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#O1 | ¿SENTIMIENTOS?

Febrero del 2015.

JiMin suspiro por quinta vez consecutiva.

Su cabeza nunca había estado tan revuelta. Durante sus dieciocho años de vida había estado tan perdido, mucho menos por...por...un chico y, para colmo, aquel chico debía ser nada más y nada menos que Min YoonGi. Hasta lo que llevaban como grupo ambos habían creado una muy buena amistad, una conexión la cual se mantenía muy discreta dentro de las redes.

Con él no subía mil y una fotos como lo hacía con el resto. Su relación con su hyung se complementa en pláticas después de los ensayos, bromas y el tiempo que compartían junto con el resto. JiMin sabía o eso creía, que su cariño por él era meramente fraternal, pero ¿por qué no le gustaba que YoonGi no lo escuchara o prestara atención?, ¿por qué le dolía cuando prefería hablar con los demás y no con él?

Agh, odiaba esa maldita punzada en su pecho.

«¿Y si simplemente admites que te gusta?» reprocho su conciencia, él negó. No podía ser eso, era... ¿imposible?

—Santo dios, esto es un asco —maldijo escondiendo su rostro entre sus rodillas.

—¿Qué es un asco Jimin-ah? —preguntó una voz haciéndolo subir su mirada en cuanto reconoció quién era el dueño. Era baja, pero no demasiado grave, era simplemente tranquila. Adoraba aquello de su voz.

«¿Por qué?, ¿por qué me siento así?», pensó con un nudo en la garganta.

—Y-yo...nada —respondió cuando su voz por fin quiso salir.

Por otra parte, YoonGi le miraba curioso, intentando descifrarlo y el castaño lo odio, lo odio porque el mayor lo conocía tan bien que sabía que en algún momento se daría cuenta de lo que le pasaba, de cómo su mirada siempre recae en él y como su respiración desaparecía por varios segundos ante la cercanía del otro.

—¿JiMin?, ¿te encuentras bien? —el tono de voz se transformó en uno preocupado, mientras el mayor se acercaba al pequeño cuerpo. JiMin quedó embobado ante el mayor frente suyo.

Su cabello castaño anaranjado estaba escondido en aquella gorra, además de que el suéter le quedaba grande y le cubría un poco sus manos. Algo tan simple como aquello lo quería hacer sonreír como idiota.

—Estoy bien, solo necesito dormir —aclaro antes de que se acercara más, su corazón no aguantaría más.

Parándose del suelo, se sacudió un poco y salió de la sala de prácticas maldiciendo por lo bajo. Joder, intento buscar diferentes salida u opciones diferentes a la misma sobre sus reacciones, pese a sus intentos, siempre recaían en la misma, una y otra vez. Le gusta YoonGi.

Demonios, estaba condenado.

Intentando calmarse se terminó dirigiendo al despacho, donde ya los esperaban los guardias para llevarlos a su departamento compartido, sin embargo, Jin pidió si los llevaban a cenar antes, no pensaba cocinar. El resto no se negó, en realidad les pareció una buena idea salir un poco, no obstante, JiMin solo quería irse a casa y hundirse en su cama, y de paso desaparecer de la faz de la tierra si era posible.

JiMin nunca se consideró alguien homofóbico o cosas por el estilo, en realidad a él no le importaba qué géneros se conformaban en una pareja, para él lo importante eran los sentimientos, pero a pesar de eso su cabeza estaba que explotaba porque nunca le había gustado un hombre, siempre pensó que lo suyo eran las mujeres... ¿o no? También sabía que existía la bisexualidad, podría ser, pero antes no le había gustado algún chico, sabía admitir cuando un hombre era apuesto, ya que él mejor que nadie sabía que aquello no era algo malo, de ahí, nada.

Suspiro. Ya no importaba, le gusta YoonGi, tiene sentimientos amorosos hacia él, fin. No hay vuelta atrás, no manda sobre su corazón.

«No me queda más que intentar sacarlo de mi cabeza, no quiero arruinar la conexión que tenemos». Sí, eso haría. Aun si de solo pensarlo se le apretaba el corazón en dolor.

Más tarde, los siete chicos se encontraban en una mesa, hablaban entre ellos de lo primero que les llegara a la cabeza. JiMin por su parte intentaba concentrarse en las conversaciones, pero era complicado cuando recae constantemente en YoonGi.

—¿JiMin? —le habló Tae sacándolo de su tormenta de pensamientos.

—¿Mmh?, ¿qué pasa? —se volteó hacía su amigo.

—Nada, solo te veo distraído, ¿todo bien? —el castaño lo miraba preocupado.

—Si, todo bien, solo algo cansado —le dirigió una sonrisa relajada.

—¿Seguro? —indagó con duda—. Te conozco JiMin, hay algo en tu cabeza —apuntó al mayor por meses, quien en esos cortos tres años ha logrado conocerlo mejor que todos en el grupo.

—Es complicado..., no es fácil de explicar —dijo mientras su mirada recae en su plato de comida sobre la mesa.

—¿Quieres hablar de eso? —habló un poco más bajo notando el rostro decaído de su amigo.

—Lo haremos cuando regresemos a casa, a solas —pidió el chico, pues no era algo que pudiera decir frente a los demás.

Especialmente si aun no sabía que pensaban sus compañeros acerca de poder tener un miembro que le gustan los chicos,

TaeHyung simplemente asintió en entendimiento y no mencionó nada más sobre el tema. Los siete continuaron con su comida y finalmente se dirigieron de vuelta a casa a descansar, pues había sido un día realmente agotador. En el transcurso del camino, JiMin se sentó en el fondo del auto, junto a la ventana, su cabeza daba vueltas aun a la situación, pensando especialmente en cómo le diría todo a TaeHyung. Se encontraba tan inmerso que no se dió cuenta de la presencia de alguien a su lado, no hasta que esa persona habló.

—Jiminie, ¿estás bien?

El nombrado se volteo al instante en que escuchó el apodo y reconoció la voz, encontrando a su lado a YoonGi, quien lo miraba curioso y algo preocupado con aquellos ojos negros. Su corazón repentinamente se aceleró al notarlo.

—S-si, estoy perfectamente bien —maldijo en su interior al escucharse tartamudear—. No hay nada de qué preocuparse hyung —sonrió con ligereza, esperando mostrarse lo más tranquilo posible.

Aún cuando sus manos temblaban y sentía que su corazón latía como si hubiera corrido un maratón.

—JiMin-ah, te conozco bien, además te note también decaído en la cena —YoonGi tomó la mano del menor y la apretó con cariño, logrando que las mejillas del castaño se calentaran, pero YoonGi no logro verlo por la poca luz en el auto—. Quiero que sepas que sea lo que sea, si necesitas hablarlo, aquí estoy, para eso estamos los amigos, ¿de acuerdo?

JiMin sintió como la repentina emoción que se había creado en su pecho ante la preocupación de Min hacia él, se desvaneció al escuchar la palabra «amigos».

«Pues claro, eso eres para él, un amigo»

Odiaba admitirlo, pero no había nada que pudiera hacer al respecto, era él el que terminó teniendo sentimientos por su compañero y la realidad se encargó de mostrárselo. Era cruel.

—Bien —JiMin quitó sus manos de las del mayor—. Gracias, pero estoy bien —su mirada ni siquiera se posó sobre YoonGi, se mantuvo en cualquier lugar menos sobre él.

Se sentía herido y aún si no era culpa de YoonGi sabía que no era el momento para enfrentarlo, especialmente si no quería terminar diciendo algo que pudiera terminar ofendiendo.

—Mmh, okey, me iré a mi lugar... —YoonGi se paró y miró una última vez al menor, quien se mantuvo viendo la ventana, ignorándolo.

Llegando al departamento compartido, cada uno se fue a su habitación, menos dos de ellos. TaeHyung había tomado un vaso de jugo y se encontraba recargado sobre la meseta de la cocina, mientras JiMin se encontraba jugando con sus dedos ansioso, pues aún no sabía cómo decirlo.

—Chim, ¿qué tienes en tu cabeza dando vueltas? —el castaño se acercó a su amigo, y se quedó a su lado esperando a que hablará.

—Me gusta alguien —dijo en voz baja.

—¿Eso es lo que te tiene así? —Tae soltó una pequeña risita—. No tiene nada de malo, ¿cuál es su nombre?, es alguien del staff o de un grupo, hay chicas muy lindas, pero es complicado cuando son idols...

—Es un chico.

Un pesado silencio se formó en la estancia por unos segundos, al final, lo único que TaeHyung pudo formular fue:

—¿Qué?

JiMin subió su mirada y vio la expresión de desconcierto en el rostro de su amigo, se veía realmente pasmado, quedándose por completo quieto en su lugar, procesando la información. El silencio que se posó sobre ellos comenzó a incomodar a JiMin.

—¿Un chico?, ¿eres...gay? —hablo en voz baja, con miedo a que lo escucharán.

Y en cierta forma JiMin lo agradeció, no quería que los demás se enteraran, aún no.

—No lo sé, sé que me gusta él, pero no sé si haya otros chicos que también me atraigan, pues al final de cuentas siempre me han gustado las mujeres, tal vez sea una excepción... —suspiro con cansancio, tapándose el rostro.

—¿Quién es? —decidió indagar Kim.

—Eso te lo diré después, aún no soy capaz de decir en voz alta que me gusta...él —mordisqueó su labio inferior buscando calmarse un poco.

—Bien —TaeHyung asintió en comprensión—. Entonces si no eres gay porque aún te gustan las mujeres, eres ¿bisexual? —inclinó su cabeza haciendo una mueca con sus labios.

—Posiblemente, es muy complicado —sus ojos no se despegaban de su amigo, casi podía ver el signo de cargando en la frente de Tae mientras procesaba la información.

El castaño se incorporó en su lugar y soltó un largo suspiro antes de comenzar a hablar.

