Capítulo 10

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Lisa había tomado su mano, entrelazando sus dedos, apoyó su mejilla en el hombro de la castaña y se durmió entre los besos de Jennie.

Cuando la mayor se dió cuenta de esto, se apartó, sonrió ampliamente y rió con ternura, besó la mejilla Lisa y en ese mismo segundo se dió cuenta que no era correcto.

Lisa era una paciente, especial, quizás, pero no era bueno, había perdido a su alfa hacia un día, la
había conocido apenas horas y no podía hacer eso.

Su sonrisa se borró y bajó la vista a sus manos, y no quiso romperlo, así que las dejó.

Apoyó su mejilla sobre la frente de la omega, y miró de forma perdida y alejada el cuarto, sintiéndose rara. Al consultar a su loba, quién sólo quiso quedarse allí para siempre, no le estaba prestando atención a sus pensamientos humanos y lógicos.

—Maldito perro, dame atención.

Recibió un gruñido como respuesta y se sintió ofendida por su propio animal.

Al igual que ella, su loba estaba acurrucada contra la loba de Lisa, y por eso tampoco le daba atención, en cambio, la Jennie humana se estaba poniendo nerviosa y muy ruborizada
mientras más reaccionaba de lo que había hecho.

Escuchó la puerta golpear, alzó la vista para ver a Jisoo, la puerta estaba abierta de par en par y los nudillos de la azabache aún reposaban en la madera.

—Permiso.

La Kim menor asintió con un pequeño suspiro.

—Yo... Venía a hablar con Lisa antes de que-

—Está durmiendo —respondió, no quiso sonar brusca, pero quizás sí lo había dicho muy rápido—, diría que la esperes un rato.

—Planeaba volver después, pero creo que quedo muy mal si me voy sin decirle... Yo necesito un momento también.

—Y es entendible, Jisoo. Dime si te parece apropiado, puedes ir a comprar algo de comida para que tenga una buena comida este tiempo, salir a caminar y volver en un rato, Lisa no almorzó aún y no puedo dejar que se descuide, así que la despertaré en unas dos horas, si no despierta ella primero.

La chica asintió, miró a su amiga y acarició su rubio cabello con nostalgia.

—Las amigas tienen peleas a veces, Soo, más cuando suceden cosas muy fuertes, pero la amistad es más fuerte que esas cosas, así que van a arreglarlo, no te preocupes.

—Sé que se puede arreglar pero al final... Se va ir igual que Jungkook.

—Es una decisión de ella, Jisoo, al final, ella decidirá aguantar o no... Y aún así puede que no pueda, pero no debes meterle presión, porque sólo le hará mal y-

—¿Tú lo volverías a hacer?

—¿Qué?

Jisoo la miraba directamente a los ojos, en una mirada que podía definir como extraña, en sus ojos había un brillo distinto y tardó unos segundos en ver que en verdad, no eran sus ojos, sino los de su loba, de color amarillo brillante.

—Ya la salvaste antes. ¿Lo harás de nuevo, verdad?

—Jisoo, no sé qué de hablas, pero-

Joohyun, ella te necesita.

—J-Jisoo —se encogió por la voz de alfa que estaba usando, además de la cercanía, que cada vez parecía acortarse, se abrazó aún más a Lisa, sintiendo a su loba llorar en su interior, intimidado por la alfa—. Reacciona... —murmuró, pero su voz sonó tan cargada de miedo que no pareció funcionar en lo absoluto.

Apretó la mano de Lisa sin querer, aunque la omega se despertó por más que eso, fue por la orden de su loba de protejer.

Apenas si se dió cuenta cuando se enderezó, separandose de Jennie, parándose frente a su amiga y la empujó sin dudar, sin fuerza en realidad, apenas fue un ligero golpe que la hizo retroceder dos pasos.

—No la molestes —dijo Lisa, en tono bastante enojado.

Jisoo pareció sorprenderse y confundirse a la vez por esa súbita reacción de parte de la omega, al parpadear sus ojos cambiaron a su color marrón normal, y se sintió terrible de no haber tomado el control antes.

Manoban tambaleó ligeramente, Jennie la sostuvo por la espalda para que pudiera apoyarse.

—Estoy bien, en serio... Estoy bien —murmuró, asintiendo, aunque estaba confundida si quitaba esa sensación de proteger, miró a Jisoo—. ¿Querías algo?

—Venía a disculparme contigo y no sé cómo... Terminó así, y también me disculpo por eso —murmuró, mirando a Jennie, quien asintió, pero no dejó de resguardarse detrás de la omega, quien aún estaba tensa—. Iré a comprar unas cosas y después regresaré, creo que en serio necesito despejarme, luego de eso, podré hablar mejor, lo siento en serio.

Lisa suspiró, relajándose un poco, apoyó su espalda en el pecho de Jennie, dejándose sostener.

—Está bien, Soo, por mí está todo bien, en serio, puedes estar tranquila.

Jisoo asintió.

—Gracias, Lis.

—Ven —se separó de la castaña a para abrazarla, cosa que correspondió—. Eres mi mejor amiga, lo sigues siendo, lo serás siempre.

Ella solo asintió y sin querer lloró un par de lágrimas sobre su hombro, pero se recompuso para llorar en soledad más tarde, separándose del abrazo, limpiando sus lágrimas rápidamente.

—Te compraré helado —prometió, sacandole una sonrisa a ambas—. De tu favorito, ese chocolate con trocitos de chocolate...

Sonrío, encantada de que su amiga lo recordara.

—¿Jennie? ¿Quieres algún gusto en especial?

Esta negó, con una sonrisa modesta.

—No me gusta el helado, gracias.

Jisoo asintió, miró a sus pies.

—Bien... Regreso en un rato, cuídala —pidió mirándola, Jen asintió, claro que lo haría, era su trabajo.

Finalmente la alfa se marchó, dejando a Lisa y a Jennie solas, la beta tuvo que llevarla a la cama, el sueño aún la había dejado algo atontada y débil, la cubrió con las sábanas y comenzó a armar un nido para ella.

—¿Qué sientes, Lisa?

—Raro.

—¿Qué tipo de raro? —preguntó con normalidad, acercándose a ella, sentándose a su lado sin romper el nido, su mano se posó en la frente de la rubia para sentir su temperatura.

—Tuve un sueño muy... Muy raro.

—Tus mejillas están muy rojas, quizas tengas fiebre, pero no noto mucha diferencia.

—Podrían estar rojas por otra cosa, Jennie.

—¿Cómo por ejemplo?

—Eh... Que tuve un sueño raro, y contigo. ¿Será?

—¿Qué tipo de sueño? —cuestionó con interés, sonreía como tonta.

La tailandesa cubrió su rostro con sus manos, cargada de vergüenza, la enfermera sólo pudo reír y Lisa se hizo bolita en la cama, dándole la espalda.

—Aww, Lisa~, pequeña, ¿puede ser tan malo? ¿No te lo hacía bien o algo?

—¡Jennie! —gritó de forma aguda, haciendo que la beta riera—. No se lo voy a contar, muérase.

—Las omegas son un amor —murmuró Jennie, dejó caricias en su cabellera—. Estoy bromeando un poco, Lisa, estás muy seria, fue una broma tonta, lo siento si quedé como una idiota.

—Las betas son un amor —murmuró Manoban, pero Jen no pudo escucharla—. Te lo cuento después... Tengo hambre.

—¿Quieres algo en especial?

—Ramen.

—Ramen será —asintió la mayor, levantándose de la cama—. Grita si necesitas algo, estaré en la cocina, ¿sí?

—Mjm...

—Para cualquier cosa, aunque sea ir al baño, Lisa, me avisas —ordenó, hablando de forma clara.

—Creo que voy a dormir.

—Está bien, pequeña, descansa.

Y salió del cuarto.

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