T r e s.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Quizás...
Si hubiera sido más fuerte.











23 Dic. Del 2018








—¿Y qué le parecen estos? —me volvió a preguntar aquel trabajador enseñándome unas cuantas joyas.

—No, tiene que verse de una manera más especial. No se si me esta entendiendo —me explique mejor pero aún así no hallaba alguna joya que me gustara.

—Y tu, ¿por qué en cada víspera de Navidad pareciera que le compras un regalo a tu novia?  —escuché como interrumpió mis pensamientos mi madre, la mejor persona del mundo, la primera y principal mujer en mi vida.

Y ahora se preguntarán ¿dónde estoy?.

Actualmente interrumpí mi hora de descanso en la cual debería de estar con mi cita del doctor pero no tenía tiempo para ello, necesitaba encontrar el regalo perfecto para dárselo a Irene, algo digno para una Reina. Por lo que ahora yo estaba en la casa de mis padres, y gracias a las grandes riquezas que posee mi familia la casa está repleta de servidumbre y se me hace más fácil contactar a los estilistas y asistentes pero de mi familia, sin que tuviera nada que ver con la compañía. No quería que ellos supieran de esto que tengo planeado.

—¿N-Novia? Yo no tengo novia —contesté con rapidez evitando a mi madre.

Ella alzó una ceja y me miró con una cara de "no te creo", suspiró y asintió para luego cruzar por toda la sala llegando a la cocina.

—Oh... Hermanito,  hace tiempo que no te veo —justó cuando yo estoy en la casa ahora todos parecen estar libres. Dongkyu, mi hermano mayor de 31 años empezó a bajar las escaleras con unos papeles en mano.

—¿Y tu no trabajas a esta hora, Hyung? —pregunté curioso aún sentado en el sofá teniendo enfrente mío a unos cuantos trabajadores con joyas en carretilla y una laptop de por medio.

—¿Y tú no lo haces? —me respondió con sarcasmo para acercarse y desordenar me el cabello.

—O-Oye no, ¡mi cabello!  —exclamo tratando de zafarme de sus manos pero me era imposible, pues, este era más grande y fuerte que yo. Además de que un brazo de el me estaba ahorcado.

Después de mis intentos fallidos de escape y piedad él me soltó riéndose a carcajadas apuntando mi cabellera.

—¡Si recién me lo peine esta mañana!  —solté un bufido de frustración, luego viendo como la mesa a mi lado tan limpia y pulcra daba un reflejo me acerqué tratando de arreglar el cabello, o más bien el nido de pájaros que cargaba ahí arriba.

—No peleen —indicó mi madre acercándose con unas frutas picadas hacía la sala y sentándose cerca mío.

—¡Pero mamá...! ¡El empezó! —lo apunté cual niño chiquito ocasionando que mi hermano riera.

–Ay pobresito, hice enojar al bebesito de la familia —se burló llamándome tierno con su voz aguda falsa. Poco a poco se iba acercando hacía la puerta de salida hasta que alguien, del otro lado, la abrió de imprevisto.

Era mi padre.

Abrí los ojos cual plato y me asuste al instante.


¡No! ¡El no podía ver lo que estaba haciendo! ¿qué hace en casa a esta hora? ¿Cómo era posible? ¿Y ahora qué hago?

Aquel hombre se acercó con su maletín y nos vio a todos realmente sorprendido.

—Veo que toda la familia está aquí —asumió pasando su mirada específicamente hacia mi, y escaneándome por completo. Suspiró exasperado pareciendo decepcionado —¿Por qué mi hijo cada día parece más chica?.

Se quejó. Aunque no era novedad, el saber que su hijo malgaste su tiempo en el entretenimiento en ves de ser algún CEO de alguna empresa famosa, un prestigioso abogado o inclusive algún doctor le decepcionada. Ciertamente lo hacía, nunca me apoyo completamente pero tampoco me detuvo volviéndose en contra mía o un obstáculo, solo él... Lo aceptó y calló.

—Solo es un poco de maquillaje, cuando vuelva tengo unas promociones que hacer —dije sin más con serenidad y respeto. Sin duda alguna, de todas las personas que conocía mi padre era el más temido, era alguien al que le tenía sumo respeto ya que se lo ganó y no solo el mío sino de múltiples funcionarios, trabajadores,  personas y hasta el CEO de nuestra compañía, o sea, le tenía miedo y era mejor no meterse con el.

Talves... Solo talves, el hecho de que el sea mi padre me trajo algo de favoritismo y cuidado, tampoco es que sea al que más le dan líneas pero no era al que más maltrataban. Era realmente neutral, ya que en mis tiempos de aprendiz los gritos y regaños que recibí —aunque fuesen muchos— no eran nada comparados con el de los demás, y me dolía, ciertamente lo hacía.

—Hola, cielo —saludó mi madre con su típica forma cariñosa. —Veo que vienes muy cansado.

—Tengo unas cosas que buscar en mi escritorio y volver a la Universidad —contestó de forma cansada dejando su maletín a un lado. Luego miró confundido a los estilistas y todas aquellas joyas yacentes quedado un poco confundido pero obvio ante la situación. —Querida, hace una semana los trajiste y te compraste unas joyas.

—Si pero llegaron nuevos modelos y quiero verlos —asintió ella con total naturalidad enviándome pequeñas indirectas.





» Tengo a la mejor mamá del mundo. «




Él solo asintió para luego buscar lo que tenía que buscar y salir de la casa despidiéndose de nosotros, un poco cortante conmigo, pero por lo menos lo hizo.

—Ahora, dime ¿qué es lo que ocultas? Llevas tiempo comprando accesorios femeninos y no me vengas con una mentira o si no le contaré todo a tu padre —me dijo con seriedad sin dejarme escapatoria.

No podía decirle que era Irene, ella ya sabía que terminamos hace años y que fue ella la que me abandono —por lo que la odia a morir diciendo que es una desvergonzada— entonces tenía que idear algo, que suene convincente y solo pensé en una persona. ¡Si, ella era la indicada!.

—Son regalos para una amiga —contesté seguro de lo que decía.

—¿Ah sí? ¿Y qué clase de amiga?.

—Tu la conoces, es Go-eun —respondí con rapidez sonando obvio. Solo esperaba a que me creyera.

—Ooh... —me miró pícaramente — ¿y para cuándo la traerás y me la presentarás como tu novia? Hijo, no quiero que eso de ser Idol afecte tu vida, tienes que salir con una chica, casarte y tener hijos ¿lo sabes bien, no?.

—Si, lo sé mamá... —solté un suspiro cansador.

¿Casarme? Sí, en realidad si quería hacerlo pero solo con alguien que amo. Kim Go-eun, nombrándola así talves muchos la reconocerían y otros no pero apostaría a mi vida con seguridad de que toda Corea conoce aquel innovador, mágico y nostálgico drama. Ella es la protagonista de Goblin, una romántica historia que habla sobre la soledad de un ser inmortal y como ella con su resplandeciente sonrisa le demuestra el valor de la vida; es una historia de promesa y amor infinito, algo que me gustaría darle a Irene.

—Bueno, te dejo —aviso ella mirando la hora de su reloj sonando apresurada. —Tengo una cita con el spa, cualquier cosa hijo “Call me, baby” si necesitas algo —me dijo haciendo la seña de teléfono con su mano y luego irse sin olvidar darme un sonoro beso en la mejilla.

Al verla irse reí a lo bajo. Ella siempre escuchaba nuestras músicas, compraba los álbumes y hasta seguía al grupo en todas las redes que existían en el mundo, por ello la adoraba tanto.

Luego, sin perder ni un segundo más seguí viendo todas aquellas joyas que me mostraban esos hombres de traje pero extrañamente ninguno me gustaba.

—No, ese no, tampoco. —balbuceo confundido viendo tantos que pasaban en frente mío —Creo que ese podría ser... Mejor no, y ese de allá no me gusta —suelto un suspiro exasperado ya cansado ¿no podía haber algo mejor para Irene? —¿en serio esto es todo lo que tienen?.

—Bueno, hablando de Go-eun recordé una extravagante Joya que tiene parecido con su drama —escuché como decía el señor, que luego tomó el ordenador pareciendo buscar algo y al terminar me lo enseñó. Era una foto que demostraba un hermoso diamante, brillante, explendoroso pero a mi parecer era normal por lo que lo descarté. —Joven, el diamante se llama “Promesa de Lesotho”, fue encontrado en África en el año 2006 y puesto en venta en el 2007, es el quinto diamante más grande del mundo a parte de poseer una gran resistencia ya que no es fácil de romperse.

—No está mal... —me encogí de hombros con indiferencia.

—Lo que trato de decir es que cuando este diamante se lo regales a alguien debe de haber una promesa de por medio, de amor, amistad, reencuentro, reencarnación o de cualquier tipo —escuchar aquello me intereso, realmente no sonaba tan mal, era algo perfecto, una idea realmente buena. — y la única forma de romper la promesa es destruir este costoso diamante, por lo que si no lo rompen la promesa irá de generación en generación. Tampoco es que sea un hecho pero es una linda creencia que le puedes dar, algo único y realmente significativo.

—Lo quiero —solté de repente quitándole el ordenador empezando a ver todas aquellas fotos. —¿Dónde lo puedo comprar y para cuándo estaría conmigo?.

Me alteré un poco, pues claro ¿quién no?  No podía dejar que alguien compre esta Joya antes que yo, lo conseguiría y se lo daría a Irene.

—Está en la Joyería Laurence Graff en Inglaterra pero es algo caro, cuesta unos doce millones de dólares —me contestó dejándome boquiabierto. ¿Cómo algo tan pequeño podía ser caro? En lo personal eso de las joyas no era tan de mi estilo, me gustan más las ropas holgadas y cómodas sin tanto peso, aunque Irene de por sí ella es algo elegante y femenina, está joya le quedaría bien a ella definitivamente.

—No me importa el precio, solo consiguelo. Lo quiero conmigo, ahora —dije decidido enviándole una mirada asesina al hombre, quien solo asintió dando una reverencia.

Esa joya tenía que dársela a Irene. Lo haría a toda costa.







(...)







Solo pasaron dos días para que la Joya llegara entre mis manos en una hermosa caja de anillos. Estaba nervioso, muy nervioso.

Hoy en la noche habían unos premios en el cuál teníamos que presentarnos, iban a estar muchos grupos como BTS, Ikon, GOT7, Twice, Blackpink e incluidas, Red Velvet. Tenía miedo, mucho miedo, mis manos temblaban y mi corazón latía con fuerza queriendo salir de mi pecho.

En este momento tan ansioso de mi vida me encontraba en un auto negro. Nosotros, EXO veníamos en dos camionetas de camino a los premios ya que al ser varios miembros para no estar apretados e incómodos estar separados era lo mejor. En el transcurso metí aquella caja escondida en mi traje, en donde nadie podía verlo y nisiquiera notarlo.

Vajamos como siempre, posamos ante las cámaras, nos hicieron una pequeña entrevista presentándonos y juego entramos a la gigantesca sala llena de tantos pasillos que hasta puedes lograr perderte.

Los managers nos llevaron a nuestro camerino y entramos cada un tumbando de en un sillón o hasta en la propia cama yacente.

—Ay dios, moriré de tantos premios que están habiendo —replicó Baekhyun con su típico drama, estando tirado en el sillón y con una revista usándola de abanico a su sudado rostro.

—¿Mira quién lo dice? —se quejó Kai. —¡Yo hago la mayor parte!.

—¿¡Qué mayor parte, lagartija de cuarta!? ¡Yo tengo casi todas las líneas! ¡Soy un cantante principal y mi querida y hermosa voz necesita de un descanso! —exclamó con drama de princesa aquel castaño hacia el moreno.

—Cantar no cansa tanto como bailar —se cruzó de brazos el bailarin principal un poco indignado. —Además de que mi ropa se siente un poco penosa.

—A eso se le llama «sabrosura exótica» —rió Chanyeol estando a un lado soltando una sonora carcajada mientras movía con desdén su gigante cuerpo.

—¡Cuidado! ¡Cuidado que todo se va a caer! —exclamaba Chen exagerando la “preocupación”, técnicamente burlándose del gran tamaño de pelinegro.

—¡Oye ya! Eso no es gracioso —se quejó con puchero Chanyeol empujándole el hombro.

Esta charla, tan amistosa y divertida que estaban teniendo los chicos me hizo sonreír. Me alegraba tener a tantos payasos juntos que hacían de mis días un poco más divertido —aunque a veces me irritaba demasiado—. Para irrumpir aquella charla llegó Xiumin diciendo para ir a hablar con los otros grupos.





(...)




—¡Oh, Taehyung! ¡Mi querida alma gemela de otro grupo! ¡Hermano de otra madre! —escuchó como exclamaba Baekhyun hacia aquel miembro de BTS con entusiasmo. Se acercó al menor entre risas colocándolo un poco nervioso.

—Hola, Hyung —saludó dando una pequeña reverencia con respeto.

—Ah..., ¿entonces así de seco me vienes a saludar después de ir a gringolandia? Está bien, está bien, después de todo no me querías —ahí viene su drama de diva hasta llegando a soltar aquellas lágrimas falsas.

—¿Ah? N-No, no quería decir eso, Hyung... —ahora había puesto apenado al rubio.

—Deja al pobre en paz —llegó Chanyeol dándole un zape a Baekhyun para luego desordenar el cabello platino del chico. —¿Cómo te va, actor de primera clase?.

—Mm... Bien, eso creo —contestó el chico bala con una mueca divertida.

—¡Kookie! —escuché una exclamación de parte de otro individuo, al girar un poco mi rostro me encontré con Yugyeom de GOT7 corriendo a por el maknae de BTS.

—¡Yuggie! —exclamó a la par Jungkook. —¿Cómo has estado? Casi no nos hemos podido ver.

—Llamemos a Mingyu y Eunwoo —propuso el alto pelinegro y su acompañante asintió.

Todos parecían divertirse hablando con las personas conocidas de su alrededor. Era lindo porque todos aquí nos entendíamos, sabíamos lo difícil que implicaba ser un Idol y de alguna forma era reconfortante saber que no estábamos solos.

—Hola, Hyung. Hace tiempo que no nos vemos —escucho una voz conocida hablándome haciéndome salir de mis pensamientos.

—Hola, Namjoon —correspondí el saludo con respeto.

De alguna forma esto era divertido y me hacía sentirme bien. De pronto a mi costado noté como Red Velvet pasaba.




» ¡Irene! «






Sin más deje a RM hablando solo y corrí hacia las chicas. Tenía que hablar con Irene y darle este regalo a como de lugar pero al llegar las perdí de vista.

Esta bien, será para la próxima...

Y así me la pase, incapaz de darle el regalo que tanto atesoraba con todo mi corazón. Los premios pasaban y pasaban, y aunque tuviese más de una oportunidad de darle aquel diamante mis pies se quedaban pegados al suelo sin poder despegarlos. Miedo, mucho miedo inundó mi corazón pues, ella ya no me amaba, ella no me quería, me odiaba entonces ¿cómo le podría dar este regalo sin recibir una respuesta negativa en su parte? Eso era imposible...

Mi cuerpo y mente devastados, no podía, yo era incapaz. Era un completo imbecil.

Noche tras noche, perdiendo la oportunidad, perdiendo mi oportunidad. Estaba cansado de todo y simplemente decidí soltar todo.

Eran más de las tres de la mañana, yo, aquí y ahora me encontraba a oscuras en mi habitación con lágrimas que no dejaban de cesar. Dolía, mi corazón dolía mucho hasta el punto de querer arrancarmelo, desgarrar todo mi interior por un maldito cobarde pero no podía, no era capaz de hacerlo.

Tomé la caja de diamante y me acerque hacia mi armario, tan grande y lleno de ropas, todo desordenado. Me dirigí hacia una esquina específica, ahí yacente se encontraba una caja de tamaño promedio, abrí viendo todo aquel contenido.

Aquí adentro estaban muchas cosas, regalos que no era capaz de dárselos a Irene. Una bufanda, unos anillos, unas pulseras, tacones, vestidos, maquillajes... Todo lo que le he comprado a Irene durante estos cuatro años, tanto daba en mi en las festividades, tanto dinero gastaba para que al final todo se encontrar aquí en la oscuridad de mi armario incapaz de dárselo, darle el regalo que he hecho con todo mi corazón ¿y lo peor? Tampoco era capaz de votar todo esto a la basura, simplemente no lo quería dejar ir, no lo deseaba porque la amaba tanto....

Todo me dolía, me lastimaba, ella me lastimaba. Tan cruel y mala había sido la vida por hacerme enamorarme de alguien que solo me causaba dolor. Era un idiota, un maldito idiota que seguía ilusionandose, pensando que algún día quitaría mi cobardía y me acercaría a darle estos regalos, creía que era fuerte pero me di cuenta que no.

Y este año, este regalo otra ves tendría que ser guardado en aquella oscuridad con todo mi corazón adentro, palpitando y pidiendo a gritos salir de esa caja.

“Promesa de Lesotho” El diamante que guardará mi amor, en el que prometí amarla hasta después de la muerte y siempre protegerla pase lo que pase. Esta, mi promesa.

Y así me fuí a la cama, con el corazón destrozado y un millón de pensamientos en mi mente pero con solo uno que destacaba entre todos.



Quizás... Si hubiera sido más fuerte, habría hablado con Irene.
















••••••






Mi pobre Suho, no sufras por ella y ven a miiii😢

¿Qué les parece la historia?



















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro