☁️ ᴄ ᴜ ᴀ ʀ ᴇ ɴ ᴛ ᴀ ʏ ᴛ ʀ ᴇ s ☁️

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El flash de la cámara resplandecía en la piel ligeramente bronceada de su esposo cada que tomaba una fotografía e iba revisando que se vieran bien.

—Creo que es suficiente, ángel —le beso la mejilla dejando la cámara en la mesa y abrazar su torso desnudo con pintura seca que mancho su camiseta blanca con los residuos.

Recientemente YoonGi llamaba por más apodos que antes, desde lo más sencillo a lo más cursi haciendo que sus hijos se rieran avergonzados también.

—Voy a ponerme una camisa y te alcanzó en la cocina para cenar junto a los chicos.

YoonGi lo soltó para limpiar lo poco que habían desordenado y salir por el pasillo hasta llegar a la cocina donde vio a los adolescentes preparando algo y a sus hijos intentando seguir la receta favorita de ambos.

—¿Qué hacen? —De pronto tenía todas las miradas de los jóvenes encima y al mayor de sus hijos rodeando su cintura para abrazarlo y sonreír mostrando la libreta donde el alfa había anotado más de una receta que quería hacer y nunca tuvo el tiempo o las ganas de hacerlo.

—Era una sorpresa, pero ya estás aquí así que ayúdame porque no pude seguir después de cortar los vegetales.

Se limitó a ayudar en lo que podía sin estorbar a los demás aunque parecían tensos por su presencia y aún más cuando JiMin apareció con una camisa sin mangas que dejaba ver el arte en su piel y eso llamaba la atención de todos menos de los Min menores que estaban acostumbrados a esa rara muestra de amor entre sus padres.

Era común ver a JiMin con estrellas o corazones pintados en sus mejillas casi a diario y con tatuajes temporales hechos por el alfa. En YoonGi solían ver algunos detalles tejidos a mano en las prendas favoritas del alfa, algunos corazones, flores o cualquier cosa linda que pensara el omega al momento de guardar la ropa y que la idea se cruzará en su mente.

El significado de amor que ellos conocían iba más allá del simple pero importante «te amo», más lejano que una caricia deseosa o alentadora en momentos difíciles. La pareja les mostró desde su nacimiento que el amor se expresaba de mil maneras y no siempre con besos o el contacto de sus cuerpos; era el pequeño detalle que se daban sin la necesidad de una fecha especial, los halagos aunque estuvieran vestidos con lo más simple y las miradas que mostraban su amor sin tener que abrir sus labios para jurarlo al mundo.

En sus padres encontraron lo que deseaban y merecían, sabían lo que valían cómo personas y que no debían conformarse con menos de sus ideales en una pareja cuando tenían justo enfrente la mayor muestra de afecto a diario.

Un año después.

Cuando los trillizos cumplieron dieciocho años les dijeron que no querían una gran fiesta sino algo totalmente familiar donde pudieran invitar a sus amigos más cercanos y a sus parejas.

Fue en ese día donde ambos recibieron más sorpresas de las que pensaron, sus tres hijos habían presentado a las personas con quiénes salían (aunque de ChiHoon ya lo sabían) pero solo sonrieron esperando no ver corazones rotos o lágrimas derramadas en vano.

Horas antes mientras adornaban la casa vieron a un gato peludo correr despavorido por la casa y saltar por los sillones para escapar de los dos gatos y el hurón que lo seguían.

—¡Chicos dejen en paz a HeeSeung!

De pronto los tres estaban subieron las escaleras para huir de sus padres y el agitado gato rubio volvió a ser un adorable chico que respiraba profundamente agradeciendo con su mirada.

—¿Acaso rechazaste alguno de sus obsequios? —Se burló JiMin sabiendo que su esposo le miraría mal ya que él también había colaborado en su curiosa colección de plumas de aves que a veces salían a perseguir por las mañanas.

—No pensé que fuera tan importante —el joven se veía arrepentido una vez que regreso a su forma humana y respiraba acostado sobre el sofá para luego sentir que nuevamente los trillizos se subieron encima de él y jalaron su ropa y cabello.

—Te lo mereces un poco —JiMin le dió un golpe suave a su esposo cuando lo escucho y se giraba para seguir en su labor.

Vieron a los tres animales correr a la entrada cuando sus abuelos llegaron tomando en brazos a las pequeñas criaturas hasta llegar a la sala para ir a saludar a su familia.

—Me alegro de verlos, desde que salimos de la ciudad los extrañe mucho —habló Yuqi besando las mejillas de su esposo y hacer lo mismo con JiMin. SoYeon fue más tranquila con sus saludos y les dió un abrazo a ambos junto a las bebidas que habían traído para la fiesta.

—Tus padres están afuera bajando los regalos de nuestros nietos —JiMin asintió saliendo de la casa para ayudar dejando que su esposo terminará con todo lo demás y se encargará de que los tres chicos no siguieran nuevamente a HeeSeung luego de ver que nuevamente traían las plumas de un ave azul agarradas con sus dientes.

Perdón por la tardanza.

Los amo bebés. 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro