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Jimin siempre había sido bueno con los niños, independientemente de quiénes sean, si son familiares suyos o un total desconocido. Pero lo que siempre le rompería el corazón era el verlos lastimados.

Por eso, ahora que se encontraba frente al niño que había sido la víctima del asalto e intento de asesinato, sentía que su corazón podría partirse en mil trocitos.

―Rey, me duele todo el cuerpo―se quejó el pequeño niño mientras se retorcía sobre el colchón de la cama, las heridas comenzaron a sanar, pero eran muy recientes, por lo que era normal que le doliera mucho.

―Lo sé, sé que duele y eres muy fuerte por aguantar, pero las heridas comenzaron a curar y tenemos que ser un poco más pacientes―dijo mientras colocaba su mano suavemente sobre la cabeza del menor, acariciando lentamente los oscuros cabellos.

― ¿Dónde está mi mami? ―preguntó con tono preocupado, ya que desde que lo habían entrenado en el castillo, no habían podido verse.

Y es que la imagen que daba la madre era realmente espeluznante, algo que ningún niño, mucho menos su hijo, debería ver. La mujer estaba sumamente ensangrentada y su rostro lastimado por los golpes y maltratos, por lo que prefirió que los separaran y que pudieran reencontrarse cuando ambos estuvieran mejor.

No quería que el menor tuviera esa imagen de su madre.

―Ella se está recuperando. Así como tú tienes heridas, ella también las tiene, pero los doctores le están ayudando para que puedan curarse y dejen de doler―dijo con voz dulce, no dejando de repartir caricias sobre la cabeza del menor.

Yoongi había sido el encargado de ir a ver el estado de la madre, se encontraba a una habitación de distancia, por lo que no era demasiado, pero era importante el saber si estaba bien para que pudiera reunirse con su hijo y que ambos pudieran sanarse juntos. Habían investigado que era una madre soltera, una omega con un lazo roto, por lo que los cuidados debían ser más delicados por la debilidad del lobo.

―Mami es muy fuerte también, ella puede sola conmigo y su trabajo, aunque no recibe mucho a cambio―Jimin sabía que, si el menor comenzaba a hablar de madres, él se pondría muy sentimental, porque su madre los abandonó sin mirar a atrás.

Eso era algo que jamás iba a perdonarle, pero le alegraba el saber que habían madres buenas, que daban todo de sí por sus hijos.

― ¿Puedo saber de qué trabaja tu mami? ―preguntó con cautela, ya que no quería verse como un entrometido, pero quería ver si podía ayudar en algo.

―Mi mami cree que yo no lo sé, pero su trabajo se trata de ir a la casa de hombres y darles besitos―el rey sintió como sus ojos casi saltaban de sus cuencas ante la sorpresa, realmente no se lo esperaba―Ella dice que trabaja limpiando las casas, pero yo sé que no, porque vuelve rápido. Además, una vez la seguí con mis amigos y descubrimos que se daba besitos con hombres, luego se iban y cuando regresaban, ella estaba muy cansada y la persona le daba el dinero, pero nunca la vi limpiar.

Claro que sabía que muchas omegas mujeres y hombres trabajaban de eso, vendiendo su cuerpo para poder ganar algo de dinero. No los juzgaba, porque él había nacido en cuna real y jamás había tenido la necesidad de buscar dinero por sí mismo. Por lo que no podía juzgar a alguien que buscaba de todas las formas posibles y legales el poder mantener a su pequeña familia.

Su padre siempre le había enseñado a ser respetuoso y empático con los demás, por lo que solo atinó a tomar el pequeño rostro al niño y darle unas suaves caricias en las mejillas.

Intentaría hablar con la madre cuando estuviera mejor, para ver si podría darle alguna oportunidad, ya sea dentro del castillo o en alguno de los puestos de trabajo conocidos.

―Tú mami es muy fuerte y hace lo posible para que seas feliz y tengas todo lo necesario. Yo intentaré ayudarla, para que ustedes puedan vivir mejor ¿Te parece bien?

El pequeño niño olvidó por completo su dolor de cuerpo y se levantó sobre la cama para poder abrazar al mayor, chillando de alegría mientras apretaba el cuerpo del mayor, en un bonito abrazo en muestra de su sincero agradecimiento.

― ¡Mi mamá tiene razón, usted es un rey muy bueno!

