Otra vez el silencio se forma en la oficina, al Crista no responderme. Levanta la mano y vuelve a exigir.

—Vete —pero esta vez agrega —o llamaré a seguridad.

—Estás huyendo —le aclaro —no sabes que decir entonces me echas.

—No me interesa decirte nada —exclama más enojada.

—No puedes decirme nada, porque no puedes negar que cuidaste a Katty.

—¿A quién le importa? —se burla —a mí no —sonríe.

—Dime Crista —me acerco hasta ella —¿Por qué cambiaste de opinión?

—No cambié de opinión, tú y tu hija arruinaron mi matrimonio y los odio, siempre los he odiado.

—Volvió, ¿cierto? Carter volvió en ese momento —aclaro intentando entender y ella se sobresalta —estoy en lo correcto ¿verdad? Te rechazó de nuevo y por eso me la entregaste —me lo pienso —tendría sentido. Mandaste a un empleado para dármela, porque tú no podías.

—¡Cállate! ¡Deja de hablar! ¡No quiero escuchar tus teorías tontas! —grita más furiosa y luego se calma, camina hasta su escritorio —se acabó, me cansé, llamaré a seguridad.

—Escúchame —detengo su mano antes de que presione el botón —podemos llegar a un acuerdo.

—No voy a llegar a un acuerdo Daniel Wallas, te voy a destruir.