Capitulo 10

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Jane sollozaba, acurrucada en la cama de Rose, quien la miraba con preocupación y acariciaba su espalda en circulo, buscando darle un poco de consuelo.

Despues de que su mejor amiga se había ido de la Mansión Malfoy completamente dolida, Rose sabía que faltaría poco para que fuera a su casa, por lo que se disculpo con los demás y la espero pacientemente en su apartamento, aunque no tuvo que esperar mucho, antes de una hora Jane había aparecido en su chimenea con el rostro completamente pálido y con los ojos rojos del llanto que la acompañaba.

—Odio verte así, Jane...—dijo Rose con tristeza.— no fue buena idea que te enamoraras, ahora tienes el corazón roto y todo por la estúpida de Evans.—masculló molesta.

—¿Y quien dijo que estoy enamorada?—replicó Jane, incorporándose un poco en la cama y mirando a su amiga con el ceño fruncido.

—Debes estar bromeando, Jane.—la miro sorprendida— estas aquí en mi casa con el cabello casi tan despeinado como el mío porque no te importa verte bien, solo quieres llorar contra mi almohada favorita porque tu "pareja por conveniencia" prefiere a su amor de colegio que nunca le presto atención.

—Eso no significa que lo ame.—replicó Jane.—estoy así porque...ha lastimado mi ego, es todo. Nunca pensé que teniéndome a mí seguiría pensando en otra mujer.

—Jane...no puedes ser tan orgullosa, por Merlín. —regaño Rose cruzándose de brazos.— No es malo que te hayas...

—¡No me enamore!—la interrumpió.— No lo hice, lo prometimos y ninguna de las dos lo olvidara. No dejare de lado mi venganza por algo tan banal y efímero como el amor.

—¿Eso piensas también de nuestra amistad?—cuestionó Rose molesta.

—Claro que no.—respondió Jane de inmediato.— La amistad es distinto, en especial la nuestra. No importa lo que pase, siempre estaremos juntas, pero los hombres nos pueden cambiar cuando se les de la puta gana.

—Bien, bien...¿Qué se supone que pasara ahora? ¿Dejaras el plan de lado?—cuestionó Rose

—No.—negó con la cabeza y bebió el té que Rose le extendía.— Aunque Severus ame a la estúpida sangre sucia, se que tampoco me es indiferente, por lo que estoy segura de que pronto vendrá por mi.

—¿Y lo aceptaras?— enarco una ceja en alto— Tu misma lo dijiste, daño tu ego y...sin ofender, pero creo que Severus te hace más daño que beneficios, no se si...

—No voy a terminar con el.—afirmó Jane con sequedad, terminando el té.— incluso si el cree que sí. No voy a terminar con él, pero eso no quiere decir que no le pondré difícil el tema. No me importa si me ama o no, solo estoy con el porque me conviene y se que pronto vendrá a buscarme.

Aunque Rose sabía que las palabras de su amiga eran duras y la hacían sonar insensible y superficial, ella sabía que Jane solo estaba mostrando una coraza y que en realidad estaba más dolida de lo que quería demostrar. ¿Jane había sucumbido de amor ante Severus Snape? Si era así, estaban perdidas.

El timbre de su casa sonó y Jane murmuro algo como "sabía que llegaría" y volvió a acostarse en la cama, cubriéndose con la colcha mientras que Rose salía de la habitación, dispuesta a abrir la puerta.

En cuanto lo hizo, se encontró cara a cara con Severus Snape, quien para su satisfacción y regocijo, lucía lamentable y parecía también haber estado llorando. Estaba acompañado de Regulus, quien lo veía con preocupación y miro a Rose con una pequeña sonrisa. Ella se cruzo de brazos con rostro molesto.

—¿Qué quieres, Severus?—cuestionó con frialdad y ambos varones la miraron ligeramente sorprendidos, pues aunque Rose era una chica muy alegre y con caracter fuerte, jamás la habían escuchado hablarle así a Severus y menos usar ese tono de voz.

—Necesito hablar con Jane, por favor.—pidió Severus.

—¿No le has hecho ya suficiente daño?—cuestionó Rose— Jane no es tu premio de consolación, Severus.

—¡Pero claro que no!—exclamó indignado.

—Pues la tratas como tal.

—Rose, basta.—pidió Regulus con seriedad y dio un paso atrás en cuanto ella lo miro molesta.

—No, no voy a parar. Es de mi mejor amiga de quien estamos hablando, Jane es prácticamente mi hermana, ha sido la única persona a mi lado desde que la conocí y no voy a dejar que absolutamente nadie la dañe.—dijo Rose con firmeza.— No me importa quien seas o los amigos que tengas, si vuelvo a ver a Jane llorando por tu culpa, juro que te destruiré, Severus Snape.

—Nunca haría nada para dañar intencionalmente a Jane, Rose.—le aseguró Severus.— se que estas molesta y lo entiendo, he sido un imbécil pero...déjame hablar con ella, por favor.—imploró

—Vamos, querida.—Regulus la jalo hacia el.—deja que se reconcilien, tu y yo podemos irnos a mi apartamento.

—Bien.—aceptó finalmente Rose y miro con seriedad a Severus.— ya te advertí. Sobre aviso no hay engaño.

Rose tomó su bolso y se fue de ahí junto a Regulus, no sin antes indicarle a Severus cual era su cuarto. Severus suspiró y se adentro en el apartamento, ignorando a las mascotas de Rose, quienes lo mataban con la mirada, como si ellos supieran que el había hecho llorar a la mejor amiga de su dueña.

Siguió las instrucciones que Rose le dio e ingresó al cuarto, encontrándose con que su novia estaba ahí, enrollada en las sabanas, de lado, mirando a un punto fijo sin razón aparente. Se acercó y se sentó junto a ella, a lo que Jane se volteó del otro lado, dándole la espalda.

—Jane...

—¿Qué quieres?—pregunto secamente.

Severus suspiró y se acostó a su lado, abrazándola por la espalda y enterrando su rostro en el cuello de esta. Jane tuvo que hacer un gran esfuerzo para tranquilizarse, pero no podía regular los acelerados latidos de su corazón, ni ocultar el fuerte sonrojo que invadió sus mejillas cuando el hombre besó su cuello.

—Perdón.—susurró Severus a su oído.— Ya se que soy un desastre, pero te juro que te quiero.

—No más que a Evans.—replicó Jane en voz baja.

—Lily fue una parte muy...demasiado, importante en mi vida. Fue la primera amiga que tuve, en realidad, fue la primer persona que me demostró algo de aprecio cuando yo no era nadie, cuando no era más que un niño pobre y mestizo. Me es difícil no recordarla cuando durante muchos años fue lo más importante para mí durante años.

—Entonces ve, búscala e inténtalo con ella.—dijo Jane incorporándose con el ceño fruncido y frunciendo el ceño.

—No quiero buscar a Lily, ni a nadie más.—replicó Severus negando con la cabeza y abrazando a su novia con suavidad.—Yo quiero intentarlo contigo hasta que esto nos salga bien. Tú me haces feliz, Jane. Mucho.

Acuno el rostro de la chica entre sus manos. Ella lo miraba con los ojos cristalizados, aún dolida y el la acarició con suavidad.

—No te voy a pedir que me entiendas cuando ni yo me entiendo.—admitió con una sonrisa— pero quiero que me perdones en serio. Perdón por no saber quererte, es algo difícil cuando tampoco me quiero a mí, pero...tu has conseguido que ya lo haga.

»No soy bueno con las palabras, nunca lo he sido, pero en serio...en serio, Jane, mi dulce Jane, discúlpame. Prometo cada día ser mejor y demostrarte lo mucho que te quiero. Lily Evans es mi pasado, pero tú eres mi presente y mi futuro.

Jane se giro y lo abrazo con fuerza, aferrándose a su pecho y siendo estrechada cálidamente por su novio. Algunas lagrimas descendían de su rostro y aunque ella intentó convencerse de que era por el plan, muy dentro de sí misma admitió que Severus Snape estaba entrando a su corazó.

Y no sabia que tan bueno era eso.

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