Capítulo 13

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Capítulo dedicado a karitoceci 💜
Demoré un poco, pero aquí está. Recuerda que tu dedicatoria sería cuando llegara el suceso X 🤭. Tu acoso ha dado resultados. 🤣🤣🤣

El ambiente se mantenía incómodo mientras esperaban la comida. Jungkook no tenía muchas ganas de generar tema de conversación con quien, evidentemente, no tenía ganas de hablar y lo ignoraba. Taehyung estaba demorando más de lo previsto mientas estaba en el baño, por lo que el silencio incómodo no hacía más que expandirse. Desde antes, nunca había sido muy conversador con la esposa de Yoongi, ahora tampoco quería serlo. Se puso a pensar en su día con Jimin, en lo maravilloso que se había sentido todo, y cómo había experimentado una sensación de plenitud tan grande como nunca antes. Tal vez la falta de esta clase de emociones, mezclado a compañías distintas, era lo que había  hecho que sus pasados años de desenfreno y sexo sin compromiso, lo hubieran hecho sentirse tan vacío. Tal vez la llegada de Mochi a su vida, aun intercambiando con él solo como Nochu, fue lo que marcó la diferencia para comenzar a hacer crecer esa calidez en su corazón.

Después de ya llevar un tiempo dando vueltas al asunto en su cabeza, y poniendo las piezas del puzzle en su lugar, había logrado comprender y admitir que los sentimientos que por años estuvieron sin nombre, se llamaban amor. Eso era lo que sentía por Park Jimin: amor. Y un sentimiento tan puro y tan hermoso, no necesitaba nada menos que sinceridad. Era tiempo de dejar de buscar el momento idóneo, había de crearlo por sí mismo, antes de que se convirtiera en una mentira irremediable que manchara la belleza de lo que se construía, y que no se pudiera superar.

Rápidamente tomó su celular y buscó el chat entre Nochu y Mochi. Leyó de nuevo el último mensaje en que le había explicado que no podrían escribirse por un tiempo. Había tardado demasiado. Intercambiar como Jungkook y Jimin había sido tan maravilloso, que incluso pensó una que otra ocasión que Nochu ya no era necesario; pero ese usuario fue el inicio de todo, había que cerrar un ciclo con sinceridad, para poder comenzar otro nuevo. Era hoy o nunca.

Nochu
Hola.
Ha pasado algún tiempo.
Perdón por haber estado ausente, tuve algunos asuntos de los que encargarme.
Tengo una sorpresa para ti, más tarde te la daré.

Jimin parecía haber tenido su celular apagado todo el día, o al menos no lo había usado para nada. Ahora que lo pensaba, quizás ni siquiera los leyera antes de que él le confesara la verdad. Sin embargo, sintió que debía decirlo. Que Nochu debía decirlo también, no solo Jeon Jungkook.

El resto de la tarde transcurrió aparentemente con normalidad, pero se respiraba cierto grado de tensión en el ambiente. ¿Qué había sido el detonante? Todo parecía igual a la mañana, a excepción de que Taehyung había estado con ellos a partir del almuerzo; quizás solo quiso darles algo de privacidad a Yoongi y su esposa, no era bueno seguir construyendo teorías sin saber. A Jungkook no le enojaba la presencia del chico, era el mejor amigo de Jimin, también quería compartir con él, no deseaba que la impresión que se llevara Kim era que tenía que estar a la defensiva porque él acabaría dañando a Jimin de alguna manera. Además, el objetivo de esta salida era conocerse mejor y crear buenos lazos. Conversaron sobre la universidad y la rutina de cada uno, así como sus gustos y preferencias. Ser otaku les dio temas inagotables de conversación, hablaron desde sus clásicos favoritos, hasta las series que seguían en emisión; fue sorprendente hasta qué punto sus gustos coincidieron.

Lo único que afectó la nueva distribución de compañías, fueron los planes de Jungkook de revelar a Jimin su identidad. Sin embargo, eso no significó aplazar sus planes, solo modificarlos. Por eso, en cuanto estuvieron en el estacionamiento, luego de despedirse y cada quien a punto de irse por su camino, Jeon se acercó al auto de Taehyung a paso decidido. Yoongi y Eunha habían tenido que irse unos minutos antes, porque el manager había recibido una llamada importante y debía enviar unos documentos desde casa, así que solo quedaban ellos tres.

—Jimin, ¿tienes un segundo? —dijo—. Hay algo que quisiera decirte.

—Claro. —Se alejaron unos pasos—. ¿Qué sucede?

—Quería saber si... Bueno, yo... —Se abofeteó mentalmente por su tartamudeo—. ¿Tienes un poco más de tiempo libre todavía? Me gustaría que fuéramos a un sitio, solo los dos.

La mandíbula de Jimin casi cae al suelo de la sorpresa. ¿Era esta la cita que no pensó que tendrían? Gesticuló un par de veces, sin lograr articular palabra, hasta que reaccionó y trajo su cerebro de vuelta a la Tierra para contestar.

—Sí... tengo tiempo.

—Perfecto entonces.

—Tae —habló Jimin a su mejor amigo—, voy a acompañar a Jungkook a un sitio, puedes irte sin mí. Yo volveré más tarde.

—No te preocupes, lo devolveré sano y salvo —intervino Jungkook.

Taehyung se quedó sin palabras por un instante, no pensó que Jeon se pusiera manos a la obra tan rápidamente. Sin embargo, si bien estaba un poco sorprendido por el giro de acontecimientos, no estaba preocupado. A pesar de solo haber sido unas horas, pudo notar una gran sinceridad en las miradas y acciones de Jungkook para con su amigo, quien se había mostrado muy feliz también. Si Jimin quería acercarse más a Jungkook, él estaba bien con ello. Además, Jeon parecía buena persona, y sus sentimientos hacia Jimin, sinceros, por lo que había podido notar, y tenía bastante fe en su intuición. Tal vez este era el inicio del fin de la esperanza de su amor no correspondido.

—Entonces me voy antes. —Miró a Jimin e hizo un gesto de aprobación, para luego desviar su atención a Jungkook—. Cuídalo, ¿sí? Le encanta meterse en líos.

—Dalo por hecho.

—¿Por qué hablas como si fuera un niño?

—No me hagas hablar del repertorio de tu vergonzoso pasado.

—Me interesa ese tema —habló Jungkook.

—Si después me escribes, te muestro la evidencia, Jeon.

—Hecho. —Estrecharon sus manos en señal de pacto.

—No te atreverías, Kim Taehyung. Y tú, Jungkook, no le sigas la corriente.

—No te preocupes, estoy seguro de que hasta en tus momentos vergonzosos, te ves hermoso.

—No digas esa clase de bromas. —Las mejillas del escritor se sonrojaron.

—No estoy bromeando —expresó Jeon con seriedad. Las mejillas de Jimin se tiñeron de un carmín más intenso, si es que eso era posible.

—Tonto... —susurró enternecido.

—¡Ya! Acaben de irse de una vez, o van a ahogarme en caramelo. —Una sonrisa con una mezcla de emociones indescifrable surcó los labios de Taehyung, en un intento de bromear para acallar los gritos de su corazón.

Jungkook abrió la puerta del copiloto a un Jimin cada vez más sonrojado, y un par de minutos después se pusieron en marcha. Compraron unos sándwiches y sodas para llevar, no queriendo tener que lidiar con miradas indiscretas o situaciones incómodas. Además, Jungkook era más de ambientes relajados, no de restaurantes lujosos, y sabía por sus conversaciones como Nochu, que Jimin también prefería cosas más casuales. Aprovecharía eso para tener un poco más de privacidad.

—¿A dónde vamos? —preguntó Jimin, luego de ya un buen rato conduciendo.

—No lo sé, a donde nos lleve el viento.

—¿Qué cosas dices? —Sonrió—. Pensé que había un lugar al que querías llevarme.

—Mentí... —admitió, con el tinte de vergüenza en su rostro.

—¿Qué?

—Solo... quería pasar un poco más de tiempo contigo. Hablar...

Y Jimin sintió su corazón derretirse dentro de su pecho. ¿Cómo podía Jungkook ser un hombre tan detallista y romántico? ¿Qué significaba ese comportamiento hacia él? ¿Acaso... podía tener esperanza? ¿Era posible que su corazón galopara a esa velocidad por alguien que llevaba tan poco tiempo conociendo? ¿Qué pasaba entonces con las relaciones que hasta ahora le había tomado años construir?

«Nochu».

El nombre sacudió sus pensamientos como un terremoto. ¿Por qué de repente se sentía confuso y culpable? ¿Por qué sentía que lo estaba traicionando?

«¿Cómo puedo sentirme atraído de la misma manera por dos personas diferentes? Esto es una locura».

—¿Jimin?

—¿Sí?

—Te preguntaba qué planes tienes para tu próximo descanso. Taehyung me comentó que tienen unas pequeñas vacaciones en la universidad dentro de poco.

No se podía creer que sus pensamientos lo hubieran consumido de tal manera en pocos segundos, hasta el punto de desentenderlo totalmente de su realidad. Sacudió las ideas extrañas de su cabeza y se concentró en la persona frente a él.

