Gray el Espíritu Maligno

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Gray pasó en vela casi toda la noche cuidando a su umbreon, por lo que al día siguiente tenía un aspecto lamentable, unas oscuras ojeras rodeaban sus ojos, que destacaban grotescamente en su pálida piel y tanto su cuerpo como su rostro tenían las marcas de las heridas que comenzaban a secarse, sin mencionar sus ropas hechas jirones y manchadas de sangre que no contribuían nada a su presentación. Para rematar la escena, a su lado caminaban lentamente su pikachu negro, con la cola gacha y un aire abatido y su umbreon avanzaba como podía usando sólo tres de sus cuatro patas. Formaban un trío lastimero.

 A pesar de todo, quien tenía peor aspecto era Blue, más que nada por su rostro preocupado, parecía que estaba a punto de llorar. La verdad, el pokemon tenía un tremendo sentimiento de culpa, según él, era responsable de que su maestro estuviera en tan mal estado, no había sido capaz de protegerlo, incluso le había causado problemas, por su culpa Gray había tenido que pasar la noche en vela cuidándolo. Fue en ese momento que recordó las palabras que había pronunciado su entrenador el día anterior, "este pokémon es problemático".

 -Umbreon umbreon um um umbreon.... (Lo siento maestro, por mi culpa usted...)

-Cállate Blue.

 El pokémon agachó la cabeza sintiéndose cada vez peor, sin duda su maestro estaba enfadado con él, seguro que ahora lo odiaba. Blue hubiera deseado morir en ese momento, que su maestro lo odiara era lo peor que le podía pasar en el mundo. El pobre umbreon tenía la mala costumbre de exagerarlo todo, su maestro no lo odiaba ni nada por el estilo, quizás había sido un poco brusco, pero tenía un dolor de cabeza feroz debido a la falta de sueño, esto lo ponía de un humor de perros y no se sentía en condiciones de escuchar los lamentos de Blue. Lo único que Gray quería en ese momento, era llegar al pueblo para encontrarse con las muchachas y pedirles que cuidaran de Blue, mientras él se tomaba una siesta reparadora que bastante falta le hacía.

Pero al parecer los problemas no paraban de llegar. Cuando se estaba acercando a la aldea vio que toda la gente estaba reunida afuera del lugar, pero no parecía que estuvieran ahí para dar un cálido recibimiento, iban armados con cacerolas, palas, rastrillos, escobas, hasta cuchillos, cualquier cosa que fuera capaz de causar algún tipo de daño. Gray rezaba porque eso no tuviera nada que ver con él, pero lamentablemente sí lo tenía.

 -¡MIREN AHÍ ESTÁ! ¡EL DEMONIO EN FORMA DE HUMANO! -Gritó una mujer.

-¡QUE SE VAYA DE AQUÍ! -Gritó otro hombre.

-¡SI VIENE MANCHADO DE SANGRE! ¡AHÍ ESTÁ LA PRUEBA! ¡TRAE LAS MUESTRAS DE LA MASACRE DE AYER!

-¿Qué pasa aquí? -Gray confundido miraba a todos lados tratando de comprender qué pasaba.

-¡Gray! -Carmín salió de entre la gente seguida por Shell -¿Pero qué rayos te pasó? ¿Qué ocurrió anoche?

-Algo nos atacó, no podíamos ver qué era, logramos espantarlo pero no todo salió bien, Blue se rompió una pata.

-Ay no, pobre Blue -Carmín corrió a ver al pokémon.

-¿Entonces ustedes fueron atacados? -Preguntó Shell.

-Si.

-¿Y estuvieron en el bosque todo el tiempo?

-Si ¿Por qué preguntas?

-Es que....-lanzó una mirada a la turba de gente enfurecida- Anoche algo pasó. Aquí la gente no acostumbra a meter sus pokémon en las pokebolas, andan libres. Y anoche algo los atacó, fue muy extraño, todo fue silencioso, ni Carmín que tiene el sueño ligero despertó, sólo nos dimos cuenta de lo que había pasado cuando comenzamos a escuchar los lamentos de los pokémon heridos. Algunos tienen las patas rotas, otros cortes profundos, están sufriendo mucho, incluso se teme por la vida de algunos de ellos... A nuestros pokémon no les pasó nada porque los manteníamos en sus pokebolas... Aquí pasó algo... Algo feo, hay sangre regada por el piso de tierra y los pokémon lloran,  no sólo de dolor, también de miedo. Deberías ver las miradas que tienen, es... ¡Espantoso! Y la gente cree que esto es por tu culpa...

-¿Por mi culpa?

-Si, ayer los pokémon estaban muy alterados y se mostraban agresivos contigo, suponen que percibían el peligro que representabas. Dicen que eres un demonio malévolo en forma de humano, que disfrutas maltratando pokémon, o peor aún, que te alimentas de su sufrimiento. También dicen que anoche vieron a alguien alto de cabello gris, eso no es suficiente para inculparte a ti creo yo, pero todos están convencidos de que fuiste tú.

-Pero eso no es verdad -Gritó dirigiéndose a la gente-. Miren, anoche yo también fui atacado, mis pokémon también fueron víctimas, mi pikachu está débil y mi umbreon tiene la pata rota, yo no atacaría a mis propios pokémon, mírenme a mí, estoy herido, también soy una víctima.

 En eso una piedra voló acertándole a Gray en la cabeza provocándole una herida que comenzó a sangrar, la piedra la había arrojado un muchacho joven que ardía de rabia.

 -¡Cállate! ¡Monstruo! Si no fuiste tú entonces quien. Yo no te creo nada, los pokémon ayer estaban asustados de ti, porque sabían lo que tú eras, debimos haberte agarrado a palos ahí mismo y expulsado de la aldea en cuanto te vimos. Que estés herido no prueba nada, podrías haberte lastimado ayer mismo cuando atacabas a los pobres pokémon indefensos ¡Si eso es! Dices que también fuiste atacado sólo para despistar ¡Tú eres el culpable! ¡Tú casi matas a los pokémon! Tú eres el culpable de que mi Skitty....

 El hombre no pudo continuar, sus palabras se ahogaron en un sollozo, a pesar de la situación en la que se encontraba, Gray no podía evitar sentir compasión por ese pobre hombre que lloraba por su pokémon, pero no tuvo mucho tiempo para pensar en ello pues comenzaron a lloverle los piedrazos.

 -¡Basta! ¡Deténganse! -Gritaba Carmín.

 Pero era ignorada, Gray se dio la vuelta para escapar, era la única salida que veía para no morir lapidado, pero no pudo hacerlo, un hombre le bloqueaba el paso.

 -¡KYAAAAAAAAAAAAAAA! ¡ES KEIN!

 Las chicas jóvenes que estaban entre el tumulto de gente gritaron emocionadas y se apresuraron a pasar al frente para quedar en primera fila y admirar más de cerca a su ídolo. El hombre era alto, atractivo, aunque sus ropas lo ocultaban se podía adivinar que tenía buen físico, delgado pero musculoso, lo que le daban un aspecto estilizado y varonil. Tenía el cabello naranja ligeramente largo y un poco desordenado, sus rasgos eran firmes, nariz recta, cejas dibujadas, y un ojo almendrado de un brillante color verde. Era sólo un ojo, el otro, o donde debería haber estado el otro había un parche negro. Se podría decir que era su único defecto, pero tampoco se veía mal, el parche le daba un cierto encanto, como un intrépido pirata que recorre los mares en busca de tesoros, aventuras y pokémon exóticos.

 -Así que tú eres quien perturba la paz de estas tierras -lo miraba con aspecto severo- pareces un muchacho común y corriente, aunque la palidez de tu rostro y tus ojeras hacen que parezcas un espectro.

-Yo no perturbo la paz de nadie, yo no tengo idea de qué pasa aquí, por favor déjenme en paz, me iré de inmediato y no regresaré jamás, lo prometo, sólo déjame ir -Gray casi suplicaba.

-Lo siento, pero no se puede confiar en un espectro. Si te dejo ir irás a causar estragos a otras aldeas y no puedo permitir eso.

-Yo no soy ningún espectro.

-Todos dicen lo mismo, pero el aura oscura, al igual que la de ese pikachu te delata, así que me encargaré de exorcizarte ¡Espíritu maligno, prepárate para abandonar el cuerpo de ese inocente muchacho! -Lanzó una mirada galante a las muchachas que observaban, con un movimiento de la cabeza retiró sus anaranjados cabellos dejando al descubierto un arete de plata con una perla incrustada- ¡Tus días están contados, yo Kein exorcista pokémon acabaré contigo! -Finalizó con una pose heroica.

-¡KIAAAAAAA! -Gritaban las chicas.

