O1 : primera semana.

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―¿Y qué le vas a decir? ―Jennie preguntó.

Estaban en su casillero, los suyos estaban junto al otro, así fue como principalmente comenzaron su amistad; cruzando horarios y materias. Era lunes por la mañana y estaban a punto de comenzar la clase de física, el comienzo de la hora de su desgracia.

Debería convencer a esa omega para que le ayude con trabajos de física, para poder comenzar una charla. Algo completamente difícil, Rosé está dudando mucho acerca de lo bueno que puede ser la omega para comenzar una charla o si quiera pueda hablar de algo interesante.

―Que me ayude con física o una de esas mierdas. Incluso escuché que la profesora planea hacer grupos para un trabajo, podría pedirle que hagamos grupo ―cerró la puerta de su casillero y acomodó la correa de su mochila en su hombro derecho―, estoy segura que morirá y me dirá que sí de inmediato.

La campana sonó y comenzaron a dirigirse a su salón, rodearon hábilmente a alguno de sus compañeros de clase y se sentaron en las últimas mesas. Rosé vio como la omega entraba junto con la misma alfa de la otra noche en la fiesta. Ambas se sentaron casi al frente de todo, los bancos eran compartidos y Rosé frunció su ceño.

¿Acaso estas dos están saliendo?

Si era así, Rosé estaba muerta, dudaba mucho de sus habilidades si tenía que pelear por una omega que ni siquiera quería marcar. Se levantó antes de que su profesora de física entre y comenzó a caminar hacia la mesa de las otras dos, Jennie la alentó con pulgares hacia arriba.

―Hola ―alfa y omega que estaban metidas en su conversión se giraron a verla―. Podría hablar contigo.

Miró a la omega a los ojos y sintió una descarga por su cuerpo, nunca había notado que la omega tenía unos ojos tan bonitos. Algo dentro de ella se movió incómodo por no saber el nombre de la omega.

―¿Por qué? ―la omega frunció su ceño y su voz salió más áspera y densa a diferencia del tono en el que estaba hablando recién.

―Podríamos... ―la otra alfa aclaró su garganta y la omega rompió la mirada con ella.

―Lis, Guk dijo que hoy sí podríamos ir a su casa. ―la omega se giró con una sonrisa brillante y sus ojos se iluminaron por un momento.

―¿Enserio? Eso es grandioso. Finalmente podremos probar esa mierda del Mario Kart con su papá.

Rosé se sorprendió por un momento. ¿Esta omega jugaba a ese tipo de juegos?, de todas formas eso no importa, la Tailandesa la estaba ignorando como si no existiera, como si la capitana del equipo de fútbol no estuviera aquí parada frente a ella, hablándole directamente. Aclaró su garganta y las miradas volvieron a ella. Esta vez la omega la miraba con algo de fastidio.

―¿Sigues aquí? ¿Qué mierda? ―la omega volvió a su voz tosca y frunció su ceño―. ¿Se te perdió algo amiga? ―Rosé en otra ocasión gruñiria y la mandaría a la mierda, pero tiene que ganar una apuesta.

―Necesitaba pedirte ayuda con esta materia, sé que eres la mejor en esta clase y-... ―la risa de burla de la omega la paró y la alfa junto a ella tenía el ceño fruncido.

―¿Escuchaste eso Jichu? ―la omega se giró a mirar a la alfa mas bajita―. Esta tipa dice que soy la mejor, te bajaron del trono idiota. ―la omega golpeó el hombro de la alfa y Rosé se sorprendió por eso. Nada parecía afectarle a esa alfa de pelo azabache.

―No soy... No soy la mejor de la clase. JiSoo sí lo es ―la omega volvió a hablar luego de tomar aire y la otra alfa se compuso en su lugar, sacando pecho orgullosa―. Escúchame ¿ChaeYoung? Si, tu nombre Coreano es muy aburrido, por cierto, asi que, Rosé, ni siquiera te sabes mi nombre y si piensas que tirando un buen comentario o una de esas mierdas vas a hacer que me baje los pantalones, no lo vas a lograr. Me toma mi tiempo hacer mis trabajos, no se los voy a regalar a una idiota que se gana la vida por tener cara bonita.

Rosé quedó perpleja, seguramente su cara en este momento es la más estúpida y cómica de la historia, jamás esperó que la omega sea demasiado... Inteligente, o sobre todo, demasiado perspicaz. Esto tal vez sea un poco más difícil.

***

Rosé estaba a punto de decirle que era una pequeña perra y que se vaya a la mierda, tal vez incluso hacer un gran drama por todo esto y comenzar a molestar a la omega por básicamente rechazarla, pero había una pequeña parte de ella que se removía encantada con la actitud picante y para nada sumisa, incluso podría decir que se le hacía casi excitante. Pero mucho antes de que abra su boca y pueda decir algo la profesora de física entró por la puerta, y Rosé casi se sobre salta al oír su nombre.

