O2 : aroma dulce.

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―¡Espera! ―Rosé corrió hacia la omega que estaba saliendo del salón, tiraba humos por los aires y parecía que quería romperle la cara a alguien.

―Escúchame bien amiga ―la omega se giró, a centímetros de distancia y Rosé seguía sin sentir ni una pizca del aroma de la omega―. Yo voy a hacer el trabajo sin ninguna de tus preocupaciones; simple, voy a decir que no hiciste una mierda.

La omega se giró y comenzó a caminar hacia el pasillo, claramente se dirigía a su casillero y en el proceso, muy dispuesta a ignorar a Rosé. Si estuvieran en otra ocasión probablemente Rosé aceptaría la propuesta y lo haría sola por su parte, después de todo no era mala en las materias.

―Hay que hacerlo juntas, podríamos juntarnos hoy en algún lugar y... ―la omega paró y comenzó a abrir su casillero―. Solo intento aprobar el trimestre, omega.

La Tailandesa se quedó quieta y presiono fuertemente con sus manos la puerta metálica. Sacó su rostro rojo de detrás de esta para mirar a la alfa y sus ojos tenían llamas encendidas, listas para tirarselas a Rosé y asesinarla. Bien, Rosé tal vez se pasó, pero no se sabe su nombre y aunque le cueste admitirlo no se sintió tan incorrecto decirlo.

―Lisa. Dime Lisa. ―la omega dijo y volvió a poner su mirada dentro del casillero―. Hoy no puedo ―cerró el casillero, lista para irse a su siguiente clase―. ¿Mañana?

―Mañana entreno, solo puedo hoy. ―se encogió de hombros y la omega exhaló de una forma exagerada.

―Maldita sea, tendré que cancelar mis planes con los chicos. ―la omega se tiró de espaldas a su casillero y comenzó a golpear su cabeza suavemente―. Está bien...

―¿Entonces dónde? ―esto estaba siendo fácil, ofrecería su casa y tal vez puedan acercarse más y...

―Mí casa. A las tres.

La mas baja comenzó a escribir algo en un papel que rasgó y se lo entregó. Sus dedos hicieron un pequeño roce y Rosé sintió que sus dedos se estaban quemando, una chispa eléctrica recorría toda su espina dorsal. Tal vez solo sea que no durmió bien.

―Bien. ―tomó el papel, al menos si no van a su casa podría pedirle su número y...

―No te voy a dar mi número, esto no se va a volver a repetir. Te veo en mi casa y si no llegas lo haré yo misma y no te daré una mierda de mi nota. ―la omega dijo y siguió su camino, sin darse una vuelta para darle un vistazo.

***

Tocó la puerta repetidas veces y se apoyó contra la pared esperando a que la puerta de la casa se abra, esto sería un castigo de alguna santidad o una de esas mierdas por todo lo malo que hizo Rosé en su vida; seguramente. No se imagina estar encerrada en una casa aburrida con alguien mucho más aburrida. La puerta se abrió y la alfa se posó frente a la puerta nuevamente.

―¡Lalisa! ―un alfa castaño gritó y la escaneo de arriba a abajo con mirada de odio―. ¡Maldita sea Lis, si no bajas en dos segundos le diré a Papi Boo que te baje de los pelos! ―el alfa volvió a gritar hacia la escalera.

Una omega de pelo despeinado junto con unos shorts demasiado cortos y un top algo gastado, junto a unas adorables pantuflas de patitos bajaba la escuela furioso. Como si se pudiera ver furiosa con ese adorable aspecto y ese rico olor a cerezas y chocolate. Esperen, ¿Qué caraj-...?

―Así que tu debes de ser Rosé. ―un alfa alto y con ojos tan grandes como los de la omega estaba frente suyo, Rosé se obligó a apartar la vista de la escalera―. La pobre alfa que provoca gritos espantosos en mi hija. Escándalos de odio durante el almuerzo.

Rosé se sonrojó por eso. ¿Lisa hablaba de ella durante la hora de la comida? No, no y no, ¿Qué mierda le está pasando?

―Sí, soy Roseanne Park. Es un gusto conocerlo señor Manoban. ―Rosé extendió su mano para saludar al alfa.

Oh no cariño, dime Woo. Soy el papá de Lalisa, mi esposo llegará antes de la cena, estará muy emocionado de conocer a otra alfa que no sea JiSoo. ―el alfa dijo con una extraña sonrisa en su rostro, casi malvada. Mientras estrechaba su mano.

―Pa, no digas idioteces. Papá Khun lo odiara y sí, Rosé ―la omega se giró a mirarla, sus bracitos estaban cruzados sobre su pecho―. mi padre te querrá cortar los testículos, él solo está siendo amable porque Papá lo tiene comiendo de su mano.

―¡Lis! No digas tantas groserías. Además tu padre come de mi mano. ―la omega inclinó un poco su cabeza hacia un costado, dándole la razón.

***

Lisa la obligó a subir delante de ella para evitar que, según la omega, "evitara ver su odioso trasero". Rosé solo obedeció y espero en el final de la escalera para que la guíe a su habitación y.... Tal vez no estaba preparada para todo esto o tal vez se estaba volviendo loca por tanto estrés.

El olor a cerezas y chocolate la golpeó tan fuerte que tuvo que comenzar a respirar por la boca, su alfa por algún extraño motivo se despertó y la estaba obligando a disfrutar del exquisito aroma. Todo en la habitación de la omega estaba repleto del olor, pero la cama de la omega emanaba un olor tan atrayente. Casi como magia.

―Ya sé, el olor es insoportable. Voy a abrir una ventana. ―su ceño estaba fruncido.

Comenzó a caminar en dirección a la ventana de la habitación. La loba de Rosé quiso reprochar ante esa ridícula idea y casi hace que Rosé se le tire encima a la omega y la obligue a no abrir la ventana jamás. La alfa sacudió su cabeza, intentando alejar todas esas ideas locas de su cabeza... Tal vez su celo se esté acercando.

―Así que... ―Rosé miró el lugar, buscando donde podría dejar su mochila―. Tu eres hija de un omega hom-...

―No. ―Lisa se giró abruptamente y la miró de arriba abajo, inspeccionandola lentamente―. Son alfas y te recomiendo mantener la calma con mi pa Khun, suele ser algo celoso de su única hija omega.

―¿Eres la única omega en la familia? ―Lisa asintió y se tiró de una forma exagerada en la cama, quedando sentada― ¿Y cuántos...?

―Somos cinco en total, todos mis hermanos alfa y yo la única omega. ―Lisa la miró, su mirada quemaba un poco―. Siguieron buscando omegas, para que yo estuviera más cómoda, pero eso no pasó. ―se encogió de hombros.

Rosé estaba parada en medio de la habitación de la omega, estaban con la puerta entre abierta y se sentía tan chiquita como una pulga, estaba muy segura de que sí alguien en esta casa se enteraba de lo que tenía planeado hacerle a Lisa, la favorita y única omega de la casa, no sobrevivía para contar todo lo que le harían los alfas.

―Siéntate. ―la omega palmeo la cama y se cruzó de piernas, también hizo esto de subirse sus gafas, empujandolas con uno de sus deditos―. Prometo que no muerdo, al menos yo...

―No acepto bromas con mi futura muerte ―la omega soltó una risita y eso hizo que el estómago bajo de la alfa cosquilleara―. ¿Cómo haremos el trabajo entonces?

―Primero, debes dejar tu mochila junto a la cama y segundo, diría que te sientes en la cama. Pareces una idiota parada ahí. ―se flexionó sobre la cama, para alcanzar su mochila.

La cama se sacudió un poco más por eso y el olor llegó a su nariz, esto no sería tan fácil. Rosé caminó cuidadosamente hacia la cama y dio pequeñas bocanadas de aire alentándose internamente con que la omega no era más que un bicho raro y que de seguro su loba solo está intentando dejarle un cargo de consciencia por todo esto.

―¿No te molesta que me siente en tu cama y... Deje mi olor? ―frunció su ceño, a su alfa le encantaba esa idea y Rosé solo estaba más confundida―. Quiero decir, ¿No es como un nido o algo así?

―No ChaeYoung, los nidos solo los hago cuando no me siento bien o normalmente durante mi celo ―Lisa se encogió de hombros y Rosé casi se atragante con su propia saliva―. Además los chicos siempre se acuestan o sientan en mi cama y no me molesta.

―¿Qué chicos?

Si la omega decía que se acostaba con otros, Rosé no lo podría creer. Con tantos guardaespaldas allí abajo, se imaginaba imposible poder subir a un alfa a esta habitación sin que otros seis alfas se amontonen y lo quieran sacar a los golpes.

―JiSoo y JeongGuk. De todas formas... Si el olor te incomoda mucho, podríamos ir a otro lugar. ―la omega se acomodó más en la cama y Rosé no pudo evitar dar un vistazo a esos muslos de ensueño.

―No... ―sus miradas se cruzaron y Rosé comenzaba a ¿Arrepentirse un poco?―. No, aquí está bien.

―Genial, entonces empecemos por la fundamentación así más o menos nos vamos guiando y sabremos por donde comenzar con la información. ―Lisa comenzó a escribir algo en un cuadernillo, mientras Rosé intentaba calmar a su loba.

***

Estaban a nada de terminar su trabajo, hablaron muy poco durante el proceso y la mayoría de las veces era solo para preguntar si la otra estaba de acuerdo con algo del trabajo, cuando Lisa dejó su lapicera suelta en las mantas y estiro sus pies en el piso, fue cuando la puerta se abrió de golpe y Rosé se sobre saltó, casi pegando un grito.

―Tu padre me dijo que estabas encerrada con una alfa en tu habitación y por un momento creí que solo intentaba bromear.

Un alfa de espalda ancha y mucho más alto que Rosé estaba en la entrada de la habitación, con sus fuertes brazos alfa cruzados en su pecho. El pelo castaño en su cabeza y los finos labios que tenía, delataban que era el padre de la omega.

―Hola pa ―Lisa corrió al alfa y este abrió encantado sus brazos para recibir a la omega que se sobaba en su pecho―, ella es Rosé y solo vino a hacer un trabajo para física. ―la voz de la omega chocaba en el marcado pecho del alfa y a Rosé por algún motivo se le hizo adorable.

―Así que tu eres Rosé... ―el hombre la escaneo de arriba a abajo, Rosé tragó en seco―. Pensé que ibas a tener cara de idiota, Lisa te descubrió como una.

― ¡Pa! ―Lisa rio en el pecho del alfa y finalmente salió de su escondite―. Solo se comporta bien porque está en casa, pero en la escuela suele ser bastante inmadura e idiota. ―la omega rio y volvió a la cama.

―Lo comprobaremos en la cena. Imagino que te quedarás a cenar, ¿No?

Rosé diría que no en otra ocasión, pero no se sentía incómoda en este lugar y debería cumplir con su misión de enamorar a la omega para ganar la apuesta. Así que solo por eso, asintió con su conquistadora sonrisa de hoyuelos.

―Claro señor Manoban, le avisaré a mis padres y me quedo. Si no es molestia. ―miró a Lisa, quien parecía estar muy metida en escribir y no le prestó atención.

―Perfecto, le diré a mi esposo que ponga otro plato en la mesa, aunque de seguro ya lo hizo. ―el alfa sonrió y dejo la puerta abierta―. Por cierto, dime Khun. Señor Manoban suena como si te quisieras casar con mi hija.

Oye a la omega atragantarse con lo último mientras ríe de una forma desquiciada, Rosé no está en mejores condiciones, su loba aúlla ante la idea de la omega siendo suya y ella solo ignora eso mientras frunce su ceño. El padre de la omega se va entre risas y pisadas fuertes, de alguna forma, así es como demuestra que está dispuesta a defender a su hija omega.

―Papá suele ser un bromista de primera, Pa Boo siempre dice que se enamoró de esa mierda. ―sus mejillas están sonrojadas y aún tiene la mirada ocupada en el trabajo mientras escribe―. No sé qué es lo que quieres Rosé, pero ganandote a mis padres no conseguirás nada.

Hay una pizca de advertencia en eso y eso hace que la alfa se pregunte si está siendo muy obvia con todo esto.

***

―Así que Rosé... ―Khun dice mientras le sirve puré a todos en la mesa―. Lalisa dijo que jugabas al fútbol.

―Yo no dije nada ―la omega tiene comida en la boca mientras habla y sus hermanos alfa la miran con orgullo―, solo mencioné que es una idiota, ¿Automáticamente eso la hace capitana del equipo?

Todos ríen en la mesa y Lisa gira a mirarla con una sonrisa algo torcida por el puré que tiene dentro, incluso se permite reírse de eso.

―Cariño, no hostigues a la niña, solo es una nueva amigo de Lis. ―el alfa Coreano habla con tranquilidad mientras termina de servirle una porción de pollo.

―No pa, solo trabajamos juntss. Conveniencia grupal. ―Lisa escupe un poco de puré al hablar y Rosé ríe por eso.

Ni siquiera entiende como es que nada de esto le está dando asco, entiende la gran mayoría de las actitudes que tiene por crecer entre alfas, pero aún así sus necesidades omega, rasgos y aroma hace que algunas cosas típicas omega no pueda evitarlas.

―Tienes puré en el labio. ―la omega se queja.

Su delicado dedo roza el costado de su boca y pestañea en cámara lenta al ver como la omega chupa su propio dedo, el mismo con el que sacó el resto de puré de su boca. La Australiana tiene que tomar un poco de agua para evitar ahogarse y borrar ese molesto cosquilleo en su estómago. Tal vez sea que la comida esté muy rica.

¡Gracias por leer!

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