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El gran comedor quedó en silencio poco después de que Undertaker dejara de reír. Ciel y el resto miraban divertidos mientras que William revisaba las cintas y algo brillaba en la montura de sus gafas.

- ¿Qué? - un susurro en dos voces distintas y terriblemente sincronizadas estalló en el gran silencio del comedor.

Fred y George Weasley miraban con los ojos abiertos el lugar donde, ahora, yacía muerto el profesor Quirrell.

- Es... - la incredulidad pintada en sus rostros pecosos no tenía descripción- es decir.

- ¿Es así...

- De fácil?

Los gemelos Weasley son conocidos por su alegría. (No realmente, son conocidos por ser dos monstruos alborotadores)

Por sus bromas y su gran parecido, por su gran amor a deshacerse de los momentos incómodos. (A los castigos)

Aún cuando están en peligro de muerto, ellos seguirán riendo, seguirán bromeando.

Porque son dos juntos.

En una misma alma alegre, con un mismo corazón punzante y sonrisas de sol.

Porque no son nada sin el otro y son todo juntos.

Ciel enarcó una ceja en su dirección y los gemelos lo miraron con asombro.

- Señor - Fred comenzó.

- debemos decir - George siguió.

- Que

- Tiene.

- Todo.

- ¡Nuestro respeto - los dos terminaron juntos mientras sus ojos azules lagrimeaban.

Finnian los miró con confusión.

- ¿Uh? ¡Son interesantes! - el niño rubio sonrió.

- ¿Qué quieren decir? - Elizabeth cuestionó.

- Es... ¿no lo saben? - George parecía sorprendido.

- ¿De qué están hablando? - Baldroy preguntó.

En ese momento, la neblina negra que estuvo flotando por todo el gran comedor mientras solamente los ojos rojos eran visibles, agarró forma.

El hermoso y diabólico mayordomo de la gran mansión y temido apellido se hizo presencia.

- Yo puedo responder a eso, amo - Sebastián sonrió sin emoción y con los ojos rojos abiertos.

Sus manos sin guantes mostraban sus uñas pintadas de negro y el orgulloso círculo del pacto en su dorso.

Ciel volvió a verlo.

- Habla -

El conde ignoró al viejo mago que intentaba hablar o a Undertaker que bufaba entre su propia neblina y magia.

- Este... hombre, cosa, como quieras llamarle - sonrió - fue, como dijo Willian, un gran mago, temido por todos, produciendo caos y terror al mundo - Sebastián pareció pensar- ¿Recuerda los atentados de 'bombas' por toda Inglaterra? - Ciel asintió - él fue el causante de todos ellos.

El conde suspiró.

- Después tendré que mandarle un informe a su majestad sobre esto - se pellizco el puente de la nariz - esto es molesto, aún no entiendo.

- Bueno, todos creían que el hombre era invencible, nadie, ni siquiera el... gran Dumbledore - se burló- pudo detenerlo y que venga William y lo acabe así, sin más, es... digno de admiración para ellos.

Ciel hizo un ruido con la garganta y asintió.

- También, los magos pensamos que Harry Potter podría vencer al hombre - Sebastián añadió la información y sonrió por la forma en la que Ciel frunció el ceño y se tensó.

La sala volvió a quedar en silencio y la mirada feroz del conde se dirigió de Dumbledore nuevamente, pero esta vez, también pasó por todo el gran comedor.

Su voz comenzó a sonar, fuerte, clara.

Molesta.

- ¿Dejaste el futuro de tú mundo sobre los hombros del que en ese momento era solamente un niño de un año y medio? - todos se tensaron - ¿En serio esperabas que él quisiera salvarte después de todo lo que le hicieron? - Ciel se enfureció - Lo dejaste en una canasta con solo una manta y un mameluco, ni un biberón, ni un juguete, solo una carta frente a la puerta de sus... parientes - se burló - permitiste que lo mataran de hambre por años, lo abandonaste a su suerte en una familia abusiva que lo golpeaba y lo trataban como un esclavo, sin grilletes, sin cadenas pero sin comida, sin amor. Permitiste que tú héroe mágico se consumiera. ¿en serio esperabas que viviera para salvar al mundo que lo abandonó? - Ciel se burló cuando cada uno de los adultos se estremeció, los jóvenes jadearon y Minerva Mcgonagald parecía que quería llorar - ¿Sabían que nunca tuvo ropa de su medida? ¿Que nunca comió chocolate o que nunca tuvo una cama? ¿Sabían que nunca tuvo un juguete bueno o nuevo? ¿Que nunca tuvo zapatos? ¿Que nuca comió pastel? ¿que nunca se le permitió ducharse con agua caliente? ¿Que aprendió a cocinar a los tres años? ¿Que fue azotado por quemar la comida o destrozar un huevo? ¿Que aprendió a cuidar el jardín, mantener la casa limpia y preparar todas las comidas antes de los seis años? - Ciel sonrió cuando la profesora comenzó a llorar y Dumbledore tembló - ¿Sabías que estaba tan desnutrido que sus costillas sobresalían con solo la piel cubriéndolas? Sus pómulos marcado, su quijada salida, sus muñecas del tamaño de una de juguete.

El gran mago, no sabía de eso.

Nunca esperó eso.

La furia de Ciel salió imparable con su poder y su voz fría y baja. Años, años de soportar el odio que acumuló a estos magos por su hijo que era demasiado puro para odiar a alguien años esperando poder derramar la sangre que hizo que su hijo derramada la suya.

Años, para hacer temblar al mundo que hizo temblar y llorar su hijo.

Harry sonrió desde su mesa y se sintió incómodo cuando las miradas fueron puestas en él.

- Ven aquí, Harry - Su nombre y la orden fueron pronunciados con dulzura enmascarados por fuerza.

Harry suspiró tembloroso y permitió que una máscara de frialdad y orgullo ocupara su rostro.

Ran-Mao definitivamente estaba orgullosa mientras lo miraba caminar exactamente como le enseñó ella movió sus manos y contoneó sus cadenas con felicidad.

El presidente de Kong-Rong sonrió mirando el cambio en sus brillantes ojos, acarició su cintura y dejó un beso en su frente mientras volvía a sonreír burlón al joven heredero de su sucio. Q

Harry llegó al lado de Ciel.

- Este - comenzó mirando al director - es mí hijo, Harry Phantomhive- el poder de su nombre se resbaló mientras cada uno de los presentes dejaba que su poderosa presencia terminaba de ahogar el gran lugar una vez más.

El poder en el castillo se intensificó y los ojos brillaron, las sonrisas centellaron y las armas sonaron.

El poder de cada uno hizo temblar a Dumbledore.

No tenían opción.

No tenían oportunidad.

- No dejaré que alguien como tú le falte el respeto a él o mi familia, declarante la guerra en el momento en que lo llevaste lejos de su hogar, en el momento en el que atentaste con su vida y lograste que alguien te diera información - la presión aumentó - declaraste una guerra contra mi, desde el momento en el que él llegó a mi mansión.

Las arcadas y jadeos resonaran aún más fuerte cuando la magia de Ciel, Sebastián y Undertaker se mezcló, cuando las presencias de los shinigamis se intensificaron, cuando el dúo Charles dejó salir parte de su poder espiritual y cuando las auras intimidantes de los 'simples humanos' como Elizabeth y Finnian llenaron el lugar.

Todo eso... era simplemente asfixiante.

Curiosamente, los gemelos Weasley y parte de los Slytherin estaban sin problema.

Los ojos de Harry brillaron y dejó de retener su propio poder.

- La guerra a comenzado, Dumbledore y cada vida que se pierda de cada persona que intente detenernos será tu culpa - Ciel deshizo la presión.

Nunca tuvieron oportunidad... no realmente.

Albus lo notó demasiado tarde.

[●●●]

- ¡Ministro! ¡Ministro! - los gritos y los pasos apresurados resonaban por todo el ministerio, los papeles volaban y los magos estaban en pánico.

La carta de la declaración había llegado.

El mundo mágico estaba en peligro.

- ¿¡Qué te pasa Steve!? - Kyngsley gruñó con el ceño fruncido - ¡Voldemort a muerto! - el café se derramó por la túnica del ministro, la nada de la dona que estaba masticando cayó en su regazo y los papeles volaron por su oficina - ¡La marca de los mortífagos desapareció! ¡Por completo! ¡Azkavan está lleno de gritos, gruñidos y lamentos! ¡nadie entiende lo que pasó! -

El ministerio tembló.

- ¡Ministro, ministro! - dos coros de voces más resonaron - ¡Es una emergencia! ¡Ministro! ¡Una emergencia! - la puerta de la oficina se abrió una vez más - ¡La familia Phantomhive volvió al mundo mágico! ¡Se acaba de confirmar la firma!

- ¡Ministro! ¡Hogwarts está bajo ataque!

- ¡Ministro, una carta sellada con el emblema de la familia más poderos llegó hace quince minutos!

- ¡Ministro!

- ¡Ministro!

- ¡Han declarado la guerra!

- ¡Están bajo ataque!

- ¡Mataron a Voldemort!

- ¡Harry Potter fue adoptado por la familia Phantomhive!

- ¡La familia declaró la guerra a Dumbledore!

- ¡Dumbledore declaró la guerra a la familia!

- ¡Secuestró al heredero!

- ¡Ministro!

- ¡Ministro!

El día apenas comenzaba y Kyngsley ya se estaba arrepintiendo de haber aceptado el puesto.

El dolor de cabeza aumentó y las manchas en su ropa no se secaron.

Kyngsley maldijo a Albus Dumbledore una vez más e internamente hizo un juramento de que si esta guerra no matara al viejo problemático que respeto en algún momento, él mismo lo haría.

Él ya estaba demasiado viejo para esos problemas.

[●●●]

- ¡Crucio! - la puerta del gran comedor se abrió y Remus Lupin entró disparando directamente al conde.

- ¡Remus! ¡No! - Albus gritó.

Demasiado tarde.

Fue demasiado tarde.

El hechizo voló y golpeó directamente el pecho del joven.

El hechizo fue absorbido.

La varita de Remus tembló.

- ¡Remus! ¡Vete! - el grito de Minerva fue tarde.

Todo fue tarde.

Remus estaba clavado en la puerta en un parpadeo.

Finnian estaba con el puño elevado en donde antes Remus estuvo parado.

Los gritos comenzaron y Remus Lupin dejó de respirar.

El mundo se detuvo.

¡REMUS! - El grito rompió el silencio.

Molly Weasley había entrado en escena seguida del resto de miembros de la orden del Fénix.

Ginny Weasley miró con odio al cabeza de la familia Phantomhive que estaba cruzado de brazos.

Harry solo suspiró y sus ojos verdes se suavizaron un poco.

[ Fue el amigo de mi madre y padre biológicos, Remus Lupin, el hombre lobo, estuvo bien todo este tiempo, aún así, él también me dejó con los Dursley. No me buscó y pudo hacerlo. Solo... es incómodo ver como los lazos de mi familia biológica se pierden, es algo... triste ]

Harry suspiró.

Elizabeth se acercó a él.

- Harry - ella susurró su nombre y el le sonrió, la miró con esos ojos verdes del mismo color.

- Estoy bien - sonrió - no lo recuerdo, no tengo lazos con él, solo... es incómodo ver como los lazos de mi familia biológica se pierden.

La joven marquesa asintió en entendimiento.

Finnian caminó hasta Harry y se inclinó.

- ¡Lo siento! ¡Joven amo! ¡Lo siento! - el rubio no daba una disculpa sincera, solo una de consuelo.

Porque Finnian se podría arrepentir de muchas cosas.

Pero nunca se arrepentiría de proteger a la familia que le dio un hogar.

- Sé que lo haces y al mismo tiempo que no - Harry colocó una mano sobre su hombro - Está bien, Finnian, lo entiendo.

El jardinero se colocó recto de pie.

- ¡Aveda Kedavra! - El hechizo abandonó la boca de la pelirroja antes de que alguien pudiera detenerla.

Tarde.

Muy tarde. Otra vez.

El hechizo golpeó a Grell y el shinigami se tambaleó.

William agarró su hombro a su lado y sus ojos dorados verdosos brillaron.

Grell sacudió la cabeza y sonrió mientras su motosierra rugía.

Ginny Weasley miró con incredulidad a los dos recolectores y dioses de almas menores.

- ¿Q-Qué? - ella balbuceo y William avanzó hacia ella.

Albus reaccionó.

- ¡Crucio! - el hechizo voló y ella escuchó la risa de Undertaker una vez más.

-Niña ingenua pff.

- ¡Expeliarmus! - Molly Weasley gritó.

El hechizo del dolor golpeó la superficie metálica de la motosierra y el hechizo extractor rápidamente fue detenido por el sable de la marquesa.

William siguió avanzando.

- ¡Ginny! ¡Corre! - Albus gritó mientras intentaba llegar a la pelirroja menor.

- ¡Puedo enfrentarlo! - la niña de once años gritó - ¡Sé hechizos!

Albus negó.

William avanzó.

- ¡No lo entiendes! - se agachó cuando una bala pasó por su cabeza - ¡Él mató a Voldemort! ¡Corre! ¡Ginny!

La pelirroja palideció.

Molly gritó.

Albus lo intentó.

Todos lo hicieron.

El suelo se llenó de rojo.

- Intentaste matar a un dios de almas - William sonrió - Fue demasiado para ti, niña inconsciente.

Su lanza cayó y Ginny jadeó.

El rojo salpica su rostro.

Albus Dumbledore puso su brazo ente la lanza y la cara de la niña.

Albus gritó y la lanza salió.

Al mismo tiempo, un hechizo se deslizó.

- ¡Sectumsempra! -

El hechizo cayó y un cuerpo se arrodilló.

Mey-rin escupió sangre.

La risa de Undertaker se apagó y el ruido de un lanzallamas iluminó aún más la estancia.

[●●●]

Edición-

Solo escribo esto para decir, que el final es en el próximo capítulo, haré dos extras más y realmente será más confuso de lo que puedo explicar.

*risa*

No me odien (?

Los amo~

Oh, antes eran ocho capítulo, pero funcioné el cuatro y el cinco, así que se recorta a siete... creo.

Como sea, uhhh, por hoy esta es la última actualización, iré a dormir y seguiré mañana. *risa extraña*

Ah~ la persona que este releyendo esto y sepa quien va a morir que no haga spoiler, la muerte sigue siendo la misma. Xdd

~

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