Capítulo 9

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Renjun tiene el sentimiento de pérdida en el corazón, mirando al señor Kim darle unas indicaciones a algún empleado por teléfono. El señor Kim se iría de nuevo por cuestión de negocios, por lo que Renjun no lo vería en quien sabe cuánto tiempo y sólo podrían comunicarse por llamada.

En cierto modo, se había acostumbrado a su presencia en la casa y, aunque no eran ni remotamente cercanos de ningún modo, ya era parte de su rutina visitarlo a su despacho cada domingo para narrarle los sucesos que creía importante de los amos y comer juntos en familia a la hora de la cena. Siempre era incómodo y bastante tenso, pero a Renjun le gustaba la compañía de todos.

El señor Kim finalmente cuelga y su mirada se clava en Renjun, justo cuando Taeil termina de arreglar su traje. ―Voy a estar ocupado y no tendré tiempo de llamar. Está al pendiente del teléfono constantemente ―le ordena el señor Kim, con su voz cortante y fría de siempre.

Renjun acepta, dando un asentimiento. ―Espero su viaje sea muy próspero, mi señor ―dice Renjun, haciendo una reverencia.

El señor Kim le da una última mirada antes de salir, seguido por Taeil. Renjun suspira, deseando que nada le pasara durante el transcurso. Se da la vuelta y camina con dirección a la sala común más cercana, esperando ver a alguno de los amos o a Jisung, que había decidido jugar a las escondidas con Jaemin. Renjun se habría unido, pero tras el llamado del señor Kim antes de irse, no le quedó otro remedio que rechazarlo. Ahora; sin embargo, era libre de ir en su búsqueda y pedirle jugar también.

Revisa todos los lugares posibles en la sala cuando llega, pero no encuentra a nadie, por lo que se desplaza a otros lados, caminando entre pasillos. Pasa por las habitaciones que ya conoce de memoria y por aquellas que reconoce de haberla visto aunque sea una vez. Se va por unas escaleras y sigue bajando un largo tramo, algo confundido al notar que estas escaleras son más largas de lo que recuerda.

Por fin y tras varios minutos, llega a un nivel escondido de la mansión. Ese lugar no le suena y, de hecho, tras pensarlo un poco tampoco recuerda haber pasado antes por el camino que tomó para llegar. El lugar en cuestión es un piso amplio, con algunas puertas de madera robusta y candados en ellas. Renjun se pasea por allí, confundido y vacilante. Algo en ese espacio le producía incomodidad; era como estar desconectado del resto del mundo, con aire frío bañando las paredes y dándole una sensación solitaria.

Le inquieta, pero al mismo tiempo le produce curiosidad de saber, aunque no entiende por qué.

Renjun termina doblando el final del ancho pasillo y descubre otras escaleras, sólo que de piedra. Arruga el entrecejo, temeroso y nervioso. No entendía por qué, pero algo le llamaba, lo atraía a descender por ahí y, a pesar de decirse que no lo hiciera, Renjun no pudo evitarlo, bajando los escalones uno por uno. Lo peor de todo, es que la única luz provenía del principio del pasillo, por lo que conforme se acercaba más al fondo de la escaleras menos luz había. Traga saliva, imaginando millones de cosas que estuvieran al final de la escalera en espiral.

Y entonces, toca un piso de piedra, llegando a dónde la escalera termina. Para su sorpresa, antorchas se encienden en el momento en el que su cuerpo se separa de la escalera, iluminando el lugar. Renjun parpadea, descubriendo una habitación secreta llena de jaulas, o más bien, de calabozos: Eran ocho divisiones vacías, cerradas entre barrotes de acero grueso. No había nada, ni siquiera alguna manta o letrina para acostarse, por lo que debieron usarse hace muchos años; también, eran iluminados por las antorchas, cada una a un costado de su calabozo.

Renjun siente una especie de deja vu y opresión en el pecho, como si la vista le produjera impotencia y desesperación. Da unos pasos hacia atrás, apoyando una mano en la pared más próxima. Mira tras de sí, por las escaleras que descendió, y después regresa su visión al frente, sintiendo que el corazón se le detiene y después se acelera de golpe.

Una persona le sonríe con pena y otra emoción extraña, de pie al fondo de los calabozos. Parece mirar a Renjun en una mezcla de lástima y dolor, sin mostrar los dientes. Renjun comienza a temblar, asustado por el desconocido que ha venido de ningún lado.

―¡Con que aquí estabas! ―exclama Lucas divertido, sacándole un grito de pánico a Renjun. Lucas se sobresalta, tal como el menor―. Mierda, Ren, no sabía que te asustabas tan fácil ―menciona cuando Renjun le mira, poniéndose una mano en el corazón. Renjun hiperventila y se aferra al mayor, atreviéndose a mirar hacia los calabozos cuando Lucas lo abraza protectoramente. Siente que la bilis le sube a la garganta y se pone blanco de la impresión.

No había nadie.

Lucas se mira preocupado, notando el pavor en sus expresiones y los temblores de su cuerpo. ―Oye, no te asusté tanto, ¿Qué pasó? ―pregunta, arrullando al menor entre sus brazos.

Renjun cierra los ojos y se oculta en el pecho del mayor, buscando la seguridad en su calidez. ―Vi a alguien por allá ―dice entre susurros y balbuceos, todavía aterrado.

Lucas frunce el entrecejo y observa el lugar en cuestión, paseando su mirada por los alrededores. No ve nada y eso le inquieta más. ―Vamos. Le diré a Taeil-hyung que revise toda la casa ―dice con seriedad pero voz suave, sin querer asustar más a Renjun. El menor no dice nada, siguiéndolo aferrado a su costado. Lucas vuelve a hablar cuando ya se encuentran en el pasillo―. ¿Cómo terminaste aquí? A mi padre no le gusta que vengamos a esta ala de la mansión ―menciona, alzando una ceja, curioso.

Renjun traga saliva y se muerde el labio. ―Me perdí buscando a Jisung y al señor Jaemin. Estaban jugando a las escondidas ―responde, algo apagado por lo sucedido.

Lucas asiente al entender. ―¿Quieres que te ayude a buscarlos? ―ofrece con una voz dulce.

Renjun niega, apretando el saco del mayor entre su puño. ―¿Podemos hacer algo juntos? ―dice en cambio, sin ánimos para jugar o para separarse del contrario.

Lucas tararea afirmativamente y lo guía hacia las escaleras del piso superior. ―De hecho, hay una película que me recomendaron. Es de comedia... ―dice, fingiendo desinterés.

Renjun pica el anzuelo y le sonríe, menos tenso. ―Me gustaría verla también, mi señor ―acepta, por lo que Lucas sonríe y besa su frente.

―Muy bien entonces ―canturrea contento.

Ambos se dirigen a la sala de cine del mayor, inmersos en un cómodo silencio y una agradable tensión familiar. Lucas pone una mano en su cintura, deseando tenerlo tan cerca como siempre, cosa que Renjun agradece al sonreír y recostar su cabeza en el hombro del contrario.

Después de varios minutos, llegan al lugar y se disponen a buscar la película tras elegir algunos snacks que comerán mientras se reproduce la cinta. Lucas coloca el audiovisual en cuanto lo encuentra y acomoda a Renjun en su regazo, como ya es usual. Rápidamente se concentran en la película, buscando cualquier excusa para olvidar el momento tétrico de minutos atrás. Renjun tarda un poco más que Lucas, pero logra relajarse al sentir las caricias involuntarias que el mayor le brinda mientras toma un puñado de palomitas. Renjun se contenta con sus gomitas.

El tiempo pasa y la película termina, por lo que Lucas decide poner otra, y luego otra, y otra, hasta que han pasado 5 horas y ya es tarde, aunque todavía no es hora de cenar. Renjun bosteza, siendo ésta la señal de que es momento de pausar por aquel día. Lucas deja los botes ya vacíos a un lado y le da la vuelta a Renjun, queriendo verlo cara a cara. ―¿Ya estás mejor? ―pregunta, besando su frente.

Renjun asiente, más relajado tras varias horas de películas entretenidas. ―Sí, mi señor, gracias por su compañía ―dice en respuesta, abrazándose al mayor―. Me gusta tenerlo cerca ―murmura, algo tímido pero deseando expresarlo.

Lucas sonríe de oreja a oreja y se acerca a aspirar el aroma de su cabello. Siempre le producía mil sensaciones el increíble aroma adictivo de Renjun. ―¿Quieres que hagamos algo más? ―cuestiona, pasando de las películas.

Renjun piensa un rato en ello, pensando en tomar una ducha. ―Me gustaría darme un baño, mi señor ―admite, algo apenado de interrumpir su interacción.

Lucas no se ve molesto a pesar de ello, asintiendo con calma. ―Vamos, te llevo a tu habitación ―se ofrece, esperando a que el menor se baje de su regazo para caminar fuera de la sala.

Se dirigen allí sin prisas, discutiendo sobre las películas y sus opiniones al respecto. Lucas es mayormente quien tiene algo para decir de cada una, pero Renjun se contenta con darle la razón o decir de forma amable que opina algo diferente. No tardan mucho en llegar, así que Lucas se despide del más joven, quien lo toma de la muñeca para detenerlo.

Renjun traga saliva y desvía su mirada. ―Si gusta esperar, podríamos hacer otra cosa después ―indica, esperando que el mayor aceptara.

Lucas sonríe de medio lado y asiente, adentrándose en su habitación. ―Eso suena a promesa ―se burla, aunque no presiona por algo más.

Renjun le sonríe complacido y se dirige a su baño, cerrando la puerta con un suave chasquido. Lucas da una mirada a su alrededor, admirando toda la habitación. Renjun no la había decorado, probablemente temiendo ser regañado por tomarse tales atribuciones. Lucas trataría de convencerlo de lo contrario. Observa el escritorio donde tiene el teléfono fijo y se encamina allí, reconociendo el estilo vintage. Era claro de quién era el regalo y para qué.

Mira más allá y descubre un collar de metal con una cadena, por lo que la toma con curiosidad y la inspecciona. Si era para lo que pensaba, no entendía por qué Renjun la tendría en un lugar como ése y no guardado en algún lado. Se pregunta cómo habría estado vestido aquel día, antes de verlo por primera vez, aunque decide dejar el collar de vuelta en su lugar y seguir husmeando en otros lados.

Se sienta sobre la cama, decidiendo esperar al menor mientras revisa sus mensajes en caso de requerirlo para algo importante. Por su parte, Renjun no tarda mucho en el baño, saliendo de la ducha minutos más tarde. Para sorpresa del mayor, Renjun no lleva ropa puesta, aunque tras unos segundos recuerda que el menor parecía acostumbrado a hacerlo tras haberlo visto así mismo días atrás. Se recuesta en la cama y se contenta con ver a Renjun dirigirse a su armario y buscar algo para ponerse.

Renjun le dedica una pequeña sonrisa de consuelo antes de dejar la toalla sobre su hombro y hurgar en la ropa interior, sacando cualquiera para vestirse rápido. Escucha al mayor atragantarse a sus espaldas, por lo que se sube la tela de encaje y se da la vuelta. Lucas le mira con una gesto lleno de interés y vaga sorpresa, decidiendo llamar a Renjun con un movimiento de su dedo índice. El menor así lo hace.

Lucas lo atrae hacia así, colocando ambas manos en su cintura, y lo hace subirse a orcadas de él, sonriendo de medio lado. ―¿Qué llevas puesto? ―cuestiona, aunque él ya sabe la respuesta.

Renjun se mira a sí mismo y después vuelve su mirada al mayor. ―Es la ropa que el señor Jaemin compró para mí. Me pidió que la usara de ahora en adelante ―contesta, luciendo curioso.

Lucas niega para sí y se relame los labios. ―Bueno, de saber que eso es lo que siempre llevas puesto... ―pasea sus ojos por los muslos de Renjun y su entrepierna cubierta. Acaricia la tela del encaje con un sutil suspiro de satisfacción―. Mierda, qué caliente ―murmura, deslizando la toalla húmeda fuera de Renjun para arrojarla lejos.

Renjun se sonroja un poco, comenzando a percibir la lujuria del contrario. Lucas lo acerca un poco más al poner una mano en la base de su espalda y le regala un beso tan suave que parece una caricia en el hombro. Renjun se estremece. ―Sería bueno sí ahora te tomo la palabra ―dice Lucas, mirándolo con las pupilas dilatadas. Renjun traga saliva y asiente con la respiración algo acelerada, expectante.

Lucas le da un último beso en medio del tórax antes de besar sus labios. Primero es un rose que va subiendo de intensidad, aunque sin perder el factor lento para crear el ambiente a su alrededor. Renjun se sostiene de los hombros del mayor y cierra sus ojos, deseando poder sentir con más agudeza el tacto de su boca o la forma en la que Lucas pasea las manos por su espalda. Su cuerpo se calienta con el pasar de los minutos, haciéndolo jadear poco a poco y restregarse un poco contra él. Renjun toma valor y se abraza al mayor, sintiendo a éste amasar su trasero con algo parecido a la posesividad.

Renjun respira cada vez más fuerte, al igual que los besos que van subiendo de intensidad. El chasquido de sus labios moviéndose o la sensación de la lengua de Lucas entre la suya lo marea poco a poco, dejándolo más y más maleable. Lucas elige ese momento para separarse y seguir un rastro de besos desde su mejilla a su mandíbula y finalmente a su cuello, en donde reparte algunas mordidas también entre su hombro y clavículas. Renjun deja caer su cabeza hacia atrás y presiona los cabellos del mayor, jadeando ante el contacto pasional.

Lucas agarra bien a Renjun y lo maniobra para dejarlo sobre la cama, teniendo cuidado de no hacerlo caer con mucha fuerza. Renjun se acomoda con una mirada llena de lascivia y anhelo, que deja a Lucas deseoso por besarlo y marcar cada gramo de su piel. Le guiña un ojo antes de quitarse la ropa, sin prestarle mucha atención cuando la deja caer en cualquier lado. Tras tener la ropa y los zapatos fuera, vuelve a subir sobre la cama y se recuesta en el menor, volviendo a besarlo. Renjun lo recibe con los brazos abiertos; sin embargo, se abraza a él para aprovechar la mayor cantidad de contacto.

Renjun siente manos deslizarse por su trasero y su espalda, seguidamente hacia sus costillas y después a su pecho, donde Lucas acaricia uno de sus pezones con el pulgar. Renjun vuelve a restregarse contra el mayor, dando a entender que le gusta, así que Lucas se entretiene pellizcando la protuberancia hasta hacer que se ponga erecta. También mete una mano dentro de la lencería, queriendo tocar la suavidad de su trasero. Se deleita con el tacto blando y algo carnoso, apretando sin poder evitarlo. Renjun abre los ojos y Lucas hace lo mismo, sonriendo con picardía ante sus acciones.

Lucas estira el labio inferior de Renjun con los dientes y se aleja lentamente, antes de quedarse quieto, luciendo confundido. Renjun inclina su cabeza, queriendo saber si algo estaba mal. ―¿Mi señor? ―pregunta, poniendo una mano en su mejilla.

Lucas mira a Renjun a los ojos y luego desciende su mirada a la entrepierna de Renjun por unos segundos. ―Estás húmedo... ―murmura, algo incrédulo.

Renjun tiembla un poco cuando Lucas desliza un dedo por su borde y después lo saca de su ropa interior, comprobando el líquido. Renjun se cohíbe un poco, cerrando un poco las piernas aunque terminando por abrazar a Lucas con ellas al hallarse en medio. ―¿No quiere que lo esté? El señor Jeno me lo ordenó una vez que me tocó y luego ―se corta, recordando que no puede hablar de sus encuentros con Jaehyun―. Hum, luego me quedé así ―es lo único que dice, en parte diciendo la verdad.

Después de todo, ya no había vuelto a la normalidad tras haberlo hecho la primera vez.

Las fosas nasales de Lucas aletean y sin detenerse a pensarlo lame el lubricante natural en su dedo. Un gruñido resuena en su pecho, más excitado, y sus ojos se iluminan en rojo por breves segundos cuando vuelve a abrirlos tras haberlos cerrado. ―Joder, quiero arruinarte de tantas formas ―se queja, volviendo a besarlo. Renjun se deja arrastrar en el intenso beso, percibiendo una pizca de la actitud animal que había visto en Jeno semanas atrás.

No por nada ambos eran licántropos.

Renjun nota al mayor embestirlo con la ropa interior todavía puesta, aunque eso no evita que pueda sentir la duda erección que se muele contra la suya. Lucas se aleja de pronto y le saca la lencería con dedos ágiles, respirando profundamente el aire que los rodea. Una nube de primitivo deseo se deja ver en sus ojos; no obstante, los movimientos de Lucas continúan con cierto control, delatando su experiencia en el proceso.

El mayor se recuesta en la cama de nuevo y toma sus piernas con manos gentiles, acariciando sus muslos con soltura. Reparte besos en la parte interna de los muslos de Renjun sin perderse un segundo de sus reacciones, oliendo la propia lujuria y deseo provenientes del menor. Renjun jadea con la respiración acelerada, y hormigueos en el estómago y piernas, disfrutando los besos que van subiendo cada poco hacia su entrepierna. Lucas le sonríe una vez más antes de tomar su pene y acariciar la punta, causándole más temblores al menor.

Renjun enrolla los dedos de sus pies cuando Lucas comienza a masturbarlo y cierra un poco los ojos al momento de recibir un dedo en su agujero que se burla de él al sólo acariciarlo por fuera. Lucas le da una lamida a su glande y después se lo mete a la boca, succionando con fuerza. Renjun gimotea y no puede evitarlo cuando se aferra a sus cabellos, sobrepasado con la repentina intensidad. Lucas lo mira con algo parecido a la diversión, pero no lo repite y se dispone a seguir lamiendo y chupando, prefiriendo entonces ingresar el dedo. El vientre de Renjun se contrae y él jadea con algo de fuerza, soltando más lubricante que termina mojando la mano del mayor.

Lucas deja salir un leve gruñido, probablemente por estar tan cerca del olor que emanaba de Renjun. Se traga entero su pene y vuelve a succionar, provocando que Renjun lo encierre entre sus piernas y apriete sus cabellos con dureza. ―Voy a... ―Renjun se corta, queriendo advertirle al mayor que de seguir así se correría en su boca, aunque las irresistibles sensaciones le obstruyen cualquier oración coherente y no lo logra.

No es necesario pues Lucas lo entiende al momento y se apresura en sus movimientos, acelerando el vaivén de su cabeza. Renjun solloza un poco, por lo que Lucas se separa y saca la mano de su entrada, usando ésta para masturbar furiosamente a Renjun y que se corra más rápido. Renjun toma la mano de Lucas con fuerza y se arquea, viendo destellos blancos detrás de sus ojos en cuanto su orgasmo le atraviesa. Suelta un quejido largo y profundo, derramando semen en la mano del mayor y bañando las sábanas con el lubricante natural. Temblores le recorren el cuerpo antes de caer en la cama, jadeando con dificultad.

Nunca le habían tocado el pene antes, así que esa nueva experiencia había sido indescriptible en el mejor de los sentidos.

Lucas sonríe orgulloso ante sus reacciones y se lame la mano llena de fluidos, gruñendo otra vez. Su segundo género de Alfa le hacía perder la cabeza con el olor y el sabor de Renjun, pero la racionalidad en su persona le hacía tener paciencia, sabiendo que debía preparar bien a Renjun antes de soltarse libremente. Lastimarlo era lo último que quería.

Renjun abre sus ojos y observa a Lucas quitarse la ropa interior por fin, admirando la erección que se deja ver en cuanto se la saca de encima. Lucas suspira un poco, probablemente tras sentirse incómodo y atrapado, pues su erección lucía algo... impaciente. Lucas no le presta atención a eso y regresa a su posición entre las piernas de Renjun, tomando éstas para acomodarlo mejor y tener un buen ángulo de su agujero. Se relame los labios y le da una larga lamida que hace a Renjun jadear entrecortadamente. Se alegra por dentro al notar que Renjun era sensible en aquella zona.

Lucas mete su pulgar y estira el borde, ingresando después su lengua. Renjun se aferra a las sábanas y junta las piernas, siendo detenido por Lucas. ―Déjalas abiertas ―le ordena, usando su voz de Alfa. Renjun se estremece y, aunque no es un Omega, no puede evitar obedecer al extender las piernas otra vez.

Lucas se mira satisfecho y continúa, arremetiendo con su lengua y su dedo. Da varias penetraciones con el músculo de su boca, deleitándose cuando Renjun expulsa más lubricante conforme la excitación va creciendo. Entonces, cambia de táctica y saca su pulgar para meter mejor dos dedos, más concretamente el índice y el anular. Para su sorpresa, no le cuesta mucho estirarlo, pero lo atribuye a la impaciencia de Renjun, lo cual ayuda a que su entrada se afloje y logren entrar, absorbiendo entonces el líquido con sus labios. Renjun suelta un gemido cortado, alzándose un poco sobre la cama. Lucas lo masturba con sus dedos y su lengua, causándole calambres en el vientre y electricidad en la punta de los dedos.

Renjun gira su cabeza y se restriega contra el colchón, abriendo un poco más las piernas. Lucas aprovecha la oportunidad e ingresa otro dedo, acelerando los empujes. Saca su lengua y se dispone a mirar la cara de Renjun, complacido al notar que tiene la boca bien abierta y sus cejas se curvan con el placer. Jadeos erráticos salen de su boca sin sesar y su mano busca a tientas algo de lo que aferrarse, terminando por ser sostenido por el mayor.

Lucas sonríe y mete otro dedo, bajando un poco la velocidad para concentrarse en preparar bien su entrada. Se dedica a ello un buen par de minutos hasta que Renjun mueve su pelvis, queriendo empalarse con sus dedos al desearlo más profundo. Lucas le pellizca la cadera en advertencia, así que Renjun se detiene, todavía luciendo impaciente y errático. El mayor saca sus dedos con lentitud y les da una lamida para probar el sabor antes de maniobrar a Renjun.

Se acerca a besar sus labios y le acaricia la mejilla cariñosamente con la mano más limpia. ―Te daré la vuelta primero ―indica en voz baja, más por intimidad que por desear no ser escuchados.

Renjun asiente apenas, siendo tomado por Lucas para girar su cuerpo y dejarlo en una posición que le acomode más. Lo termina maniobrando en sus manos y piernas, aunque los brazos de Renjun tiemblan un poco tras su anterior orgasmo. Lucas besa su espalda y le hace sacar el trasero, tomando su propio miembro para dirigirlo a la entrada del menor. Usa el lubricante que escurre de Renjun para humedecer su pene y entonces se relame los labios, ingresando en el menor.

Lucas se toma su tiempo, dejando que las paredes de Renjun se acostumbren a la intrusión «aunque las incontables sesiones sexuales con Jaehyun lo han preparado para este momento, pero el contrario no lo sabe», por lo que le sorprende cuando resulta más fácil de lo esperado. Es lento a pesar de todo y suspira cuando Renjun lo toma por completo, escuchándolo jadear entrecortadamente. Lucas se mantiene con las caderas de Renjun y empieza unos empujes suaves, queriendo tantear terreno.

Renjun, por su parte, se inclina más y acomoda el pecho sobre la cama, tomando parte de las sábanas entre sus manos. Su pene suelta pre-semen que gotea sobre la cama y sus mejillas se sonrojan con tanta intensidad que contrastan increíblemente con el resto de su cuerpo. Sabe que sus hombros y otras partes también podrían verse de ese color, pero en este momento no puede concentrarse en nada más que las manos calientes en sus caderas y el pene entrando y saliendo de su interior.

Sin embargo, se desespera un poco cuando Lucas no acelera, así que toma cartas en el asunto y separa un poco las piernas en busca de un contacto más profundo. ―Mi señor ―suspira Renjun, acomodándose mejor para poder cruzar miradas con Lucas―. Más rápido, por favor, puedo tomarlo ―afirma, no queriendo sonar grosero, pero deseoso de que se apresurara.

Lucas alza una ceja y un destello de perversión traspasa sus ojos. No había sido muy agradable para su Alfa ser cuestionado en la cama. Lucas sale de su interior y sin más preámbulos lo embiste, esta vez con más fuerza. Renjun abre mucho la boca y se queja en voz alta, tensando su cuerpo ante el abrupto cambio. Lucas agarra con fuerza las caderas del menor y empuja del mismo modo, esforzándose en serio. El sonido de pieles no hace más que encenderlo y los sollozos de Renjun son como música para sus oídos.

Renjun cierra los ojos con fuerza y toma las sábanas entre sus puños, sobrepasado por las sensaciones. Lucas decide tomar sus nalgas y separarlas, por lo que sus empujes entran de una forma más profunda, chocando tras unos segundos con su próstata. Renjun se pierde al momento y grita, arqueando la espada con cada golpe o cepillada en su zona erógena. Su pene no deja de gotear pre-semen y a este punto sus ojos lagrimean poco a poco, hasta que su visión se vuelve borrosa al abrir los ojos de nuevo.

Lucas le da un repentino azote en una de sus mejillas traseras y Renjun gimotea de la sorpresa, excitado con el escozor que llega después. Lucas lo toma de los cabellos y lo jalonea un poco, estirando el cuello de Renjun. Incluso así, no detiene sus penetraciones, ni cuando acerca su cuerpo al del menor. ―Te reto a que lo digas de nuevo ―dice Lucas en su oído, bajando la velocidad pero yendo más profundamente, escuchando con satisfacción a Renjun sollozar y soltar las lágrimas.

Renjun enrosca los dedos de sus pies y se sostiene de la mano de Lucas, puesta en su cintura para agarrarlo mejor. Aprieta en cuanto una de las estocadas da de lleno en su próstata y rueda los ojos, inclinando más el trasero. Lucas lo suelta y sale por unos segundos para darle la vuelta a Renjun y apreciar mejor sus expresiones, pavoneándose de gusto cuando Renjun se arquea al penetrarlo otra vez. El menor abre sus piernas tanto como puede y se aferra a los brazos del mayor, jadeando y gimoteando cada tanto.

Lucas maniobra sus piernas hasta doblar a Renjun a la mitad y sigue sus embestidas, jadeando y gimiendo cada que Renjun absorbe su pene para no dejarlo salir. Lucas aprieta sus piernas y acelera, sudando de verdad gracias al esfuerzo y el calor. Todo en Renjun lo volvía loco: desde su aroma hasta su físico; su rostro, su cabello, la forma de su cuerpo, su voz, el modo en que sus labios se movían al hablar, el olor que desprendía cuando estaba feliz... Su expresión de placer, sus gimoteos dulces, el sudor que hacía a su cuerpo brillar, los ruidos preciosos que dejaba salir de su boca... Todo lo enloquecía y apretaba los botones correctos en él.

Le encantaba.

Renjun busca a tientas el cabello de Lucas al tener los ojos cerrados y lo acerca con algo de presión, causando que éste suelte sus piernas y se deje caer sobre él, desacelerando las embestidas para concentrarse en besarlo con sentimientos desbordantes. Lucas lo aprisiona al abrazar su cintura con un brazo y con la otra mano presiona su trasero, siendo correspondido por Renjun en cuanto él lo toma de los cabellos y la mejilla. Jadeos impacientes se dejan oír entre los besos, aunque Lucas no se detiene en su vaivén, prefiriendo un movimiento pausado pero constante.

Sueltan pasiones de toda clase, mezclando el aroma de ambos para regocijo de Lucas. Continúan en ello hasta que el mayor lo deja ir y se apresura a volver a los embistes rápidos. Renjun rueda los ojos otra vez y deja caer la cabeza hacia la cama, jadeando cada vez más alto. ―¿Entonces no podemos jugar con Renjun? ―se escucha la repentina voz de Jisung, hablando en voz alta con alguien tras la puerta.

Renjun deja salir una exclamación de sorpresa en forma de un jadeo, siendo acallado por Lucas al cubrirle la boca con una mano. Aún sigue penetrándolo. ―No, Jisung-ah, Junnie está muy ocupado ahora jugando con Lucas ―dice Jaemin con alegría, seguramente habiendo escuchado al par.

Lucas va todavía más rápido si es posible y eso hace a Renjun gritar. Cada golpe va directamente a su próstata, cosa que Lucas aprovecha y sonríe, usando su fuerza para llegar tan profundo como pueda. ―Vamos a jugar nosotros. ¿Qué te parece pedirle a Jeno que juegue con nosotros? ―ofrece Jaemin, tarareando con dulzura.

Renjun solloza, cerca de llegar, y lágrimas descienden por sus mejillas cuando el placer se vuelve incontrolable. ―Está bien ―acepta Jisung, alejándose en compañía de Jaemin, que va silbando despreocupadamente.

Lucas usa su oído agudo para escuchar y, cuando ya no hay moros en la costa, quita su mano, escuchando el momento exacto en el que Renjun se corre. Renjun gimotea entrecortadamente y abre mucho los ojos así como la boca, ensuciando a ambos con su semen y bañando el pene del mayor con el lubricante natural. Renjun se estremece entre espasmos y sollozos, cabalgando su orgasmo mientras Lucas sigue embistiendo, queriendo alargar su placer. Finalmente, Renjun termina y se queda quieto, aceptando con un dulce ronroneo las embestidas del mayor.

Lucas se relame los labios y le planta un beso desordenado antes de seguir. Se alza sobre sí y toma a Renjun de los muslos para acomodarlo, dejando éstos extendidos para tener una mejor posición. Cierra los ojos y se pierde en las sensaciones, tensando los muslos cuando se siente cada vez más cerca. Arruga su entrecejo y aprieta los dientes, terminando por fortalecer su agarre en las piernas del menor. Renjun jadea y se relaja lo mejor que puede, sintiendo un repentino estiramiento inesperado.

Los ojos de Renjun vuelan a la unión del miembro del mayor y su entrada, y observa con curiosidad y extrañeza la protuberancia que va creciendo en la base del pene de Lucas. Lo mira con fascinación, hasta que la protuberancia comienza a subir y, por consiguiente, ingresar cada ciertos minutos a su agujero. Renjun se queja por el estiramiento y se sostiene de las muñecas de Lucas, ligeramente adolorido. Lucas parece entender porque mueve sus manos por el cuerpo de Renjun, acariciando sus pezones para brindarle más placer y ayudarlo a relajarse.

Renjun lo suelta entonces y pone sus manos en los hombros del mayor en cuanto éste se acerca a él, jadeando cuando Lucas masturba su pene con una mano. Lucas toma la cintura de Renjun entre sus manos y gimotea, en el borde de su orgasmo. ―Mierda... ―escupe, antes de que su nudo se hinche hasta el final y semen salga expulsado dentro de Renjun. Un gemido corto y liberador sale de sus labios, cerrando los ojos con alivio cuando por fin queda aprisionado en el interior de Renjun.

