Octavia

Apenamos oímos que alguien forcejea con la puerta del apartamento, entro en pánico.

–Sube. ¡Ahora! –me grita apuntándome con la pistola

Yo no puedo hacer otra cosa que obedecer, porque no soy tan estúpida como para retar a alguien que está armado. Enseguida siento su agarre en mi brazo y me conduce a una habitación para encerrarnos ahí.

– ¡Octavia! –escucho que grita alguien.

Sólo que no es cualquier persona, es él. Seguro vio mi nota y...

–Oh, que romántico. Parece que tu noviecito ha venido a buscarte

Me siento tan enojada e impotente con toda esta situación. Sabía que había algo raro en él y aun así, no hice nada.

Entonces lo siguiente sucede muy rápido, alguien logra abrir la puerta y yo intento huir, pero él me arrastra consigo hasta la ventana y luego me apunta con su pistola.

–No des un paso más cerca, de lo contrario ella morirá

Siento el frío del metal en mi cabeza y me arrepiento enseguida por todas esas palabras que jamás tuve la oportunidad de decirle, porque ya era demasiado tarde para nosotros.

Fuimos muy tercos para darnos cuenta de que lo que sentíamos era real. Y yo que no creo en el destino, sólo pude rezar para volver a encontrarlo en otra vida.

Esta vez nadie me abandonará como temía yo, sino que soy yo la que lo abandona a él. Y eso es mucho peor de lo que imaginaba.