Capítulo 25

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Por la mañana, Lisa despertó con algo de fiebre, y por más que Jennie le dio la medicina que necesitaba, no le hizo mucho efecto.

La beta suspiró de forma cansada, y comenzó a sentirse mal, estaba sentada en el borde de la cama, y con Lisa recostada en esta.

—Hey... —la omega alzó su mano hacia ella hasta que Jennie la tomó—. No estoy tan mal, Nini —dijo, con una sonrisa.

La castaña sonrió mínimamente y tomó su mano, entrelazando sus dedos.

—Vas a estar mejor pronto, Lili.

—Lo dudo —murmuró.

Escucharon el sonido de la puerta al ser golpeada y Jennie se levantó a abrir, dejando a Lisa acurrucada en su nido.

Jisoo entró a la casa ni bien a la beta abrió la puerta.

—Buenos días, señorita Kim, ¿qué tal? —preguntó, con una sonrisa amplia que a Jen le pareció algo sospechosa, e hizo que el rubor subiera a sus mejillas de forma furiosa.

En verdad, Jisoo parecía que sabía todos sus secretos, que leía la mente o algo, y el asentimiento que le dedicó, como de aprobación la puso aún más incómoda.

La azabache rió un poco y fue directo al cuarto de Lisa.

—¿Qué le hiciste al bebé para que esté así? —le preguntó—. Mamá me llamó temprano para decirme algo de ti —dijo, sentándose en el sillón de la ventana, Lisa la miró con una sonrisa y un ligero rubor.

La madre de Jisoo era una "Bruja" como ella prefería ser llamada, leía las manos y el tarot, solía tener sueños premodotorios y a veces podía leer tu futuro con verte a los ojos, lejos de dar miedo, era muy amorosa y siempre había sido muy buena con ella, lista para dar consejos siempre que necesitara una guía, le tenía mucha confianza.

—Dime qué dijo —pidió Lisa.

—Dijo que "Un suave pájaro está revoloteando en el corazón de Limario" —sonrió ampliamente—. ¿Es el pájaro que estoy pensando?

—No... Es un gatito —su sonrisa era tonta y el rubor en sus mejillas era fuerte.

Jisoo actuó sorprendida, pero ya lo sabía.

—Soo... Es mucho, es mucho más de lo que jamás pensé que podría pasarme —habló, estaba emocionada, se sentó en la cama, para expresarse mejor con todos los gestos de sus manos—. Empezó con los sueños, porque soñábamos lo mismo, todas las noche... No, no empezó antes, cuando me di cuenta que- No, no, en realidad pasó... Cuando nos vimos por primera vez y mi loba la reconoció y de ahí todo fue más y más grande y... Hay unas tipas que se llaman Joohyun y Sooyoung y estás dos somos nosotras, pero del pasado, son nuestras vidas pasadas y también sus vidas eran los sueños, los sueños eran sus memorias, nuestras memorias.... Ahhh, ¿me hago entender? —la mayor asintió.

Jisoo quería gritar un gran "Te lo dije", pero tenía que ser para Jennie, Lisa no.

—Y somos predestinadas, y... Mi destino es muy... Feo, y en el está Jennie y también Jungkookie... Y siguiendo el destino yo por fin me uniría a ella, a mi destino y viviría.

—¿Y tú... Quieres eso? —preguntó con suavidad.

Manoban asintió.

—Tengo cosas por las cuales quedarme.

—¿Yo? —Jisoo se señaló a sí misma.

—Tú, primero y principal —habló con ya sonrisa enorme—. Mi mejor amiga, la mejor amiga del mundo, claro que eres la primera.

—¿Y lo segundo? —preguntó Kim con una sonrisa.

Lisa se lo pensó un poco más, apretando sus labios.

—Jennie... Me hace querer quedarme con cada cosa linda que hace por mí.

—¿Tercero?

—Jungkook —dijo, asintiendo—. Porque no tengo que seguirlo a todos lados, no lo seguía en sus competencias, no tengo que seguirlo en la muerte... A él también le gustaría que siga con vida —añadió con una sonrisa.

—¿Hay una cuarta?

Lisa asintió.

—Tu... Sobrino.

—Hasta que me lo dices, Lis —Jisoo suspiró pesadamente—. ¿Tan difícil era?

—¿Lo sabías?

—Lisa... Hueles distinto desde hace unos meses, pero no dije nada, esperaba que te tomaras tu tiempo para que lo dijeras cuando tú quieras... Pero te estabas tardando.

La rubia asintió, con algo de vergüenza, dejó que su espalda reposara en la pared, jugó un poco con sus dedos, una sonrisa timida se asomó en sus labios.

—Cuando te diste cuenta que Rosé era tu destino, ¿qué sentiste?

Con sólo nombrarla había hecho a Jisoo sonreír.

—Fue algo raro... Digamos, siempre creí en la leyenda de los predestinados, creo que hay alguien para cada uno y siempre fue así... Pero fue una sorpresa que al presentarme, yo estando de mal humor, con dolor de cabeza y de cuerpo por las hormonas del primer celo, me habían encerrado en mi cuarto; y cuando tocaron la puerta de la casa no esperaba que fuera una alfa, sin duda. Y sabes que ella es como el sol mismo, y estando conmigo se me pasó todo malestar y todo malhumor, y no fue hasta que me di cuenta que estaba más tranquila con ella que nunca antes en mi vida que era en verdad mi destino. A Rosé le costó un poco más aceptarlo, porque no era tan abierta con la idea de que dos alfas sean predestinadas, y la comprendo, no es lo que uno se esperaría, pero Rosé nunca tuvo problemas para amar a alguien, no importa qué sea, así que nunca fue ninguna discusión fuerte y sólo me aceptó de a poco y de forma tranquila. Y yo sentí eso, sentí tranquilidad, me sentí como si estuviera cómoda y calentita en un hogar de toda la vida, y con ella encontré mi hogar.

Lisa sonreía enternecido por la historia, en verdad le gustaba mucho las historias de amor.

—Yo siento lo mismo con ella, Jichu —murmuró.

—Lo que hace el amor, ¿verdad? —dijo, como un comentario al azar.

Cambió de tema para preguntar cómo se sentía y cómo lo iba llevando, hablaron de eso apenas un rato hasta que Jennie llegó al dormitorio, y de inmediato Lisa le hizo señas para que se sentara a su lado, al hacerlo, la omega se acurrucó en la castaña, tomando su mano con una sonrisa.

Jennie se puso roja y bajó la vista, quedando tímida junto a ella, apenas miró de reojo a Jisoo, quien le dedicó un mudo "Te lo dije".

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