El menor gimotea un poco, algo adolorido por el tamaño de la protuberancia; sin embargo, Lucas reparte besos por su cuello y clavículas, queriendo hacerlo sentir mejor. ―Sé que duele, perdón ―dice Lucas, abrazándolo momentos después―. ¿Quieres que haga algo para ayudarte? ―ofrece, aunque no está del todo seguro de que pueda.

Renjun respira de forma acelerada, pero asiente vagamente, colocando una mano suave en la nuca del mayor. Podía sentir su preocupación y no quería ser la razón tras ello. ―Su sangre... ―murmura Renjun, estremeciéndose cuando otra oleada de semen inunda su interior―. La sangre... Duele menos ―logra decir entre jadeos.

Lucas entiende a pesar de ello y se muerde la lengua hasta sangrar, uniendo su boca con la de Renjun. El menor suspira por el contacto de labios y le acaricia los cabellos mientras se besan, tomando tanta sangre como puede. Lentamente, el dolor desaparece y al final logra disfrutar del nudo, jadeando ante la sensación de plenitud. Se separan con un suave chasquido y Renjun sonríe para sí, sin poder asimilar el extraño placer que le llena el pecho. Lucas sonríe ante su expresión y le acaricia el rostro, besando su frente.

―Lo tomaste muy bien ―halaga el mayor, viendo a Renjun arrugar los ojos, complacido―. Me tomaste muy bien ―se corrige.

Renjun abraza a Lucas con sus piernas y sus brazos. ―¿Está complacido, mi señor? ―pregunta, en parte para coquetear, en parte por desear saberlo.

Lucas le sonríe con picardía y lo besa otra vez. ―Oh, mucho. Ya no me pienso detener a partir de aquí ―responde entre los besos, orgulloso por el olor de saciedad que Renjun emana.

Bien podrían quedarse allí el resto de los días.

《∞》

Renjun camina con interés por los pasillos de la mansión, buscando a Jisung con la mirada. Se habían reunido hacia un rato para jugar en la piscina, aunque Taeil los interrumpió por una repentina llamada del señor Kim, terminando por separarse unos minutos. Ahora, Renjun visualiza los alrededores para encontrar al infante.

Se pasea por unos balcones y se adentra a algunas salas de ocio, indagando en su interior. Piensa en dónde podría hallarlo, deteniéndose en cuanto escucha la infantil voz de Jisung, lleno de curiosidad. Se apresura a encontrarse con él y se detiene al momento de verlo, algo sorprendido de descubrir al menor en compañía de Jaehyun.

Jaehyun se encontraba leyendo unos documentos de apariencia importante, con otros pocos esparcidos en la mesa frente a él. Jisung, a su lado en el sillón, trataba de ver lo que se hallaba leyendo, siendo evitado por Jaehyun, que movía los papales lejos de sus ojos. Estaba tenso, como era costumbre, pero no más de lo normal, simplemente ignorando al niño como si en realidad no le molestara su presencia. Jisung salta sobre el sillón y después husmea los documentos de la mesa, recibiendo una mirada amenazante, pero nada más.

Renjun los mira con impresión y algo de admiración, sin poder creer la actitud tan tranquila del mayor ante las acciones del contrario. Ambos estaban en una de las salas más usadas por Jaehyun, Lucas y Mark cuando no estaban en sus respectivos despachos o trabajos. Jisung vuelve a su asiento junto a Jaehyun, agarrando un tazón que había dejado a su izquierda de dónde saca una galleta.

El menor le da un mordisco y observa a Jaehyun con curiosidad aún latente. ―¿No te aburres de leer todo eso? ―pregunta, olvidando por completo las formalidades.

Jaehyun alza una ceja al notarlo, pero no le mira de vuelta. ―No ―responde tajante, moviendo la primer hoja para leer la siguiente.

Jisung tararea, volviendo a dar saltitos en el mueble. ―¿Quiere que lo llame señor? ―inquiere, recordando sus modales.

Jaehyun suelta una exhalación, sin ánimos de perder los estribos. Renjun parpadea ante ese hecho, escondido en la entrada. ―Quiero que te calles ―contesta Jaehyun, molesto y algo irritado.

Jisung hace un puchero y le ofrece una galleta. ―¿Me perdona si le doy una galleta? ―menciona, mirando al mayor con disculpa.

Jaehyun no dice nada tras unos segundos, girándose para mirar al menor. Ninguno pronuncia palabra alguna, sólo diciendo un millón de cosas a través de sus ojos. Entonces, Jaehyun toma la galleta con una mano y la observa con escepticismo. ―Una tontería ―murmura, refiriéndose a algo desconocido para Renjun. A pesar de sus palabras, Jaehyun se la come de un bocado y continúa su lectura, sin perder la ligera tensión en los hombros.

Jisung se ve contento al haber aceptado sus disculpas de algún modo y sigue comiendo, sin volver a hablar después. Renjun no puede evitar el dardo de celos en el pecho, pensando que Jaehyun nunca le ha tenido ninguna clase de paciencia. Parte de sí, la que adora a Jisung con todo su corazón, se siente feliz por él al recibir un trato amable (pues es sólo un niño), pero la otra parte, la que anhela con cada fibra de su ser la atención de Jaehyun, se lo carcome vivo por el deseo de recibir una mínima muestra de lo mismo.

Se relame los labios y niega para sí, no queriendo tener ninguna clase de sentimiento negativo por alguno.

Renjun se debate en sí entrar para llamar a Jisung o dejarlos en paz, sin deseos de molestar al mayor con su presencia. No obstante, Jisung lo nota antes de decidir, iluminando su rostro por completo. ―¡Renjun...! ―exclama emocionado, poniendo a Jaehyun completamente rígido ahora.

Renjun ignora el pinchazo en su corazón y le sonríe a Jisung con cariño, abriendo los brazos para él. El menor salta del sillón y se choca contra Renjun, abrazándolo de vuelta. Renjun lo aprieta entre sus brazos y después lo deja ir. Nota entonces que Jaehyun les observa con irritación, por lo que traga saliva y desvía su mirada. ―Vamos, Jisung, juguemos en mi habitación. No molestemos al señor Jaehyun ―dice con voz dulce, tomando la mano de Jisung para encaminarse al lugar en cuestión.

Jisung agarra el tazón vacío con una mano y mueve las manos entrelazadas con la otra, yéndose felizmente de allí. Renjun evita volver a cruzar miradas con el mayor, perdiéndose por completo la emoción parpadeando detrás.

Si Jaehyun parece inconforme o no con su partida, no es problema de ninguno.

El transcurso a la recámara de Renjun tarda más de lo esperado cuando son opacados en varias ocasiones por los habitantes de la casa: Lucas carga a Jisung sobre sus hombros y va de un lado a otro con él, queriendo disculparse en secreto por haberle evitado el reunirse con Renjun horas atrás; después, Jeno mantiene una conversación con Jisung sobre el libro didáctico que le consiguió días atrás, emocionando al infante al prometerle comer helado con él cuando se desocupe; Jaemin le brinda un beso en la frente a cada uno, teniendo que encargarse de un asunto urgente de repente; y Haechan, aunque no se queda mucho tiempo con ellos, le hace preguntas a Jisung para ayudarse con una investigación sobre la función cerebral de las diferentes especies en su niñez.

Ni Renjun o Jisung entienden la explicación, pero Haechan no parece interesado en que lo hagan, despidiéndose de ambos en cuanto se sacia de información.

Por suerte, hoy era uno de los buenos días, ya que Haechan se había portado hasta decente.

Desde hacía dos semanas, Jisung se había quedado en la mansión Kim. Renjun no tuvo ningún problema en aceptar rápidamente a un nuevo amigo al cual ver como un hermano menor, no siendo el único, puesto que los demás se habían comenzado a encariñar con el niño de un modo u otro, demostrando aquello de manera clara «como, por ejemplo, el trato más agradable de Jaehyun y Haechan».

Jisung fue algo tímido y reservado los primeros dos días, pero al ver qué nadie lo regañaba o lo dejaban actuar como quisiera, se desenvolvió de forma más fluida y ya no se avergonzaba con los mayores. Mark, por desgracia, no había podido pasar mucho tiempo con él al estar atestado de trabajo «y en parte ayudando a Junseok con los temas legales de su adopción», por lo que sólo se habían visto un par de veces en las dos semanas.

Renjun se sentía algo triste de pensar en su pronta partida, pero trataba de aprovechar el tiempo máximo que tenían para divertirse, no estando seguro de su próxima visita para jugar. Sabe que los amos se sienten del mismo modo, si es que su actitud cariñosa «o decente, dependiendo de quién» decía algo al respecto. Jeno incluso había admito que Jisung tenía una vibra muy fuerte a hermano menor, por lo que sus instintos le instaban a tratarlo como tal. Renjun no dudaba que eso podía explicar por si solo las reacciones restantes.

No sabe cuánto tiempo después logran llegar a su habitación, pero Renjun ofrece darse un baño rápido para sentirse más limpios. Jisung acepta al momento, deseando ver las burbujas que se forman con los productos que Renjun le pone a la bañera.

Renjun prepara todo en el baño y al terminar ayuda a Jisung a meterse, no queriendo que se lastime por su excitación. Jisung se ríe de emoción y Renjun se ríe con sólo verlo, diciéndole que se quede quieto para comenzar a enjuagar su cabello. Jisung así lo hace, por lo que no tarda mucho en ello, limpiando después su propio cabello y pasándole mientras tanto el jabón a Jisung para que se apresure con su cuerpo.

15 minutos más tarde, Renjun y Jisung salen del baño, recibiendo una visita de Taeil, que les ha traído una muda de ropa para el más joven tras habérsela pedido de antemano. Renjun le agradece y se la entrega al menor, vistiéndose también. Se dirigen después a la cama, donde Renjun se sienta cerca de las almohadas y Jisung salta sobre la cama, alzando las manos para evitar chocar con el dosel.

Renjun le mira con una sonrisa de cariño, antes de recordar la pesadilla que tuvo en la noche. Allí, había acompañado a Mark a la boda de su ex novia; sin embargo, a media ceremonia el novio ya no era el novio, sino Mark, tomando a la mujer de las manos para mirarse con amor. El juez decía cosas que Renjun no escuchaba, observando con dolor y confusión el suceso.

En cuanto estuvieron a punto de besarse, Renjun se había intentado levantar para detenerlo, pero el señor Kim no lo dejaba al sostenerlo con fuerza por los hombros. Al mirarlo, éste miraba hacia Mark y la mujer, abriendo la boca sólo para decir. ―No puedes impedir la boda. Ni ésta, ni las siguientes ―su voz sonaba segura y firme, dejando a Renjun con lágrimas en los ojos, y al mirar de nuevo, ya no sólo era Mark, sino los demás amos besando a otras mujeres; sus ahora esposas, con quienes jamás podría competir.

Sobra decir que al levantarse su corazón casi se le salía del pecho y sus mejillas estaban húmedas por el llanto, recostándose en Jaemin «durmiendo a su lado» con un fuerte abrazo.

Renjun traga saliva y se cubre el rostro, sintiendo todavía la impotencia y el dolor en el corazón. Jisung deja de saltar al notarlo y se sienta en la cama, olfateando el aire para entender los sentimientos de Renjun. Gatea hasta acercarse más a él y presiona sus labios en una mueca de congoja, no sabiendo qué hacer para quitarle su tristeza. Entonces, recuerda algo repentinamente.

Jisung se inclina sobre Renjun y pone una mano en su muslo, queriendo buscar un soporte para no perder el equilibrio, y con la otra inicia un suave masaje en su entrepierna, agarrando después su miembro. Renjun da un respingo por la impresión y se quita las manos de la cara, viendo a Jisung con sorpresa. ―¡Jisung!, ¿qué haces? ―exclama, tomando las manos del menor y dándole una mirada de desconcierto.

Jisung se sonroja, asustado por ser regañado. ―Perdón ―se disculpa, mirando a Renjun con timidez―. Es que a mi amo le ayuda a sentirse mejor ―aclara, haciendo un puchero lleno de tristeza. Lágrimas comienzan a descender por sus mejillas.

Renjun comprende y suspira, abrazando a Jisung después. ―Entiendo, pero no puedes hacerle eso a nadie que no sea tu amo, ¿sí? ―explica, recibiendo un asentimiento del menor―. Ya no llores ―pide, besando su mejilla.

Jisung asiente otra vez, quitándose las lágrimas con las manos. Taeil entra en ese momento, provocando que Renjun le mire y Jisung esconda su rostro en el pecho del contrario. ―El amo Mark quiere verle ―le indica Taeil a Renjun.

Renjun asiente y se vuelve a Jisung justo cuando Taeil sale de nuevo. ―Ven, vamos a ver al señor Mark. Quizá tenga un dulce para ti ―tararea, queriendo hacer sentir mejor al infante. Jisung todavía hipa un poco, pero se ve más calmado, abrazándose al cuello de Renjun en cuanto éste lo levanta de la cama.

Ambos van en silencio hacia el despacho de Mark, donde Renjun supone que está al hallarse tan ocupado. Sabe que tiene razón en cuanto lo encuentra allí, revisando algo en su computadora. Mark les sonríe al verlos llegar, pero se ve algo preocupado cuando nota que Jisung estaba llorando. ―Mira Jisung, una paleta ―murmura Renjun al mismo tiempo que Mark se la ofrece.

Jisung se emociona y se baja del mayor, corriendo a tomarla para comérsela. Luego se sienta en el sillón. Mark lo mira confundido antes de hablarle a Renjun. ―Junseok vendrá por él en unos minutos ―aclara, mirando entonces a Renjun―. ¿Por qué estaba llorando? ―pregunta, poniéndose serio.

Renjun se acerca al mayor, luciendo algo tímido. ―Yo lo regañé ―responde, no queriendo meterse en problemas por su reacción―. Es que Jisung me tocó y le dije que no podía hacer eso ―explica, causando desconcierto en el mayor.

Mark lo toma de la mano. ―¿Cómo que te tocó? ―cuestiona, mirando a Renjun con ojos intensos.

Renjun se siente algo cohibido por el toque del mayor, pero responde. ―Hum, Jisung dijo que le hacía lo mismo a su amo para calmarlo, pero ya le expliqué que eso sólo lo puede hacer con su amo ―indica, sonriendo con cariño al mirar a Jisung.

Mark, por su parte, siente que la bilis le sube a la garganta y se pone blanco, desviando su mirada a Jisung, quien tararea feliz mientras se come la paleta. Millones de pensamientos se arremolinan en su cabeza y cierra los ojos, pasándose una mano por la cara. Renjun lo nota e inclina su cabeza en confusión. ―¿Mi señor? ―pregunta, dudoso.

En ese momento, Jaemin toca y abre la puerta. ―Oye, tu amigo llegó para llevarse a Jisung ―menciona, sonriéndole al infante con dulzura. El menor se emociona ante el nombre y se levanta de su asiento para ir dónde Jaemin.

Mark pasea la mirada por su escritorio, pensando a toda máquina. Se levanta abruptamente. ―Vamos ―le dice a Renjun, llevándolo con él―. Dile a Taeil-hyung que le pida que espere. Tengo que hablar de algo con ustedes ―le dice Mark a Jaemin.

Jaemin se ve curioso, pero asiente, encaminándose con Jisung a hacer lo pedido. Renjun sale del despacho de Mark hacia algún lado, sin entender su repentina actitud. Lo sigue sin contemplaciones hasta llegar a una sala, esperando unos minutos por el resto de los presentes. Uno a uno van llegando, teniendo diferentes expresiones de interés o exasperación.

El primero en decir algo es Haechan. ―¿Y bien?, ¿de qué quieres hablar? ―cuestiona, algo impaciente.

Lucas, Jeno y los demás miran de Haechan a Mark, deseando saber lo mismo. Mark se relame los labios y entonces se atreve a mirarlos. ―El hijo de puta me engañó ―dice molesto―. No lo compró por lástima ―escupe, sentándose en un sillón―. Lo compró porque quiso hacerlo. Esa mierda sentimental sólo era una excusa para que yo le ayudara ―espeta, pateando la mesita frente a él.

Renjun da un respingo, intimidado, antes de prestarle atención a los demás: Lucas sonríe con ironía y pone las manos en sus caderas, comprendiendo al momento; Jeno abre mucho los ojos, incrédulo y pasmado; Jaemin alza ambas cejas, sorprendido, pero nada más; Haechan desvía su mirada y conecta los puntos en su cabeza, cruzándose de brazos; y Jaehyun se ve tan impasible como siempre. Parecía haber intuido lo mismo desde el principio.

―¿Y?, ¿Sólo nos ibas a decir eso? ―pregunta Jaehyun, luciendo algo irritado.

Lucas suelta una maldición y nota su expresión imperturbable, molestándose más. ―¿En serio?, ¿ni siquiera te importa? ¡Es un niño! ¡Tiene 10 putos años! ―exclama, inclinándose hacia el mayor.

Jaehyun le entrecierra los ojos brevemente, pero es Haechan quien responde. ―¿Y qué vas a hacer?, ¿Demandarlo? ―escupe, mirando a Lucas―. Ese tipo debe estar metido hasta el fondo. Se enterará de él antes de que llegue a juicio ―señala a Renjun con una expresión de circunstancias.

Jeno se llena de ira, levantándose al momento de su asiento. ―¡Pero al menos puede demostrar una emoción! ¿No te importa que se lo lleve un cerdo como él? ―exclama, jadeando por el enojo.

Renjun se encoge ante los gritos, queriendo ocultarse en algún lado. Jaemin suelta una carcajada de pronto, terminando de molestar a Lucas, que lo toma de la camisa y lo acerca su rostro. ―¿¡Puedes tomarte algo en serio por una vez!? ―escupe, tratando de aguantar las ganas de golpearlo. Mark sigue con el rostro agachado, presionando ambas manos en su frente.

Haechan mira a cada uno, tratando de adivinar si alguno soltará algún golpe. Jaemin deja de reírse tras unos segundos, mirando a Lucas con una sonrisa. ―Es que me hizo gracia lo que Jeno dijo ―anuncia, sin verse afectado por la ira del par―. Nadie aquí es un Santo. Todos usamos a Renjun para nuestro beneficio y saciedad. Que lo hagamos con su "consentimiento" no nos hace mejores, ¿O qué?, ¿Crees que en la mente de Renjun es diferente lo que hacemos a lo que le hacen a Jisung?, ¿crees que él realmente entiende lo que es para nosotros? ―Lucas respira agitadamente, mirando a Jaemin hablar con tranquilidad―. Para Renjun o Jisung no hay diferencia. Si yo le pido a Renjun ahora que se la chupe a Taeil o a Junseok él lo hará ―Jeno y Lucas sueltan un gruñido lleno de posesividad―. No somos muy diferentes ―alega, sintiendo un destello de rabia que desaparece a los segundos―. La única diferencia que existe es que tratamos mejor a Renjun, pero le seguimos haciendo lo mismo y, si te soy sincero, no pienso dejar de hacerlo y tú tampoco ―determina, causando que Lucas apriete la mandíbula y lo suelte de un empujón.

Haechan se encoge de hombros. ―Tiene razón ―admite, poniendo un gesto serio y sereno―. La única cosa que no impidió que se lo cogieran es que es mayor de edad, pero vamos ―sonríe sarcásticamente―. Incluso si hubiera sido menor, no se habrían resistido ―se levanta de su asiento y va donde Renjun, parándose detrás de él. Lo toma de la barbilla con brusquedad, provocando temblores en el menor, que ha este punto se encoge de los nervios por todo el ambiente―. Esta cara está hecha para ser deseable. Es el pecado en persona. Tan hermoso ―masculla, colocando su cara a la par de la de Renjun―. ¿Quién puede resistirse a una cara como ésta? ―alega, soltando después a Renjun.

Jeno desvía la mirada, lleno de vergüenza y, aunque Lucas no lo hace, el desprecio en sus ojos al mirar a Haechan confirma sus palabras. Mark exhala en ese momento y se levanta, por fin decidiendo hablar otra vez. ―No los llamé para que se pongan a discutir sobre moralidad ―anuncia, sonando más calmado que antes pero igual de molesto―. Todos aquí son una basura ―aclara, ganándose la atención de todos―. Nadie tiene derecho a reprochar lo que Junseok hizo porque todos hemos hecho cosas en igual de medida o peor ―hace una mueca, disgustado con la verdad―. A pesar de eso, me encargaré de él luego ―afirma, sonando seguro de sus palabras―. Los llamé porque necesito que me ayuden a sepultarlo. Ahora no puedo hacer nada, pero cuando menos se lo espere... Yo mismo lo mataré ―murmura, dejando ir la ira burbujeante. Era mejor almacenarla para después.

Jaehyun se levanta, sin ánimos de seguir en la conversación. ―No me molestes con esto.

―Siéntate ―ordena Mark, inflexible. Haechan y Jaemin cuadran los hombros, notando la impaciencia en su actitud. Jaehyun le mira con ojos cargados de desdén―. Me lo debes ―le recuerda, conectando su mirada con la del mayor.

Una emoción parpadea en el rostro de Jaehyun, pero obedece, sin decir nada más. Mark suspira y relaja los hombros, respirando profundamente después. ―Yo sé que muy en el fondo de sus corazones podridos les preocupa ese niño ―menciona, paseando su mirada por cada uno―. Así que dudo mucho que no disfruten la idea de vengarse aunque sea un poco ―indica, poniendo las manos tras su espalda―. ¿Me van a ayudar o no? ―pregunta. Su expresión pétrea y extrañamente apacible.

Renjun traga saliva, teniendo la extraña sensación de que Mark no aceptará una negativa de nadie.

Lucas aprieta la mandíbula y toma una respiración pesada. ―Claro que te ayudaré ―afirma, haciendo una mueca llena de odio.

Jeno asiente, tan seguro como él. ―Lo voy a hacer pedazos ―murmura, apretando los puños.

Mark asiente conforme y mira a los tres restantes. ―¿Ustedes?

Jaemin tararea. ―Lo que sea para quedarnos con Jisung ―acepta, sonriendo con retintín.

Haechan alza la barbilla, algo parecido a la ira en sus ojos que desaparece tan rápido como llega. ―Odio a los pederastas ―masculla entre dientes, mirando a Mark con ojos intensos. Por primera vez, deja que la máscara se deslice de su rostro.

Jaehyun, el de mirada más inmutable, truena su cuello con irritación y molestia, asintiendo suavemente. ―Nadie le ve la cara a esta familia ―dice con voz pausada. Extrañamente, parecía a punto de asesinar a cualquiera con sus propias manos.

Mark exhala para aliviar tensión y da un corto asentimiento, dirigiéndose a dónde Renjun. Le mira con un algo de disculpas por haberlo asustado, y le acaricia la mejilla, intentando tranquilizarlo. ―Ven, vayamos donde Jisung ―ofrece, recibiendo un asentimiento cohibido.

Renjun sale de aquella sala con sus amos, encaminándose hacia Jisung y Junseok, seguramente ajenos a su conversación. Cuando llegan, Junseok tiene a Jisung sentado en sus piernas y le cuenta una historia entretenida que lo hace reírse. Al notar su presencia, Junseok hace a Jisung bajarse y se toman de la mano, sonriéndole a los presentes con agradecimiento. Entonces, por fin parece darse cuenta de la expresión de Mark, deduciendo al momento que ya lo sabe.

Junseok traga saliva. ―No es como tú piensas ―dice al momento, terminando por enfadar a Lucas, que no se detiene a pensarlo cuando arremete contra Junseok, propinándole un puñetazo en la cara.

Jisung exclama con sorpresa y se acuclilla al lado de Junseok, sorprendido. Mark sostiene a Lucas con ayuda de Jeno. Ninguno a gusto con tener que detenerlo. ―Me das asco ―suelta Lucas, mirando a Junseok con odio.

Junseok se relame los labios y se mira la mano usada para cubrir su nariz, viendo la sangre en ella. Luego mira a los presentes, levantándose del suelo con ayuda de Jisung. ―Muy valiente para alguien que también tiene un esclavo ―suelta, causando que Jeno y Lucas aprieten los dientes―. ¿Pensaste que no me daría cuenta? ―le menciona a Mark, refiriéndose a Renjun.

Renjun se encoge en su lugar, en parte temiendo que asusten a Jisung. Mark observa a Junseok con desdén. ―Me las vas a pagar ―espeta con seguridad.

Junseok sonríe con ironía y toma la mano de Jisung, besando su cabeza para calmarlo. Eso provoca a Jeno, siendo detenido ahora por Lucas. ―Si intentas cualquier cosa, todos sabrán quién es él ―dice Junseok amenazante mientras señala a Renjun―. No sería lindo que se supiera la verdad, ¿o sí? ―masculla.

Haechan, Jaehyun, Jaemin y Renjun guardan silencio, viendo el intercambio entre los cuatro. ―Puedes hundir a nuestro padre, no nos importa. Renjun fue traído a nosotros sin nuestro conocimiento. Lo cuidamos mejor que tú ―escupe Lucas, hablando de Jisung al decir lo último.

Junseok abre la boca para decir algo, pero entonces se da cuenta, soltando una carcajada. ―No lo sabes ―exclama, mirando a Mark, quien entrecierra su entrecejo―. Ninguno lo sabe. Oh, la familia es tan distante que duele ―se burla, justo cuando Lucas se harta y se acerca para darle otro golpe. Junseok se tropieza al alejarse, causando una sonrisa divertida en Haechan.

―Lárgate de mi casa ―escupe Mark.

Junseok da una rápida respiración, fingiendo estar calmado. ―Vamos, Ji, podrás jugar con Renjun otro día ―menciona, tomándolo de la mano para salir.

Jisung mira a Renjun con tristeza, quien intenta sonreírle y despedirse con un movimiento de su mano. Jisung se despide de vuelta y finalmente se van, dejando un silencio sepulcral detrás.

El primero en hablar es Lucas. ―¿De qué carajos hablaba ese cabrón? ―cuestiona, confundido.

Mark pasea su mirada por el suelo, sin entender tampoco. ―No sé, pero algo sabe y no nos conviene que lo diga ―señala, retirándose después.

Jaehyun se va sin decir nada, justo antes de que Haechan haga lo mismo. Lucas exhala y va a dónde Renjun, dándole un beso en la frente. ―Estoy demasiado molesto, lo siento ―confiesa, alejándose del menor para evitar desquitarse con él.

Jeno mira a Renjun con igual de culpa, acercándose a tomar su mano y hacer lo mismo. ―Tengo que quitarme esta ira. Te buscaré cuando esté mejor ―anuncia, sonriéndole un poco al alejarse.

El único que queda con Renjun es Jaemin, quien pone un brazo sobre sus hombros. ―Hagamos algo para olvidar todo esto ―ofrece el mayor, caminando con Renjun hacia algún lado.

Renjun guarda silencio en todo el transcurso, pensando en algo que el mayor mencionó minutos atrás. ―Mi señor, ¿Era en serio? ―pregunta con algo de congoja.

Jaemin le mira al momento, sin comprender. ―¿Qué cosa? ―cuestiona.

Renjun hace una mueca con sus labios. ―Sobre lo que dijo de Taeil-hyung y el señor Junseok ―menciona.

Jaemin exhala y no responde enseguida. ―Tenemos que hablar ―dice entonces, dirigiendo a Renjun a alguna habitación privada. Lo termina llevando a la suya.

Jaemin lo hace sentarse en la cama con él y toma sus manos entre las suyas. ―Tú fuiste criado para ser un esclavo ―comienza diciendo y Renjun asiente―. Te enseñaron a obedecer sin refutar y a aceptar cualquier cosa de tu futuro o futuros amos ―continúa diciendo, viendo a Renjun a los ojos―. Yo dije eso porque en el fondo, por mucho que nadie aquí quiera verlo, es así. Y en tu linda y preciada cabeza la vida funciona así ―pasa una mano cariñosa en los cabellos del menor―. Es algo que, sin importar cuánto deseemos negar, no se irá de tu mente porque es parte de ti ―guarda silencio, pensando sus siguientes palabras―. Tú estás... condenado a vivir en una jaula, incluso si ésta es sólo psicológica ―miles de emociones pasan por sus ojos―. Pero al menos, el trato que te demos puede hacer la diferencia ―mira a Renjun a los ojos, sonriendo sin realmente hacerlo.

Renjun frunce su entrecejo por momentos, asimilando sus palabras. ―Yo no... me siento en una jaula ―admite, algo confuso.

Jaemin asiente y besa su frente, acariciando después su mejilla. ―Ese es el problema ―aclara, admirando su rostro―. ¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y Jisung? ―pregunta, recibiendo una negativa del menor―. Ninguna. Los dos son igual de importantes ―le asegura, volviendo a tomar sus manos―. Lo único que nunca será igual es el trato que reciben del mundo ―afirma, acercando a Renjun a un abrazo―. Mientras nosotros intentamos protegerte de él, Jisung lo sufre... ―se corta, dándose cuenta finalmente. Sus ojos se oscurecen, pero deja ver una sonrisa algo triste―. Supongo que ambos lo sufren detrás de una cortina de amor ―murmura, apretando a Renjun entre sus brazos.

Renjun se recuesta en el mayor, sin entender del todo su monólogo. ―¿Eso qué significa, mi señor? ―inquiere, dudoso.

Jaemin besa la coronilla de Renjun, asimilando la situación. ―Significa que nunca serás libre ―confiesa―. Porque nunca te dejaremos ir ―determina con seguridad.

《∞∞∞》

¡Hola a todes! ¿Cómo les va hoy? Ojalá les esté yendo bien y si no, que mejore su día<3

Por un momento olvidé que hoy tocaba actualización, perdón. Últimamente ando con mil cosas en la cabeza, así que no he estado muy al pendiente de mis historias. Sin embargo, siempre les traeré el capítulo del día uwu.

Quiero recordarles que ningún personaje está hecho para ser un ejemplo a seguir ni nada parecido. Incluso Renjun tiene sus cosas, a pesar de que no sean del grado que otros personajes. Esta historia es una demostración de la bondad en el mal y el mal en la bondad. Todos tienen sus cosas, incluso la mejor persona saca su peor lado y viceversa. Eso no quita que puedan querer a algún personaje que haga cosas cuestionables, de cualquier modo, es una historia de ficción y eso no significa que ustedes normalicen eso en la vida real ni yo tampoco. Al contrario.

En fin, ¿qué les pareció el capítulo de hoy? Quienes ya sospechaban lo de Jisung, seguro no se sorprendieron, y quienes no, lo lamento. En este tipo de mundo es muy difícil saber quiénes son buenos contigo sin desear algo a cambio. Yo la verdad tuve muchas dificultades en escribir la escena de Jisung y Renjun donde Jisung le hacía eso. Es cortita y apenas pasa algo, pero me choca mucho el tema de la pedo.

¿Tienen alguna teoría sobre las detalles pequeños que se dejan caer en la historia? Unas cuantas personas han dicho cosas acertadas, aunque no de la manera que creen. Espero sus comentarios al respecto. ✨

Sin nada más que agregar, nos leemos la semana que viene. Les ama, Jordan. 💜

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