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Después de que las disculpas fueran entregadas al chef, procedieron a sentarse en el comedor, el cual había sido limpiado rápidamente por las sirvientas, dando paso a que pudieran comenzar a hablar sobre los preparativos del festival, en el que el reino apoyaría sorpresivamente.

―Como te comenté, sé que no me corresponde en esta ocasión el apoyar en su festival, pero realmente estamos en deuda con el reino de Busan por el apoyo que nos brindaron el año anterior en nuestro propio festival, ya que como recuerda, las cosas se salieron un poco de control―dijo con una sonrisa el rey Choi mientras daba una probada a la comida, suspirando encantado cuando el delicioso sabor invadió sus papilas gustativas, no comprendiendo en absoluto el comportamiento de sus hijos sobre la comida.

―Claro que lo recuerdo―dijo el menor mientras tomaba su copa, tomando un sorbo de la bebida antes de seguir hablando―Me alegra mucho que nuestra intervención haya sido beneficiosa para ustedes, entiendo que todo se salió de control debido a ciertas exigencias imprevistas.

Yoongi se mantenía atento a la conversación, pero realmente no podía aportar nada, ya que hablaban de cosas que él no comprendía.

Lo que sí sabía, era el tipo de festivales que se planificaban en cada estación climática del año, ya que se festejaban desde que el padre de Jimin estuvo al poder en Busan, por lo que tuvo la oportunidad de vivirlas cuando era pequeño.

También recuerda que siempre trataba de impresionar al menor con sus habilidades casi inexistentes en los juegos y es que no era el mejor en los deportes, más bien en nada que se trata de precisión. En aquel entonces era mejor con la fuerza bruta, también podía manejar perfectamente un arma, una espada o un arco, pero cuando se trataba de tirar una pelota para derribar unos vasos de plástico, era algo que por algún motivo no se le daba bien.

Esperaba que con el tiempo y el entrenamiento que tuvo dentro de la tropa pueda ayudarlo en algo y que su puntería ya no sea tan desastrosa como cuando era niño. Siempre intentaba ganar los premios más bonitos para Jimin, pero la mayoría de las veces no lo conseguía. Aún así, el menor siempre se sentía orgulloso del esfuerzo que el alfa implementaba para ganarlos.

Al final de todo, era el menor el que terminaba ganando los premios por sí mismo, pero igualmente era lindo.

Recuerda con bochorno un día intento ganar un bonito traje que estaban dando como premio mayor, era un conjunto de ropa; camisa, pantalones y un gorrito para el invierno. Él único que quería era el gorrito, sinceramente, porque tenía unas orejas como de gato y pensaba que el menor se vería muy bonito con él, por lo que intento ganar el juego.

Sin embargo, el juego, como no, se trataba de puntería y tenía que derribar cinco pilas de vasos de plástico para poder llevarse el premio. Solo tenía cinco pelotas, por lo que por cada tiro tenía que derribar una pila completa.

Ya que el menor y él siempre iban juntos a la feria, Yoongi le dijo que quería ganar ese traje para él, por lo que se quedarían en ese juego. El menor asintió emocionado, aunque realmente sabía de que él no era muy bueno en esos juegos y a lo mejor perdiera, pero igualmente hizo las mejores porras, para que Yoongi pudiera ganar o al menos sentir que tenía alguna posibilidad.

El encargado del juegos le dio las pelotitas correspondientes cuando recibió el dinero, por lo que el pequeño alfa se preparó mentalmente para poder derribar todos los vasitos, no quería verse ridículo frente al menor una vez más, por lo que daría todo de sí para poder ganar ese traje.

Sería bonito decir que al final pudo derribar todas las pilas de vasitos y que pudo entregarle el traje de forma honorable al menor. Sería bonito, porque en realidad eso no es lo que pasó.

Lo que en realidad pasó, fue que el pequeño alfa terminó con un ojo morado y un labio reventado. Además de que no logró derribar ninguna de las pilas.

Una de las pelotitas había rebotado en la pared del pequeño puesto y había dado justo en su ojo derecho, haciendo que el pobre alfa comenzara a retorcerse ante el dolor y se cubrió el rostro con fuerza. Jimin se había asustado mucho al ver que su mayor se había lastimado, por lo que se acercó a él con pánico e intento acariciar su ojo lastimado, pidiéndole que dejara de jugar y que no era necesario ganar, que ahora debían ir al castillo para que pudieran revisar su herida.

Igualmente, Yoongi pensó que su ojo morado solamente era un obstáculo en medio de su logro, por lo que tomó la otra pelotita que faltaba para intentar derribar otras pilas y aunque sea ganar un premio pequeño, ignorando por completo la petición del menor.

Pero lo que sucedió es que la pelota volvió a rebotar contra la pared del pequeño puesto y dio justamente en su labio, por lo que terminó con un ojo morado y un labio reventado.

Cuando Jimin vio la sangre comenzar a brotar de los labios de Yoongi, se colocó firme y lo tomó de la mano sin oportunidades a rechistar, diciéndole que se irían al castillo sí o sí para que pudieran revisarle sus heridas.

El dueño del puesto se sintió bastante mal por ver al pequeño alfa sufrir tanto por el premio que quería entregarle al omega, tanto que se lo dio, a pesar de haber fracasado. También implicaba el que el omega fuera el príncipe y el pequeño alfa el futuro rey de Busan, al menos eso es lo que había escuchado.

Ambos menores se fueron al castillo, claramente seguidos por algunos guardias de la tropa, ya que no dejaban que el príncipe anduviera solo por ahí. Llevaron a Yoongi al área médica y lograron curar sus heridas.

El pobre pequeño alfa tuvo que mantener un bloque hielo cubierto en una manta en su ojo hinchado por días, para que pudiera bajar el tono morado que mantenía, pero el menor intentó animarlo de todas las formas posibles, inclusive poniéndose el trajecito que había ganado para él, modelándolo para que viera que su dolor había tenido buenos resultados.

Jimin tenía guardado en su armario ese trajecito, aún desde lo que había pasado, lo había guardado con mucho anhelo y aún lo mantenía. Obviamente no le quedaba absolutamente nada, ni siquiera el gorro, pero era un lindo recuerdo que jamás pensaba eliminar.

―Sí, esas exigencias fueron mis hijos y realmente me arrepiento mucho de haberlos llevado al festival―se lamentó mientras se encogía de hombros, ya que realmente no podía hacer nada al respecto en estos momentos―Igualmente me encuentro muy agradecido por su apoyo imprevisto, por lo que quiero apoyar también en su festival de otoño. Brindaremos las decoraciones y comida para el pueblo, esperando poder reunirme con el organizador principal para ponernos de acuerdo.

Jimin amaba a organizar fiestas, realmente era algo que siempre le había gustado. El decorar, poder realizar una fiesta que fuera beneficio de su pueblo, pero tenía tantas cosas que hacer, en especial desde antes de la llegada de Yoongi, que realmente no tenía el tiempo suficiente como para rondar por el pueblo todos los días, organizando junto a los demás reinos. Por lo que él se encargaba principalmente el papeleo y les dejaba la organización a dos de sus trabajadores.

El festival en sí era de Busan, pero los demás reinos participaban para apoyar en cuanto a suministro para el pueblo, al igual que cuando los festivales eran reinos hermanos, Busan se mantenía prestando sus servicios para poder ayudar a sustentar de mejor manera en los festivales.

Y claramente eso tenía un beneficio sobre cada reino, ya que cuando se realizaba un festival, gente de otros pueblos podía visitar para estar dentro del festival y consumir dentro del propio reino, por lo que ayudaba en la economía.

―Claro, cuando terminemos la comida llamaré a mis organizadores para que puedan coordinarse con usted, le agradecemos mucho el apoyo.

La comida continuó con normalidad, las pláticas eran mayormente entre los dos reyes, pero ambos intentaban integrar al alfa para que no se quedara fuera de lugar. Claramente el rey Choi no hizo comentarios sobre el cambio que él suponía que podría surgir en la realeza de este reino, ya que, si Yoongi se enlazaba con Jimin, sería automáticamente parte de la realeza.

Pero sabía que no era correcto preguntar, por lo que solamente siguió la conversación normal, sintiéndose bastante cómodo con Yoongi.

Cuando la comida terminó la pareja de amigos se despidió del rey cortésmente, esperando el poder verlo en algún momento del festival.

―Intentaré venir, pero esta vez solo―dijo con una sonrisa sincera, haciendo que Jimin suspirara con tranquilidad de forma inconsciente―Tomaré en cuenta tus observaciones, Jimin. Realmente no creo que sea buena idea el que a mi reino le esperen reyes como esos.

El menor había intentado ayudar al rey Choi en lo que pudiera, dándole a conocer que su reino perecería si algún día uno de sus hijos tomaba el puesto y él como actual rey de Busan, no quería tener ningún encuentro con ellos. A no ser que cambiaran legítimamente.

―Me alegra mucho que lo tome en cuenta, espero que las cosas mejoren pronto.

Cuando el rey se quedó hablando con los organizadores, Jimin aprovechó para tomar la mano de Yoongi, para poder subir ambos a su alcoba. Después de haber completado el papeleo y haber hablado con el rey, no tenía mayor cosa que hacer, por lo que pensó que podían descansar un poco.

Desde que había tomado el puesto como rey, jamás había descansado tanto, pero ahora lo veía como una necesidad.

―Me duelen mucho los pies―chilló Jimin mientras caminaban a su alcoba, haciendo que su mayor soltara una risita y entrelazara sus dedos con la mano del menor―Quiero dormir hasta la próxima semana.

Yoongi soltó una pequeña sonrisa ante el berrinche que hacía el menor, gustándole mucho que Jimin se comportara dulce como siempre y no duro como lo había encontrado cuando se vieron nuevamente.

―Puedo hacerte un masaje ¿Te gustaría? ―Jimin lo miró con los ojos brillantes y una sonrisa esperanzada, porque realmente un masaje no le caía mal a nadie―Puedo pedir un poco de aceites aromáticos y cremas, para que puedas relajarte.

Jimin soltó la mano de Yoongi y se abrazó a su torso, ambos manteniendo el paso.

― ¿Por qué eres tan hermoso? No lo comprendo―dijo mientras hacía un puchero con los ojos medio cerrados, apretándose en el cálido abrazo con su mayor.

Yoongi era más alto que él por unos centímetros, por lo que quedaba perfectamente en el torso para poder abrazarlo cómodamente.

―Soy así porque tú eres hermoso conmigo y no puedo evitar ser igual contigo―dijo con una sonrisa, apretando el hombro del menor mientras se acercaban más a la alcoba.

Sin embargo, en el momento que iban a entrar, Jungkook se acercó aquellos con una mueca de molestia, viéndose bastante cansado.

―Jiminie, espera―dijo en un jadeo mientras se acercaba, manteniendo su arma apretada en su cuerpo―Hubo un intento de asesinato en el centro del pueblo, por la fuente. Logramos atrapar al alfa causante, pero una mujer y un niño están gravemente lastimados.

Jimin frunció el ceño al escuchar aquello, ya que no había oído sobre el escándalo. En su reino no se permitía esa clase de actos, no se toleraban de ninguna forma, por lo que cualquier persona que tiente contra la vida de otro será castigado con encierro o la muerte.

Normalmente los asesinatos se castigaban con la muerte en la guillotina, pero debía saber más sobre el caso.

― ¿Dónde lo tienen? ―preguntó mientras se recomponía, soltando el cuerpo del mayor para poder ponerse serio.

―Lo mantenemos encerrado en las celdas por debajo del castillo, se asegura que no pertenece a nuestro reino, por lo que se encuentran interrogando sus intenciones y procedencia―Yoongi se preocupó cuando escuchó aquello, pero se mantuvo al pendiente de lo que pudiera hacer para ayudar.

―Bien, tenemos que corroborar que el intento de asesinato no sea algo planeado por algún reino contrario, de serlo así, las cosas tendrán que tornarse más serias―Jungkook asintió y esperó a Jimin lo acompañara, ya que debían bajar juntos.

Jimin suspiró y miró a Yoongi, sus ojos suavizándose ante el rostro preocupado del mayor.

―Puedes descansar y luego vendré ¿O quieres acompañarnos? ―Jimin no sabía cómo se tomaría el mayor ver ese ambiente, en el que él estuvo encerrado por años, por lo que quería consultar y no cometer un error.

―Yo creo que puedo acompañar―dijo algo inseguro, recibiendo una sonrisa en apoyo de parte del alfa menor, quien se mantenía ansioso por la espera, pero les daba su tiempo.

Jimin asintió y tomó su mano nuevamente, importándole realmente poco que el maleante lo viera de esa forma con el alfa.

―Si te sientes incómodo puedes irte sin problemas, igualmente no tardaremos demasiado con el asesino―Yoongi asintió y dio el paso delante, para que todos pudieran dirigirse al lugar.

Jimin hizo un pequeño puchero, sentía que sus pies podrían explotar en cualquier momento, pero tenía prioridades que atender y su dolor debe pasar a segundo plano.

―Revisamos su cuerpo y no tiene tatuajes de ningún reino, su condición física tampoco indica que sea un alfa experimentado en los asesinatos, por lo que imaginamos que es un lejano que intentó robarles a las víctimas.