 Gray ya comprendía por qué Capa Gris se refería a él como un idiota, andar haciendo poses y lanzar sonrisitas no le parecía algo que un exorcista pokémon debería hacer, parecía más un show que un procedimiento santo. Carmín también era bastante escandalosa para realizar sus trabajos, pero en su caso era perdonable, apenas tenía 14 años.

 "Este pelotudo debería madurar y actuar con más seriedad, seguro que ya anda por los 20 y sigue haciendo estas niñerías" pensaba Gray "Pero tampoco es tan malo, dijo que iba a exorcizarme, si es algo semejante a lo que hace Carmín no saldré dañado. Podría fingir que me retira el espíritu maligno, seguro que con tirarme al piso y babear un poco basta, luego fingiré que me ha salvado y me largaré antes de que pase algo más"

 Pero las cosas no iban a ser tan fáciles, el hombre sacó una pokebola, iba a atacarlo, tal vez quería asegurarse de que él, el malvado espíritu maligno no opondría resistencia a la purificación. Entonces, las muchachas se interpusieron entre Kein y él.

 -No le pondrás un dedo encima a Gray -dijo Shell- este chico está en pleno uso de su facultades, nada lo está controlando y él no atacó a los pokémon de la aldea, estoy segura.

-Además -gritó Carmín- no vamos a permitir que un payaso cualquiera vaya por ahí diciendo que es un exorcista pokémon, no permitiremos que manches el nombre de nuestra orden, Carmín Redfeather no lo permitirá.

 Kein puso una expresión de sorpresa al escuchar el nombre, sin duda ubicaba a la familia que regía la orden, pero esto no hizo que desistiera de sus propósitos.L muchachas se dispusieron a sacar sus pokebolas para iniciar una batalla, pero cuando iban a cogerlas estas ya no estaban.

 -¿Eh? ¡Mis pokebolas no están!

-¡Las mías tampoco!

-Bien hecho King.

 Las niñas no comprendían qué había pasado, hasta que vieron sus pokebolas flotando todas juntas a escasos centímetros del suelo, parecía que algo invisible las estaba llevando, no tardaron en descubrir qué era.Repentinamente un kecleon se materializó delatándose como el responsable del robo de las pokebolas.

-¡Aaaaaah! ¡Un kecleon! -Gritó Shell- ¡Odio a esos bichos! Son tan molestos, cambian de color para ocultarse, y si uno no se fija bien no puede hallarlos. Alex mi ex novio tenía uno y siempre lo usaba para jugarme bromas pesadas, siempre me estaba robando mis cosas.

-Lamento tener que usar esta clase de métodos -el kecleon dejó sus pokebolas cerca de su amo-pero no puedo dejar que interfieran. Es una pena que unas hermosas jovencitas sean engañadas por este monstruo, sobre todo la morena ¿Alguna vez te dijeron que eres una belleza?

-Si, siempre me lo dicen -Shell era inmune a los halagos- de hecho mi ex novio Paul siempre me lo decía hasta el punto de volverse molesto.

-¿Shell podrías dejar de hablar de tus ex novios? -Carmín estaba muy irritada.

 Kein por segunda vez mostró una leve expresión de sorpresa, pero se recuperó rápido y mandó a su kecleon a atacar.

 -King, arañazo contra ese espanto.

 El pokémon se abalanzó sobre Gray pero Blue lo interceptó con una embestida. El pobre umbreon aulló del dolor, pues el esfuerzo puesto en realizar este ataque era demasiado para su pata quebrada, cayó al suelo incapaz de tenerse en pie por el sufrimiento.

 -¡Blue idiota qué haces! ¡Tú no puedes pelear!

-Um umbreon umbreon um umbreon breon breon um umbroen (Yo no quiero que el maestro me odie, no quiero ser una carga para él).

-¿De donde sacaste que te odio? Yo nunca podría odiarte, eres mi pokémon, serás molesto y todo pero eres mi compañero y a un compañero no se le abandona. además, ya me has protegido antes, no tienes que sentirte culpable porque ahora yo te defienda a ti.

 Tras esto Gray sacó su propia pokebola y liberó a su lampent, el pokémon pareció bastante feliz de ser llamado a una batalla.

 -Lampent usa lanzallamas.

 Pero para sorpresa de Gray lampent no obedeció, se quedó quieto flotando ignorando su orden, entonces Gray cayó en la cuenta de que como había estado enfermo, no había entrenado ni una sola vez con él, no habían desarrollado confianza y aunque lampent se había unido voluntariamente a su equipo, no veía a Gray como una autoridad.

 -¿Lampent qué pasa? ¿Por qué no obedeces?

-Lampent lamp lampent lampent lampent lamp lamp lamp (No te dirijas a mí de esa forma plebeyo, mira que estás hablando con un príncipe, no te tomes tantas confianzas conmigo, si voy contigo es sólo por Shun y por las batallas).

-Lampent, no tenemos tiempo de discutir eso, esta situación es grave, necesito tu lanzallamas.

 Entonces lampent atacó a Gray con su lanzallamas,el muchacho logró esquivar el ataque pero su ya deteriorada remera quedó chamuscada. Gray comprendió que Lampent no iba a obedecer y más aún, era capaz de atacarlo si lo consideraba un estorbo. Decidió devolverlo a su pokebola, pero el pokémon no estaba dispuesto a regresar, esquivó el rayo rojo que emitió el artefacto y contraatacó con lanzallamas.

 Gray vio como su situación empeoró, ya no sólo tenía a todo el pueblo y a Kein en su contra, sino también a su propio pokémon. En ese momento se le ocurrió que tal vez Shun lee pudiera hacer algo, después de todo la shuppet parecía llevarse particularmente bien con el lampent, quizás pudiera convencerlo de obedecer. Sacó la pokebola y liberó a Shun.

 Cuando la shuppet salió, vio a su alrededor y se fijó en que su entrenador estaba muy lastimado, su cuerpo lleno de heridas, su ropa hecha jirones y además chamuscada. Ella no sabía lo que había pasado, pero al ver la ropa quemada y a lampent libre, asumió que el pokémon le había hecho todo eso a su entrenador. De volvió una furia y atacó a lampent con pulso umbrío, el pokémon resistió el ataque bastante bien, pero no quería ver qué tanto más podría aguantar, viendo que Shun lee no se calmaría, juzgó que lo mejor era escapar, salió volando hacia el bosque seguido de la airada shuppet.

 De esta forma Gray quedó con todos sus pokémon imposibilitados para combatir. Miró nervioso a Kein, quien tenía su vista clavada en él, al parecer no tenía intenciones de lastimar a  las chicas, esto le sirvió de consuelo, si debía sufrir, sufriría sólo, así que decidió no alargar más la agonía, caminó lenta y torpemente y se puso frente a él. Las chicas se sorprendieron ante esta conducta, iban a detenerlo pero él les lanzó una mirada que las dejó petrificadas, era una mirada de desesperación y resignación, de tristeza y aceptación, de dolor y oscuridad, en esa mirada estaban  todas aquellas lágrimas contenidas durante años de sufrimiento y soledad, era una mirada que perturbaba y que te hacía sentir una espantosa presión en el pecho, difícilmente Shell y Carmín volverían a ver una mirada como esa en su vida.

 -Vaya, así que vienes por mí -Kein vigilaba cada movimiento de Gray con cuidado- ¿Qué harás ahora? ¿Mostrarás tu verdadera identidad?

 Kein ya había luchado contra espíritus malignos antes, conocía sus tácticas, sucias y engañosas, podían fingir ser seres inofensivos, o liberar momentáneamente a sus víctimas de su control mental para luego, en el momento más oportuno contraatacar. Era lo que su experiencia le dictaba, aunque el chico parecía normal un aura maligna lo rodeaba, seguro que se trataba de un ser poseído, pero ya sabía qué hacer, para evitar ser atacado en el momento del exorcismo debía dejar inconsciente al sujeto.

 -King, usa embestida contra ese hombre.

 El kecleon tomó impulso para atacar, pero al saltar recibió un fuerte ataque rápido de parte de un umbreon que apareció de la nada. Este lo mandó a volar por lo menos 3 metros sobre el suelo y antes de que cayera, el umbreon dio un salto extraordinariamente alto y con el movimiento mordisco lo sujetó por la cola posicionándolo debajo de él, de forma que al caer no sólo recibió el impacto de la caída si no también el peso del umbreon que estaba encima. Inmediatamente después del impacto, el umbreon tomó distancia dando un espectacular salto con voltereta hacia atrás aterrizando sobre sus cuatro patas, se colocó en posición de ataque y esperó.

 -¡King! ¿Estás bien?

-Ke Ke....

 Fue todo lo que el kecleon debilitado pudo decir. Kein rápidamente regresó a su pokémon a su pokebola, todos los presentes estaban impactados, el pokémon había sido derrotado con extraordinaria rapidez. Las admiradoras de Kein no podían creer que su ídolo hubiera perdido, suspiraban nerviosas, si su héroe había sido vencido entonces nadie podría defenderlos.

 -Hermoso hermoso, bien hecho Red, fue un ataque muy veloz y efectivo y la voltereta final fue muy elegante.

 Todos giraron la cabeza para vez quien había pronunciado esas palabras. A un costado no muy lejos, sentado sobre el tocón de un árbol, estaba capa gris. Se veía muy relajado, llevaba una bolsa de papel de la que sacaba algunos panes redondos y pequeños que estaba comiendo. Todos quedaron sorprendidos, nadie se dio cuenta del momento en el que llegó ahí.

 -¡Capa gris! ¿A qué has venido? -Gritaba Kein enfadado, más que nada por haberlo dejado en vergüenza frente a sus admiradoras- ¡Ahora estoy ocupado! no tengo tiempo para atender a tus sermones!

-Hoy no vine a sermonear a nadie, hoy estoy aquí para actuar, no para hablar.

-Pues si vas a actuar, haz algo de provecho, no interfieras con mi trabajo, mira como dejaste a King ¿Qué te propones?

-Ayudar al necesitado y ese pálido muchacho con ojeras de ahí parece necesitar ayuda, así que le di una mano. Sé que planeas dejarlo inconsciente, pero ese tipo de prácticas pueden dejar algunos daños cerebrales en los humanos, así que mejor lo evitamos.

-No me digas,  tú el curandero de los bosques, sabrás mucho de medicinas pero nada de espíritus malignos. no puedo exorcizarlo si opone resistencia, debo dejarlo inconsciente, a veces un pequeño mal es necesario para aun bien mayor. Además, tampoco nada asegura que el chico vaya a terminar con daños, vamos, sé razonable.

-Lo siento, pero no dejaré que este muchacho termine más lastimado de lo que ya está, incluso si eso significa que debo ponerme serio y luchar contigo.

-Así que quieres pelear en serio -El tuerto sacó una pokebola- bien, me pondré serio contigo, ahora te enfrentarás a mi pokémon más poderoso ¡Ve Pitquick!

 Al escuchar que ese era su pokémon más poderoso, Gray pensó que se trataría de algún ser grande e imponente, tal vez un charizard, o un Aggron, un Salamance o algo por el estilo, nunca se esperó lo que saldría. Kein arrojó su pokebola y de su interior salió una criatura pequeña, rosada, pachoncita, con unos dulces ojos azules y una colita peluda como de conejo, era un Audino.

 -Aaah, pero que pokémon más lindo 

Para sorpresa de las muchachas fue Gray quien dijo esto, miraba al audino con ojos brillantes.

-¿Gray te gustan los pokémon lindos? Ja ja, no lo hubiera esperado de alguien como tú -dijo Carmín.

-No... ¡No es así! -Gray volteó la cara avergonzado- era sólo un comentario.

-No tiene nada de malo que te gusten los pokémon lindos -dijo Capa gris acercándose- mira esa cosita rosada, seguro que te mueres de ganas por abrazarla, las personas sensibles saben apreciar la belleza.

-Yo... No soy sensible y no me gusta audino, no quiero abrazarlo, no tengo ningún interés en tocarlo. -Su cara ya estaba roja y el arete que llevaba en su oreja derecha comenzó a emitir un leve resplandor

-¿Seguro? Es muy suave y blandito, como el cuerpo de una mujer ¿No te dan más ganas de tocarlo ahora?

-Que... No... Eso... -Cada vez se sentía más avergonzado y su arete brillaba.

-Mientras lo tocas podrías imaginar a una belleza pechugona como la que está ahí -señaló a Shell.

 La muchacha incómoda por el comentario instintivamente se cubrió los pechos. El arete de Gray brillaba intermitentemente.

 -No me vas a decir que nunca has soñado con tocarla -puso una sonrisa maliciosa- apuesto a que...

-¡CÁLLATEEEEEEEEEE!

 El arete de Gray entonces brilló con más intensidad que nunca, su potente luz azulada se expandió y cubrió todo lo que estaba a su alrededor en un radio de 50 metros. La luz no pareció producir ningún cambio en el lugar ni tampoco en la gente o los pokémon que estaban ahí, fue entonces que Carmín miró hacia el cielo y gritó.

 -¡AAAH! ¡QUÉ ES ESO!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro