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Un mes después de la recaída del Presidente Kim, los médicos determinaron que podía irse a casa pero que era imperativo que descansara. Para un hombre que una vez gozó de una vida física activa, estar en estas lamentables condiciones era desesperante.

—Acuéstate despacio, padre.

—Basta, puedo acomodarme en la cama yo solo.

—Al menos, deja que te acomode la almohada.—Su hijo mayor lo recogió personalmente del hospital cuando lo dieron de alta y parecía un cachorro que no se le despegaba.—¿Tienes hambre? El médico recomendó una lista de comidas saludables para ti, voy a pedir que te preparen algo.

—Estoy bien, comeré más tarde. Además, Sunying me dijo que ese omega tuyo vino desde la mañana para preparar mi llegada.

—Seokjin es un ángel, ¿verdad? 

Luego del nacimiento de Jungmin, su padre estuvo hospitalizado un mes completo hasta que fue capaz de comer por su propia cuenta de nuevo. Para Namjoon fue un mes difícil. El Presidente no quería que nadie en la familia se enterara de esta recaída y tampoco la Junta Directiva del Grupo, lo que no fue fácil. Tuvo que decir una que otra mentira para que nadie se enteraran de que estaba en el hospital. Por supuesto, con sus hermanos no funcionó. Jimin alegó que ni siquiera su padre seria tan frío de corazón como para no conocer a su nieto, más las sospechas de Taehyung, terminaron de descubrir que su padre no estaba bien. Aunque no se enteraron de la historia completa, ni de la gravedad.

—Tenemos una conversación pendiente. ¿Te reuniste con Jiho?

Diablos, acababa de regresar del hospital, ¿no podía ese viejo alfa tomar un descanso?

—Si, lo hice.—Namjoon iba a dejar las cosas en claro.—A pesar de que Jiho es un omega amable y un buen candidato, lo rechacé. Solo voy a casarme con Seokjin, no hay nadie más a quien quiera.

—Es un hecho, entonces.—El Presidente tenia sus dudas respecto a que Seokjin pudiera soportar el peso que se le venía. Aún así, no deseaba que su hijo fracasara.—Contraté a un personal especializado para pulir las habilidades sociales de Seokjin. Ahora que vas a entrenarlo como tu futuro compañero, será diferente que asista a las reuniones como acompañante de tus hermanos a que se presente solo, debes llamarlos para confirmar el inicio de las clases.

—Lo haré, gracias.

—¿Ya le has comunicado tus intenciones acerca del matrimonio?

No tenía dudas del amor de Seokjin, en lo absoluto. Pero ellos rara vez hablaban de compromiso. Quizás se estaba apresurando, y sí, era presionarlo demasiado, pero en algún momento tendrían que decidir acerca de su futuro juntos. Además, ¿por qué seguiría a su lado si no quisiera lo mismo?

—Aceptará. Seokjin esta tan comprometido con nuestra familia que un acta de matrimonio solo es una formalidad.

El Presidente Kim no estaba tan convencido pero dejaría ese asunto en las manos de su hijo.

—Bien, ahora... —En esta familia los asuntos incómodos nunca terminaban.—¿Le has hablado a Jimin acerca de adelantar la boda? Los rumores que están surgiendo alrededor de la paternidad de mi nieto, no son nada que se deba tomar a la ligera.

El nacimiento de Jungmin desató una ola de rumores desagradables,  el que haya nacido fuera de un matrimonio legalmente inscrito y,  luego de todo lo que se dijo respecto a que Jimin era la manzana de la discordia entre los hermanos Min, muchos se estaban atreviendo a dudar acerca de la paternidad de Jungkook. Era una estupidez, pero si no le prestaban atención podría convertirse en un verdadero problema. Namjoon y el Presidente Kim sabían muy bien lo que podría ocasionar para el futuro de Jungmin el que se dudara de su legitimidad.

—¿Haría tanto daño que esperen unos cuantos meses más? Jimin ha estado planeando su boda durante mucho tiempo, él...

—Sabes tan bien como yo que, cuanto más pronto se casen y presenten a Jungmin como su hijo, será mejor para ellos.

Ante esto Namjoon no podía oponerse.

Siguieron hablando durante un tiempo hasta que el Presidente se agotó y se quedó dormido.

 Namjoon guardó los documentos que estaban revisando y salió en silencio de la habitación.