—Supongo que me quedaré en casa y trabajaré en las actualizaciones, veré anime y descansaré. ¡Ah! Tambien hay un par de entrevistas para el Dorama, no sé si coincidiremos en alguna.

—Revisaré mi agenda y te diré, no he revisado hasta tan allá. ¿Qué haces normalmente en esos días libres?

—¿Además de lo que te dije? —Jungkook asintió—. Suelo pasar el rato con Tae, vamos a convenciones, a ver estrenos de películas animes, a comprar mangas y esas cosas. Pero esta vez él irá de visita a casa de su familia, así que no podremos quedar.

—¿Y tú? ¿No visitarás a tu familia?

—No. Ellos... están ocupados —mintió—. Tienen un pequeño negocio de alojamiento en Busan, hay muchos clientes para las fechas festivas. Iré en otra ocasión. ¿Qué hay de ti? ¿No los visitas en sus descansos?

—No están en el país ahora mismo. Hace ya unos meses decidieron viajar y conocer el mundo, algo así como su segunda luna de miel, por sus veinticinco años de casados.

—¡Oh! Eso es increíble. A veces quisiera poder salir de ese modo, olvidar las responsabilidades y la rutina.

—¿Hay algún sitio específico que te gustaría visitar? ¿Algo que quisieras hacer?

—Mucho, en realidad. Pero no es tan fácil. La adultez ha traído responsabilidades y me ha robado tiempo de hacer muchas cosas. Por ejemplo: cuando era niño y vivía en Busan, me encantaba ir a la playa, caminar por la arena y recoger caracolas. Es algo simple y quizás tonto, pero ya ni siquiera puedo hacer algo como eso.

—Bueno, parece que ya está decidido a dónde vamos ahora.

—¡¿Qué?! —La sorpresa inundó a Jimin—. ¿A qué te refieres?

—¡Vamos a la playa! —sonrió—. Dices que tus padres están ocupados, así que no sería buena idea caer de sorpresa en Busan, pero qué tal la playa Naksan; desde donde estamos, podemos llegar en cerca de hora y media.

—Estás loco, jajajaja.

—¿No íbamos a romper la rutina? Vamos allá.

—Jungkook, mañana tengo clases en la mañana.

—Entonces será mejor que acelere.

Jimin terminó por darse por vencido sin demasiado esfuerzo, quería seguir al lado de Jungkook todo el tiempo posible. ¿Ir a la playa juntos? ¿Quién se negaría? El viaje pasó entre bromas, anécdotas y pequeños espacios de silencios cómodos que llenaban de confortabilidad el ambiente entre ambos. Cuando las cristalinas aguas de Naksan se extendieron frente a sus ojos, Jimin supo que, aun si no iba a clases el día siguiente, esta noche valdría la pena.

Demoraron cerca de veinte minutos en llegar del estacionamiento al sitio un poco apartado de las luces, en el que se sentaron en unos bancos que parecían estar hechos de la madera de los cocoteros, eran hermosos y sencillos, apenas unos centímetros los separaban de la blanca arena; más que ser para sentarse, parecían hechos para mantener las pertenencias separadas del suelo. Estaban completamente solos, las luces de los hoteles eran visibles desde su posición, enormes y refinados, llenos de vida. Sin embargo, ellos buscaban esa tranquilidad arrullada por el sonido de las olas que los rodeaba en ese preciso instante. Dejaron sus pertenencias en los pequeños banquillos y comenzaron a caminar a paso lento por la orilla, hasta llegar a donde la espuma les mojó los pies.

—Qué fría —dijo Jimin, sintiendo sus piel erizarse por la sensación.

—Esta playa es conocida por dos cosas: sus aguas cristalinas, y la frialdad de estas.

—Bueno saberlo, pero un poco tarde.

—No seas cobarde. —Jeon juntó sus manos y tomó un poco de agua en ellas, listo para arrojarla.

—No te atreverías... —Las gotas frías en su rostro y torso le demostraron lo contrario—. ¡Aléjate! —Le lanzó agua también y salió a correr.

Se persiguieron por varios minutos, entre risas, bromas y más intentos de mojarse, hasta que Jimin perdió el equilibrio y cayó, halando a Jungkook con él, al intentar fallidamente sostenerlo. Sus juegos los habían adentrado lo suficiente como para que el agua les llegara a las pantorrillas y la caída los mojara por completo.

—¡Qué fría! —exclamó Jimin, esta vez más alto.

—Venga, salgamos. Hay que secarnos, o nos vamos a enfermar con este frío —dijo Jungkook, ofreciéndole su mano.

