Parte 19

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Nota: Este capítulo contiene tres Pov's que transcurren en simultáneo.

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- ¿Qué es este lugar, Christian?

- Aquí es donde mi papá guarda su bote.

Señala un espacio delante de nosotros, el reflejo del agua sobre las paredes ilumina suavemente el pequeño espacio.

- ¿Y bien? ¿Qué es eso que quieres mostrarme?

Encoge sus hombros con indiferencia mientras recorro con la vista el lugar. A mi izquierda, unas escaleras llevan al piso de arriba.

- Habla de una vez, así vuelvo a mi mesa, con mi novio.

- Estoy mostrándote que, si yo quiero, puedo alejarte de Kavanagh.

- ¿Qué?

- ¿Creíste que no podría hacerlo?

- ¡¿Es una broma Christian?! ¡¿A qué estás jugando?!

- Tú me retaste - me culpa.

- ¡No puedes hacer ésto! ¿Estás loco? Me voy.

- Adelante.

Señala la puerta y me giro hacia ella. Tomo la perilla, pero la cerradura no cede. Volteo de nuevo hacia el chico que me mira, ¡estoy furiosa!

- ¿Qué intentas? ¿Secuestrarme?

-No te traje a la fuerza Ana, caminaste junto a mí.

- ¡Me engañaste!

- No, estoy seguro que no. Te dije que iba a mostrarte algo y accediste a venir conmigo.

- Pero... Pero... - balbuceo - entonces abre la puerta.

- No quiero.

Mete las manos a los bolsillos de su pantalón y me mira fijamente. ¿Qué ocurre con él? Apenas ahora soy conciente de que no tengo mi bolso ni mi móvil para llamar a Ethan.

- ¿Cuánto tiempo vamos a estar aquí?

La comisura derecha de su boca se eleva, formando una media sonrisa sexy y sus ojos grises brillan divertidos.

- Lo suficiente para arruinarle la noche a Kavanagh.

- ¿Y que hay de tu novia? ¿A ella no le importa que hagas... Esto? - nos señalo a ambos y a nuestro alrededor.

- No creo que lo note.

Mierda. Estoy bastante aturdida por la confusión, no se si reír o gritarle por su necedad. Me siento en el segundo peldaño de la escalera mientras pienso en alguna idea que me saque de aquí.

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Elliot.

- ¿Nos sentamos un rato?

Asiento hacia Kate y tomo su mano dejándola llevarme entre las mesas, hasta sus padres.

- ¿Se divierten chicos? - pregunta su madre.

- ¡Si! Todo es tan lindo, tu mamá tiene un gran sentido del estilo Elliot.

- Si, gracias.

Les sonrío a ambas, el padre de Kate solo asiente y bebe de su copa. Junto a mí, Ethan tamborilea sus dedos contra la mesa con impaciencia.

- Pensé que Ana estaba aquí contigo - le hablo.

- Si, solo fue a retocar su maquillaje - dice volteando hacia la entrada de la carpa.

- Ya tardó, ¿no lo crees? Deberías ir a ver si se encuentra bien hijo - dice la señora Kavanagh.

- Tienes razón - antes de que se incorpore, apoyo mi mano en su hombro.

- Déjame hacerlo, probablemente usó el tocador de la casa y voy hacia allá a traer unas botellas - lo tranquilizo - le diré que la buscas.

Me alejo de la mesa de los Kavanagh rumbo a la salida de la carpa, cuando distingo a mi madre a lo lejos haciéndome señas para que me acerque.

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Grace.

- ¿Te traigo otra copa, querida?

- Por supuesto cariño, gracias.

Carrick se aleja de mi para ir a la barra por nuestras bebidas. La banda sigue tocando mientras las parejas se deslizan alegres por la pista de baile, entre ellos Elliot y su novia Kate.

- ¿Grace? ¿Eres tú?

- ¡Oh por Dios! ¿Elizabeth?

Volteo hacia mi ex compañera del hospital para saludarla.

- ¡Qué guapa estás Grace! Me da tanto gusto verte.

- Querida, el gusto es mío, ¡me alegra tanto que pudieras venir!

- No me lo perdería, lo sabes - sonríe.

- ¿Y tus niñas?

- Enormes, se quedaron en casa de mi mamá. ¿Y tus hijos?

- Andan por ahí con las novias - señalo la pista - Y Mía persigue a un chico.

- ¡Vaya! ¡Qué chica! - se ríe y luego baja la voz - ¿Cómo ha estado Christian?

Le hago una seña para que se siente conmigo un momento. Elizabeth Miller era mi compañera en el hospital y fue la primera psicóloga que atendió a Christian después de la adopción. Nadie como ella sabe todo lo que he pasado con mi hijo.

- Aún recuerdo tus palabras - digo con pesar - y las tuve presentes todo ese tiempo que Christian no hacía más que meterse en problemas. Pasé muchas noches convenciendo a Carrick de que lo de Christian era una etapa, que era resultado de todos sus traumas, tal como tú me lo explicaste.

- Y es así Grace, tú lo sabes, lo hemos visto muchas veces en la sala de urgencias. Los niños que sufren maltrato físico y abandono tienen a ser adolescentes agresivos y a presentar abuso de sustancias.

- Lo sé Elizabeth, pero fue muy difícil pasar de tener un niño temeroso e inseguro, a un adolescente lleno de furia y alcohol. El límite llegó cuando él mismo buscaba que lo expulsaran de la escuela de leyes. Carrick estaba tan enojado que dejaron de hablarse por semanas.

Elizabeth aprieta mi mano en señal de apoyo. Observo sobre su hombro a mi esposo, que aún está junto a la barra platicando con sus socios del despacho.

- ¿Y dejó la escuela?

- No. Tengo que admitir que no estaba de acuerdo con que la hija de mi mejor amiga estuviera encaprichada con él, pero de alguna forma ella logró controlar su mal temperamento. Creí que habíamos avanzado, pero... Ya no estoy tan segura de eso.

Hago una pausa mientras busco de nuevo en la pista a mi hijo y a la chica con la que bailaba hace un rato.

- ¿Por qué?

- Cada vez que los veo juntos, vuelvo a ver al niño de ojos tristes retraído e inseguro que no era capaz de emitir una sola palabra - mis ojos se llenan de lágrimas - Y hace un par de semanas se comprometieron, pero sé que él no es feliz.

- ¡Oh Grace! - se acerca para abrazarme - Sabes que lo de Christian es un proceso, pídele que no deje la terapia, es muy importante para que él... - la interrumpo.

- Bueno, eso ya pasó, él dejó la terapia. Ha pasado de terapeuta en terapeuta hasta que un día simplemente lo dejó.

- Habla con él, puedo recomendarte a una colega. Se llama Sally Lawrence, puedo hacerte una cita con ella. O con el nuevo terapeuta de la asociación, se llama John Flynn.

- Déjame convencerlo primero, aunque me temo que estaré limitada de todo cuando él se case con Elena.

- Él es un gran chico Grace, no te rindas, ¿quieres que yo hable con él?

- Tal vez no hoy, pero si quisiera que lo veas, él debe estar... Por aquí.

Recorro con la mirada a todas las personas en busca de Christian. Veo a Carrick, a Mía, a Elena, y a lo lejos a Kate y Elliot. Pero no a mí otro hijo.

Cuando Elliot se aleja de la mesa de los Kavanagh, me mira y le hago una seña para que venga hacia mi.

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Elliot.

- Recuerdas a Elliot - dice mi madre cuando me acerco.

- Por supuesto que sí, ¡pero qué guapo!

- Doctora Miller - estrecho su mano.

- Elliot, cariño, ¿has visto a Christian? Elizabeth quisiera saludarlo.

- No lo he visto madre, ¿no está con Elena?

Volteo a verla sentada en otra mesa con dos hombres que no distingo.

- ¿Podrías buscarlo por mi?

- Claro mamá, yo lo traigo.

Me despido de la doctora Miller y de mi madre para salir de la carpa. Genial. Ahora no solo tengo que encontrar a Ana, sino también a Christian.

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Hola!

Como ya mencioné en la nota inicial, este capítulo tiene tres puntos de vista que suceden en simultáneo durante la fiesta.

Sé que suena un poquitín complicado, pero nos permitirá ver otras perspectivas de la historia y ayudará a entender los próximos eventos.

Como siempre, gracias por leer, votar y comentar! Espero les guste!

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