lo miro arqueando una ceja, sin que se pueda distinguir mucho en medio de la oscuridad de aquella noche lluviosa.

-¿Acaso me vas a botar de mi propia casa? ¡Jum! Como diría mi madre, ahora los pájaros quieren tirar a las escopetas -con falso resentimiento se dio la vuelta, quedando de espaldas a Hoseok quien rio de forma tenue.

La relación entre ellos había cambiado, y era algo que le fascinaba a Hoseok, pero que también lo confundía.

Taehyung incluso lo había llevado a comprar una especial de caja con el que podía hacer casi de todo y que lo llamaban teléfono, según el alfa era evitar accidentes como el de la convención y el de la vez del autobús, así el podría saber su ubicación en todo momento. Y es que habían pasado un par de cosas desde ese día, pero la mayoría ocasionadas por la torpeza del omega y la dificultad que tenía para adaptarse a la vida moderna.

Como cuando, por accidente, casi inunda todo el departamento al intentar lavar la ropa de ambos en la caja Mágica que da vueltas (sí, la mayoría de cosas para Hoseok eran cajas mágicas) y que era la versión mejorada de lo que él conocía como lavadora; en aquella ocasión pudo darse el lujo de apreciar un poco más el cuerpo de Taehyung con la camisa mojada marcándose a su cuerpo, un deleite visual, aunque su rostro en ese momento mostrará las muchas ganas de matarlo de mil maneras posibles.

Regresando al presente, Hoseok se alzó sobre el alfa hasta conseguir su teléfono que había quedado a un lado de la cama, terminando por darle la espalda a Taehyung.

Entró rápidamente a la app de logo amarillo e hizo lo que Jimin y Taehyung le habían enseñado.

Kim Taehyung.

-Gracias.

Taehyung sacó su teléfono del bolsillo al sentirlo vibrar, viendo levemente sobre su hombro al leer el remitente del mensaje.

Hoseok.

-¿Gracias?

-Sí
-Muchas gracias, Tae

-🤨?

¿Ahora por qué le agradecía?

Aunque no lo parezca, Taehyung también podía llegar a ser bastante curioso, y en ese momento tenía muchas ganas de saber el porqué de aquel mensaje, pero la lentitud con la que escribía el omega lo estaba exasperando.

-wow, creo que le haces competencia a flash escribiendo, eh

Hoseok movió la cola en protesta, golpeando con ella a Kim.

Hoseok.

-Gracias por venir conmigo, la verdad es que odio los truenos, me dan mucho miedo

-No hay de qué, no podría llegar a dormir después si tu olor a miedo sigue toda la noche

-Y, también, gracias por todo lo demás
-Te quiero mucho, Tae

Y ahí estaba de nuevo, aquellos sentimientos raros e indescriptibles lo atacaban una vez más, su lobo se sentía tan cómodo y tranquilo, estaba más presente de lo que había estado en los últimos años.

Hubo un tiempo en el que Taehyung se había dejado morir, fue uno de sus peores momentos, cuando ya ni siquiera sentía a su lobo dentro de él, realmente pensó que lo había abandonado.

Y, para ser sinceros, aquello le aterraba, le daba tanto miedo todo lo nuevo que estaba empezando a sentir debido a Hoseok.

"-Si no fuera por ti, mi hija aún estuviera viva... ¡Tú la mataste!"

Yo la maté... Fue mi culpa.

A pesar de lo que estaba sintiendo, a pesar de aquel revoltijo tan extraño, él no se podía permitir sentir algo más allá de aprecio por Hoseok, tenía suficiente con cargar una muerte encima, no soportaría cargar con otra más.

Él no era digno de ser querido, no lo merecía... No lo valía.

El omega se percató de que el aroma de Taehyung se había marcado de tristeza, y eso lo preocupó ¿acaso había hecho algo mal? ¿Dijo algo que no debía?

¡KRAAAK!

Un estruendoso trueno surco el cielo nuevamente, sacando a ambos de sus brumas de pensamientos para darse cuenta que habían saltado de sus sitios hasta quedar más pegados que chicle.

Una risa se escapó de sus bocas tras el grito que habían pegado ambos, volviendo a acomodarse, pero esta vez frente a frente, hasta que Taehyung acortó la distancia entre ellos, atrayendo a Hoseok a su cuerpo hasta que el rostro de este quede contra su pecho.

-Hoy puedes dormir en mi pecho si lo deseas, pero no te acostumbres, solo pasará cuando llueva de esta forma, hace menos frío así -mentira, a él también le daban miedo los truenos por eso había ido donde el omega.

-Gracias.

E incluso sabiendo eso, incluso sabiendo que no merecía ser amado, incluso cuando sabía que valía menos que nada, incluso cuando fue su culpa la muerte de su ex pareja... Incluso después de todo eso, Taehyung se aferraba a ese "te quiero", sabía que estaba mal, que no debía sentir lo que estaba empezando a surgir en él, pero se sentía tan bien...

Se sentía tan bien que dolía, porque él no era ella, porque él no se merecía más que ella.

...

Jimin estaba cerrando después de un largo día de trabajo en la cafetería, Hoseok se había marchado más temprano de lo normal, ya que había quedado con Yoongi para hablar sobre ciertas dudas que tenía cno respecto a un libro antiguo que hablaba de quién sabe qué, ese par de omegas se habían vuelto muy cercanos, a pesar de parecer tan opuestos.

Desde que Hoseok había empezado a trabajar con él, las tardes eran más divertidas y menos pesadas, irónico, ya que muchas de sus torpezas lo llevaban a meterse en problemas.

Sonrió con cansancio terminando por limpiar la última mesa en lo que escuchaba cosas caerse seguido de un "¡Lo siento!".

Sí, Hoseok a veces le recordaba a su Joonie, igual de torpes.

-Con que no hayas dañado la cafetera nueva todo está bien -dijo con burla, acercándose al mostrador donde estaba el alfa.

-Casi pierdo un dedo, pero la cafetera está intacta, ni mi seguro de vida alcanzaría para terminar de pagar esta cosa si la daño.

-Tonto.

Jimin rodeó el mostradoe, agachandose para ayudar a recoger las cosas que se habían caído, por suerte, solo fue una caja de sobres y nada de vidrio o frágil.

-¿Hoseok los metió en problemas hoy? -pregunto Namjoon en busca de saber del día de su Jiminsaurio.

-Sorpresivamente, hoy fue un día más tranquilo de lo normal. Hoy vinieron parejas sobre todo, así que no hubo mucho peligro de tener a Hoseok huyendo de niños como si fuera una bruja en Salem hace 200 años.

-No te deberías burlar mucho, Minie, después te verás a si mismo cuando tengamos nuestros hijos.

Como si eso fuera posible.

No era un secreto para el grupo de amigos que uno de los más grandes sueños de Namjoon era ser padre, poder cuidar de esos seres diminutos que, como diría Yoongi, parecían masas deformes y rosadas, pero, para Jimin, era un sueño que habían abandonado hace mucho.

Al ser beta, Jimin no podía soportar ni siquiera un nudo del alfa, lo intentaron, y no salió bien. Yoongi les había contado de los extraños casos en los que un beta pudo quedar en estado de un alfa, y ellos abrazaron esa idea, pero nunca resultó.

En el último celo en el que Jimin ayudó sexualmente al alfa, este se sintió culpable al día siguiente al ver al beta llorar de forma desgarradora hasta perder la consciencia cuando su lobo había tomado total control de su cuerpo.

-Minie, ¿qué te parece si vamos este sábado a una cita en el parque? Podemos llevar lienzos y pintar, quiero pasar más tiempo contigo aprovechando que tengo menos trabajo esta temporada.

La emoción en el beta creció y sus ojitos resplandecieron, amaba esos planes sencillos, pero bonitos donde lo primordial era disfrutar la compañia del otro.

-Me parece que voy a llevar tarta de fresas y café, seremos las vecinas chismosas del parque.

Rieron.

-Te amo mucho, Minie.

-Te amo mucho más, Namie.

Se abrazaron recostados en el mostrador, la punta de sus narices acariciandose suavemente entre sí, era un momento tan íntimo donde los sentimientos volaban y vivían sin necesidad de nada más que sus miradas para saberlo.

-¡Oh! Espera un momento, hay algo que quiero hacer desde hace mucho -se separó del meloso abrazo, recibiendo una mirada de desaprobación del más bajito.

Solo fue cuestión de segundos para que la canción de Harry James, It's been a long, long time, empezara a sonar.

-¿Me permite usted, hermoso beta, bailar esta pieza con usted? -dijo Namjoon, extendiendo su mano en espera de una respuesta.

La, en comparación, pequeña mano del beta tomó la suya. Namjoon mantenía sus manos alrededor de la cintura del más bajito, teniendo que encorvarse un poco poder besar su rechoncha mejilla, mientras Jimin reía bajo y se sostenía de los hombros del alfa, envueltos en el vaivén de un baile lento.

"Kiss me once"

Un beso.

"Then, kiss me twice"

Otro más.

"Then, kiss me once again
It's been a long, long time".

Y un beso largo y tierno, lleno de una acogedora sensación. La paz en un solo beso, la confianza, la paciencia y el amor.

Al igual que muchos, a ellos también les había costado demasiado llegar al punto donde estaban, una relación que había empezado de imprevisto, un giro del destino, y una lucha contra la vida. Habían crecido mucho, tanto de forma individual como en pareja, ahora vivían juntos cuando antes tenían que verse a escondidas.

El tiempo pasaba rápido, pero con él el sentimiento de amor creciendo y madurando día con día, aún tenían un camino largo de por media, pero Jimin estaba seguro que disfrutaría cada uno de esos momentos tanto como pueda, hasta que llegue el momento de decirse adiós.

Y es que Jimin tenía cierto complejo por su rango como beta, ya que él nunca podría darle a Namjoon lo que este tanto anhelaba, una familia, mucho menos podrían compartir aquel lazo especial que compartían omegas y alfas, ya que aquello podría resultar mortal para él.

A pesar de que físicamente parezca un Omega, él sabia que no era así.

Los ojitos antes resplandecientes de emoción ahora de aguaban al sentir al alfa olfatear su cuello, sabiendo perfectamente que él no podía oler igual de dulce que los omegas.

-Te amo, te amo tan imperfectamente perfecto como eres, te amo tanto que el universo tiene envidia por la inmensidad de amor que siento por ti.

Y esas eran las palabras perfectas que Jimin necesitaba escuchar en ese momento.

Siendo cargado con facilidad hacia el mesón donde volvieron a unir sus bocas en un beso de complicidad y de corazones chiquitos rebosantes de sensaciones complicadas de explicar con palabras.

-Te amo más, mi alfa.

-Mi beta.

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Me pongo bien cursi a esta hora JAJJAJAJA, es mi mero mole escribir cosas cursis sin saber cómo expresarme

¿Qué les digo? Estoy enamorada de la idea del amor xD

-Atentamente: la payasa del año 🤡

Lol, el cap empieza con llantos y termina en besitos, parkour

Creo que esta historia empezará a volverse más fluffy pq el drama/angst no me va

En fin, espero lo hayan disfrutado u.u

Quizá, si no me da pereza, más adelante reescriba toda la historia, para cambiar ciertas cosas y corregir mis horrores ortográficos que me dan pena leer ahora JAKAJS

¡Nos leemos!

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