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Aún tomados de las manos, se plantaron en la enorme fila de gente que también esperaba por subir a aquel gigantesco juego mecánico. Yoongi repetidas veces mordía su labio inferior mirando como el pequeño trenecito llegaba a la cima para luego caer en picada acompañado de los gritos emocionantes de las personas sometidas a tal aberrante tortura. Yoongi no alcanzaba a comprender por qué a la gente le gustaba subir a esas atracciones tan nefastas que te acercaban a una muerte poco agradable, pues, era bien sabido que por más seguridad que tuviese dicho juego, siempre había accidentes aparatosos, gente que caía al suelo porque el cinturón que les sujetaba había fallado, o incluso gente que se salía de su asiento por la gran velocidad ejercida, no, no era un paranoico, las alturas y los juegos mecánicos no le daban confianza.

Por otro lado, a su lado se encontraba Jimin, sus manos tomaban un algodón de azúcar, Yoongi en su intento de distraerle de su locura, le compró ese enorme algodón de azúcar, para su infortunio no había funcionado y por ello ahora Jimin se encontraba totalmente emocionado mirando al igual que Yoongi aquella cima, lucía tan fascinante pero imponente, moría por levantar sus brazos y sentir la ráfaga del viento chocar en ellos, quería tomar con fuerza la mano de Yoongi y mostrarle a todo el mundo desde las alturas que estaba sujeto a un extraordinario chico, quería enfrascarse en esa pequeña ilusión que solo en sus pensamientos era una buena idea.


—Creo que es tu turno de subir Jimin — Yoongi tragó seco cuando miró que las personas comenzaban a ocupar los asientos de aquellos vagones —. Pásalo bien, yo te esperaré aquí abajo, además tengo que ir al baño, ese helado no me sentó bien.


Yoongi mostraba seguridad en su postura y una gran relajación en su voz invitando a que Jimin se tragara esa mentira, Yoongi asentía suavemente tratando de convencerlo, pero Jimin ladeó la cabeza, miró el par de asientos que les esperaban y el gran número de personas que esperaban detrás de ellos. Jimin no lo dudó, lo último que miró en la expresión facial de Yoongi fue ese calmado movimiento de asentimiento consecutivo, tomó la mano pálida y delgada de Min y lo jaló hasta que ambos estuvieron sentados en aquel par de asientos.


—Será divertido hyung — Jimin le miró con una sonrisa mientras el personal a cargo de dicha atracción se encargaba de asegurarles bien.


—N-no lo creo, es estúpido pensar que puede ser d-divertido.


—Espera un momento, ¿le tienes miedo a las alturas?


—¡Claro que no! Es solo que este tipo de lugares es aburrido para mí, no veo lo atractivo de estar en un lugar donde un montón de gente se reúne para subir a un juego estúpido.


Jimin comenzó a reír cuando notó aquel timbre de voz más nervioso que antes, tomó la mano ajena, entrelazó sus dedos y una vez más le sonrió, una sonrisa como solo él podía ofrecerle, Yoongi intentó repetidas veces mantenerse cuerdo, su boca estaba seca, sus piernas temblaban, sin embargo cuando sintió la suavidad de la mano contraria apretarle la suya, pudo notar como todo aquel temblor desaparecía de su cuerpo, la angustia poco a poco le abandonó, sin darse cuenta, le devolvió la sonrisa, una sonrisa torpe y muy corta, pues recién el vagón comenzó a avanzar aquella sonrisa había sido borrada, en su lugar ahora estaba una mueca de terror, apretó fuerte aquel agarre y sus piernas se contrajeron a su estómago, apretó su mandíbula y cerró sus ojos con fuerza sintiendo aquella brisa golpear sus mejillas.

Las risas de Jimin resonaban en sus oídos, aquel estaba emocionado, levantaba su brazo libre y cerraba los ojos sintiéndose parte de aquel entorno, los tenues y ya casi escasos rayos de sol cubrieron su rostro, Jimin recibió aquella sensación con una sonrisa esplendida, estaba vivo...


—Yoongi, no pasa nada, estas bien — Jimin dijo a aquel que permanecía agazapado en su pequeño asiento —, si abres los ojos te darás cuenta de que no está tan mal.


Yoongi mordió sus labios, estaba fervientemente convencido de que cerrar los ojos le protegía, era estúpido, tan estúpido como cubrirte con la manta hasta la cabeza todas esas noches en las que escuchaba ruidos provenientes del armario, como si la manta fuese a protegerlo, debía verse realmente tonto, un inadaptado lleno de miedo por algo que simplemente varios disfrutaban. Era tonto.

Decidido, abrió los ojos con suavidad, miró a su alrededor, Jimin aún le miraba con una sonrisa alentándolo a soltarse y sentirse por fin seguro, al menos lo que restaba del camino.


—¿Lo ves? Se siente bien — Jimin cerró por un momento los ojos, estaba llenando sus pulmones con la brisa cálida de aquella tarde. Yoongi impresionado por aquella paz reflejada le miró atento.


—¿Cómo lo haces? — Jimin le miró un poco confundido.


—¿A qué te refieres?


—¿El estar en paz contigo mismo? ¿Cómo es que lo logras?


Jimin, aún con aquel agarre de ambas manos sonrió, elevó aquel agarre tan alto como pudo, cerró de nuevo sus ojos y volvió a inhalar profundamente.


—Solo... tan solo respira profundo, disfruta de tu entorno y siéntete vivo...


Yoongi levantó con un poco más de seguridad sus manos, cerró los ojos y convencido de que Park estaba en lo correcto siguió aquellos pasos, sus ojos que minutos atrás había permanecido sellados por el temor, ahora estaban suavemente cerrados, incluso podía sentir los rayos del sol colarse por la piel suave de sus parpados, la brisa violenta que antes le asfixiaba, ahora era más ligera, podía respirar profundo, sintiendo aun la calidez que le proporcionaba el tacto ajeno. Fue verdad, aquella adrenalina desatada gracias a esa altura le hacían ahora sentirse parte de algo, sentía que pertenecía a ese lugar, justo en ese momento, justo ahora, estaba atado a esa pequeña realidad que Park Jimin le había construido y que sin más ahora le sujetaba con fuerza, como si no quisiera que saliera disparado de ahí, como si no quisiera que se alejara tan de repente.

El recorrido terminó, y en sincronización ambos abrieron los ojos, se miraron y sonrieron para el otro.


—Fue realmente divertido — Yoongi asintió teniendo que soltarte de la mano para poder salir de ahí y que nueva gente ocupara su lugar —. ¿Quieres ir a casa ya Yoongi?


Jimin suspiró haciendo un pequeño mohín sin darse cuenta, Yoongi sonrió apenado y le tomó de la mano para seguir con aquel paseo por aquel parque de diversiones. Con un leve rojo carmesí, Jimin siguió aquellos pasos, su corazón seguía latiendo con esa aceleración tan irregular, y entonces se dio cuenta que la montaña rusa no había sido la causante de su estado, sino aquella sonrisa de gomita, aquella llena de una emoción distinta, era Min Yoongi quien le aceleraba el corazón...

🍃Polvo Estelar🍃 


Gracias por ser pacientes y esperar por una nueva actualización, he salido de vacaciones hace un par de días, pero Wattpad no me dejaba actualizar ninguna historia, incluso me aparecía que varias de mis historias fueron eliminadas, no entiendo que pasó, pero  lo bueno es que esto se solucionó.

Cuando este capitulo llegué a 30 comentarios y 30 votos, subiré el próximo capitulo <3

Te amo por leer.

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