Capítulo 20

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La oscuridad de su habitación recibió a Jimin al regresar a casa. Estaba desorientado, perdido. Las ideas y teorías sobre lo que podría llegar a suceder y el cómo los sucesos del pasado podían volver a repetirse, lo abrumaban. Caminó a su refrigerador y sacó una cerveza, pensando que el alcohol le ayudaría a no pensar, a no sentirse prisionero de su pasado y sus errores.

Su celular sonó en su bolsillo, sobresaltándole. Jaewo vino a su mente. Sin embargo, a pesar del ligero temor que tintó sus facciones al observar la pantalla, se relajó visiblemente al notar que se trataba de Taehyung.

—Hola —contestó, el alivio tangible en su voz.

—¿Chim? Perdón por no contestarte, justo ahora veo la llamada. Me llamaron de la editorial de papá y tuve que ir a resolver unos asuntos. ¿Todo bien? ¿Pasó algo con Jeon? —preguntó preocupado.

—Todo está bien, Tae. No te preocupes. Solo vi unos mangas que me interesaron cuando regresaba, y me di cuenta de que no traía dinero suficiente —mintió—. Ya estoy en casa, luego los compro.

—Y de paso, me los prestas cuando los leas. —Soltó una risita cómplice.

—Claro... ¿Todo bien en la editorial? ¿Para qué te llamaban?

—Tenemos un nuevo escritor, y me asignó como editor auxiliar, como parte de mis prácticas. Quería que lo conociera en persona, en una reunión formal.

—¡Me alegro por ti, Tae! Hace mucho estabas esperando esta oportunidad.

—No pensé que papá recordara que se lo había pedido. Llegué a creer hasta que me había ignorado. —Su voz se escuchó dudar—. A veces, pienso que cree que todavía no estoy listo.

—El señor Kim confía mucho en ti y reconoce tu talento. Simplemente no quiere que quemes etapas, o te sientas sobreprotegido.

—¿A qué te refieres?

—Normalmente, las prácticas para pasantes comienzan en esta etapa, después de que salen los promedios. El tuyo es increíble. La de ustedes es una editorial de renombre, seguro esperó a demostrar que obtenías un lugar por tus propios méritos, y no por ser su hijo. ¿No lo crees? —No obtuvo respuesta. Jimin rio—. A veces me sorprende cómo, con lo observador que eres, puedes ser tan lento cuando se trata de tu propia familia.

—Papá es algo difícil de leer entre líneas. —Se escuchó avergonzado.

—Tranquilo, siempre estaré aquí para leer esos puntos ciegos para ti. —Jimin sonrió—. Y ya voy a colgar, quiero trabajar en mi próximo capítulo.

—Me encanta como suena eso. Estaré esperando mi borrador.

—Claro. Siempre es un placer ayudarte a practicar tus habilidades de edición.

—Aunque no es que me dejes mucho para hacer, eres muy talentoso.

—¿Quieres hacer que me sonroje? Vamos, cuelga ya. Mañana nos vemos.

—Adiós, Chim. Qué descanses.

Jimin suspiró, sintiéndose culpable por haberle mentido a su mejor amigo. Él mejor que nadie sabía la rabia contenida de Taehyung hacia Jaewo, y su arrepentimiento por no haberle podido hacer pagar a golpes todo el daño que había hecho. Pero, es que precisamente un par de horas atrás, había decidido intentar solucionar el problema por sí mismo. Porque ahora que pensaba con más claridad, las palabras del propio Taehyung le venían a la mente, cuando le decía que las respuestas siempre estaban en su interior, y él solo ayudaba a sacarlas a flote. Con ese pensamiento en mente, queriendo dar un paso adelante en su resolución, olvidando que su primera acción fue buscar respuestas en alguien más, en lugar de conseguirlas él, se guardó la verdad.

Se dio un baño y comió algo ligero, para, tal y como había dicho, trabajar en su siguiente capítulo. Sus emociones rebosaban en su interior. Sin saber cómo contenerlas, trató de hacer lo que mejor se le daba; volcarlas en sus historias. Pero, al parecer no iba a ser tan sencillo, pues todas esas emociones arremolinadas, no lograban tomar una forma definida en su mente, no se proyectaban hacia donde él quería. Después de media hora con el documento abierto, sin más avance que un par de líneas fallidas, que borró por no sentirse conforme con ellas, decidió entrar a la plataforma de lecturas, a revisar sus notificaciones.

Un escalofrío lo recorrió al ver la señal de que tenía mensajes privados nuevos. Lo primero que recordó, fue que Jaewo le había dicho que lo contactaría, sin tener su número de celular, y lo había llamado Mochi. La sola idea de recibir un mensaje de él en su buzón, hizo su estómago revolverse.

Inhaló aire de vuelta a sus pulmones cuando vio el nombre Songsnow; el usuario de Yuki. Sus hombros se tensaron, ahora por motivos distintos. Todos los sucesos inesperados de la tarde le habían hecho olvidar un detalle importante: Yuki lo había visto besándose con Jungkook. No había recibido ninguna llamada que le diera a entender que la relación había sido revelada. La actriz era su fiel lectora desde hacía años, y se había convertido en una buena amiga. Quería creer que podía confiar en ella.

«Hola, Mochi.
Sé que mi descuido te debe haber causado gran preocupación. Te pido disculpas por haber interrumpido, y por no haber llamado a la puerta. Casi se me cae la cara de vergüenza cuando fui a hablar con Jungkook sumbae-nim. No tienen nada de qué preocuparse, su secreto está a salvo conmigo.
A pesar de su difícil posición, han decidido iniciar una relación. Son dos personas muy valientes a las que, si antes admiraba, ahora lo hago mucho más. Porque la valentía no siempre está en gritar al mundo una verdad por la que te juzgarán, sin ningún derecho ni propósito. Ser valiente inicia desde que se admiten los sentimientos y se confiesan, pues a veces, nosotros mismos somos los enemigos más difíciles de derrotar.
Tienen todo mi apoyo.
Te quiere,
Yuki».

Jimin sintió un nudo de gratitud formarse en su garganta. Se sintió afortunado por tener a personas tan maravillosas a su lado. A pesar de todo, sin importar su pasado o presente, e independientemente de las consecuencias de sus actos que pudieran esperarle en el futuro, sabía que no tendría que afrontarlas solo.

Cerró su laptop, tomó una cerveza del refrigerador y salió al balcón. La brisa nocturna fresca le acarició el rostro y despeinó un poco su cabello. Él en pijama, despeinado, con una bebida en mano y mirando las luces de la ciudad en la noche. Relajado, haciendo a un lado las penumbras de su mente. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había podido hacer esto?

Se había terminado un par de cervezas cuando su celular volvió a sonar. Al mirarlo, una sonrisa apareció en su rostro.

—Hola, Jungkookie.

—Te escuchas feliz. ¿Ha pasado algo que deba saber?

—Hoy he visto a mi novio. Lo extrañaba mucho.

El corazón de Jeon se encogió ante tanta sinceridad en su voz.

—Yo también he visto al mío hoy —le siguió la corriente—. Nunca puedo besarlo lo suficiente.

—Espero que eso signifique que es buen besador —dijo, coqueto.

—El mejor —alegó orgulloso y pícaro.

Ambos dejaron escapar una risilla de complicidad.

—¿Cómo terminó la filmación de hoy?

—Todo un éxito. Logramos la mayoría de las escenas en una sola toma. Quizás la visita del creador de la historia haya motivado a todos.

—Me alegra escuchar eso. —Se recargó del barandal—. Me escribió Yuki.

—También habló conmigo antes de terminar el rodaje... Somos hombres con suerte.

—Sin duda. En más de un sentido —dijo, dejando implícita pero entendible la fortuna por haberse conocido—. ¿Estás libre este fin de semana?  Podemos quedar y hacer algo juntos.

La línea se quedó en silencio por unos pequeños instantes.

—¿Jungkook?

—Lo siento... Iremos a grabar a Jeju. Se concertó hoy en la tarde adelantar esas escenas, por coincidir con otros horarios posteriores del elenco. —No se escuchó respuesta del otro lado—. Jimin, de veras lo lamento.

—No tienes que disculparte. Aunque haya dicho fin de semana, ya comienza mañana, fue algo improvisado y que dije sin pensar en tu trabajo. —Trató de ocultar lo mejor posible la decepción en su voz, no muy seguro de haber tenido éxito.

—Te debo disculpas. En el tiempo que llevamos juntos, hemos xo.partido muy poco. No sabes cuánto me gustaría poder estar más contigo. Te pienso en cada momento y no dejo de extrañarte. Mi trabajo es importante, pero tú también lo eres.

—Lo sé.

—Te prometo que solucionaremos esto.

—No tengo dudas. Lo haremos juntos, en su momento —respondió—. ¿A qué hora te vas?

—Después del mediodía.

Un par de cabos se ataron en la mente de Jimin.

