Capitulo 9

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La joven Potter estuvo muy segura de ser oficialmente parte de la elite mágica cuando la mañana de un lunes le llegó una carta de los Malfoy, invitándola ese sabado a celebrar el cumpleaños número cuatro de su pequeño hijo Draco. 

Los Malfoy podrían haberle enviado únicamente una invitación a Regulus diciéndole que podía llevarla como acompañante, pero el hecho de que se tomaran el tiempo de hacer una invitación individual para ella, demostraba lo mucho que ahora la apreciaban.

Sin estar muy segura de que regalarle a un pequeño que siendo hijo de los Malfoy debe tenerlo todo, decidió juntarse con su novio Regulus y juntos comprar un regalo adecuado para el heredero de los Malfoy, decidiéndose finalmente por una escoba infantil cometa 160 que era la más nueva del mercando. Ella decidió, aparte de la escoba, comprarle un peluche con forma de dragón y le preparo sus mejores galletas de chocolate.

El sábado al mediodía, Regulus y Rose llegaron a la mansión Malfoy con una gran caja de regalo color plateada, siendo recibidos por un elfo, quien los guio hasta el jardín trasero que es donde estaban los demás, y dejó la caja en la mesa de regalos.

—Buenas tardes.—saludó Rose con una sonrisa.

—¡Rose! ¡Reg!—saludó Narcisa alegremente y los demás agitaron las manos con una sonrisa.— que alegría tenerlos aquí. 

—Hola Cissy, Lucius.—saludó Regulus.

—¿Dónde esta tu hijo?—pregunto Rose confundida.—quería felicitarlo.

—Esta en su cuarto, le regalamos unas figuras de sus jugadores favoritos de Quidditch y le permitimos jugar un rato, despues de todo, es su fiesta pero no hay ningún niño.—explicó Lucius.

—Eso es muy triste.—murmuró Rose con tristeza.

—Ese es el tipo de vida que debemos llevar.—dijo Regulus.

—Cierto.  —asintió Rodolphus.— Es necesario mantenernos cerca de quienes sabemos que no nos querrán solo por el dinero y posición, hay mucha gente interesada. Por eso no se permite que los menores tengan amigos hasta un año antes de entrar a Hogwarts, cuando ya tienen un buen criterio o a menos de que en la familia haya más niños que sean sus primos.

—En este momento agradezco haber crecido lejos de la elite.—dijo Jane y Severus asintió, de acuerdo con ella.

—Rod tiene razón, hay demasiada gente interesada y debemos protegernos. Por eso mismo es difícil conseguir una pareja buena.—dijo Severus.

—¿Dónde esta Bella?—cuestionó Rose, quien al igual que Jane comenzaba a sentirse incomoda con el tema que se discutía.

—Mmm...buena pregunta.—dijo Narcisa.

—¡Cuñadita!—exclamó Bellatrix con una enorme sonrisa, apareciendo en el jardín y corriendo a abrazar a Rose.— Tú que estudiaste Medimagia, ¿Cómo puedo disfrazar un homicidio para que parezca suicidio?

El lugar se quedo en completo silencio. Bellatrix sonreía alegremente mientras que Rose y Jane la miraban asustadas. Los otros, por el contrario, conocedores de la forma de ser de Bellatrix, solo estaban viéndola con resignación.

—¿D-De verdad?—pregunto Rose con un hilo de voz.

—Sí, sí, verás, es que desollé a un tipo que...

—¡¿DESOLLASTE A ALGUIEN?!—gritaron Rose y Jane

—Bueno, ¿Me ayudas o no?—se cruzo de brazos.

—Eh...claro, vamos...—dijo Rose con nerviosismo.

—¡No metas a mi novia en ningún problema, Bella!—exclamo Regulus en cuanto vio que se alejaban.— ¡La quiero de regreso en una sola pieza o yo te asesinare!— Bellatrix hizo un gesto desinteresado con la mano.—Esta maldita no me respeta.

—Eres el menor de los Black, ¿Qué esperabas?—se burló Severus y Narcisa asintió.

—¿Cómo es que ustedes dos terminaron juntos?—cuestionó Jane a Rodolphus mientras un escalofrío recorría su espalda.

—Bella esta loca, pero nos llevamos muy bien, si sabes a lo que me refiero.—respondió Rodolphus guiñándole un ojo y todos rieron.

Cerca de las tres de la tarde, Rose y Bellatrix regresaron a la mansión Malfoy, pero ninguna de las dos portaba la ropa con la que se habían ido, sino que ambas vestían pantalones y camisas negras. Mientras que Bellatrix mostraba una sonrisa satisfecha, Rose tenía el rostro pálido y con cara de haber pasado el peor momento de su vida.

—Oh, mi princesa, ¿La loca de mi prima te hizo pasar un mal rato?—cuestionó Regulus sentando a Rose sobre su regazo y abrazándola contra su pecho.— Tranquila, no volveré a dejarte a solas con ella.

—Bah, no fue para tanto. La pasamos muy bien, ¿verdad, Rosie?—Bellatrix la miro. —¿Rosie?

Pero Rose no la escuchaba, estaba más pendiente de mirar al niño que estaba sentado frente a ella en las piernas de Lucius. El pequeño tenía el cabello rubio platinado, la piel blanca cual porcelana y los ojos grises. Ambos, niño y adulta, se miraban fijamente, apenas parpadeando.

—¿Mmm?—Luciu los miro con diversión.— Este es nuestro hijo. Draco, ella es Rose, la novia de tu tío Regulus. Saluda. 

—Mucho gusto, señoita Rose.—saludo educadamente Draco.

—Se dice "señorita" Draco.—corrigió Lucius con el ceño fruncido.—Habla bien.

—Lucius...—susurró Narcisa, incomoda y preocupada.

—Pedon padre...—bajo la cabeza.

—¡Se dice...!

—¡No le levantes la voz, Lucius!—exclamó Rose con el ceño fruncido y todos la miraron asombrados.—¡Es solo un niño!

—¡No voy a permitir que me digas como educar a mi hijo!—Lucius la miro furioso y Draco se encogió en su lugar.— ¡Ya esta grande y debe hablar correctamente! ¡Así nos educaron a todos nosotros!

—¡Que tu infancia haya sido una mierda no significa que vas a joder la de Draco también! —se levantó indignada y señalo al niño.— ¡Tu hijo es una preciosura y si veo que lo vuelves a tratar de esa maldita manera tan desagradable y despectiva juro que colgare tus pelotas en el pico más alto del Ministerio de Magia, no sin antes haberte dejado peor que el tipo que desolló Bellatrix!

Todo mundo guardo silencio, observando la furia latente de Rose y como Lucius la miraba notablemente asustado. Las expresiones eran diversas, Narcisa estaba feliz, Draco asombrado, Regulus orgulloso, Bellatrix encantada, Rodolphus, Severus y Jane, estaban divertidos. Finalmente, Lucius carraspeo, incomodo, miro a su hijo y dijo:

—Sí...muy probablemente se convierta en tu próxima tía. 

—Sin duda alguna.—repitieron los demás con diversión. Regulus se carcajeo y Rose se sonrojo.

—Déjenme en paz.—murmuró haciendo un tierno mohín. Se acercó a Lucius y sonrió a Draco.— Hola, dulzura, ¿Quieres que juguemos un rato? Seguro estas aburrido de estar entre puro adulto.—ofreció con una sonrisa

—¡Sí, tía Rosie!—exclamo Draco emocionado.

—¡Ahhh! ¡Eres una ternurita!—Rose lo cargo emocionada y todos rieron.—Te voy a robar a tu hijo, Cissy.

Rose cargó a Draco entre sus brazos y comenzó a dar vueltas en el jardín mientras el niño reía. Todos miraban la escena con ternura, especialmente Regulus, quien sonreía con un brillo especial en sus ojos.

—Rosie es muy buena con los niños.—dijo Rodolphus.

—Será muy buena con nuestros hijos.—afirmó Regulus con una sonrisa.

—Santo Merlín.—dijo Jane asombrada.— ¿Acaso...?

—¿...te quieres casar con Rosie?—completo Narcisa con una sonrisa— ¡Oh, que maravilloso!

—Aún es muy pronto para hablar de una boda pero...si me gusta pensar en el futuro con ella y nuestros hijos.—admitió Regulus.

—Pensé que no te gustaban los niños.—dijo Lucius.

—No suelen gustarme, pero si son con mi princesa no tengo ningún problema.—afirmó.

—Que dulce eres, Reg.—dijo Jane conmovida y las otras dos mujeres asintieron.

—A Lily también le gustaban mucho los niños, Jane por otra parte si que no le gustan.—comentó Severus. Jane se tensó, borrando su sonrisa y todos lo miraron.— ¿Qué? Es verdad.

—¿Tienes que nombrar a esa sangre sucia ahora y compararla con Jane, Severus?—cuestionó Rodolphus con desdén.

—Es verdad. Guarda algo de respeto para tu novia.—dijo Regulus con el ceño fruncido.

—Solo hice un comentario, no es para tanto.—reclamó Severus fríamente.— Y ya les he dicho que no me gusta que la llamen así. 

—¿Por qué se supone que habríamos de hablar bien de ella?—pregunto Lucius con el ceño fruncido.— Te rompió el corazón.

—Déjenlo en paz.—intervino Jane con frialdad.—Despues de todo, para el siempre es su "querida Lily"

—Jane...—Severus la miro con el ceño fruncido, pero calló al ver la mirada fría que esta le dirigió.

—Llevamos siete meses juntos y aún no ha existido un solo día en que no me compares con al estúpida de Evans. Al final la estúpida soy yo por salir con alguien que solo me usa como pasatiempo mientras espera a su primer amor.

—¡Jane! ¡Espera, no te vayas!—dijo Bellatrix levantándose pero Jane ya había comenzado a caminar hacia Rose, quien estaba con Draco aún en brazos y la miro preocupada.

—¿Jane?

—Deja la chimenea despejada, quizá hoy duerma contigo.—informó y desapareció.

Se apareció en el apartamento de Severus, donde había estado viviendo desde poco despues de iniciar su relación. Rapidamente fue hasta la habitación, tomó una maleta y con su varita comenzó a empacar rapidamente lo más importante de sus cosas.

La puerta se abrió mientras ella continuaba haciendo su maleta, ignorando la llegada de Severus, quien contempló la escena con la mandíbula tensa y el corazón estrujado. 

—Jane, basta. Hablemos, ¿quieres?—intentó tomarla del brazo.

—Vete a la mierda, Severus.—dijo Jane evitando su agarre y cerrando la maleta.—Ya no tenemos nada de que hablar, terminemos, ¿quieres?

—Estas siendo muy impulsiva, no estas pensando con claridad y puedes arrep...

—¿Arrepentirme?—le interrumpió con los ojos llenos de lagrimas.— Es verdad, Severus, que te necesito más a ti de lo que tu me necesitas a mí...porque este siempre ha sido un sentimiento unilateral. Siempre supe que la pelirroja Evans no había salido del todo de tu mente ni mucho menos de tu corazón, pero aún así tuve esperanza de que lo nuestro funcionara.

»¿Crees que para mí es fácil escuchar todas las comparaciones diarias que me haces con ella? "Oh, Lily también me cocino esto una vez" "Lily prefería que no usara tanto negro" "A Lily le gustan los gatos" "Lily me recomendó este libro cuando estábamos en cuarto curso"...¡Lily, Lily, Lily! ¡¿Crees que puedo seguir contigo así?! ¡Estoy más sorprendida de mi misma por haber aguantado ese trato todo este tiempo!

—Jane, yo no...—susurró notablemente arrepentido. Jane cerró la maleta y lo miro.

—Estoy harta de competir con el recuerdo de Lily Evans.

Con esas palabras, Jane se desapareció de la habitación, dejando abandonado a un arrepentido Severus, quien se dejó caer en la cama con los ojos cerrados. 

Felicidades.—se dijo mentalmente.— Arruinaste la única relación que has querido desde hace años y todo por una mujer que no superas.



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