Capítulo 16

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—Jennie —la castaña murmuró un sonido afirmativo.

Volvían a estar abrazadas dentro de su nido, Jennie se dejaba tranquilizar con el olor de la omega, quién había empezado a liberar feromonas al sentirla asustada, de forma inconsciente, y claro que había funcionado para calmarla, mejor que nada.

La mayor estaba temblando desde cuando Lisa se había desmayado en sus brazos, y le parecía raro, porque no era la primera vez que veía o atendía a alguien con un desmayo, pero nunca había sentido tanto miedo como en ese momento.

—¿Puedo bañarme?

—Claro —la enfermero asintió—. Pero debo acompañarte, podrías desmayarte de nuevo y eso sería feo.

A Lisa le pareció tierno el tono de voz que había usado, asintió sin más y se irguió para separarse de la beta, quién se colocó a su lado, un brazo rodeó su cintura y el otro tomó su brazo, yendo hasta el baño a paso lento.

A Lisa le parecía exagerado, pero ella en verdad no sabía qué tan malo o delicado era su estado.

Por su lado, Jennie, quería cuidarla tanto al punto de que ni siquiera se golpeara el dedo pequeño del pie contra el marco de la puerta.

La rubia estaba muy roja cuando Jen quitó su remera, y la detuvo en cuanto la enfermera metió los pulgares debajo de sus bragas.

Se mordió el labio con nervios, y Jennie rió un poco, se apartó para tomar sus mejillas.

—Ow, Lis, pequeña, no te pongas así, es parte de mi trabajo —se encogió de hombros—. No lo hago con segundas intenciones y no me da nada porque estés desnuda, así que no hay por qué tener vergüenza.

Lisa frunció el ceño, y negó ligeramente.

—Oh, mira lo que hacen tus labios cuando aprieto tus mejillas —Jennie rió como una niña por su descubrimiento, mientras apretaba varias veces los mofletes de la omega, haciendo que sus esponjosos belfos hicieran un pequeño beso y la forma de una diminuta "o"—. Ah, es bonito.

—Jennie~~ —se quejó.

La beta rió de nuevo y soltó sus mejillas, encontrándose con su sonrisa.

—Aunque te desvistas sola tengo que quedarme, Lisa —dijo.

—No estoy tan mal —rodó los ojos.

Jennie sonrió, estaba incómoda por dentro, no pensaba decirle, sabía disimular muy bien cuando debía mentir.

—No —dijo, totalmente normal—, no lo estás.

Lisa le sacó la lengua en un gesto infantil que la hizo sonreír con ternura.

Al final, la tailandesa se quitó las prendas sola, se metió en la tina sola y reguló el agua sola también, todo eso, haciendo que Jennie cerrara sus ojos.

En cuanto el agua y la espuma del jabón cubrieron hasta su cintura, la dejó acercarse, y sin pedir permiso y sin importarle, Jennie comenzó a lavar su cabello, y por más que se sintió raro al principio, Lisa se dejó estar.

—Jennie... ¿Qué soñaste?

—Mmm... —tuvo que hacer memoria, la mayoría de su sueño se había olvidado en cuanto tuvo que hacerce cargo de la omega—. Soñé con alguien que era muy parecida a ti, en muchos aspectos, reían igual, lucían... Muy parecidas.

—Estoy fea ahora, Jennie, dilo... Seguro era yo sana o algo así.

—Eres hermosa, Lisa —dijo, y sus mejillas se pusieron rojas al escuchar la seriedad de su tono—. Esta otra... Dijo en serio muchas cosas.

—¿Cómo qué? —cerraba sus ojitos mientras Jen masajeaba su cuero cabelludo suavemente, haciendo espuma con el champú.

—Habló de que tuve más vidas, y que tú también, pero que en las últimas las cosas estaban distintas y las cosas habían como empeorado mucho y que el destino estaba roto.

—Hmm.... Dramático.

—Seh, un poco. ¿Y el tuyo?

—Pero cuenta más, que me interesó.

—¿Pero tú no soñaste nada? —Jennie se detuvo un momento.

—Pues sí.

—¿Pues qué?

—Que follábamos. ¿Quieres detalles?

Jennie se ahogó con su saliva y tuvo que detenerse a toser, la menor estaba conforme de no dar detalles de aquel vergonzoso beso con esa extraña para probar lo que sería besar a Jennie.

Qué había confirmado despues, que besarla era mucho mejor.

—B-Bien... Qué fuerte.

—Oh, sabes que fue fuerte, cuando-

—Ya, ya, no digas nada... Dios, me vas a matar, pequeña.

Lisa sonrió como si fuera una niña inocente.

—Esta tú rara... Me dijo que éramos almas gemelas, desde hacía mucho tiempo, y que nuestro destino era encontrarnos, en cada vida, una y otra vez... Y a demás de eso, de que en las últimas vidas las cosas se estaban yendo por otro rumbo y que era especial el que estuviéramos juntas, me dijo que le haga caso a mi loba.

Lisa asintió ligeramente, Jennie limpió el resto de espuma de su cabello y luego se sentó junto a la tina, tomó a la omega por la nuca y la recostó en la bañera, le dedicó una pequeña sonrisa.

—Tus músculos están muy tensos, un baño de infusión te hará bien, pequeña, quédate ahí un rato.

—¿Se quedaría conmigo?

—Claro, Lis.

Lisa se acomodó en la tina, apoyando su mejilla en el borde de esta, con el agua hasta las clavículas, tomó la mano de la beta entre las suyas, comparó sus manos, jugó con la leve capa de grasa de su palma y recorrió las venas de su mano con sus dedos.

—Pues mi sueño fue diferente al tuyo esta vez... —dijo—. No soñamos lo mismo, pero yo también soñé con una tipa rara que se parece a ti, se llamaba Joohyun.

Jennie alzó las cejas, recordando aquel nombre que Jisoo le había dicho.

—Y fue raro, no hablamos de cosas como las tuyas... Pero ella tocó mi vientre y me dijo que era un varón —Lisa abrazó su abdomen, sus ojos parpadearon rápido al llenarse de lágrimas, que no tardaron en salir—. Y-y me desperté y s-sola... —se encogió de hombros, comenzó a temblar por el llanto que estaba reteniendo—. Yo la quiero, Jennie y-y me encantaría que esté aquí algún día, pero no va a pasar...

Jen la tomó por sus hombros y la volvió a sentar en la tina, para poder abrazarla, fue directamente a dejar besos en su marca, besos reales y que se escucharan, mientras Lisa la abrazaba por el cuello y comenzaba a llorar otra vez.

—Lis, está bien, no estás sola —Jennie se detuvo para consolarla con palabras, siempre había sido buena con eso, su nariz acarició suavemente el cuello de la tailandesa—. Él está contigo, Lisa, él te acompaña... Puedes lograrlo por tu cachorro si quieres un incentivo, puedes hacerlo por él.

—P-Pero no puedo sola-

—Te digo que no estás sola.

—N-No ese sola, tonta... Hablo sola de... Criarlo sola, de cuidarlo sola, mantenernos sola y que él no tengo una figura paterna o nada o... Qué no pueda hacer suficiente por él porque estaría solo, y aunque tenga amigos o alguien que me apoye, no es lo mismo que un padre, que esté ahí para él siempre y que... Sea todo lo que yo no puedo ser.

Jennie meditó unos segundos hasta que finalmente lo dijo.

—Sí lo logras, me quedaré contigo y yo seré todo lo que tú no puedas ser para él, pequeña.

Lisa lloró varios segundos por esas palabras, mientras Jennie la abrazaba bonito, asintió ligeramente, rogando en su interior que fuera así.

—Unnie... Creo que la mojé toda —dijo, en cuanto estuvo calmada y notó el agua en la ropa de la coreana.

Kim soltó una risa.

—No te preocupes por eso, Lis, tengo más ropa para cambiarme —se apartó un poco y la omega hizo lo mismo, mirando los ojos de la contraria con comodidad, acarició el mojado cabello de la menor—. ¿Ya sabes cómo le pondrías?

Lisa asintió con seguridad.

—Jungkook, sin dudas.

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