—¿Yoongi va también? Digo, supongo que los managers siempre acompañan a sus artistas, pero Tae me dijo que ellos saldrían mañana en la tarde... Quizás estoy confundido.

—Él no irá conmigo. Tendré un manager sustituto estos días. Yoongi pidió libre el fin de semana para pasar su aniversario junto a su esposa. Lo lleva planeando por meses —le comentó—. Me dijo de su salida con Taehyung. Quiere comprarle unas joyas, pero no es muy bueno escogiendo. Lo dejó hasta último minuto en espera de unos modelos de edición limitada de esta temporada.

—Entiendo que quiera contar con Tae, él tiene muy buen gusto con la ropa y las prendas —dijo, con un tenue tinte de orgullo en su voz—. Yoongi parece alguien muy detallista y romántico.

—Lo es —confirmó—. Espero todo salga bien y pase un buen aniversario.

Recordando su conversación con Taehyung y los pequeños detalles de los que había sido testigo de la esposa de Min, quiso preguntar a qué Jungkook se refería con esas palabras, y por qué se escuchaba tan preocupado y, quizás, un poco reacio. Pero ese no era su problema. No podía simplemente comenzar a hacer ninguna clase de insinuación a Jungkook, u orquestar rumores acerca de a quien el actor seguramente consideraba un gran amigo.

—Tambien lo espero. Así como espero que tengas un buen viaje —cerró el asunto y cambió de tema, recobrando la previa tristeza en su voz.

—Eso espero. Aunque te extrañaré.

—También yo. —Sus ojos se humedecieron—. Llámame cuando estés libre, ¿sí? No quiero interrumpirte si estás ocupado.

Hablaron unos minutos más hasta despedirse. Jimin sentía un nudo de tristeza en su pecho que estaba a punto de asfixiarlo. Ni siquiera estaba seguro de haber disimulado sus sollozos mientras secó sus lágrimas silenciosas. Odiaba la forma en que el alcohol lo desinhibía e intensificaba sus emociones; cuando se sentía feliz era increíble la euforia que le daba, pero si predominaba la tristeza, pasaba esto. No era nada del otro mundo, pero no podía evitar que le doliera. Esperaba que Jungkook no lo hubiese percibido.

Se tomó otra cerveza y se sentó en el sofá. Su mirada se perdió en el vacío, fija en el techo, sin enfocar algo en particular. Tratando de que sus pensamientos no se descontrolaran y lo hicieran sentirse más deprimido.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado desde que se había quedado dormido, pero podía percibir la dulce sensación de unas caricias en medio de la bruma de sus sueños, junto a una fuente de calor a tu lado. El suave toque lo fue trayendo poco a poco de vuelta a la realidad.

—No deberías dormir aquí. Hace frío, podrías enfermarte.

—¿Jungkook? —Esa voz era inconfundible. Se sentó despacio, desperezándose—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? —Le preocupó haber dejado la puerta abierta en medio de su confusión.

—No eres tú el único que puede hacerse con la llave del otro. —Recibió un rostro confundido en respuesta—. Llamé a Taehyung —sonrió.

—Oh.

—No me he ido, y ya te estoy extrañando. Por eso vine. —Lo besó en los labios.

—Sigo preguntándome cómo puedes decir esa clase de cosas de manera tan casual.

—Quiero estar a la altura de las expectativas del mejor escritor de romance en Corea, en la actualidad.

«Las has superado todas», pensó. A pesar del romántico pretexto, a Jimin le quedaba claro que Jungkook había ido a verlo porque había notado su soledad. Se sentía un poco patético, pero si era el precio de sentirse amado, lo pagaría.

—Gracias por estar aquí para mí.

Sus rostros se fueron acercando hasta volver a besarse, lentamente. Poco a poco sus belfos se fueron compenetrando más y tomando un ritmo más veloz y apasionado. Jungkook se acomodó mejor hasta quedar con una rodilla apoyada en el sofá, entre los muslos abiertos de Jimin. Le tomó las mejillas con ambas manos y las acunó con devoción.

Las manos de Jungkook recorrieron la tela de la ropa de Jimin, trazando su torso, hasta llegar al límite de la tela y colarse por debajo de ella para acariciar su piel desnuda. Sintiendo la intimidad crecer, el escritor enredó sus brazos en la nuca de Jeon, acariciando sus cabellos y enredándolos entre sus dedos.

Cuando se separaron en busca de aire, Jimin pudo percibir el brillo del deseo y la pasión en los ojos de Jungkook. Sin embargo, había algo más oculto tras la intensidad de su mirada; duda, temor e inseguridad. Pensando en posibilidades, el escritor tomó la palabra:

—Jungkookie... —Cuando obtuvo su atención, prosiguió—: No tienes que presionarte a nada que no quieras, o que no te sientas listo para hacer.

No era un panorama impensable. Jungkook era un hombre que hasta hacía pocos meses, debía considerarse a sí mismo totalmente heterosexual. Hasta ahora, Jimin no había considerado los posibles escenarios mentales del actor, o las dudas que podrían llegar a quedarle respecto a su sexualidad; tampoco las cuestiones que podrían ser difíciles de admitir para Jeon. Puede que estuviera yendo demasiado rápido. Puede que tuviera que tener en cuenta hasta dónde llegarían hoy, si es que salían del punto de partida.

—Lo único que quiero es darte todo el placer que te mereces, pero... no estoy seguro de... poder hacerlo.

Tal sinceridad sorprendió a Jimin. No era común para los chicos admitir sus dudas al momento del sexo, eran más de experimentar y aprender sobre la marcha. La mirada preocupada que acompañó las palabras francas de Jungkook, evidenció cuán importante era Jimin para él, más allá del orgullo o las apariencias.

—Es la primera vez que... estoy con alguien de mi mismo sexo. —Jungkook tragó grueso—. No estoy muy seguro de qué hacer. —Sus mejillas se colorearon de un carmín que incrementó su candor con cada palabra—. Pero, si me dices lo que te gusta, puedo...

El dedo índice de Jimin silenció la terminación de la frase, al descansar sobre los labios de Jungkook. Le sonrió.

—No tienes que estar preocupado por ser lo que deseo o lo que busco, ya lo eres. Solo sé tú mismo. Tócame. Explórame.  Descúbreme. De eso de trata. Que nuestros cuerpos den las respuestas que buscamos.

Compartieron otro beso antes de que Jungkook dejara la parte superior del cuerpo de Jimin al descubierto. Repartió besos por su cuello y torso desnudos. Jugó con sus pezones duros, acarició, succionó y mordió. Delineó los músculos definidos bajo la piel de apariencia suave, pero notablemente distinta a la de una mujer. Jeon tenía más que claro que era Jimin la persona que se retorcía bajo su tacto y gemía con cada estimulación. A medida que descendía, podía sentir más cerca y creciente el bulto en los pantalones ajenos, clamando por atención.

A pesar de sus movimientos torpes para liberar la erección de Jimin, Jungkook logró proporcionarle grandes cantidades de placer. Park estaba sorprendido. Jeon había resultado ser un amante bastante hábil y perceptivo, captaba con rapidez lo que le gustaba y lo repetía. La fuerza de la succión, la presión ejercida por los labios, la longitud tomada, la velocidad; todo se fue ajustando hasta lograr una cadencia que lo volvió loco. Terminó por eyacular, sin poder controlarse, en la boca de Jungkook.

—¡Dios! —jadeó entre temblores—. Lo siento, Jungkook, yo... —Los labios entreabiertos e hinchados, las mejillas coloreadas, las pupilas dilatadas, la respiración ligeramente agitada; el actor era una delicia para la vista—. ¡Eso fue... increíble!

Jimin le tiró de la camisa para instarlo a ponerse de pie. Llevó sus bocas al mismo nivel y lo besó, sintiendo su propio sabor estallar en sus papilas gustativas. Lo fue guiando hasta llevarlo a recostarse boca arriba en el sofá, con él a horcajadas sobre su regazo.

—Permíteme retribuirte.

Y, por primera vez en su vida, Jungkook pensó que la persona sobre él, era la más hermosa y sexy del mundo. El placer explotó algunos minutos después, cuando, tras un par de caricias y toques en los sitios correctos, recibiera la mejor felación de su vida.

Se quedaron allí, abrazados, delineando con los trazos de sus dedos, las siluetas ajenas. Arrullados por el cómodo silencio y el compás de sus respiraciones, se quedaron dormidos.

¡Holiwis! Muchísimas gracias a todos los que me felicitaron por mi cumpleaños, me alegraron más el día. Quise dejarles este capítulo hoy como agradecimiento, espero les haya gustado.

Perdón por el fracaso de intento de lemon, pero consideré que lo mejor era dejarlo solo hasta aquí por ahora, sin presionar a los personajes o forzar la escena. Se me ocurrieron un par de cosas, así que tendrán compensación futura, no se preocupen. 😈

Cayendo en chismes jjjj. El próximo capítulo será sobre el aniversario de Yoongi. ¿Qué creen que suceda? Me gustaría leer sus teorías.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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