Sin embargo, sus piernas se enredaron y volvieron a caer, quedando Jungkook sobre Jimin, hasta que se enderezaron y quedaron arrodillados frente a frente. Sus respiraciones agitadas se mezclaban, y sus miradas centelleaban con un brillo cargado de un inexplicable deseo. No pudiendo, ni queriendo, volver a dejar las cosas a medias como en la piscina unas horas atrás, sus labios se fueron acercando poco a poco, hasta unirse en un beso tímido y salado con sabor a mar, mientras las manos de ambos regalaban caricias inconscientes al otro.

Sus belfos se acoplaron de manera lenta y perfecta. Cada toque era cariñoso, delicado y suave, incluso cuando la lengua de Jeon empezó a mezclarse con la suya, fue tan gentil que hizo a Jimin sentir las llamadas mariposas en el estómago. ¡Santo Cielo! Se sentía como un adolescente dando su primer beso. Jamás imaginó que un beso de Jeon Jungkook se sentiría de esta manera tan... considerada, nunca pensó que lograría sentirse amado al estar en los brazos de alguien, simplemente compartiendo un beso. Su cuerpo tembló, por el frío y por sentirse vulnerable y querido entre los brazos de este hombre que lo tocaba por primera vez. Ni siquiera recordaba cuándo había sido la última vez que había podido dejarse llevar y ceder las riendas a otra persona, pero Jeon le inspiraba la confianza para hacerlo.

—Estás temblando. —Jungkook le acarició la mejilla, y Jimin, al alzar la vista, notó el hermoso sonrojo que adornaba las del actor—. Será mejor que salgamos a abrigarnos.

Incapaz de pronunciar palabra coherente todavía, Jimin simplemente asintió. Se pusieron de pie y caminaron en silencio hasta donde habían dejado sus pertenencias, con los dedos de Jungkook entrelazándose tímidamente con los suyos.

—Quédate aquí, iré a buscar una manta en el auto. —Recordó la que siempre llevaba en el maletero para cuando dormía entre un set de grabación y otro, en días de mucho ajetreo laboral.

Jungkook se alejó, con sus mejillas aún sonrojadas a pesar de la frialdad, y pensando con qué palabras confesar a Jimin sus sentimientos y aclarar todo sobre Nochu. Este era el momento, no podía ni debía seguirlo aplazando.

Luego de algunos minutos a solas, la mente de Jimin comenzó a procesar lo que había sucedido. Si bien pudo ir con Jungkook hasta el auto y calentarse más rápido que solo esperando la manta, necesitaba unos minutos a solas para poner su cerebro al día. ¡Había besado a Jeon Jungkook! ¡Y había sido maravilloso! Su cabeza se llenaba de demasiadas teorías, escenarios y locuras. Vio el celular de Jungkook a su lado cuando tomó el suyo para distraerse, recordando que lo había tenido apagado todo el día para evitar interrupciones.

Al conectarse, inmediatamente un mensaje de Seokjin, hablándole sobre la fecha límite de su actualización y un par de entrevistas, saltaron a sus ojos. Sin embargo, la notificación de unos mensajes de Nochu, después de algún tiempo, fue lo que se robó toda su atención. Se trataba solamente de un simple saludo y la promesa de una sorpresa que podría ser cualquier cosa. ¿Por qué sentía un mal sabor de boca? Si él y Nochu eran solo amigos, ¿por qué sentía como si lo hubiera traicionado? Si lo que estaba experimentando con Jungkook era similar a lo que Nochu provocaba en él, y ya tenía claro el tipo de sentimientos que eran, ¿a cuál de los dos estaba amando? ¿Acaso a ambos? ¿Cómo escoger? No sabía cómo se sentía Nochu respecto a él, ¿siquiera había algo para escoger?

«¡Qué mierda!», pensó, pasando una mano frustrada por sus cabellos húmedos.

Con sus dedos y mente aún cargados de duda, tecleó el primer mensaje a modo de saludo y lo envió. Escuchó el sonido de una notificación proveniente del teléfono a su lado y vio la pantalla iluminarse, pero pensando que se trataba de una coincidencia y no queriendo ser indiscreto, lo ignoró y continuó escribiendo. Sin embargo, escuchar ese sonido cada vez que sus dedos enviaban un texto, lo hizo voltear extrañado. Ver las letras que acababa de escribir aparecer una tras otra en la pantalla ajena, hizo que su rostro palideciera y su propio celular se resbalase de entre sus dedos.

«Tiene que ser mentira... Esto no puede estar pasando».

Tarde otra vez, pero actualicé. Espero no haya muchos errores y el capítulo les haya gustado.

¿Alguna teoría o algo que quieran decirme? Los leo 👀

PD: estoy usando mi último suspiro de internet para publicar esto.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro