D o s

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Quizás...
Si nunca te hubiera amado.












17 de dic. 2018.







It's the love shot
Na nanana~~







No podía seguir creyendo como es que aquella melodía resonaba en mi cabeza sin salir, no sabía si era el hecho de que fuese tan pegadiza o de tanto que la estábamos promocionando. Pero admitiré que esta canción Love Shot es la mejor que hemos tenido en años, bueno, en opinión de los fans y lo tanto que la nombran.

—Oh... Kai, eres todo un hombre —se burló Baekhyun tocando descaradamente el pecho descubierto del chico moreno, quien cargaba un smoking rojo con el saco pero sin la camisa de botones características. A simple vista, él era sexy.

—Oye, deja... —pidió avergonzado el menor quitando la mano que pasaba de forma descarada en su pecho.

—Kyungsoo, regalamelo —dijo Baek hacia el moreno de ojos grandes, quien lo miró con incógnita y no pronunció palabra alguna.

—Por lo menos hace tiempo he preparado mi ropa para tu funeral —rió Chanyeol hablándole al loquillo.

—Yo igual, hasta hice el discurso que daré —continúo diciendo Chen junto al alto.

—Ay no exageren, chicos. Mínimo D.O me dará a comer con los cocodrilos —dijo Baekhyun restandole importancia como toda una diva hasta que se dio cuenta de lo verdaderamente grave de la situación abriendo los ojos cual plato —¿Debo de preparar mi funeral?

Chanyeol soltó una sonora carcajada de repente para luego pasar su largo y delgado brazo alrededor de los hombros de Baek. —Por lo menos se que lloraré en tu funeral. Así que tranquilo My Puppy Beable.

—¡Sueltame, arruinas mi cabello, idiota! —le insultó como una fiera alejándolo dando a entender que se había enojado.

Justo para interrumpir aquella graciosa discusión, llegan nuestros managers caminando hacia nosotros.

—Su trabajo del día de hoy a acabado —nos avisó uno de ellos dejándonos realmente sorprendidos y boquiabiertos.

No hace mucho sacamos nuestro último comeback y se suponía que en estos días nuestro trabajo se multiplicaría hasta el punto de terminar como a las dos o tres de la mañana.

—Como es muy temprano irán a la empresa, practicarán unas dos horas y luego descansarán. —Explicó el señor Jeon y todos asentimos con emoción.

—Muchas gracias —agradecí en palabra de todos nosotros para luego junto a mí equipo dar una pequeña reverencia por respeto.

—Ah, y Kai, el CEO quiere hablar contigo —avisó el mismo dejándonos un tanto desorientados.

¿Qué había hecho mal Kai?

O será... ¿Qué le querrán mandar algún trabajo individual?

Una gran duda incorporó nuestros cuerpos. Lo sabía, los sabíamos, algo importante ocurriría y más por el hecho de que sean alrededor de las once de la noche, nos aterraba un poco.

Unos 20 minutos pasaron y ya nosotros siete, excluyendo a Kai nos encontrábamos practicando nuestras últimas coreografías en una, de las tantas, salas de baile.

Una, otra y otra, infinitamente bailábamos Love Shot ocasionandome una gran jaqueca. Por alguna extraña razón, mis dolores se han empezado a hacer constantes y no sabía como pararlos, de tanto trabajo no me ha dado tiempo de ir con un doctor pero algo le he preguntado a unos cuantos especialistas, por lo que, de ves cuando tomaba unas cuantas pastillas y me ayudaban, la verdad es que lo hacían pero con un período de tiempo muy limitado.

—Chicos... Chicos, ya vuelvo... —les avisé mientras me levantaba del frío suelo sintiendo como todo el sudor le llegaba a mi camisa hasta el punto de pegarla contra mi piel. Todos estábamos así, había un Baekhyun y un Chen tirados en todo el centro de la sala, sus idioteces daban mucho que desear.

Me encaminé hacia la mochila que guardaba todas mis pertenencias sacando una tableta de pastillas.

—¿Vas a tomar otra? —escuché como a mi lado se asomaba una cabellera pelirroja, Xiumin. Él estaba preocupado, lo parecía.

—Si, a este punto siento que toda mi cabeza explotará —asumí con algo de estrés tocando mi frente demostrándome harto.

—A este punto terminarás enfermandote más por las pastillas que por tu dolor de cabeza, solo... Cuídate mejor y pide algún permiso especial, necesitas ver a un Doctor, Jun-Miyeon —me hablo con suma precaución teniendo miedo de que los demás escucharán ya que no quería alertar a nadie más. Xiumin, a pesar de su pequeña altura y rostro de bebé, era mucho más maduro de lo que aparentaba; hasta a veces más maduro que yo...

—Si, lo haré —asentí sonando despreocupado, no quería que le diera más vueltas al asunto. Yo era el que tenía que cuidarlo, no él a mi.

Tome la botella de agua a mi costado desilucionandome al instante. No había nada.

—¿Quién se tomó mi agua? —exclamé mirando hacia a todos aquellos vagos, quienes deambulaban por todas partes pero nadie respondió —¿¡Baekhyun!? —en realidad, no sería raro que fuese él, pues, no era la primera vez que lo hacía.

—¿¡Qué!? ¡No siempre soy yo! ¡Pregúntale a Kyunsoo, tal vez y lo uso para sus pactos satánicos o que se yo...! —se quejó apuntando al moreno del otro lado de la habitación.

—¿Y por qué me miras a mí? —preguntó D.O neutral, parecía un poco enojado y desorientado pero hasta ahí, nada más de eso.

—¿Acaso no sirve de sustituto para tu agua bendita?

Kyunsoo resoplo y apuntó a su primer nombrado —Chen siempre toma las botellas de los demás.

—¡Pero no fui yo, lo juro! —se quejo el castaño con las manos hacia arriba.

—Esta bien, nadie fue, nadie fue... —me queje para luego caminar a rastras hacia la puerta de salida. —Iré por más agua.

Y justo antes de que saliera, estos infantiles, por no soltar una grosería, no olvidaron lo más importante...

—¡Tráeme!

—¡Y a mí!

—¡No me olvides, Hyung!

—¡Y estoy yo!

Solté un suspiro sonoro mirando a los demás con una cara de pocos amigos —Tranquilos, les traeré a todos —y así sin más cerré la puerta para caminar por los expendedores.

Compré ocho botellas, por si acaso Kai regresaba y querría una, aunque era raro, llevaba alrededor de una hora hablando con el CEO, ¿aunque cuál de todos?

En mi caminata regresiva me tropiezo topandome con una gentil sonrisa.

—Oh, hola, Joy —la salude con alegría. Ella era muy bonita y amable, no malinterpreten, solo es una conocida a la cual aprecio mucho por su actitud resplandeciente (nada parecido a Irene).

—Hola, perdón, no te había visto —rió nerviosa y notó algo que llamo su atención en mí —¿y para qué tantas botellas?

—Necesito cuidar a mis niños —contesté refiriéndome a los demás payasos que tenía como amigos aunque más bien eran todos unos interesados, siempre gastaba mi dinero en ellos y lo usaban como pretexto para acercarse.

De pronto se formó un incómodo silencio del cual no supe como salir hasta que se me ocurrió. Hace semanas que no sabía nada de Irene, además de verla en la televisión, sería una buena manera preguntarle. —Y... ¿Cómo están?

—Bien, normal como siempre aunque sabes como es Irene en estas épocas navideñas, se pone sensible —rió un poco restandole importancia a la situación.

Lo había olvidado, Irene, adora la víspera de Navidad pero el hecho de no pasarla junto a sus padres la entristecia mucho hasta a veces volverla una persona sensible.

—Bueno me tengo que ir, adiós —se despidió de mí con una reverencia cortés, a la cual correspondí, y se alejó sin más dejándome con mis dudas.

Después de hablar con aquella pelinegra decidí volver hacia la sala de práctica, en mi caminata cuando iba a girar hacia otro pasillo veo como desde el otro lado Kai junto a uno de los CEO encargado de marketing hablaban justo en frente de la puerta. Estaban a un paso de entrar pero antes de ello soltaron unas extrañas oraciones que me confundieron.

—Recuerda, esto es por tu bien. Solo será por poco tiempo —escuché como le susurró al moreno dejándolo aturdido. Kai parecía un tanto temeroso, nervioso y un tanto... ¿Cómo lo diría? ¿Decepcionado? Creo que sí, y mucho.