 Cada día que pasaba su padre se debilitaba más. Si las cosas seguían por este camino... sacudió la cabeza y alejó los pensamientos fatalistas.

La dulce voz de Seokjin sonó sorprendida al verlo. El omega sujetaba una bandeja de comida y se dirigía a la habitación del Presidente Kim. Nadie se lo pidió pero a Jin no le importó cuidar a su padre como ya lo hizo una vez, a pesar de sus evidentes desacuerdos.

—¿Hace cuanto estás aquí? Sunying no me avisó.

Namjoon solo pudo observar al omega frente a él. Tan hermoso y amable. Tan dispuesto siempre a brindar su apoyo sin pedir nada a cambio. Lo amaba profundamente. En el pasado arriesgó tanto por un amor que valía tan poco. No sabía que tanto estaba dispuesto a arriesgar por Seokjin y le dio miedo que alguien tuviera semejante poder sobre él.

—Necesitaba hablar con mi padre de algunos asuntos urgentes— Namjoon se acercó y le dio un beso en los labios, todo el remolino de inquietudes que lo consumían se detenían un poco cuando estaba cerca de Jin.—Hola, cariño.

—¡Espera! ¡Harás que se me caiga la bandeja!—Jin sonrió mientras le devolvía el beso. Namjoon no le hizo mucho caso y siguió buscando su boca. —¡Detente! ¡Hablo en serio!

Cuando percibió un deje de molestia verdadero en su voz, se detuvo. Era adorable cuando se fastidiaba.

—Déjame llevarla por ti. El Presidente se quedó dormido y es mejor que no lo molestemos.

—En ese caso, ¿quieres comer conmigo? No quiero desperdiciar la comida.

—Claro.

Había algo tan doméstico en sentarse en el comedor juntos y almorzar. Era un ambiente agradable hasta que el teléfono de Namjoon empezó a timbrar, seguramente era el publicista de la familia, necesitaban hablar acerca de como manejar la situación de Jimin.

—Ni lo pienses. Seguirán llamando les respondas o no.

—Será solo unos minutos.

—¡He dicho que no! ¡Nada de teléfonos en la mesa!

Ante la instrucción de su general no pudo hacer más que obedecer.

—De acuerdo.

Jin preparó una cucharada de arroz y un poco de carne y simuló darle de comer con un avioncito, como si fuera un cachorro.

—Di "Aaaah"

La situación era tan ridícula que Namjoon estaba avergonzado.

—Aaaah...

Pero la risa de Jin lo compensaba todo.

—¡Bien hecho!

—¿Acaso soy un niño?

—No, eres un alfa adulto que de vez en cuando necesita ser mimado.

—Te estás burlando de mí.

—Solo un poquito.—Jin le acarició el rostro, pasando sus dedos delicadamente bajo la sombra de sus ojos.—Te ves cansado, ¿hay algo que te este molestando?

—Nada fuera de lo común.

—Estás actuando diferente.

—¿Diferente?

—No sé...—El tono de Seokjin ocultaba alguna emoción que Namjoon no pudo descifrar. —¿Pasó algo en Japón? Desde que volviste algo se siente extraño.

—¿Qué podría haber pasado?—Namjoon  tomó la mano de su omega y le dio un beso en el dorso.—Estoy cansado, eso es todo.

—No hagas eso. Sabes que lo odio.

Seokjin era muy perspicaz. Había tanto que lo perseguía, tanto que deseaba compartir con él, pero sería en vano. No podía poner sobre los hombros de su omega problemas que solo le competen a él. La vida de Seokjin se vería algo complicada en los siguientes meses, abrumarlo con sus inquietudes acerca de la reunión que tuvo con Jiho y el por qué, era impensable.

—Si te digo... ¿vas a ayudarme?

—Por supuesto.

—Es acerca de la boda de Jimin. Alguien necesita decirle que es urgente que se adelante la fecha.

—Ay, no...

–Y debe celebrarse la ceremonia en nuestro hotel.

—¿Por qué?—Jin sabia lo importante que era su boda para Jimin—Lleva esperándola desde hace una eternidad y tiene todo listo para celebrarla en su cabaña.

—Hay muchos rumores acerca de que Jungkook no es el padre de Jungmin.

—¡Pero eso es una estupidez!