Jimin se sintió sensible ante las palabras del menor, ya que él siempre había intentado ser aquello que le había prometido a su padre; un rey justo y que pudiera darle crédito al que fue su padre. Por lo que escuchar eso de la inocente voz de un niño, sabiendo que ellos siempre dicen la verdad, era algo que lo ponía muy feliz.

―Me alegro de que pienses que soy un rey muy bueno, haré lo mejor que pueda para ayudarlos. Te lo prometo.

El niño mostró su sonrisa con dientes faltantes y elevó suavemente su dedo meñique, colocándolo frente al rostro del rey, pero no demasiado cerca.

―Las promesas sinceras se sellan con la garrita―dijo mientras señalaba la mano del mayor, logrando dar a comprender lo que quería que hiciera.

Jimin no recordaba del todo bien hace cuántos años había dado su última promesa de garrita, lo que sí recordaba es que había sido con Yoongi, claramente.

Y es que el alfa había sido su primera vez en tantas cosas, dejando de lado el significado de esa frase en el ámbito sexual, sino que en todos los sentidos. Mucho tenía que ver el que se habían conocido desde que eran unos torpes bebés, pero la hermosa amistad que habían formado era la causa real del por qué tenían tantos momentos memorables juntos.

No recordaba cuántas veces había contado hasta diez, irónicamente había perdido la cuenta e igualmente no le interesaba saber en qué número se había quedado. Solo sentía la necesidad de que, las personas que estaban dentro de esa sala se fueran de una vez para el poder salir. Pero al parecer iban a quedarse ahí por un buen tiempo y él tendría que sufrir aplastado debajo de un mueble.

Jamás en la vida le había gustado mentir, era algo que odiaba hacer y que le hicieran, además de que era pésimo en ello. Por eso se sentía muy mal de estar mintiendo en ese momento, además de estar escondido para poder espiar una conversación que no le correspondía en lo absoluto, pero la inseguridad y la duda eran más grandes que su ética y moral, por lo que se encontraba en ese momento siendo casi aplastado por el escritorio de su padre.

Y es que había notado que Yoongi estaba muy extraño desde el día anterior, no le dirigía la palabra ni la mirada y eso era algo sumamente extraño, tomando en cuenta que el mayor siempre era muy atento y cariñoso con él. Había intentado preguntarle qué le sucedía, pero siempre que se le acercaba el mayor, este se alejaba y no le daba la oportunidad de conocer el motivo de su distanciamiento.

Y como siempre había sido un omega independiente, pensó que debía tomar el caso por sus propias manos y averiguar qué era lo que estaba pasando.

Le había comentado a su padre del comportamiento de Yoongi, contándole lo preocupado que se encontraba de haber hecho algo mal y ser la razón del distanciamiento del mayor. Su padre claramente lo había notado, sin necesidad de que el menor se lo dijera. Pero no iba a decirle que iba a consultarle por él mismo, prefería tomar acción y luego contarle a su hijo lo que había descubierto.

Por lo que simplemente le dijo que tal vez estaba un poco malhumorado y que pronto se le pasaría.

Jimin no se había tragado en absoluto esas palabras, por lo que había seguido a su padre en todo el trayecto después de haberle contado su inseguridad, descubriendo que, como pensó, no se quedaría con los brazos cruzados y hablaría con el pequeño alfa.

Se mantenía escondido entre los adornos de los pasillos, por lo que logró escuchar que iban a reunirse en su oficina para hablar un rato. Aprovechó el momento en el que ambos estaban de espaldas a él y corrió a la oficina de su padre para poder esconderse, antes de que los dos alfas llegaran.

Sin embargo, recordó un detalle que podría delatarlo por completo y ese era su olor. Por lo que tuvo que regresar corriendo a la habitación de su padre para tomar uno de sus abrigos y poder colocárselo. Así el olor era disminuido y casi anulado, contrarrestándolo con el contrario.

El abrigo le quedaban notablemente enorme, ya que era la prenda de un alfa adulto utilizada por un omega de doce años. Por lo que la diferencia bastante marcada, pero no le interesó y fue arrastrando la vestimenta hasta que logró regresar a la oficina de su padre, escondiéndose debajo de su escritorio lo mejor que pudo.

Sabía que cuando su padre hablaba con Yoongi no se sentaba en su escritorio, sino que ambos se sentaban en los asientos que estaban junto al escritorio, por lo que era casi imposible que lo vieran.

Se mordió el dedo pulgar cuando escuchó las voces acercarse, poco a poco las pisadas estando más presentes y la puerta cerrada. Ya ambos alfas estaban presentes en el lugar.

―Bueno, ahora que estamos en la oficina puedes contarme qué es lo que te ha estado molestando. Sabes que puedes confiar en mí y yo puedo ayudarte en todo lo que se me permita―Jimin sonrió al escuchar la voz de su padre, lo amaba muchísimo y también amaba la forma en la que se dirige a siempre a los demás y hacia él.

Aunque debía admitir que era un omega mimado de papá, pero muy merecido, en su opinión.

―No me he sentido bien en los últimos días, bueno, no puedo decir que me he sentido mal, simplemente no me he sentido como siempre. Las cosas están cambiando y no sé cómo manejarlo―el omega hizo un puchero al escuchar que el problema había sido desde hace días atrás, entendiendo que él podría tener algo que ver.

― ¿Y qué es eso que te está molestando? ¿Cuáles son los cambios que sientes que no puedes controlar?

―Siento que los cambios tienen que ver con su hijo, desde hace mucho tiempo no me siento igual de cómodo con él a como me sentía antes y es algo que no sé cómo explicar―Jimin sintió su pecho doler ante las palabras de su mejor amigo. Había sospechado que él era el problema, pero realmente no sabía qué es lo que había hecho mal.

Un carraspeo de parte del rey se hizo notar, haciendo que el omega escondido prestara atención nuevamente.

― ¿Y crees que esos cambios son algo negativo?

Un suspiro se escuchó.

―No lo sé, solo sé que no puedo ver a Jimin de la misma forma que lo he visto siempre. Las cosas han cambiado y mi lobo no reacciona de la misma forma que antes―el omega sintió sus ojos llenarse de lágrimas de forma anticipada, doliéndole el tan solo pensar en alejarse de Yoongi para siempre―Ahora me siento muy molesto siempre que él menciona algo sobre tener un rey de compañía y que no piense en mí como una opción. Me pone muy triste el pensar que podría alejarse de mí en un futuro y romper todas las promesas que hemos hecho desde más chicos.

Con esas palabras las lágrimas que se habían mantenido en los ojos del omega, bajaron por sus mejillas, pero nuevas no se asomaron a molestar. El hecho era que en esos momentos se encontraba más consternado que triste, él no pensaba alejarse del mayor ni en sueños o más bien, ni en sus peores pesadillas.

Por lo que todo se le hacía extraño, no comprendía de dónde había sacado la idea de que iba abandonarlo. Sí es verdad el que a veces hablaba sobre tener un rey de compañía y no lo mencionaba a él, pero es por el simple hecho de que le daba vergüenza de que se riera de tan solo pensar en considerarlo a él como su pareja.

No quería que el mayor se burlara de sus sentimientos, los cual es apenas lograba comprender, ya que era muy pequeño aún. Pero era algo que existía y no podía descartar.

― ¿Eso quiere decir que mi hijo te gusta?

El rey no pensó que tendría esa conversación tan rápido, los dos estaban aún cachorros y faltaba mucho para que ambos pudieran tomar un papel importante en la realeza. Pero al parecer, había quedado totalmente ignorante al ante el tema.

Y es que una vez una de las sirvientas le había comentado que ella creía que los dos niños eran pareja predestinada, pero realmente no creía en esas historias, por lo que descartó la idea totalmente. Ahora que escuchaba eso de alguien tan pequeño y que conocía a la perfección la amistad que ellos habían formado, podría llegar a decir y poner las manos al fuego sobre que las parejas predestinadas si existían y que su hijo y su mejor amigo era una.

―Y-yo...―las mejillas del pequeño alfa se tornaron totalmente coloradas, jugando con los dedos de sus manos mientras miraba al suelo, no siendo capaz de levantar la vista para poder

ver al rey cara a cara―Yo creo que sí, he leído en los libros de cuentos sobre el amor, pero todos los amantes son adultos y ninguno de los dos lo somos. Puedo afirmar que siento exactamente lo mismo que sienten los protagonistas de las historias, pero siento que no es correcto, porque somos niños. Por eso prefiero alejarme un poco.

Jimin sentía sus mejillas totalmente coloradas y es que él ya sabía algunas cosas, por ejemplo, la lectura de cuentos del mayor. Se había enterado y realmente le parecía algo sumamente dulce, pero no pensó que sus sentimientos estaban igual de confundidos que los suyos.