—No se exactamente que decir, pero lo que sí sé es que esto realmente no afectará nuestra amistad, no puedo juzgarte, no sería justo teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos —le regaló una pequeña sonrisa comprensiva—. Si necesitas hablar sobre esto en algún otro momento aquí estaré, además aún me debes decir quien es, pero ya que estés listo —lo apuntó con expresión divertida.

—Gracias —JiMin sintió su pecho apretarse al ver que no había sido rechazado por la primera persona que le contó sobre sus sentimientos.

Sabía que tal vez no todos reaccionan igual, pero le alegraba que su mejor amigo lo haya hecho de forma positiva. Sin embargo, aún le quedaba un largo camino por recorrer.

YoonGi se encontraba en su estudio revisando las voces de una de las canciones del próximo álbum, aunque su cabeza realmente no estaba por completo atenta a lo que estaba haciendo, si no, presentando en bucle la extraña actitud que había tomado JiMin con él la noche anterior, hoy en la mañana lo saludo como comúnmente, pero aun así sentía algo diferente y le desesperaba no saber que era.

Lo último que quería es que su relación con JiMin se viera afectada de alguna forma.

Ya había aceptado que sus sentimientos por el menor se quedarían guardados en un rincón de su corazón, pues él sabía que no habría forma de que pudiera confesarse, sería automáticamente el fin de su existencia, arruinaría una amistad y hasta posiblemente las cosas entre él y los demás miembros se podría ver afectada.

Eran demasiados casos desfavorables, así que no se arriesgaría de ninguna forma. Se conformaba con esos pequeños momentos que compartía con JiMin, los abrazos inocentes, las sonrisas tiernas que le regalaba cada que lograba algo, simplemente estaba bien tener al menor a su lado.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la puerta de la habitación fue abierta, al voltearse vio que se trataba de uno de los integrantes del staff.

—YoonGi, la práctica empieza en veinte minutos.

Min asintió en entendimiento y apagó su computadora.

Al llegar a la sala de prácticas logró escuchar 'I need you' la canción principal del álbum, la puerta estaba entreabierta, así que se asomó y vio que JiMin se encontraba en medio de la sala bailándola. Él sabía que JiMin siempre llegaba una o hasta dos horas antes de la práctica, esto solo si sus horarios se lo permitía, si no se quedaba en la noche.

El menor se sobreexige constantemente para buscar la perfección, aun cuando todos los miembros le pedían que no debía desgastarse de la forma en la que la hacía, pero JiMin era algo terco.

Estaba por entrar, si no fuera porque quedó algo embobado viendo como el castaño se movía, se deslizaba con precisión, logrando que el espectador quedará algo hipnotizado. YoonGi podía verlo bailar por horas y no cansarte nunca de admirarlo.

—¿Hyung? —JungKook tomó el hombro del mayor, quien se sobresaltó ante el repentino toque.

—Ah, Kook —se alejó de la puerta y vio como el pelinegro lo miraba algo extrañado.

—¿Vas a entrar? —indagó apuntando hacía la sala de prácticas.

—Si, vamos.

La música paró en cuanto ambos se adentraron a la sala. JiMin los saludo antes de alejarse y tomar su botella de agua. YoonGi aprovechó para sentarse a su lado, esperando alguna señal de rechazo de parte del castaño, pero este simplemente le regaló una pequeña sonrisa.

—¿Cuánto llevas ensayando? —preguntó curioso el mayor, inclinando su cabeza.

—Creo que un poco más de una hora... —dijo luego de tomarle a la botella de agua—. Hay un paso que no me estaba saliendo como quería, pero creo que ya me salió bien, lo sabré ahora que haga la coreografía completa —el chico se estiró dejándose caer en el hombro de Min.

—Lo estas haciendo bien —dijo sonriéndole al castaño, quien volteo a verlo desde su posición—. ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

La práctica duró casi tres horas y media con pequeños descansos en el transcurso. Los siete estaban agotados y a punto de caer rendidos cuando el profesor anunció que habían terminado. YoonGi se dejó caer al suelo, siendo seguido de JiMin, el resto de los miembros se hidrataron y se sentaron a las orillas de la sala.

Min volteo hacía su izquierda, donde estaba acostado JiMin, quien se encontraba con sus ojos cerrados, respiraba con lentitud, casi como si estuviera dormido. YoonGi no pudo evitar acomodarse de forma en la que pudiera ver mejor aquel perfil. Cuando JiMin abrió sus ojos, se encontró con los negros de YoonGi, ambos no dijeron nada, simplemente se quedaron allí, mirándose entre ellos, sus corazones latían en sincronía, ante el mismo sentimiento.

Aún cuando ninguno de los dos era capaz de decirlo en voz alta, un me gustas estaba escondido entre sus labios, esperando a ser confesado.

bueno, bueno, aquí estamos con el inicio, aaah
esperen con ansias todo lo que se viene, y
quiero confesar que se encontrarán con una
montaña rusa, pero será divertido
el proceso <3

nos vemos después
mena 𖹭

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