veintidós

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Dedicado para: tkimjk758 alex-chan97 _Venus_31_ @llytaehyung3095 NoeliaEtcheverry andreaOliva398 rio

Había pasado una semana. Una semana en la que casi no habían dormido o simplemente se dormían por cansancio. A Jungkook le había costado que su pareja comiera, había hecho un gran esfuerzo por mantenerlo sano ya que el chico no tenía ganas de nada. Le recordaba una y otra vez que debía hacerlo por su bebé y por los chicos.

No habían podido ver a los chicos, los padres de la mujer habían hecho de las suyas para que ellos no pudieran tener contacto con los niños, pero el abuelo del rubio también había conseguido que los otros en disputa tampoco pudieran acercarse, aunque estos últimos con obvias razones, la mujer los había maltratado durante años ¿Cómo no iba ser un peligro para ellos? En cambio ellos solo le habían dado amor y compresión, no había peligro.

Sabían que los chicos habían dado su testimonio, ellos también se la habían pasado con psicológicos y jueces haciéndole mil preguntas, sobre ellos, sobre sus cercanos, sobre la relación con los niños, los habían investigado intentando buscar algún error. Tenían de su lado a la doctora que había estado con ellos durante los últimos meses, a la asistente social e incluso algunos profesores de los chicos que habían decidido dar su testimonio. Tenían mucho de su lado pero aún así se sentía nerviosos, ansiosos y desesperados.

Había sido una semana difícil y llegaba a su fin el proceso. Estaban en el juzgado esperando a que empezará la audiencia, Taehyung se sentía inquieto sabía que debía cuidarse y calmarse por su pequeño bebé pero no podía hacerlo por más que intentará. Quería que esto acabará rápido y que por fin pudiera llevarse a los niños con ellos. Ni siquiera había podido verlos y ellos no estaban ahí, seguían en los hogares que habían sido entregados, los más pequeños estaban separados de Soobin y sabía que eso debía tenerlos muy asustados. Ellos nunca habían estado separados por mucho tiempo.

Estaba sentado moviendo sus piernas impaciente.

- Mi amor, debes calmarte un poco,por favor.- le pidió el Pelinegro poniendo su mano sobre sus muslos deteniendo su movimiento.

- No puedo, quiero a mis bebés.- se quejo recargandose sobre su pecho.

- Yo también.- respondió acariciando sus muslos levemente.- Voy a ir a buscar algo para que comas y te calmes.- se puso de pie.

- La comida no va a calmarme.- le reclamo.- Pero traeme algo que tenga durazno o tu maní saldrá con cara de durazno.

Jungkook rio divertido. El pelicastaño había creado una obsesión con el durazno que prácticamente todo lo que comía debía tener ese sabor, pero el decía que no era su culpa porque su pequeño bebé se lo pedía.

Vio al pelinegro desaparecer por los pasillos, se quedó mirando el frente intentando calmar sus nervios. Sintió alguien sentarse a su lado izquierdo y después como alguien se sentaba su lado derecho. Se giró, a su lado estaba Amelia, la madre biológica de sus pequeños y a su otro lado se encontraba una mujer que nunca antes había visto pero juraba que su cara se le hacía conocida.

- ¿Que hacen aquí?.- pregunto algo asustado y enojado. No podía no mirar a Amelia sin sentir cierto odio hacia ella.

- Yo hable con ella.- hablo la mujer desconocida. Su voz era imponente y vestía elegante.- Se que no me conoces pero me presento, soy la madre de Jungkook.

La miro sorprendido, de cierta manera sus rasgos eran parecidos a los del pelinegro por eso se le hacía conocida. Frunció el seño recordando todo lo que la mujer le había hecho pasar a su pareja, no era alguien agradable para el, además de que les había negado la ayuda que su hijo pidió.

- No me mires así.- le reclamo la mujer.

- ¿Cómo quiere que la mire? No es una persona que me parezca muy agradable la verdad.- dijo sincero ganandose una mueca de parte de la mujer.

- Podemos ir directo al grano, por favor.- pidió Amelia.

- Si, porque yo no quiero hablar con ninguna de las dos.- se cruzó de brazos.

- Me voy a ir.- dijo Amelia entregándole una carpeta con papeles. Quiso abrirlos pero su mirada seguía mirando a la mujer.

- ¿Es una broma?.- pregunto incrédulo.- ¿Entonces porque estás haciendo todo esto?.- estaba enojado. La mujer los había separado y ahora decía que iba a irse, no había razón.

- Porque mis padres me están obligados. Siempre me han obligado a todo, me obligaron a tener a Soobin, me obligaron a casarme con ese hombre maldito.- dijo la mujer con rabia.

- Te comprendo, te lo juro que siempre intento comprenderte pero lo único que nunca voy a entender es el porque de los tratos que le daban a los niños. ¡Ellos no merecían nada de eso! Nunca tuvieron la culpa.- respondió Taehyung enojado.

- No voy a responder a eso porque no tengo justificación.- se limitó a decir la mujer.

- ¿Por qué ahora me estás diciendo todo esto? Podrías haberlo hecho antes ¿Sabes cuánto daño nos estás haciendo al separarnos?.- siguió preguntando.

- Porque tú eres mejor mamá de lo somos nosotras dos juntas.- respondió la mujer mayor.- Ni tu, ni mi hijo merecen que los separen de esos niños.

- Yo me tengo que ir antes de que lleguen mis padres.- dicho esto se puso de pie dándoles una última mirada antes de desaparecer.

- Estos papeles tienen la firma dónde les da la completa custodia de los niños pero ustedes necesitan hacer los papeles de adopción.- informó la mujer poniéndose de pie.

- Nosotros ya estábamos en eso.- respondió Taehyung mirando la carpeta en sus manos.

- Bien. Voy hacer que el trámite sea más fácil.

- Gracias.- susurro el Pelicastaño.

- No me lo agradezcas. Es lo mínimo que puedo hacer después de haberlo dejado solo por tantos años. Gracias a ti por ser su familia.- dicho esto se fue.

No podía negar que aunque sintiera cierto resentimiento hacia ambas mujeres, las entendía. La primera no quería ser madre, comprendía que obligarla a ser mamá probablemente fue el peor error de sus padres y lo peor en su vida. Por la maternidad no puede ser forzada, no puedes, aunque muchos dirían con el tiempo se pasará y aprenderá, no fue así para Amelia, eso arruinó su vida. Para la madre de jungkook era un poco más complicado, quería creer que la insistencia de la mujer porque el pelinegro hiciera lo que ella quería era porque quería su bien, lo mejor para el. Los adultos debían entender que los hijos no son de su posesión, no son marionetas de las cuales pueden manejar y hacer de sus vidas de lo que quisieran. Los hijos crecen y desarrollan sus propios pensamientos, lo que es su sueño para el padre no es el mismo para un hijo, menos en una sociedad dónde los jóvenes han cambiado sus creencias y no están dispuestos. Deben dejar crecer a sus hijos, dejarlos pensar, crear y emprender, puedes darles consejos para mantenerlos en un buen camino pero nunca llegar a controlar su vida para crearles un futuro, un futuro que quizás ellos no están dispuestos a tener.

Abrió la carpeta encontrado los papeles que la mujer habían dicho.

- ¿Que tienes ahí, mi amor?.- escucho la voz de jungkook. Lo vio caminar hacia el mirando lo que tenía en sus manos.

N

o hubo audiencia. Los papeles que le habían entregado fueron suficientes para entregarles la tuición de los niños y acelerar el proceso de adopción. Además de que Amelia había dado su testimonio, ella no quería recuperar a los niños, estaba siendo obligada por sus padres que se fueron muy furiosos cuando se enteraron de todo lo que había pasado.

Ese mismo día pudieron ir por sus niños. Aunque jungkook había dicho que primero fueran por los más pequeños Taehyung había insistido que primero debían ir por Soobin, así que ahí se encontraban afuera del hogar dónde había pasado una semana.

Cuando lo vieron salir sintieron como una parte de sus vidas volviera, como si corazón se estuviera reparando poco a poco. El adolescente al verlos corrio y se lanzó hacia sus brazos.

- ¡Papás!.- grito abrazándolos.- ¿Nos podemos ir a casa?.- pregunto emocionado.

- Por supuesto que sí.- dijo Taehyung besándole la mejilla fuertemente.

- ¡Hay que ir por los niños!.- ni siquiera les dió tiempo de responder cuando se subió al auto.

Dónde se encontraban los más pequeños no quedaba muy alejado, agradecía eso ya que estaba muerto de los nervios, necesitaba tenerlos, y esta vez tenerlos para siempre.

Los niños al verlos corrieron a sus brazos.

Ahora sí. Ahora sí se sentían completos, ahora su vida había vuelto a la normalidad. Ahora todo cobraba sentido, ahora todo tenía color. Sus corazones se fueron juntando, sintiendo como las partes iban volviendo a su lugar, como por dentro todo se reparaba.

Brazos que eran el hogar.

Estarían bien.

Bueno espero y les guste el capítulo .

Miren esto me lo encontré en Facebook.


Si a alguien no etiquete lo siento, pero deje   quien más quiere dedicatoria

♡♡.

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