—Si, mañana lo esperaré —asintió el chico para luego entrar a la sala de práctica un tanto desganado.


«¿Qué le habría pasado?»


Salí de mi escondite al ver como aquel hombre me daba la espalda y se iba alejándose completamente de mi campo de visión. Sin más entre viendo como todos los demás le hacían un Interrogatorio al moreno.

—¿Qué pasó? ¿Es algo malo? —preguntó inmediatamente Baekhyun acercándose al alto, más que preocupado parecía chismoso. Así era él.

—No, no es nada, no se preocupen —le restó importancia formando una sonrisa, una falsa y forzosa haciendo temblar sus labios; algo que solamente noté yo, ya que los demás solo se encogieron de hombros y siguieron las prácticas de forma normal.

Después de unas horas encerrados entre aquellas cuatro paredes nuestro trabajo había terminado y era hora de volver a casa.





(...)





Calor, hacia demasiado calor ¿era solo yo o es qué en verdad parecía que el aire fuera a extinguirse? A parte de que el dolor de cabeza punzante que estaba empezando a sentir me despertó de mi ensoñación. Genial, ¿no? Por primera vez, después de tantos meses tenía horas extras para dormir pero no podía, simplemente no lo hacía.

Cansado me levanté de la cama y sin evitarlo solté un gemido de dolor. Algo me estaba matando, algo punzante hacía eco por toda mi cabeza volviéndola pesada, volviéndome loco. Quería otra pastilla, necesitaba de otra.

Y así descalzo salí de la habitación balanceandome de un lado a otro sin hallar el equilibrio de mi cuerpo mientras que mis manos se arrastraban en todo mi rostro y cabello.

—Agh... M-me d-duele... —susurré asfixiado para luego chocar contra el sofá y caer de frente contra el suelo.

Me abracé a mi mismo con fuerza en forma de feto, me encorvé y solo lo hacía buscando alguna forma de relajación para aquella cabeza que no dejaba de palmitarme.

Escuché y vi una extraña sombra enfrente de mis ojos, al principio me había asustado pero al verlo más cerca de mí, me di cuenta de que era Kai ¿y el qué hacía en medio de la madrugada en la sala?

—Suho, ¿qué sucede? ¿Qué te pasa? —me preguntaba arrodillandose para colocarse a mi altura. Aunque la luz no me dejara ver casi nada pude notar la expresión preocupada de él.

—Sólo... —resople mientras el me levantaba ayudándome a caminar llevando mi cansado cuerpo hacia el sofá —mis pastillas, p-por favor... —Simplemente estaba débil, no podía ni articular alguna buena oración sin que los jadeos interrumpieran.

—Voy, voy —asintió con rapidez desapareciendo entre aquel oscuro pasillo que conectaba a la cocina para luego unos segundos volver con las dos manos cargadas, en una la pastilla y en otra un vaso de agua. —Aquí esta, Hyung.

Lo tomé temblorosamente y todo lo metí en un tiro a mi boca sintiendo como descendía por mi garganta. Pasaron 10 minutos, de los cuales ninguno de nosotros pronunciaba palabra y poco a poco mi dolor empezaba a cesar.

—Gracias, en serio... —le dije a mi compañero estando a oscuras de la sala.

—¿Estás bien? —me preguntó colocando una mano en mi frente, de la cual, aleje al instante.

—Solo son simples dolores —le resté importancia, después de todo no era nada más que por el trabajo excesivo que estábamos teniendo, eso era todo, ¿no? No había nada de que preocuparme, yo desde siempre he sido una persona sana.

—Si, dolores que te dejaron tumbado en medio de la sala sin dejarte caminar ¿crees qué en serio no me doy cuenta de como tomas una pastilla cada ves que das un trago de agua? ¡Ni siquiera dejas de comprarlas! —exclamó, lo que al principio eran susurros se empezó a intensificar más alzando su voz con desespero.

—Shh... —inmediatamente le tapé la boca con mi mano. —Vas a despertar a los demás, no hables tan alto.

Bruscamente quitó mi mano de su rostro asintiendo con bufido. —Aunque pasase un huracán junto a una fiesta de caballos Sehun nunca despertaría y aunque lo hiciera no saldría de su habitación para ver qué sucede y Chanyeol solo aparece si dices "dulce".

Justó, de impreciso para interrumpir la gran queja de Kai se escucha un extraño sonido proveniente de los pasillos, giramos con rapidez topandonos con una rara sorpresa.

—¿Me llamaron? —preguntó aquella pirámide entre grandes bostezos frotando sus ojos somnolientos.

—No, puedes irte a dormir —negué con rapidez a lo que el pelinegro desapareció al instante del poco campo de visión que tenía.

—¿Ves? Te lo dije —dijo con obviedad Kai.

—¿Y a qué quieres llegar con todo esto? Ya hablé con Xiumin, a partir de mañana buscaré una cita con un doctor —resople y admití con fastidio, este tema ya estaba empezandome a cansar.

—Si no lo haces tú, lo haré yo —se señaló a sí mismo. —No quiero que te pase lo mismo que... —al instante se detuvo pero ya era tarde, ya yo sabía a donde se dirigía este tema.




Kris, Luhan y Tao...




—No me pasará nada, Kai. No tengas tanto miedo —le dije regalándole una de mis mejores sonrisas, no quería que se preocupara, no tenía que hacerlo.

—No sé... Solo estoy preocupado —admitió mirando el suelo, a un punto en específico como si estuviese perdido debatiéndose a sí mismo ¿quería decirme algo? ¿Y por que no lo hacía?

—Kai, cuéntame la verdad ¿qué te dijeron? —le pregunté con preocupación a lo que el negó de inmediato con cierto nerviosismo.

—No, no es nada... —miró hacia otro lado evitando cualquier contacto visual y con su mano empezó a rascarse la nuca.

¿Lo bueno de esto? Es es que Kai no podía mentir y se notaba a leguas.

—Bueno ¿Y qué hay de Kim Lip? ¿Cuándo pensarás en invitarla a salir? —pensé que cambiando el tema de conversación el ambiente tan pesado que empezaba a sentir se esfumaría pero no fue así, sino que de alguna extraña manera incomodó a mi querido amigo hasta el punto de comportarse de forma extraña.

—Terminamos —susurró tan bajo que si no fuera porque la casa esta en completo silencio y nuestra gran cercanía no hubiera escuchado nada pero la verdad, eso sí me impacto.

—¿Pero por qué? o ¿qué? ¿No te gustaba mucho? —pregunté desorientado. Kai estaba realmente embobado por aquella chica, era como yo por Irene o hasta incluso peor. No hayaba lógica con lo que me acababa de decir, estaba totalmente fuera de contexto.

—No, ya no —negó aún así sin mirarme a la cara. Aquí había gato encerrado y uno del que estaba realmente decidido sacar a la luz. —Conocí a otra chica, es mejor y más bonita.

—Kai, creo que me he perdido de algo importante —asumí con el ceño fruncido, algo olía mal de todo esto.

—No hables como si supieras todo de mí —al instante se levantó de un brincó pareciendo a la defensiva ¿pero a este qué le pasaba? —No siempre les tengo que contar toda mi vida.

Y así como vino así desapareció dejándome desorientado, perdido y realmente confundido. Algo le pasó pero conociendo su carácter no era necesario investigar, sino esperar, ya que al no saber mentir él mismo revelaba todo.

Con algo de dificultad me levanto entre aquella tanta oscuridad y lentamente me dirigí hacia el gran ventanal de la sala quitando las cortinas a un lado, asomé mi rostro viendo aquellas cantidades de estrellas. Simplemente una sencilla y hermosa vista, algo que sin duda me gustaría compartir con Irene.

Ahora pensando en ella y sobre cómo cada ves más la Navidad se acercaba, me gustaría intentar, después de tres años darle un regalo. Si, esta ves, definitivamente le daría un regalo, pero algo realmente bonito y caro, algo de lo que estoy seguro que le gustará. A ella le gustará...

Sin más me fui a la cama con una gran duda yacente en mi interior de la cual no dejaba de rondar por mi delicada cabeza:

Quizás... Si nunca te hubiera amado no estaría tan preocupado, no te estuviera pensando y tu, no me hubieras lastimado.















••••••






















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro