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Si antes detestaba a Yoongi, ahora lo hacía más y su mente lo estaba culpando de todo, olvidándose de que Jimin también había estado involucrado en todo eso. Además podía agregar a su lista de odio que había encontrado al que suponía su amigo muy sospechosamente cerca del chico que suponía su algo.

Todo para el había sido muy confuso en el sentido de verse alejado de San y en el remolino de sentimientos que tenía por el chico. Había hablado con Jimin para intentar encontrar alguien dónde buscar consejos, pero claro que su hermano pequeño no tenía ni una solo experiencia en el amor. Tampoco había querido hablar con sus padres ya que últimamente ellos se encontraban ocupados, así que su última opción era Soobin, a quien pretendía buscar terminadas las clases. Pero ahora su mente no podía pararse a pensar en eso, menos cuando se encontraba encerrado en una habitación junto con el chico que le provocaba muchas emociones, y solo tenía veinte minutos para solucionar todo el embrollo en el que estaban.

— Supongo que de verdad no nos dejarán salir hasta que arreglemos esto — murmuró San mirando a cualquier otra parte menos en su dirección. El más bajo camino hacia una de las pocas mesas y sillas que ahí se encontraban para sentarse sobre una de las mesas.

— Bien, comencémos por la parte en que me explicas que hacías con Yoongi hace un rato — se apoyo en la pared más cercana mirándolo fijamente, como una bestia que estaba apunto de atacar a su presa.

San rodo los ojos — Ese tonto, no se cómo soy su amigo — bufó.

— Parecían más que amigos — hablo entre dientes. El castaño ni siquiera sé inmutó por la mirada que le dedicaba, no lo iba hacer, ese era el poder que San tenía sobre el. El chico podía manejarlo a su antojo, ignorar sus miradas de muerte, no intimidarse ante sus palabras y no bajar la cabeza ante su presencia. Woo estaba acostumbrado a intimidar a las personas, pero no porque quisiera si no porque su aura era de esa manera, y solo a veces se aprovechaba de eso.

Le gustaba San. Y no como amigos.

Le gustaba San en todos sus sentidos y con todo lo que viniera con el, lo quería, lo deseaba como pareja. Woo ya no ponía en duda ninguno de sus sentimientos. Pero San si lo hacía, podía notar en su cara como aún no se sentía cien porciento seguro sobre lo que sentía, dudaba si lo que estaba pasando solo era confusión o tenía sentimientos reales por su amigo. No quería presionarlo, no quería San terminara aceptando ser algo más con el por la presión que recibiría. No quería que el sintiera que le debía algo y tampoco quería arruinar su amistad. Suponía que conformarse con ser solo su mejor amigo el serviría por un tiempo hasta que sus sentimientos no aguantaran solo eso, pero era mejor que perderlo ahora, era mejor que quedarse sin su mejor amigo.

— Si, eso somos, mejores amigos — respondió intentando que su voz no sonara dolida — Bien, caso resuelto, voy a llamar a Jimin para que nos saque de aquí. Ya me dió hambre — sonrió intentando sacando su celular del bolsillo de su pantalón para marcarle al traidor de su hermano. Cuando encontró por fin su contacto su teléfono fue arrebatado de sus manos, levanto la vista para el ver el ladrón. Un ladrón algo enojado — ¿Que?

— ¿Qué de qué? — respondió arrugando su nariz. Clara señal de que el más bajo estaba enojado con su persona.

— ¿Que quieres? Déjame llamar a Jimin, tengo hambre — intento arrebatarle el celular pero el otro rápidamente esquivo su agarre.

— ¡Nos besamos, Woo! Yo no puedo hacer como si nada hubiera pasado — le dijo enojado.

— Acabas de decir que solo somos amigos y es lo que quiero que sigamos siendo. No hablemos de esto, solo olvidemoslo y sigamos como estábamos — le ardía un poco la garganta al tener que decir esas palabras, no quería sentir que todo eso terminaría mal pero no le quedaba más opciones que aceptar ser su amigo o perderlo.

— ¿No significó nada para ti? — pregunto San claramente dolido. No respondió, simplemente dejo de mirarlo — ¿No provocó nada en ti? — la voz de San se quebraba con cada palabra.

— Significó todo para mí — le dijo mirándolo fijo a los ojos, no pudiendo aguantar sentir que podía hacer más pero se estaba acobardando — Pero prefiero pasar la página que perder a mi mejor amigo.

— No quiero pasar la página, Woo, no puedo hacer eso. Si tú prefiere ignorar toda esta situación es tu problema, pero yo no puedo.

— ¿Que quieres que hagamos entonces? Te conozco, puedo ver en tu cara como dudas de todo esto. Yo no tengo dudas, San — el castaño lo miro esperando una continuación.

— ¿Dudas sobre que?

— Sobre que me gustas, que me gustas como se gustan mis papás. Que me gustas tanto que ahora le creo a mi papá que no son mariposas en mi estómago, son abejas. Abejas odiosas que solo se la pasan zumbando cuando tú estás a mi lado, picando cada centímetro de mi interior cada vez que me sonríes y me abrazas. Odio este sentimiento, San, porque se tu no sientes lo mismo — dijo finalmente. Si su amistad se iba arruinar al menos tendría la oportunidad de decirle todo lo que sentía por el.

San quedó sorprendido, quieto, procesando todo lo que le decía.

— Te quiero, San. Se que quizás esta amistad no seguirá funcionando por mis sentimientos pero creo que puedo luchar contra ellos solo porque continúes siendo mi amigo — quería llorar, tan fuerte y esconderse bajo las mantas de su habitación para que su madre lo consolará y su papá lo obligará haber algún dorama aburrido.

— ¿Por qué supones lo que yo siento? — pregunto ofendido.

— Porque te conozco, se que no estás seguro de esto, nunca lo has estado — le dijo como si fuera algo obvio.

— Tienes razón, nunca he estado seguro sobre lo que siento por ti, pero eso no significa que no te quiero o que no me gustas — susurro lo último, teniendo miedo de decir esas palabras.

Woo suspiro. Besarlo había sido una mala idea, eso solo lo había confundido mucho más y se sentía un aprovechador por besarlo sabiendo el lío en que tenía en su mente.

— No debes engañarte o engañarme a mi, no debes obligarte a tener sentimientos por mí solo por ese beso — le dijo queriendo dejar atrás todo eso. Quizás luego se haría un piercing para cerrar ciclo, en internet decían que eso funcionaba — Vamos, déjame llamar a Jimin, salgamos de aquí.

— Que odioso eres — le gruño San.

Antes de que pudiera si quiera respirar sintió un tirón desde su cuello y en un segundo ya tenía los labios del otro pegados a los suyos.

Le costó reaccionar, incluso pensó que solo era producto de su loca imaginación, pero no lo era. San lo estaba sosteniendo de su cuello para mantenerlo pegado a el. Cuando sintió un golpe de realidad tomo fuertemente la cintura de su menor para sostenerlo contra el. San soltó un breve quejido mientras comenzaba a mover sus labios, lentamente, saboreando el deslumbrante sabor de sus labios con humectante de manzana. Recordaba su sabor, recordaba su textura, recordaba cada una las sensaciones que recorrían su cuerpo por el contacto de sus labios. Había estado soñando sobre su primer beso por varios días, pero ninguno de esos recuerdos de podía igualar a repetir el beso.

Pero este beso estaba siendo diferente, más intenso, sentía como en cualquier momento sus lenguas entraban en el ruedo. Sentía a San tan cerca, además de que todas la sensaciones del beso lo estaban derritiendo en sus brazos, sus piernas se sentían cada vez más flojas por lo que su agarre fue más intenso, no queriendo dejarlo caer. Cuando sus lenguas por fin hicieron contacto sintió que la habitación desaparecía a su alrededor. ¿Era posible sentir tanto con un beso? Suponía que su padre tenía razón cuando decía que mientras fuera la persona indicada todo se sentiría fuera de ese mundo. También de una vez por todas le daba razón sobre las abejas, que fueran mariposas le parecía más romántico, pero no podía negar que realmente las abejas eran las adecuadas para su sentimiento.

Cuando el aire comenzó a faltarles se separaron, no mucho, sus labios aún se tocaban peligrosamente.

— Tómame, creo que me voy a caer — se quejo San.

— ¿Cómo quieres que te tome? — pregunto confundido.

— Ay, Woo, como sea, si quieres seguir besándome sostieneme — bufó el castaño algo enojado. El podía acostumbrarse a qué el chico le diera órdenes y lo mandara como quisiera, amaba ese faceta de San.

Tomo los muslos de su acompañante quien soltó un pequeño grito por la sorpresa, le dió la vuelta y lo pego contra la pared. — ¿Así? — murmuró cerca de sus labios.

San no dijo ni una palabra para volver a pegar sus labios contra los suyos, dejando que sus lenguas entrarán nuevamente en el juego. Tener a San tan pegado contra su cuerpo mientras se comían la boca le estaba provocando peligrosas sensaciones que le hicieron pensar en restregar su cuerpo contra los del chico, buscando aliviar un poco el dolor y necesidad que comenzaba a sentir en su entrepierna. Quiso hacerlo, pero a su mente llegó otra idea que le parecía un poco más tentadora que la anterior. Se separó de su boca bajando sus besos hacia su blanco cuello, el cual tenía muy impregnado el olor del perfume característico de su chico.

Cuando su boca estuvo muy cerca de ese blanco punto no dudo ni dos segundos en pasar su lengua desde la esquina de su hombro hasta el menton de San, dándose el tiempo de saborear lentamente ese lugar, ganándose varios quejidos del chico. Jugo con su cuello, pasando la punta de lengua de arriba hacia abajo tanto como quiso, tanto como su autocontrol se lo permitió. Cuando decidió que ya había jugado suficiente eligió un punto y encajo sus dientes, acomodando su boca para comenzar a succionar su dulce piel. Sabía que no sería necesario chupar su cuello por mucho tiempo, ya que su piel era tan blanca que con un poco de presión ya se encontraría con color.

Quería seguir así, quería continuar marcando todo su cuello y si le era posible hacerlo más tiempo aún. Ni siquiera tenía una noción de cuánto tiempo habían estado encerrados ahí pero se la estaba pasando tan bien que al sentir sonidos sospechosos fuera de la puerta los hicieron parar de golpe.

— Jimin ¿Eres tú? — pregunto maldiciendo internamente.

— ¡Si! Perdón por lo tarde — respondió su hermano, notando la preocupación en su voz. ¿Tarde? Le habían faltado horas para lo que realmente quería hacer.

Ambos se alejaron rápidamente, acomodando sus ropas lo mejor que pudieron, colocándose al otro lado de la puerta disimuladamente. Al abrir la puerta la cara de preocupación de su hermano menor paso a una cara confusión total.

— Bueno, al parecer ya comieron — la voz de Yoongi intento ocultar una carcajada lo que los hizo avergonzarse, no habían ocultado muy bien lo que el salón de música había presenciado. Yoongi se les quedó mirando y su cara cambió rápidamente al pánico, tirando a Jimin hacia su cuerpo para cubrir sus ojos — Parece que comieron de más.

Lo miraron confundido, Jimin intento destapar sus ojos pero Yoongi se negaba a dejarlo ver. El pelinegro menor apunto hacia abajo donde sus vista fue a parar rápidamente.

— Mierda — susurraron al mismo tiempo dándose cuenta de lo que pasaba. Aunque sospechaba desde el primer contacto de sus labios que algo así sucederia, era muy vergonzoso notarlo o que alguien se diera cuenta. Ambos tenían una notoria erección.

— ¿Los dejamos para que terminen? — pregunto Yoongi algo confundido y apartando su vista de los chicos.

— ¿Que paso? — pregunto Jimin confundido — ¡Quiero ver!

— Llévate a mi hermano, ya vamos — le pidió, sabiendo que necesitarían un tiempo para bajar todo eso.

— Yo... Voy al baño — dijo San antes de salir corriendo hacia allá. Jimin logro soltarse de los brazos de Jimin para mirar enojado a su hermano.

— Los encerramos para que hablarán, pero ustedes se toman muy en serio esto de reconciliarse — le gruño su pequeño claramente molesto y claramente había notado lo que pasaba — ¡Estamos en el colegio! ¡Pervertido! — se quejó.

— ¡¿Por qué nos dieron tanto tiempo?! — no encontró otra salida que culpar a los menores sobre lo que pasaba.

— ¡Tiempo para que hablarán! ¿Y si alguien los hubiera visto? — le regaño su hermano soltando un suspiro — No tengo tiempo para esto, prometí que ayudaría con la preparación del exposición de ciencias — se recordó asi mismo — Luego nos vemos — se despidió aún enojado, tomando su dirección.

— Yo... Creo que me voy con el — murmuró Yoongi queriendo caminar hacia donde Jimin se había marchado, pero Woo tomo su hombro para detenerlo — ¿Que pasa, pervertido? — bromeó.

— Pervertido mis pelotas — le gruño haciendo que Yoongi se riera — Nunca en tu vida te atrevas hacerle algo así a Jimin, porque te juro que te mato.

Yoongi tragó saliva por lo real que sonaba su amenaza. Le soltó el hombro para que pudiera ir con su hermano, apenas se sintió libre salió corriendo detrás del menor.

Bufó enojado. Ni siquiera quería ponerse en esa situación, porque si el hubiera sido el que los habría encontrado así, probablemente la cabeza de Yoongi estaría colgando de alguna ventana. En cambio los menores había actuado más maduros de lo que pensaba. Eso no quitaba el hecho de que mataría a Yoongi si tocaba a su hermano como el había tocado a San.

¿Era egoísta? Si ¿Había quedado con las ganas? También. Pero de algo estaba seguro, esa no sería la última vez que podría tener a su querido amigo así.

Espero les guste.

Perdón por la tardanza, tengo una escusa para esto la historia original tiene solo tiene 17 capítulos y por eso las actualizaciones son muy lentas.

Si tienen alguna duda pueden preguntar en mi tablero o al privado, es que casi no contesto los comentarios ya que casi no estoy en mi casa y cuando llegó se podría decir que tengo muchas notificación y no soy de revisarlas.

También una última casa me cambié el usuario ahora estoy como @/namumic

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