―Park ChaeYoung, ve a tu asiento. ―ella dijo y Rosé se giró para mirarla, ajena a la mirada pensativa de la profesora.

Dio una última mirada a la omega y a la alfa que ya estaban nuevamente en una conversación muy metida y comenzó a caminar hacia su asiento, donde una Jennie con una expresión irreconocible la estaba mirando. La chica parecía muy perdida, como si ya adivinara que Rosé fue rechazada y no lo pudiera creer.

―¿Y? ―Jennie dijo y se movió inquieta en su asiento, creando un tic con sus pies en el suelo―. ¿Cómo te fue?

―¿Cómo crees que me fue? ―Rosé preguntó retórica, casi con vergüenza y odio en su tono―. Básicamente dijo que soy una idiota y me mandó a volar. ―un pequeño gruñido salió de entre sus labios, enojada por ser rechazada.

―No me esperaba eso, sinceramente ―la alfa castaña hizo un sonido de negación y se giró para mirarla―. Tal vez se haga un poco la difícil y luego acepte a ayudarte solo por ser una buena samaritana o algo así.

Rosé rodó sus ojos y miró hacia delante, donde una omega castaña estaba riéndose de algo que le mostraba la otra alfa en su teléfono, tal vez Rosé sí se confundió y esas dos eran pareja. Aún así la otra alfa hubiera defendido lo que es suyo o le hubiera parado el habla. Pero eso no sucedió.

―Bueno, yo pensé que mis músculos alfa y mi aroma serían suficientes como para convencerla. Solo es una pequeña perra que no respeta a los alfa. ―Rosé dijo entre un gruñido.

Demasiado enojada por ser rechazada, está consiente que lo que está diciendo no está del todo bien y que si su padre o su hermano la escucharan decir lo que acaba de decir, ya estaría muerta.

―Amiga, yo sé que estás enojada y todo eso, pero no está bien que le digas perra o... ―la garganta de la profesora siendo aclarada frente suyo hizo que Jennie se detuviera al instante.

―¿Hay algo que nos quieran compartir? ―la profesora estaba cruzada de brazos, con una mirada reprobadora―. ¿Park? ¿Kim? ―ambas negaron―. Perfecto, mi clase comenzó hace unos minutos.

La profesora seguía parada frente de ellas, mirando a ambas y sonriendo con arrogancia, como si se le hubiera ocurrido la mejor idea del mundo. Todo el salón las estaba mirando y aunque ambas estuvieran acostumbradas a la atención, a Rosé le molestó no obtener la mirada de la omega de ojos ciervos en ella, solo estaba hablando con la otra alfa. ¿Por qué la profesora no les llamó la atención a ellas dos también?

―Ahora por culpa de estos dos, yo elegiré los equipos para el trabajo ―todos se quejaron y la mujer comenzó a caminar hacia la parte delantera del salón―, el trabajo es para la clase que viene, ustedes verán como se arreglan. Solo deben hacerme una fundamentación e investigar unas cosas, muy fácil y corto.

Luego de dar una introducción al tema y explicar como sería el trabajo, la profesora decidió que sería suerte, todos escribieron sus nombres en papelitos y ella los metió en una bolsa, dejando a la suerte los compañeros de todos. Rosé estaba a punto de rendirse, la mitad del salón le desagradaba y con la otra mitad se había acostado, acostones que no terminaron muy bien.

―Muy bien... ―ella dijo mientras metía su mano con arrugas por los años en la bolsa y sacaba otra papel―. Kim JiSoo  con... Jennie Kim.

Jennie se giró a mirarla con el ceño fruncido. Un destello de algo dentro de sus ojos. ¿Quién mierda era JiSoo?

Y como si fuera una señal del universo la tipa se levantó de su asiento, nada más y nada menos que la amiga alfa de la omega. Eso podría ser una ayuda, tal vez podría decirle a Jennie que le pregunto cosas de la omega y así podría...

―... Entonces estos dos últimos son Park ChaeYoung y Manoban Lalisa ―la profesora dijo y Rosé giró su cuello de una forma dolorosa―. Muy bien, eso es todo, quiero que tengan en cuenta que esto es para que ustedes puedan cooperar más entre ustedes y....

Rosé se perdió en las palabras de aquella mujer, es como si el universo estaría conspirando para que pudiera acercarse a la omega y ganar la apuesta, todo estaba a su favor para que pueda salir con Tae... O tal vez Rosé estaba interpretando todo mal.

¡Gracias por leer!

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