Capítulo 4

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¿Que tan jodida puede ser tu día? Yugyeom miraba por ultima vez su teléfono, los mensajes por parte de sus amigos no dejaban de llegar, eran como una infinita cadena de mensajes tratando de averiguar "Donde estaba metido Yugy" sus tres amigos estaban histericamente preocupados.

En estos momentos Yugyeom soltaba un doloroso suspiro, arreglando su cabello emprendió el viaje, su padre no decía palabra alguna, estaba concentrado en su teléfono, discutiendo el color adecuado para la futura boda, la alianza entre ambas familias dejaría una gran fortuna para ambos, expandiendo así el poder y la riqueza.

¿A donde iban?

El joven Yugyeom se dirigía en compañía de su padre y madre a la mansión de los Jeon, hoy conocería a su futura esposa, si, aunque fuera sorprendente y algo desagradable, Yugyeom no planeaba ir en contra de su padre, ya tenía suficiente.

-No quiero que hables de tonterías, dile a tu esposa que serán felices, ambos se podrán apoyar mejor con la compañía y el negocio...- Yugyeom miro como de los labios de su padre salían palabras presas, esas malditas oraciones que destruyen su alma y apagaban su esperanza -¿Entendiste?

-Si, padre.

El hombre sonrió complacido, tomando con ternura la mano de su esposa la beso -El futuro de nuestro hijo será brillante.

-Igual que su hermano- mencionó la mujer.

Su padre inflo el pecho con orgullo, su primogénito, el mayor de los tres, había decidido casarse por su cuenta, la mujer que pescó se encuentra en una posición social elevada, al ser europea, los beneficios fueron mayores.

En la familia Kim, habian tres descendientes, HyungJin, el mayor, Yugyeom de en-medio y la pequeña Yang, esta ultima aun asiste a la preparatoria, es muy consentida por sus padres y muy cuidada por sus hermanos.

-No olvides sonreír- mencionó su madre acomodando su corbatín -Mi niño ha crecido tanto- los ojos de su madre lo miraban con admiración y encanto.

-Buenas noches- saludo una mujer -Por favor siganme, el señor Jeon los espera.

Tomando a su pareja de gancho, caminaron para ingresar al recinto, Yugyeom los seguía a una distancia de ocho centímetros, con la espalda recta y la mirada fija, sin titubear o caer, como todo un caballero deseado y refinado.

Pasando el salón inicial, la familia Kim fue llevada a la sala, en esta cuatro personas los esperaban ansiosos -Sean bienvenidos- hablo el señor Jeon -Por favor siéntense.

Los recién llegados se posicionaron frente a la familia Jeon -Es un gusto poder estar aquí- expreso su padre -Cordialmente presento a mi hijo, Yugyeom.

El nombrado se levanto por un momento, sin sonreír hizo una reverencia -Es un placer poder conocerlos- Volviendo a su postura inicial se sentó.

Los señores Jeon miraron con encanto al joven muchacho, su hija quien antes de la llegada se comía las uñas de los nervios, sonrió fascinada por el apuesto chico frente a ella, por Dios, estaría loca si no aceptaba aquel matrimonio arreglado, Yugyeom es demasiado atractivo.

-Es un placer- contesto el señor Jeon -Ellos son mis hijos, el mayor Jungkook- el muchacho hizo una leve inclinación de cabeza -Y Yongmin la menor.

La joven damisela sonrió, dando una reverencia saludo, uno de los empleados llego interrumpiendo la sesión, acercándose al señor Jeon le susurro al oído que los preparativos para la cena estaban listos.

La señora Jeon se levanto de inmediato, tomando la mano de su hija se acercó a Yugyeom, la madre de esta le entregó la mano de la joven, Yugyeom trago saliva y se levanto para ser llevado por la señora, su padre sonreía orgulloso y su madre trataba de no llorar.

El señor Jeon y su hijo se quedaron hablando con sus padres, parecían ser buenos amigos, la señora Jeon los llevo hasta las fueras de la mansión, en un lugar apartado, una mesa para dos era iluminada con velas y rosas -Disfruten la velada.

Con dichas palabras, la señora Jeon desapareció dejando a Yugyeom con la pequeña Yongmin, sin ser descortés le tomo de su mano y la llevo hasta la mesa, como todo un caballero apartó la silla y dejó que la muchacha se sentara cómodamente.

-Gracias.

Yugy sonrió y fue a su lugar, ambos se miraron a los ojos, la muchacha poseía ojos muy lindos, color avellana, era tierna y su cuerpo contaba con excelentes curvas, por desgracia para Yugyeom, ella no era suficiente...

-¿Que estudias?- pregunto la sonrojada muchacha, tratando de entablar una conversación.

Yugyeom tomo una bocada de aire y trato de mantenerse cuerdo -Administración y ¿Tu?

-Contabilidad- contesto rápidamente, sus mejillas se volvieron mas rojizas y Yugyeom soltó un pequeña carcajada.

Prontamente la comida llego, logrando distraer a ambos jóvenes, después de cenar, hablar y reír, los dos decidieron pasear por aquel jardín, Yugyeom tomo con delicadeza la mano suave de la jovencita, ella se sintió querida, él se sentía como un idiota.

-Tu... ¿Deseas casarte en realidad?

Yugyeom se tenso, dando un leve suspiro asintio -Es lo mejor para nuestras familias, sacaremos un gran provecho de esta unión.

Yongmin quiso no sentirse incómoda, sabia que su familia escalaría a mayor poder si se casaba con Yugyeom, también sabía que todo esto era arreglado y que sin importar quejas o caprichos, ambos debían aceptar, ciertamente, ella anhelaba poder ser feliz con Yugy.

-Tienes razón, esto será de gran beneficio para ambos, incluso podemos expandir las empresas a otro nivel.

Yugyeom asintio sin ánimos, dejando de lado la conversación regresando a la mansión, sus padres sonreían y los Jeon se veían muy contentos -Entonces, en ¿Cinco meses?

Su padre asintio -En cinco meses ambas familias serán una- declaro.

Yugyeom sintió su mundo caer, tenia la mirada perdida y el corazón destrozado -Haremos una gran ceremonia, me encargare de que asistan muchas personas, tenemos que preparar todo, será una boda inolvidable- su madre y la señora Jeon asintieron, teniendo el mismo sentimiento.

Después de una corta plática, ambas familias se despidieron, Yugyeom se vio obligado a prometer ir cada fin de semana con su prometida, esta ultima sonreía sonrojada, Jungkook solo arrugaba la nariz en forma de desagrado total, era tierno.

Al llegar a casa, su padre no regaño ni busco peleas, estaba tan feliz que ignoro por completo aquel joven muchacho que esperaba ansioso a Yugyeom, nada en ese día podría arruinar su radiante sonrisa, pues había logrado que su parecido hijo se comprometiera con una hermosa mujer que daba a prometer un futuro fantástico.

Yugyeom detuvo en seco sus pasos al ver a Jackson en su sala, su corazón latía con furia, conteniendo el impulso de arrojarse al chino, se aproximo -Hola- saludo Jackson con un leve sonrojo -Buenas noches señora, lamento irrumpir en su casa tan tarde.

Su madre sonrió con cariño -Tu siempre seras bienvenido- dándole un sutil abrazo, su madre dejo que ambos jóvenes hablarán.

-Yugy... estaba preocupado, no contestas el teléfono, Jae estaba muy histérico, planeábamos emboscarte pero JinYoung debí ir a no se donde y necesitaba saber que estabas bien así que-

Yugyeom le callo colocando su dedo índice en los labios -Vamos arriba- aviso para caminar a su habitación.

En la cocina se escuchaban los alaridos de su padre y las risas de su hermana, parecía que aquel compromiso le había dado buenas vibras a toda la familia, al estar en la habitación Yugyeom cerro la puerta con seguro y suspiro quitándose el abrigo y el corbatín.

-Tengo migraña- susurro para si mismo, siendo escuchado por Jackson -No debiste venir.

-Pero no contestas nuestros mensajes- Se quejo el chino -Nos has ignorado casi por dos semanas... ¿Acaso es por el beso? ¿Tan mal lo hice?... no creo que beses fatal pero no es justo que nos ignores a todos, al menos deberías explicar por qué lo haces.

Yugyeom se acerco a su cama y se tumbó en esta cual costal de papas, estando demasiado cansado con su vida -Me voy casar- soltó de la nada, Jackson abrió sus ojos tanto como pudo.

-¿Que?

-En cinco meses me voy a casar- repitió -¿Piensas quedarte? Le diré a Dong que te prepare la habitación de invitados.

Jackson estaba atónito, su cabeza pronto imaginaron al hermoso chico frente a el, con un traje de novio y con una mujer hermosa, su corazón se estrujo -Yo... me iré a casa.

Sin dejar que Yugyeom hablara, se marcho de aquella mansión, la vocesita en su cabeza le gritaba blasfemias y maldecía al destino, se cuestiono seriamente porque nació como un chico, de igual forma, lloro como bebé por lo cruel que era su despreciable futuro.

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