Entre los dos, el príncipe era el más pequeño y había cosas que aún no logra comprender, pero como su amigo, que la había leído cuentos en donde el amor era la temática principal y podía sentirse identificado en muchas partes.

Su maestra privada le había dicho que el amor era un tema de adultos y que él no debía comenzar a experimentar ese tipo de sentimientos a su edad, por lo que realmente se sintió muy reprimido y temeroso ante lo que estaba sintiendo, como si fuera algo negativo.

Por eso mismo prefirió esconderlo, no le comentó a su padre sobre el comentario de su maestra, porque pensaba que tenía razón.

Ahora que el pequeño alfa le había dicho eso a su padre, quería escuchar la respuesta del mayor, para saber si debía eliminar esos sentimientos o esperar a que ambos crecieran para poder florecer.

―Bueno, es verdad que ambos ahora son pequeños y que es mejor que se tomen un tiempo para poder llevar una relación un poco más amorosa que una amistad, pero eso no es absolutamente nada malo, tus sentimientos son sinceros y bonitos y yo los comprendo―esas palabras hicieron que ambos menores presentes en la sala suspiraran en alivio―Sé que mi hijo tiene sentimientos similares, pero eso es algo que ustedes tendrán que hablar más adelante solos.

Jimin sintió sus mejillas arder aún más, casi chillando por las palabras de su padre, pero manteniéndose callado.

―Lo que quiero decir es que no tiene nada de malo que estés sintiendo eso por mi hijo, es normal y realmente me lo esperaba. Sinceramente aprecio mucho el que te tomes la idea de respetar su edad y la tuya, pero eso no descarta que pueda darles detalles bonitos o decirle qué te parece un omega muy bonito, no hay nada de malo, no tienes que alejarte de él―Jimin hubiera dado lo que fuera por ver la cara de Yoongi, pero por claras razones, no podía―Pero como dices, ustedes pueden formalizar una relación cuando ambos sean mayores. Tienen mucho tiempo, no hay prisas.

El omega menor se sentía muy feliz por la respuesta de su padre y muy aliviado realmente, pero su trasero comenzaba a doler por estar sentado tanto tiempo en una planicie tan horrible.

Intentó levantarse ligeramente para disipar el dolor, pero su cabeza chocó estrepitosamente con el escritorio y claramente hizo mucho ruido, logrando que ambos alfas se dieran cuenta de que había alguien más en la oficina.

Pocos segundos después la cabeza de su padre se asomó por debajo del escritorio, soltando una carcajada cuando vio a su hijo hecho bolita en el suelo, envuelto con su abrigo, seguramente ocultando su vergüenza.

―Tenemos a un pequeño vigilante en la habitación―dijo el rey con gracia, haciendo que Yoongi se asomara con duda y molestia, sonrojándose enormemente cuando vio que era Jimin. ―Sal con cuidado cariño o te vas a lastimar.

Jimin formó un puchero marcado en sus labios y aceptó la mano de su padre para ayudarlo a salir, intentando ocultarse entre la enorme tela que lo protegía para que no vieran su vergüenza y no sentirse tan mal por haber sido totalmente descubierto.

Cuando pudo levantarse escondió sus brazos dentro del abrigo, no logrando dar la cara al alfa menor, quien lo veía atentamente.

―Bueno, creo que es el momento de que ambos puedan hablar a solas, yo me iré―dijo el rey Park con una sonrisa, pellizcándole cariñosamente una de sus rechonchas mejillas al menor, las cuales estaban totalmente coloradas.

Cuando el rey desapareció por la puerta, ambos menores estuvieron viendo al suelo mientras intentaban pensar en qué podían decirle al otro para iniciar una buena conversación. El alfa se sentía culpable por haber dejado de lado a su mejor amigo de la nada, sin darle ninguna explicación, por lo que sentía que él debía ser quien rompiera el hielo en la conversación.

―Y-yo lamento mucho el haberte dejado de hablar de la nada, espero puedas perdonarme, no quiero separarme de ti. No me gusta―Jimin se mordió el labio inferior y levantó la vista ligeramente, topándose con los ojos brillantes del mayor, sintiéndose un poco más tranquilo.

―Discúlpame a mí por haberme escondido debajo del escritorio, era una conversación que no me correspondía y no debí ser entrometido―dijo con una risa nerviosa, la cual aminoró cuando vio al mayor de encogerse de hombros con una sonrisa, demostrando que no le había molestado ese detalle.

―Realmente me alegro de que estuvieras vigilando y escuchando nuestra conversación, porque no sabría cómo explicarte todo lo que dije a ti directamente―Yoongi se acercó y tomó con cuidado la tela del gorro del abrigo, dejándolo caer hacia atrás para que el rostro del menor quedar en descubierto ―Todo lo que dije es verdad y tenía miedo de lo que sentía, por eso me alejé. Pero ahora que sé que no es algo malo, no quiero alejarme y también quiero saber qué es lo que tú sientes.

Jimin no estaba seguro de qué tonalidad de rojo era el que se había tornado en todo su rostro, pero estaba muy seguro de que era un rojo muy chillón y delatador. Por lo que con la poca vergüenza que le quedaba, no se le permitía el admitir todo a detalles y no es como que conociera muchos tampoco.

―No estoy muy seguro, pero puedo decir que mis sentimientos también encajan con los libros de amor. Así que creo que también me gustas, mucho.

El mayor sonrió enormemente ante las palabras sinceras del menor, sintiéndose muy aliviado de saber que sus sentimientos eran correspondidos y no sufriría ningún rechazo.

Juntó sus manos detrás de su espalda por un momento, intentando pensar en cómo poder sellar una promesa que ambos podrían cumplir cuando fueran mayores.

Liberó su mano derecha y la estiró frente al menor, doblando los dedos hacia su palma, excluyendo el meñique, el cual quedó levantado frente al menor.

―Prometo que, cuando seamos mayores, podremos crear nuestra propia historia de amor y no solo leerlas en los cuentos.

El omega volvió a morder su labio inferior ante los nervios, una sonrisa queriendo escaparse sin remedio. Pocos segundos después estiró igualmente su mano, doblando los mismos dedos y dejando que el meñique quedara presente, para así ambos juntar los dedos y sellar la promesa.

―Lo prometo.

Soltó suavemente su meñique del contrario con algo de sensibilidad, ya que el recuerdo de años atrás lo había hecho ponerse más sentimental de lo que ya se encontraba.

―Jiminie.

Y justo en ese momento la persona y dueña de sus actuales pensamientos entró a la habitación, dando una reverencia al médico antes de acercarse a la cama, en donde ambos se encontraban.

―Vamos, tu madre te espera―el rey no fue realmente capaz de separar su emotividad de la realidad, por lo que no se dio realmente cuenta de cuándo el niño se bajó de la cama, totalmente emocionado y corrió hacia Yoongi, pidiéndole que por favor lo llevara con su madre―Claro, ahora te llevarán con ella.

Jimin se levantó finalmente de la cama y siguió al par que se dirigían a la salida del área médica, en donde una de las sirvientas se encargaría de llevar al pequeño con su madre, la cual estaría en el castillo por unos días más.

Yoongi sonrío cuando el niño fue entregado a la sirvienta y ambos comenzaron a desaparecer por el pasillo, no siendo demasiado lejos.

―No sabes lo que me alivió el saber que la madre está bien, no sé cómo hubiera reaccionado si me decían que ella no estaba bien y tendríamos que hacernos cargo del pobre niño―dijo con ligera angustia al omega que estaba un poco más perdido en su memoria que prestándole atención― ¿Jiminie?

El rey no le dijo absolutamente nada, sin embargo, lo tomó de la muñeca de Yoongi y comenzaron a correr hacia la habitación del menor. Mas bien, estaba siendo arrastrado, pero no puso mayor resistencia al pensar que estaba jugando.

Cuando llegaron a la alcoba, Jimin rápidamente abrió la puerta y empujó a Yoongi dentro de la habitación con poco cuidado, haciendo que el pálido se tambaleara un poco, y cerrando la puerta a su espalda.

Yoongi estaba muy sorprendido y confundido.

―Jiminie ¿Todo bi...?

Sus palabras fueron cortadas de golpe cuando el menor tomó el rostro del pálido entre sus manos, aplastando ligeramente sus mejillas para que sus labios quedaran más abultados, acercándose para sellarlos con un beso.

El alfa no cabía en la sorpresa, porque no se lo esperaba en lo absoluto. Sin embargo, antes de que siquiera pudiera reaccionar, el menor se separó.

―Tenemos una promesa que cumplir.

AYYYY, amo tanto al Yoonmin❤️

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