Al anochecer, después de que Jimin consiguiese resolver uno de los ejercicios, fueron hasta la cocina encontrándose con Ailee preparando la cena, Yoongi no estaba acostumbrado a cocinar por lo que apoyó los brazos en la isla de madera comiendo algunos trozos de zanahoria, pero Jimin parecía estar familiarizado con los alimentos, cortando hábilmente las zanahorias después de preguntarle a Ailee en qué podía ayudar.

—Me encargaré de las cebollas —dijo Yoongi, arremangándose la sudadera para lavarse las manos.

—¿Estás seguro? —preguntó Jimin dejando el cuchillo en la tabla.

—Sí —contestó el mayor con confianza, acercándose a la isla de la cocina, había visto a Jimin y parecía ser sencillo.

Cortó los extremos y Jimin tomó uno de ellos colocándolo sobre su cabeza—. Mi papá dice que es para no llorar.

Ailee los miró cocinar en silencio, veía la forma tan linda en la que Yoongi respondía al evidente e inocente coqueteo de Jimin y como el pelirosa se derretía cada vez que Yoongi le sonreía.

O tan sólo lo miraba.

A los pocos minutos llegó el señor Min encargándose de la decoración de la mesa para el invitado especial: Jimin. Ailee lo ayudó a elegir las flores mientras que Jimin cortaba los pimientos y Yoongi lavaba las espinacas.

—Me duele, me duele, me duele —chilló Jimin al cortarse. Rápidamente Yoongi corrió hacia el menor, lo tomó de la muñeca y lo llevó al fregadero dejando escurrir la sangre en lo que abría uno de los cajones y sacaba el botiquín de primeros auxilios.

Luego de secar la mano de Jimin, tomó una de las bandidas y rodeó con ella su dedo índice pero el menor se soltó a llorar—. No, no, no hagas eso, no lo hagas.

Al verse desesperado tomó uno de los extremos de una cebolla y la colocó sobre la cabeza del pequeño.

—¿Qué haces? —preguntó Jimin entre sollozos.

—Dijiste que es para no llorar.

—Al cortar la cebolla. —Jimin rió y Yoongi acunó las mejillas del menor en sus manos, limpiando las lágrimas que se habían deslizado por ellas, tranquilizándolo con suaves caricias.

—De todas formas, funcionó. —Le sonrió y el menor poco a poco dejó de llorar.

—Bobo. —Sus ojos se transformaron en bonitas medias lunas llenas de lágrimas.

—Hey —regañó Yoongi—. ¿Te burlas de mí?

El menor asintió y Yoongi pellizcó su mejilla haciendo que se encogiese de hombros.

Durante la cena Yoongi le dijo a su padre sobre el proyecto de investigación de química después de que Jimin golpeara su tobillo por debajo de la mesa al responder que no había ocurrido nada interesante en el instituto.

También les habló sobre la pésima relación de Jimin con química, haciéndolo enojar, pero el pequeño pelirosa les contó sobre el incidente en la cocina y la solución de Yoongi para que dejase de llorar haciendo reír a los mayores.

—A salvo en casa —dijo Yoongi al llegar al hogar de Jimin, las luces de afuera estaban encendidas.

Jimin sonrió y recibió su mochila por parte de Yoongi—. Gracias.

Se quedaron en silencio escuchando el canto de los grillos, Yoongi desvió la mirada y suspiró—. Ya me voy.

El menor asintió y Yoongi se dio la media vuelta, dio cinco pasos hacia adelante, pero se detuvo, al girarse Jimin seguía en el mismo lugar, con la mochila colgada en su hombro derecho y las manos unidas frente a él.

Se devolvió más rápido de lo que se alejó y en cuestión de segundos sus labios estaban tocando la tersa piel de la mejilla de Jimin.

Se miraron a los ojos, Yoongi sorprendido y avergonzado por lo que acababa de hacer y Jimin deseando que no se alejara demasiado.

—Perd...

—Lo sabía —lo interrumpió Jimin, empuñando sus manos en la sudadera de Yoongi al nivel de su pecho para que siguiese encorvado hacia él—. Sabía que querías besar mi mejilla.

Nota:

Pregunta del capítulo: 1) ¿Han llorado por alguna cortada en el dedo? 2) ¿Son bobos como Yoongi en la historia? JAJAJA 3) ¿Ustedes sí admiten desear besar la mejilla de Jimin?