Jimin endureció la mirada cuando escuchó aquello, de por sí odiaba a los delincuentes, pero cuando estos eran de un reino contrario y solo iban al suyo para asesinar o robar, su rabia era mucho mayor.

― ¿Qué dicen las víctimas? ―Yoongi apretó la mano del menor cuando comenzaron a bajar a la parte de las celdas, notándose todo más oscuro.

―La mujer no lograba hablar correctamente por el susto, además que tiene una herida de cuchilla en su pecho. Pero lo poco que comprendí era que intentaron robarle. El niño tiene una herida en la pierna derecha, igualmente se desangraba en el momento que los trajeron.

― ¿Están siendo tratados? ―Jungkook asintió mientras abría la puerta para entrar al pasillo de las celdas, dándole el paso a sus amigos.

―Los trajimos al castillo porque las heridas eran profundas, por lo que recibieron atención inmediata. Según lo que alcancé a escuchar, el niño estaba a punto de desmayarse, pero están haciendo lo mejor que pueden.

Jungkook avanzó primero hasta la celda, en donde se podían ver varios alfas de la tropa de Busan. El acusado se encontraba al centro de la celda, siendo claramente torturado para que soltara la verdad. Había sido atrapado en medio del acto, por lo que la búsqueda de su inocencia era una pérdida de tiempo. Lo que interesaba era el conocer sus intenciones reales y procedencia.

No podía matar a alguien que haya cometido un crimen en su pueblo así por así, debía hablar con el rey de aquel reino y comentarlo. Ya que no es un acto realizado por la realeza o poderes, así lograrían informar a sus familiares de su destino y su cuerpo enviado a su reino.

―Me quedaré aquí―dijo Yoongi antes de poder llegar a la celda, deteniéndose y logrando que el paso de Jimin se detuviera igualmente―Te esperaré y si no me siento cómodo iré a la habitación.

Jimin lo miró con una sonrisa pequeña, mirando hacia atrás para verificar que nadie más que Jungkook los pudiera ver. Se alzó ligeramente sobre la punta de sus pies y le dio un beso en la mejilla, haciendo que el mayor sonriera.

―Bien, no tardaremos demasiado.

El rey caminó hasta donde estaba Jungkook, ambos entrando a la celda para poder conocer los datos necesarios sobre el alfa atrapado.

―Mi rey―dijo el alfa que se mantenía detrás del acusado, todos los demás alfas haciendo una reverencia―Hemos descubierto que es un alfa de Daegu, no es parte de la tropa, ya que conocemos perfectamente a todos los miembros y no es parte de nada. Es un reino hermano, por lo que su alianza con la realeza es nula.

Jimin miró el rostro del hombre en cuestión, no logrando reconocerlo de nada. Con el reino de Daegu tenían muy claras las alianzas y cosas que podían hacer, por lo que no era necesario que contactara al rey del reino contrario para hacerlo pagar. Por lo que suspiró aliviado ante un papeleo menos.

― ¿Cuál es el motivo de tu entrada a mi reino y este acto? ―preguntó Jimin con voz y mirada dura, tomando su papel de rey serio para intimidar al alfa. No interesaba nada el fingir con él, por lo que simplemente le habló neutral.

El hombre ya estaba bastante lastimado, por lo que habló rápidamente.

―Solo quería algo de dinero.

Jimin cerró los ojos con molestia y suspiró, pensando en que era bastante lógico que eso es lo que quería.

―Esa no es una justificación. Es conocido que en tu reino le brindan ayuda a las personas que necesitan dinero o empleo, por lo que no tiene sentido alguno el que se tome la decisión de hacer algo como esto, especialmente en un reino contrario, en donde las tropas te atraparían fácilmente ―se quejó, no comprendiendo el motivo real de sus acciones.

El hombre atrapado no dijo nada, solamente apretando las manos en molestia.

― ¿Procederemos con la decapitación o hablará con el rey de Daegu primero, mi rey? ―preguntó otro de los alfas de la tropa, haciendo que el alfa levantara la cara de golpe, asustado.

―No, no, no. Por favor, no me maten―suplicó con verdadero horror mientras intentaba zafarse del agarre, siendo algo inútil.

―Lo hubieras pensado antes de intentar matar a alguien de mi reino―dijo Jimin con una mueca, dando media vuelta sobre su lugar cuando sintió la presencia de alguien detrás de él. Era Yoongi.

El mayor se había extrañado cuando había escuchado la voz del retenido, sintiendo que la había escuchado anteriormente, en el reino de Gwangju.

― ¿Hyung? ―preguntó Jimin mientras le veía con curiosidad, ya que el pálido miraba atentamente al alfa que se encontraba atado.

El prisionero levantó la mirada hasta el recién llegado, soltando una carcajada de golpe.

― ¡Pero bueno, si es el alfa favorito de la tortura! ―gritó mientras soltaba más risas, viendo atentamente a Yoongi, quien se mantenía a la distancia―No pensé que estuvieras vivo a estas alturas, pero veo que lograste escapar también ¿No?

Yoongi suspiró entrecortado, pero no se movió de su lugar.

―Pienso lo mismo, pensé que estabas muerto―dijo con voz seria, lo que le dio a entender a Jimin y Jungkook que no era de su agrado en absoluto―Una lástima saber que no era así.

El hombre atado a la silla soltó otra carcajada, haciendo que Yoongi apretara los puños con molestia y algo de dolor, pero no iba a decir nada.

― ¿Yoongi? ―Jimin se acercó al mayor con la mirada filosa sobre el otro alfa, intentando entender qué estaba pasando y sacar a Yoongi del lugar si era necesario― ¿Lo conoces?

―Éramos compañeros de celda―gritó el otro alfa desde su lugar, cuando ni siquiera le estaban preguntando a él―Bueno, lo fuimos por dos años. Cuando era un chiquillo inocente y perdido.

La diferencia de edad se notaba desde lejos, claramente el alfa atrapado era mucho mayor que Yoongi, siendo un alfa adulto en totalidad. Por eso mismo, la piel de Jimin se erizó al pensar lo horrible que tuvo que haber sido compartir celda con alguien como él.

―Cuéntales qué hacíamos, bueno, lo que no te dejabas hacer―Yoongi se sintió horrible cuando aquellas palabras salieron de la boca del mayor, en especial cuando la mirada de todos se detuvo sobre él, sintiéndose observado y juzgado.

Sin embargo, no habló.

―Intenté meterle la polla muchas veces, pero es un alfita delicado que no lo permitía, aún cuando era un saco de huesos y poca carne―Jimin gruñó con molestia cuando escuchó aquellas palabras, sintiendo su cuerpo arder ante la furia―Ahora estás mejor, pero ya no es necesario, no es como si me hiciera mucha gracia metérsela a otro alfa. Aunque de eso tienes poco.

Jungkook gruñó con total molestia y sacó su arma del estuche, disparando sin piedad en el estómago del hombre, haciendo que gritara fuertemente.

―Vámonos―dijo Jimin mientras tomaba al mayor por la muñeca, caminando para poder salir del pasillo.

No necesitaba escuchar mucho más, todo aquello era más que suficiente para matarlo.

Yoongi suspiró hondo y siguió caminando, no resistiéndose en absoluto.

En su mente se reproducían las imágenes de aquellos momentos en el que aquel alfa intentó abusar sexualmente de él. Sintiéndose completamente asqueado por aquello, pero intentando que los recuerdos no lo dominaran.

No logró si quiera sentir cuando salieron de aquel pasillo, menos cuando Jimin se había abalanzado sobre su cuerpo para abrazarlo. Suspiró entrecortado cuando dejó los pensamientos de lado, correspondiendo el abrazo que el menor le estaba dando desde un tiempo desconocido.

―Ese hijo de puta va a morir muy lento―dijo en un susurro enfadado el menor, manteniendo sus brazos por el cuello del mayor, separándose para poder verlo― ¿Estás bien?

Yoongi lo miró a los ojos y sonrió pequeño, suspirando nuevamente antes de asentir.

―Es un imbécil, pero intento que los recuerdos no me superen―dijo con una sonrisa muy, muy pequeña. No siendo una sincera al cien por ciento―Tranquilo, estoy bien.

Jimin se mordió el labio inferior con inseguridad, colocando una mano sobre la mejilla del mayor, sonriendo pequeño cuando Yoongi se inclinó hasta su toque.

―Bien, vámonos de aquí.

Jimin tenía que ver a las víctimas del ataque de aquel alfa, pero no pensaba que fuera buena idea que Yoongi lo acompañara, por lo que lo acompañaría a descansar y cuando se durmiera iría a ver a los lastimados. Igualmente, no podía verlos si estaban en un proceso en el área médica.

Claramente aquel alfa moriría y Jimin estaría encantado de verlo morir.

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