—Por muy ridículo que suene, es un asunto bastante serio. No podemos permitir que se dude de la paternidad de Jungkook.

—¿Por qué alguien se atrevería a inventar algo así? 

—Por morbo.—Era tan simple como eso.—Para nadie es un secreto que todos piensan que se comprometieron porque Jimin engañó a Yoongi. Aprovechando esto, están inventando que bien podría estar saliendo con ambos hermanos a la vez.

—Pero sabemos que las cosas no son así. ¿A quién rayos le importa eso? Jungmin no dejará de ser hijo de Jungkook solo por unos rumores estúpidos.

—Se que te indigna, a mi también. Pero esto puede escalar a un grado perjudicial para ellos. Los chismes, habladurías, comentarios malintencionados, todo puede ser perjudicial para Jungmin.—Y nadie lo sabia mejor que él mismo.— Mi sobrino no merece crecer en medio de burlas y desprecios. Esto es muy grave.

—Jimin no va estar de acuerdo.

—Aquí es donde necesito que me apoyes.

—¿Quieres que yo le diga que tiene que cambiar sus planes? No es muy agradable que me envíes a la cueva del lobo, Namjoon.

—No escuchará a nadie más que a ti. Explícale la situación, ayúdame a persuadirlo.

—Tus hermanos no escuchan a nadie.

—Por supuesto que lo hacen.—Namjoon uso la suave sonrisa que dejaba a la vista sus hoyuelos, su omega no se negaba a ella.—Eres la única persona a la que han escuchado desde que nacieron. Ayúdame, cariño, por favor.

—¡Ay, esta bien! ¡Pero deja de sonreír así!—Jin sabia que fue engatusado—Si eso ayuda un poco a que estés menos afligido, lo haré.

Pero el semblante de Namjoon no cambió en nada.

—¿Y ahora que pasa? ¿Por qué tienes una apariencia tan descompuesta?

—No es nada.—Namjoon volvió a besar la mano de su omega. El rico olor a rosas era un bálsamo para su alma preocupada. —¿Cómo es que me he vuelto tan dependiente de ti?

—Soy tu pareja. ¿Por qué no podrías confiar en mí?

—Es cierto. —Nam sonrió con melancolía.— No podría confiar en nadie más que no sea mi Jinnie.

No quería que sucediera lo mismo que en el pasado. Quería que su relación siguiera como estaba, que nada cambiara, deseaba que Jin fuera capaz de soportar las adversidades a su lado.

—Por cierto...—Era hora de empezar a preparar el camino para su futuro juntos. —Hay algo más en lo que deseo que me ayudes, pero te lo diré después.

—¿Me lo dirás después? ¿Por que tanto misterio?

—Es solo que...—El teléfono volvió a timbrar y ante la insistencia ambos sabían que la agradable comida había llegado a su fin.—Solo tomé un descanso para traer a papá, debo regresar a la oficina.

—Descuida, me quedaré cuidando al Presidente Kim.

—¿Nos vemos en mi apartamento esta noche?

—¿Estás seguro de poder llegar?—Las últimas veces Seokjin se había quedado esperándolo sentado en el sofá y Namjoon llegó hasta altas horas de la madrugada. Al ver su mirada dudosa, suspiró.—Me quedaré un rato hasta que venga la enfermera y luego ire a casa del Abuelo Min, nos vemos mañana.

Namjoon salió de la mansión después de darle un beso a Seokjin. Su omega estaba distante, podía sentirlo, esa pequeña incomodidad  que surgía luego de haber estado algún tiempo separados, no le gustaba. Pero se lo recompensaría, lo juraba por la Sagrada Luna.





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¡Hola de nuevo!

Ha pasado mucho tiempo desde que me pasé por aquí. Espero que todos estén viviendo bien y tengan mucha salud y felicidad. 

Quiero darles las gracias porque, a pesar de que las historias no tienen actividad por mi parte, mis notificaciones están llenas de comentarios y votos. Me reconforta mucho que mis historias sigan entreteniéndoles en mi ausencia.

Ahora, si no les molesta y todavía queda alguien que desee leer esta historia, les informo que estoy de vuelta. Quiero celebrar que falta poco para que Seokjin vuelva de su servicio militar y la inspiración ha vuelto. 

¡Bienvenid@ de nuevo!

¡Y, como siempre, gracias infinitas x leer!

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