002

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Park Jimin era un hombre de treinta y dos abogado en la ciudad de Seúl y uno de los reconocidos. No era el mejor solo porque él no quería serlo, sabía que tenía el potencial para darse a lucir pero estaba para él solo ser reconocido en el bufet que trabajaba.

A los veinte años contrajo matrimonio con Jennie, su ahora difunta esposa. Una mujer bastante agradable quien era muy querida en la familia de Jimin, bonita, de corazón noble. Ni bien habían acabado sus estudios ellos estaban locamente enamorados y sabían que no eran cosas de niños o algo pasajero pues se conocían desde antes de la universidad y conocían todo del otro.

Aunque después de la tragedia Jimin no se dio la oportunidad de conocer a alguien más, su madre hacía todo lo posible para conseguirle alguna nueva pareja, sea hombre o mujer, sabía que su hijo no se cerraba a nuevas experiencias y a ella no le molestaba aquello. Cuando salían a algún restaurante en familia y la mesera o mesero eran atractivos no perdía oportunidad para pedirles su número y en algunas ocasiones incluso presentarlos.

Jimin decía que él ya no estaba para citas, que tenía más responsabilidades. Y si él decía que tenía responsabilidades es porque las tenía.

Por ejemplo: su trabajo, tenía diez casos que resolver y eso consumía de su tiempo, no todo. Pero si aquellos dos niños de seis y cinco años quienes parecían nunca cansarse, a veces pensaba que podría colocarles un botón de apagado pero eso sería imposible, y egoísta. Porque Jimin amaba a sus hijos con todo su corazón, así como lo había hecho Jennie.

Al principio fue difícil criar de dos niños él solo, cuando el primero de los dos nació, fue fácil porque su esposa se encargaba del bebé mientras él salía a trabajar en el empleo de medio tiempo que consiguió, Jennie estudiaba en casa las primeras semanas pero después su madre les ayudaba.

Cuando llego el segundo bebé fue más difícil, hubieron problemas en el parto y era el bebé o la madre, fue clara la respuesta. Así que mientras todos seguían con sus vidas, Jimin regresaba a casa con el corazón destrozado y dos bebés en brazos.

Su madre y suegra fueron de mucha ayuda, al igual que su cuñada. Pero al final de todo eran sus responsabilidades, sus problemas, así que cuando el más chico de sus hijos pudo asistir a la guardería agradeció a sus familiares y empezó a ser un padre de tiempo completo, incluso el trabajo lo terminaba en casa cuando el horario de sus hijos terminaba. Así podría ser un padre ejemplar y cariñoso como Jennie siempre soñó.

El trabajo aumentaba así que no se le hacia raro que un tipo llegara lleno de vendas y curitas en toda la cara acompañadas de moretones. Aunque si era raro que llegara acompañado de un chico que parecía tener la cara de un bebé, bastante sonriente por cierto.

—Así que....— habló viendo a los dos hombres sentados frente a él en su oficina. —¿Una cita?.

El mayor de los tres asintió bastante rápido sin borrar su sonrisa.

—Verá abogado Park, este amigo es muy bien tipo, es atractivo, rico y no solo en dinero, famoso. Y creo que se verían bien juntos. Además de que está soltero y no tiene compromisos o gustos raros.

Jimin suspiró, volvió a dirigir su vista al hombre que estaba golpeado suponiendo que era novio del otro quien hablaba maravillas del otro sujeto que ni siquiera conocía en fotos.

—Joven Kim, me parece que se equivoco, yo no soy-

—Si, ya sé que no es de esos hombres que están necesitados o interesados en una cita, que es un hombre serio y que tiene más problemas en que ocuparse en vez de estar en una cita.— interrumpió incluso haciendo a su pareja voltear a verlo.

Tal vez Jin tenía ese don de persuadir a las personas, y ahora empezaba su trabajo.

—Si, tiene razón, así que lo siento pero yo-

—No puede asistir a la cita.— Jimin suspiró por ser interrumpido por segunda vez pero aún así asintió. —Bueno, entiendo. Usted es un hombre responsable, y a de ser porque nunca lo hemos visto con alguien más.

—¿Nunca?, es nuestra segunda vez aquí.

—¡Namjoon!.— recriminó el mayor. —Bueno, usted sabe abogado Park, pero aún así le dejaré el número de mi amigo anotado.

Jimin asintió sin tomarle importancia. Vio como el rubio dejaba el post-it en su escritorio y después de eso cómo salían de su oficina.

No es que no quiera estar en una cita, aunque le fuera hasta su muerte fiel a Jennie sabía que tenía que buscar una nueva pareja. Tal vez no algo serio, pero si alguien con quien tener nuevas experiencias.

Finalmente, y más a su pesar, tomó en sus manos el papelito y observó los números anotados. Negó con la cabeza, ¿Qué estaría pensando su esposa en estos momentos al verlo?.

Cualquier error de ortografía o confusión mía con los personajes me avisan ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro