Salgo de la oficina, creo que empeoré las cosas con Crista o la hice pensar demasiado. Mi frustración se va, cuando llego a la recepción y una sonrisa crece en mi rostro.

—Mira papi —Katty salta —la chica mágica me regaló caramelo.

Dejo de mirar a Helen con cara de enamorado y bajo la vista a mi hija.

—Qué bueno ¿Me das? —le sonrío.

—No, mío —lo intenta ocultar con sus manitas pero le es imposible.

Me río.

—De acuerdo —levanto mi vista y vuelvo a mirar a la belleza exótica — hola.

—Hola —ella sonríe.

Se escucha la puerta de la oficina abrirse y Katty grita feliz.

—¡¡Mami!!

Crista camina hasta la recepcionista e ignora a todos.

—Cancela todas mis reuniones y si alguien llama no estoy para nadie —le explica y luego se dirige al ascensor.

—¿Y qué les digo? —pregunta la chica.

—Que me fui con el aburrido de mi hermano —presiona el botón y mi pequeña la sigue.

—Katty, ven aquí —la llamo.

—Mami ¿Vas con el tío Ian? ¿Me llevas? —pregunta mi princesa con cara adorable —te doy este caramelo —levanta su manita y le ofrece el dulce que a mí no me quiso dar.

Crista la continua ignorando y vuelve a presionar el botón.

—Estúpido ascensor —se queja.

—Estúpido ascensor —Katty repite y Crista la mira.

Me pregunto ¿En qué piensa?