Yoongi estiró el brazo rozando la cintura de Jimin y abrió la puerta de su habitación permitiendo que entrase, el menor dio tres pasos hacia adelante y miró a su alrededor, era espaciosa y luminosa, más de lo que podía haber imaginado, la manta que cubría la cama era lisa y de color gris, las paredes eran blancas, una de ellas estaba llena de fotografías de grupos de música que no conocía y otra tenía tres repisas con libros, cuadernos y figuras de superhéroes que lo hicieron sonreír.

—Iré paso a paso con los ejercicios, si no entiendes debes decírmelo y lo volveré a explicar hasta que lo comprendas —habló Yoongi, dejando su mochila en el borde de la cama—. Al final haré nuevos ejercicios para que los resuelvas, ¿te parece bien?

—Sí —respondió Jimin, sacando el estuche y apuntes de su mochila, se dio la media vuelta y las hojas color rosa que estaban sobre el escritorio llamaron su atención, Yoongi tenía los bolígrafos que le había obsequiado con los suyos.

Al sentarse vio la tira de dos fotografías en la esquina inferior de la pantalla de ordenador acelerando a su tranquilo corazón.

—No sabía dónde colocarlas —se excusó Yoongi al darse cuenta que hasta ese momento sólo su padre y Ailee habían entrado en su habitación.

—No te preocupes, yo también las dejé en mi escritorio —musitó el pequeño y se miraron de reojo, avergonzados—. No sabía dónde colocarlas.

Mientras Yoongi explicaba el ejercicio en la hoja, Jimin empezó a entregarle sus marcadores de colores pasteles, Yoongi los recibía y continuaba, pero siempre en algún momento los dejaba a un lado y seguía escribiendo con tinta azul hasta que Jimin se daba cuenta y le entregaba otro marcador de su estuche, de un color diferente.

Yoongi se resignó al pensar que era una buena manera para captar el interés de Jimin. De pronto giró el rostro y lo vio dibujando en su mano.

—¿Qué haces? —preguntó, viendo el corazón en el dorso de su mano, frunció el ceño y Jimin apretó lo labios.

El pelirosa intentó colocar atención, intentó escuchar lo que decía Yoongi y estúpidamente asentía con la cabeza cada vez que le preguntaba si había entendido cuando no era así.

Tenía un grave problema y era que no podía dejar de mirarlo.

No era la primera vez que sin darse cuenta se perdía en su atractivo perfil, en sus largas pestañas o en los lunares de su cuello.

—No puedo hacerlo —musitó con tristeza el pequeño sin ser capaz de resolver el primer ejercicio, dejó el bolígrafo sobre el cuaderno y bajó la cabeza—. Perdón.

Yoongi dejó escapar una sonrisa, colocó sus manos en los costados de la silla de Jimin y lo giró hacia él—. Comenzaremos de nuevo, pero necesito que pongas atención.

—Estoy colocando atención. —Sus mejillas se ruborizaron cuando Yoongi arqueó una ceja.

Tres suaves golpes en la puerta los interrumpieron, Ailee se asomó y entró con una bandeja, llevaba dos vasos con jugo de naranja, sándwiches de pollo y un pequeño recipiente con frutos secos—. Deben tomar un descanso para alimentase, es importante en el estudio.

—Se ve delicioso. —Jimin recibió encantado la bandeja con comida—. Muchas gracias.

Yoongi tomó un sándwich y, antes de dar un mordisco, Jimin le pegó suavemente en el brazo con su codo, lo miró y el pequeño frunció el ceño, como si lo estuviese regañando—. Gracias —murmuró y Ailee sonrió.

Nota:

Serán varias actualizaciones por días, así que estén pendiente, y sobre todo ¡disfruten!

Pregunta del capítulo: ¿Son buenos estudiando o se entretienen hasta con ver una mosca volar solo para no estudiar?