Me subo el cierre de mi pantalón y termino de vestirme. Otra vez Crista acaba de usar mi cuerpo para su disfrute y yo me la tengo que aguantar para conseguir que me diga dónde está Katty.

Camina hasta un cajón y de este saca una tarjeta junto con una llave.

—Aquí la dirección y con esto abres la casa dónde está tu hija —me los entrega y camina hasta la puerta —gracias por el buen rato —me asqueo pero cuando abre me sorprendo —¡Oh! ¿Pero qué tenemos aquí? —sonríe.

—Helen —digo al verla.

Ella observa un segundo hacia abajo estando pensativa y luego mira a Crista. Levanta un papel.

—Traje lo que me pediste, ya me voy —dice en tono bajo.

—Oh gracias —lo agarra —lo había olvidado, estuvimos tan ocupados que no me di cuenta ¿Espero que no te haya molestado?

—No oí nada —sigue seria demostrando que miente.

—Helen yo... —intento decir algo.

—No te preocupes Daniel —me interrumpe la maldita rubia —ella conoce esos ruidos bastante bien —se burla aunque no sé de qué, pero claramente es algo contra Helen porque su rostro demuestra vergüenza.

—Si ya terminaste ¿Me puedo ir? —pregunta sonrojada.

—Claro, te lo mereces, descansa —luego se gira hacia mí —¿No ibas a buscar a tu hija? debe estar llorando.

Maldita sea, miro a Helen que se va y suspiro. Primero Katty.