25. perdón...

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Con mucho contenido sexual

Luego de la despedidas, Ana da las ultimas indicaciones, esto es nuevo para mí, tenía mucho años si acompañarla aun lanzamiento, creo que solo fui al primero, de verdad no me intereso mucho en su trabajo, yo de solo veo los números de la publicidad los cuales ha hecho multiplicarse y cuando me pregunta sobre algún tema, aunque por lo general llama a Ross, porque dice que yo estoy muy ocupado, pero ella siempre me pregunta del mío, no sé si me entienda o no pero me desahogo y me siento relajado, porque lo que si estoy seguro que me entiende, es cómo me hace sentir las cosas, me le acerco se ve muy cansada, pero quiero invitarla a celebrar.

-Señora Grey la puedo invitar a celebrar su nuevo éxito editorial- ella se extraña, se me acerca.

-que te pasa Christian, nunca vienes a mis presentaciones y se supone que estamos peleados- dice bajo para que las pocas personas que aún quedan no escuchen

-perdóname, son un maldito tonto me equivoque Anastasia– abre los ojos como plato, nuestras miradas conectan

-que has dicho, repítelo... - no parpadea como para no dejar de leer mi rostro.

-que lo acepto me equivoque y te pido perdón – digo de la forma más sincera que puedo

-sabes que esto traerá consecuencias, que las cosas cambiaran – yo asiento y la beso castamente

-podemos irnos y hablar en otro lugar- ella asiente no dejamos de vernos, la tomo de la mano, la guio a fuera donde nos espera Taylor, que me hace señas indicándome que todo está listo.

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Anastasia y Christian

Estoy como en un Shock emocional, no es fácil que mi esposo pida perdón, y luego de lo convencido que estaba de mi infidelidad, le lo que se que ha sufrido, de lo perdido que estaba, como se a dado cuenta de su equivocación, quiero hacerle muchas preguntas, pero no quiero romper esta burbuja, o será porque se a dado cuenta que puedo tener una vida feliz y placentera sin él, será por miedo a que no me interese si nos reconciliados o no, a donde me llevara, que abra planeado, hay muchas cosas que se han vuelto monótonas, no quiero decir que no me gusten pero las sorpresas de ves en cuando son un picante a la vida, yo he sufrido, sus ofensas y desconfianza me ha dolido mucho, pero en este tiempo también me ha dado la fuerza que necesitaba para cambiar el rumbo de las cosas, conocerme más, hacer cosas que me apetecían y no la hacía, por falta de tiempo o no lo sacaba, porque a Christian no le gustaba a acompañarme y no permitiría que fuera sola.

Todo el camino no decimos una palabra pero vamos tomado de la mano y dando miradas que lo dicen todo, cuando llegamos al lugar es uno de los edificios mas alto de la ciudad hace poco abrieron un restaurante- Bar en la azotea, estuve tentado a cerrarlo para nosotros dos pero no ella esta semana a salido a sitios concurridos entonces creo que le gusta estar con mas gente, tal vez ser normal, salgo y le doy la mano para ayudarla a salir, entrelazamos las manos, todo el camino hasta que le capitán nos lleva a nuestra mesa, y la suelto para correr su silla se sienta, nos entregan la carta, abro nuestra champan rosa que ya esperaba en nuestra mesa y sirvo un poco.

-ahora si hablemos – dice seria

-no se que decirte, solo me he dado cuenta que soy un gran tonto, no solo por creer que pudieras solo pensar en otro hombre, sino por no ver que necesitas otras cosas, que nuestra relación necesita otras cosas, que estábamos cayendo en la monotonía.

-Christian no quiero...-la detengo

-no tranquila estoy seguro que no me has sido infiel, y la única prueba que he necesitado es reconocerte, recordar porque siento tanto amor por ti, y he reconocido mi inseguridad, porque sentía que algo no estaba bien, va más relacionado a la monotonía, mi control, muy lejos de desamor de parte de alguno de los dos- ella me mira y asiente, nos tomamos de las manos.

-entonces yo gano – levanta una ceja, yo asiento, ella se ríe y chocamos nuestras copas.

-sabes que varias cosas, no. Muchas cosas van a cambiar- asiento con un poco de temor- tranquilo no quiero un trio –suelto una risotada votando un poco de mi champan.

-me alivia, aunque- arruga la cara- lo que tu desees, tendrás que hacer una lista, que yo estudiare detalladamente, mientras tu estén a mi lado todo lo podremos superar. – beso su mano

- ten seguro que tendrás esa lista y un castigo merecido señor Grey. - dice con picardía.

-estoy a su completa disposición, pero sea benévola con este pobre hombre necesitado.

-Ese hombre me dijo cosas muy feas, que dolieron mucho- mira su mano donde no esta sus anillos.

-lo se nena perdóname, se que soy un hijo de puta, que tu no te mereces ninguna de las palabras hirientes que te dije, ni mi estúpidas dudas, ni mis descuido contigo, es que tu mereces algo mejor que yo un controlador, inflexible.... Aprieta mi mano.

-No Christian yo te amo como eres, te conocí y te acepté como eres. Me dolió mucho pero no tanto los insultos porque son producto de la rabia del momento, pero que dudares de mí, de todo lo que hemos vivido me hirió mucho- beso su mano

-perdón nena, te juro que cuidare para que esa herida cure, porque te amo a ti y a mis hijos.

Llega el mesero -señores ya saben que ordenar- vemos las cartas.

-tengo mucha hambre, creo que no he comido en muchos días – digo con una sonrisa de medio lado.

-yo no tengo hambre, he tenido unos tente en pie geniales – nos reímos- quiero los esparrago cocidos en la salsa de chef, acompañado del salmos con delicias del mar. gracias.

-tráenos primero las ostras- nos miramos- quiero el entrecot término medio, con verduras salteadas- El mesero asiente recoge la carta, se va. Relleno las copas y levanto la mía, ella me imita.

-Por nuestro amor, satisfacción y placer – me rio pícaro.

-no será fácil- el cree que será muy sencillo, lo are pagar un poquito, porque yo también lo necesito, pero le dejare claro que muchas cosas cambiaran. - y los cambios – el repite y chocamos las copas

Luego de comer nuestros platos que estaban deliciosos, bailamos en la pequeña pista que estaba en la mita del restaurantes, nos sentamos a degustar un pequeño postre que pocas veces pedimos, pero Christian lo pidió y me tentó, es un volcán de chocolate con una cumbre de helado de vainilla- 6 fresa que casualidad. – Christian levanta una ceja, se ríe y ya se que no lo es, me pasa la cuchara.

-inicia tu- yo meto la cuchara desde el helado hasta la tortita rellena chocolate amargo líquido, lo meto en mi boca, es un volcán de sabor, le voy a pasar el platillo a Christian y veo los aros que brillan en medio de la vainilla y el chocolate, levanto la mirada y lo veo sonreírme, toma su cuchara toma un poco del postre junto a los anillos se los mete a la boca, hace un gesto de disfrute los saca de su boca los limpia con su pañuelo los besa, pide mi mano, me pone el anillo de compromiso y la argolla de matrimonio, se levanta y nos besamos con necesidad. Nos despegamos de mala gana, me toma de la mano para salir del lugar. Como siempre muy bien coordinado porque al salir ya Taylor nos espera con una amplia sonrisa como pocas, entramos, no paramos de besarnos y mirarnos.

-Señor y señora Grey llegamos – es cuando me doy cuenta que hemos venido al escala, se baja y me abre la puerta, yo no estoy muy segura que esta noche termine como el espera, recibirá su castigo. Caminamos hacia el ascensor tomado de la mano, el me besa y me susurra al oído cuanto me ama, cuando la puertas se cierra me recuesta a la paredes del fondo, pega su pelvis a la mía y puedo sentir su gran erección, somos un lio de manos, piernas y labios, cuando el timbre nos informa que hemos llegado salimos igual, de una vez subimos las escaleras en dirección al cuarto de juego, el abre, veo que a lado de cama hay una botella de champan rosa y en la mesa unas cajas de regalo.

-Son para nosotros, pero ábrelos tú, - comienzo por la pequeña caja, hay un dije en forma de un ojo cerrado con mini diamantes que forman la palabra fe, lo miro – por primera vez he entendido que puedo tener fe ciega.

Lo abrazo y lo beso- no te fallare – abro la caja grande y encuentro varios juguetes sexuales, un aro vibrador para el pene, unos dados con símbolos raros, otros aparatos que no se para que son, y un juguete igual al que me regalo Mia lo tomo- ya tengo uno como este.

-pero este es nuestro, para nuestro cuarto de juegos el otro es para cuando lo necesites en casa – sonrió, tomo los otros aparatos y se los muestro – son cosas nuevas para jugar y experimentar, falta la bolsa tomo, la abro y veo varios juego de lencería, y mini pijamas, me rio

- me encantan gracias. - son variados, me encanta son muy sexys y atrevidos

-como compraste para disfrutar tú, esta es para disfrutar los dos – me rio, sirve y me da una copa.

Tomamos y me besa apasionadamente, cuando intenta profundizar el beso y trata de quitarme el vestido lo detengo. Me mira extrañado.

-estas seguro, no te vas a arrepentir –niega, me da otro beso – entonces reconfirmas que yo gané.

-Si no me has sido infiel, yo fui un estúpido por creer algo así..., - digo arrepentido y necesitado le voy a dar otro beso, pero se aparta y estoy desesperado por el contacto, por ella.

-Algunas cosas van a cambia – la miro a los ojos sin entender – y va a comenzar esta misma noche– me da un beso intenso – otras las iras viendo – nos besamos, nos recostamos en la cama. Me quita la camisa y abre mi pantalón mientras nos besamos, de pronto se detiene y se incorpora

-que pasa – digo necesitado, mis bóxer molestan, la miro, acomoda la silla en frente de la cama

- desnúdate hoy daré riendas suelta a mi fantasía, - me rio y obedezco, ella saca unas esposas lo que no me gusta mucho, ella lo nota – fe ciega – asiento y estiro mis muñecas como una ves ella lo hizo, me las pone a mis espalda, luego me agarra las nalgas, y me rosa el pene como su cuerpo, creo que no voy a aguantar más estoy muy necesitado, pero ella se separa de mi rápidamente- no te puedes levantar de la silla, por mas que lo desees, por cada intento pagaras un orgasmo que me daré sola.

Me quedo pasmado, entiendo su juego de auto control, me frustra muchísimo, no poderla tocar lo acepto, es su fantasía-Empecemos- digo sentándome. Ella se quita la ropa sexualmente queda solo en una diminuta tanga. Que me enciende mucho mas si eso es posible.

Pone un poco de música, saca algunos juguete de los cajones, el lubricante y sacas uno de la caja, los pone en la mesa a lado de la cama, se para delante de mi es afrodita, se mueve sexual al ritmo de la música luego me da la espalda y se pone en pompas gatea por las cama mostrándome la cola cuando llega a la mita de la cama se levanta el pequeño pedacito de tela lo mete en medio de sus labios vaginales, lo estira y suelta generando fricción que la hace gemir, se pone boca arriba jala en otra dirección mientras se masajea los senos y aprieta sus pezones, hasta llegas a un orgasmo, corre por su sexo el fluidos. Por Dios esto es una tortura, entiendo entonces este es mi castigo, es muy doloroso y frustrante, esta semana la he visto masturbándose a diario, dándose orgasmos, pero yo podía darme placer mientras la oía. Me levanto un poco de la silla, ella me mira reprochándome.

-nena perdón, pero necesito tocarte – ella niega con el dedo y muestra la silla, - perdón- asiente, ríe.

-te perdono, pero eran solo 3 ahora serán 4 orgasmos sola – no creo que aguante esta tortura.

Toma el lubricante y se aplica de manera generosa en su clítoris y vulva al igual que a uno de los vibradores, y comienza a frotarlo por su clítoris, ella gime con desesperación y para mí es una tortura, pero no verla dándose placer, me encanta, la parte descarada y creativa de mi esposa, pero no poder acompañarla ni tocarme es cruel. Quiero cerrar los ojos, pero tampoco puedo. Sigue frotando su clítoris con sus dedos mientras pasa el vibrador por sus pezones, su vientre, baja hasta su clítoris juega un poco, conecta con mis ojos cuando estaña en un ruidoso orgasmo.

-dos de cuatro, pero me duele mucho por favor déjame tocarte - ella niega mientras calma su respiración, se recuesta un poco contra las almohadas, pienso que se durmió, pero no me atrevo a levantarme- Ana amor – se levanta en los codos, me mira con ternura, pero luego es algo más ardiente y se que continuara, mis testículos empiezan a doler.

Ella toma otro juguete, el igual a que le dio mía, lo lleva de lubricante, se acuesta boca arriba dobla sus rodillas, me deja ver las puertas al paraíso, pasa el juguete por su clítoris y arriba de su vulva, luego se arrodilla sentándose en sus talones, abre al máximo sus piernas puedo ver todo su sexo, la baba se me chorrea y el dolor en mi bolas se hace más intenso, juega un poco con su clítoris con el juguete, mientras estruja sus pezones, mientras lo introduce en su vagina y acomoda una almohada entre sus piernas, su manos acaricia salvajemente su senos y alborota su cabello es toda una diosa, bajo la mirada y veo que mi testículos se están poniéndose morados de la presión, cuando alzo la cabeza y nuestras miradas conecta ella estaña en su tercer orgasmo, pero el aparato se sigue moviendo en su vagina y tienen otros, balbucea, grita, sus cuerpo convulsiona cayendo sobre su espalda, intenta con torpeza sacarse el juguete y cuando solo le queda la punta tiene otro orgasmo. Cayendo nuevamente en la cama con espasmos orgásmicos, luego de unos minuto la llamo.

-Ana, Amor te imploro que me perdones, te juro que jamás dudare de ti, no te faltare al respeto y cumpliré tus lista de cambios, pero ayúdame que me van a explotar las pelotas. - Ella se levanta todavía acalambrada, pero con una sonrisa en los labios, me da un beso

-me los prometes- dice mientras me quita las esposas.

-si mi amor, lo prometo, pero permite liberarme. - La voy a tocar, pero se aleja

-esta noche no me puedes tocar – bajo la mirada a mi pene – haz lo mismo que cuando me espiabas.

La miro sorprendido y ella solo levanta las cejas, sonríe, pero tengo tanto dolor que me aplico lubricante, comienzo a acaríciame, a subir y bajar mi mano por mi pene erecto, Ana se sienta en la cama a mirarme, yo de pie frente a ella, me libero abundantemente salpicando todo a mi alrededor y me quedo relajado, Ana y yo nos tiramos en la cama, estamos exhausto, pero necesitamos un baño. luego de unos minutos voy por las batas detrás de la puerta, nos cubrimos, tomo la bolsas con su regalos y bajamos abrazados, nos damos una ducha caliente, donde nos lavamos mutuamente, se pone una de las pijama que le regale hoy, yo me pongo uno pantalón de pijama.

-cuando te puedo tocar- ella me mira, con los ojos adormilados y me da un beso

-no esta noche, tienes que esperar que amanezca- miro el reloj- sonríe y se queda dormida, yo la tomo entre mis brazos y cierro mis ojos embriagado de placer.

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Abro los ojos con la luz del amanecer, estoy frente afrente con su rostro mi verdadero sol delante de mí, estamos abrazados enredado uno a otro, no quiero despertarla, luego de tantos años viéndola, sigue siendo una de las mejores imágenes de mi vida, ella y mis hijos, pero luego de unos minutos no aguanto más y le doy un beso, despierta de inmediato, con los niños su sueño se ha hecho frágil.

-hola buenos días – dice relajada, tierna y sexy,

-hola te vez tan bonita cuando duermes. – le doy un beso en la nariz.

-extrañaba ver tus ojos grises cuando me despertaba – me da un tierno beso lo que desemboca en algo más profundo, sabor Vainilla.

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Christian

¿Estamos abrazados en medio de caricias poscoital, cuando se escuchan golpes en la puerta, Ana y yo nos vemos sorprendidos, nadie nos molesta cuando estamos encerrados en el escala a no ser que sea muy urgentes – los niños? – digo y nos levantamos corriendo nos ponemos las batas de ducha que están en el suelo y abrimos la puerta, es Taylor- le ha pasado algo a mis hijos.

-no señor,- me alivio- disculpe que los moleste, pero la señora Ashley Woods madre de la niña Abbi, está aquí desesperada por hablar con ustedes.

-paso algo – dice Ana que está ubicada detrás de mí

- mejor que se lo explique ella.

-dile que nos espere- Taylor asiente y se va.

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Hagamos junt"s esta lista de cambios para Christian, Ana, la familia y su relaciones sexuales.

dejen sus comentarios y sus votos,

Muchas gracias.

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