Capitulo 3

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En un lujoso departamento en Londres mágico, Regulus Black bebía tranquilamente su café en la encimera de su cocina mientras Kreacher, su muy apreciado elfo domestico, se encargaba de limpiar los trastes. La chimenea ardió en llamas verdes y Severus Snape apareció con una enorme sonrisa. Regulus enarcó una ceja y un brillo de burla apareció en sus ojos.

—Supongo por esa sonrisa que la tal Jane te hizo feliz anoche, ¿no es así?—cuestionó Regulus con una sonrisa de lado.

—Su nombre es Jane Yaxley.—remarcó Severus sentándose a su lado— y sí, me dio la más maravillosa noche de mi vida.

—¿Yaxley?—lo miró sorprendido y sonrió.— Me alegra de que al fin te guste alguien que no sea la sangre sucia Evans y me alegra aún más que esta persona sea sangre pura.

—Tú sabes que nunca podre olvidar a Lily.—replicó Severus esta vez con algo de frialdad, Regulus rodó los ojos.

—Esta casada, olvídala.—sentenció fríamente.— A todo esto, ¿Qué piensas de Rose?—pregunto de pronto.

—¿Cómo que qué pienso?—lo miro confundido.

—Sí, ya sabes...¿Qué piensas sobre ella?

—Pues me agrada, y eso es mucho decir, considerando que es hermana de Potter.—respondió encogiéndose de hombros y Regulus casi escupe su café.

—¿Hermana de Potter? —repitió incrédulo. Severus asintió.

—Sí, pero se lo que estas pensando y no. Rose no es igual de estúpida que su hermano. En realidad, ella es todo lo contrario, incluso es Slytherin.—explicó y lo miro.— ¿Por qué preguntas? ¿Te gusto?

—Es muy hermosa.—respondió simplemente.— y tiene algo...atrayente.

—Rose es muy lista, muy inteligente.—admitió Severus.— tan lista que fue adelantada un año. Es bastante ambiciosa, como toda buena Slytherin, pero no por eso es interesada. —lo miró con una sonrisa.— Es una buena chica, perfecta para un solterón como tú.

—No me interesa una relación.—dijo Regulus con indiferencia y se encogió de hombros.— quizá para algo más libre podría ser, además es una niña todavía. Apenas tiene diecisiete años.

—Rose no es ese tipo de chicas. Será joven, pero sabe lo que quiere muy bien y créeme que ese tipo de cosas no le agradan.

—Ya veremos.—sonrió de lado.—todas sucumben ante los Black.

(...)

En el apartamento de Rose, la susodicha se encontraba terminando de arreglar un pedido que iría directamente a Hogwarts, pues mientras no consiguiera empleo en San Mungo, trabajaba enviándole todas las pociones necesarias a Madame Pomfrey cada semana.

Su chimenea ardió en llamas verdes y ni siquiera se molesto en voltear, podía escuchar claramente el taconeo de su querida Jane caminando hacia ella. Terminó de empacar el pedido en la mesa del comedor mientras que Jane se sentaba frente a ella. En cuanto hubo enviado el paquete con una de las lechuzas del colegio, se sentó frente a su amiga y su querida elfina Silly les sirvió té con galletas.

—¿Qué tal tu noche, querida Jane?—pregunto Rose con diversión.

—Bastante buena, en realidad quede sorprendida, no espere que Snape fuera bueno en la cama.—admitió Jane con indiferencia y Rose la miro confundida.

—Vaya...llevas mucho tiempo detrás de Severus, creí que estarías más feliz.—dijo Rose confundida.

—¿Qué tanto odias a tu hermano, Rose?—pregunto Jane con una repentina seriedad que hizo a Rose fruncir el ceño.

—Sabes que detesto hablar de él, Jane.—respondió con frialdad.

—¿Y si pudiéramos vengarnos?—pregunto Jane sin prestarle atención.— ¿Y si pudiéramos cobrarnos todo lo que nos han hecho?

—No estoy entendiendo nada, Jane.

—Ayer vi en la portada de Corazón de Bruja que Regulus Black era el nuevo heredero de la casa Black y que sus primas, Narcisa Malfoy y Bellatrix Lestrange, le habían preparado una fiesta esa noche en St Claire.—informó Jane.

—Entonces...¿fuiste por Black y no por Severus?—pregunto Rose con el ceño fruncido.

—Donde esta Regulus esta Severus y viceversa —respondió Jane— pero pensé, "¿Porqué llevar a cabo mi venganza sola si puedo unir a mi mejor amiga y vengarnos juntas?"

—Jane, déjate de tonterías y dime claramente que es lo que estas planeando porque no te estoy siguiendo.—pidió Rose.

—Quiero que enamoremos perdidamente a Severus Snape y Regulus Black.

—¿Qué?—la miró incrédula.

—Primero escucha y despues me cuestionas.—dijo Jane y Rose asintió de mala gana.— Si los enamoramos lo tendremos todo, Rosie. Desde que conocí a Severus Snape supe que el sería alguien grande y no me equivocaba, ahora es muy, pero muy rico por surtir las pociones de toda la elite mágica, prácticamente es a quien llaman para cualquier cosa. Por eso lo elegí, porque tiene conexiones, poder, dinero y sobre todo es poderoso. Si lo enamoro y tu enamoras a Regulus y los tenemos comiendo de la palma de nuestras manos, tendremos todo lo que necesitamos Rosie. Los Black podrían darte al mismo San Mungo si tu lo deseas.

—¿En qué parte de toda esta locura entra la venganza?—cuestionó Rose con una ceja arqueada.

—Mi hermano murió por los merodeadores.—dijo Jane con frialdad.— y a ti prácticamente te mataron en vida. Si los tenemos a ellos dos de nuestro lado, cuando los merodeadores regresen a Londres no podrán creer en lo que nos hemos convertido. Yo podre acabar con Lupin y tú joderas a tu hermano, Evans y a Black.

Rose guardo silencio unos momentos. Pensó en Eric Yaxley, el difunto hermano de Jane, quien había sido un Slytherin de la generación de los merodeadores, pero que debido al constante acoso y maltrato escolar que recibía de parte de ellos, termino suicidándose en las vacaciones de navidad en su casa.

El pobre Eric no quería volver y ser nuevamente objeto de las burlas y bromas de los merodeadores. Un odio inundo el cuerpo de Rose, ¿Cómo podían ser tan malditos y todavía presumir pomposamente respecto a sus bromas? ¡Habían causado el suicido de alguien!

La muerte de Eric Yaxley fue notificada a todo el mundo, pero nadie supo más que su familia que se había tratado de un suicidio. Poco despues de la muerte de Eric, los padres de Jane murieron de profunda tristeza debido a la perdida de su hijo, quedando Jane completamente sola hasta que conoció a Rose, quien se convertiría en prácticamente su hermana.

—Jane...entiendo tu punto pero, ¿Cuánta probabilidad hay de que ellos vuelvan a Londres? Nadie sabe donde estan, solo se sabe que andan viajando por el mundo. —dijo Rose con pesadez.— Incluso si hacemos esto y funciona, no ganaríamos nada si ellos no estan aquí para hacerlos pagar.

—Incluso si ellos no vuelven ahora, tendrán que hacerlo en algún punto, Rosie.—afirmó Jane.— Y en cuanto regresen...estaremos listas, he incluso si nunca vuelven...estaremos bien, lo tendremos todo en esta vida.

—Pero no amor.—dijo Rose.

—¿Qué más amor quieres que el que nos tenemos?—cuestionó Jane, casi desesperada.

—Jane...

—Riqueza, poder y venganza...es nuestra oportunidad, Rose.

La joven Potter suspiro. Pensó en sus padres, quienes se decepcionarían mucho de ver que su hija entraba en algo tan bajo como la venganza, pero esa imagen fue remplazada por la de su hermano, quien había preferido a su esposa por sobre de ella cuando no era más que una niña pequeña.

Pensó en Eric Yaxley y en Jane, en los señores Yaxley y el enorme dolor que debió pasar Jane de haberse quedado completamente sola por culpa de su hermano y sus amigos.

—De acuerdo, pero tenemos que establecer reglas.

—¡Por supuesto!—exclamó Jane con una gran sonrisa. —Creo que la primer regla debe ser no enamorarnos. Si nos enamoramos de ellos, habremos perdido todo.

—Hecho.—aceptó Rose.— segundo, confiar solo en nosotras. Solo debe quedar en nosotras.

—Me parece bien, si esto sale de entre nosotras, la elite nos matara.—dijo Jane.— y por último...no traicionarnos.

—De acuerdo...¿deberíamos hacer un juramento inquebrantable?—cuestionó Rose y Jane negó con la cabeza.

—No.—respondió Jane con firmeza.— Solo hay una persona en la que confió completamente y eres tú. Se que tu también solo confías en mi. Nuestra amistad no necesita de un juramento para que cumplamos nuestra palabra.— extendió su mano derecha.— ¿Lista para empezar el plan?—pregunto y Rose se la estrecho.

—Lista.

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