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Jay y Jungwon caminaban aburridos detrás de mi, cansados de subir y bajar por las diferentes tiendas.

—Si yo fuera tú, sólo les daría dinero para que se compren lo que quiera —opino Jay, no estaba en contra de él, en realidad era lo más fácil que podía hacer, aún así prefería comprar un regalo porque sería más especial.

—¿Qué tal un oso de peluche?

—Pero que cosas dices Jungwon, él es un hombre, no una chica, además tiene estilo de criminal, no creo que un peluche le guste.

—Sólo estaba dando mi opinión, no me hables así —refunfuño con un puchero. Antes de que ambos empezarán a pelear me coloque en medio de ellos y pase mis brazos por sus hombros.

—Vayamos a mirar las chaquetas, tal vez alguna le quede bien.

De mala gana, me siguieron a una tienda de ropa juvenil, habían varias playeras con estampados que eran del estilo que usaba Baeko. Cumpliría veintidós años, no iba a ser una gran fiesta, sólo una pequeña reunión en casa de sus padres con sus amigos.

Jungwon me mostró unas chaqueta de mezclilla con estampados en la espalda, como se veía de buena calidad decidí escoger una, no podía perder más tiempo, después de todo pronto terminaría el horario de comida y todavía tenía que llevar a los chicos a comer.

Mientras pagaba mi teléfono sonó, le pedí a Jay que tomará mis cosas y pagará por mí, para poder contestar.

"—¿Dónde estás?" —Hyunjin preguntó, al otro lado de la línea.

—Buenas tardes Hyunjin, estoy bien, gracias por preocuparte, estoy algo ocupado, vine a  comprar una cosas y después iré a comer —escuche su risa divertida y rodé los ojos.

"—¿Dónde comerás?"

—No lo sé, necesito consultarlo con mis chicos, ya sabes, todavía estoy en horario de trabajo.

"—Perfecto, entonces pregúntales y los espero afuera cuando termines de pagar"

Fruncí el entrecejo y miré a los lados. Encontré a Hyunjin mirándome desde la sección de gorras. Me señaló la puerta y empezó a caminar hasta ahí.

—Si vamos a comer, tu pagas —avise, colgué antes de recibir su respuesta. Jay ya había terminado de pagar y estaban entregándole la chamarra en una bolsa de papel. Ambos se acercaron a mi, así que empecé a caminar hasta la salida con ellos a mi lado, sintiéndome un poco egoísta le pedí a Jay que me entregará mis cosas para llevarlas—. ¿A dónde quieren ir a comer?

—Yo quiero pollo frito.

—¿Y tu Jungwon?

—Lo que sea esta bien jefe.

—OK, iremos con un amigo, espero que no les moleste.

Ambos se miraron entre sí, pero asintieron. Cuando Jay vio a Hyunjin pareció emocionarse y se apresuró hasta él.

—Hyunjin hyung, que bueno verte —dijo, Hwang le sonrió y acarició su cabello como si fueran amigos. Al menos por Jay no habría problema.

Mientras comíamos y conversamos sobre el trabajo, me di cuenta que Hyunjin era bueno para escuchar, apenas y hablaba. Se dedicaba a poner atención mientras le explicaba algunas cosas, Jay siempre quería adelantarse y también hablaba, Jungwon lo hizo después de un rato.

Era un día nublado por lo que Hyunjin vestía una sudadera que cubría sus tatuajes por completo, excepto los de sus manos, su cabello estaba ligeramente ondulado en las puntas, por lo que tenía un aspecto juvenil e incluso tierno.

En ese momento me di cuenta, que en realidad, él era menor que yo, incluso más joven que mi hermana, pero contrario a Baeko y ella, Hyunjin no iba a la universidad. Se dedicaba a los tatuajes y desconocía si tenía otro sustento económico. Gyeom me había contado que era huérfano y que había vivido con su abuelo hasta el año pasado. Tal vez, era por eso que, a pesar de que Hyunjin era sólo un par de años mayor que Jay y Jungwon, a ellos los trataba como a unos niños.

Desde mi punto de vista, Hyunjin y yo teníamos la misma edad mental, él un poco más infantil, pero al mismo tiempo maduro. Habíamos empezado a ser más cercanos, casi podía considerarlo un amigo; sin embargo, sabíamos muy poco el uno del otro. Nuestras conversaciones se limitaban a mi trabajo, los tatuajes, y si habíamos visto el drama que se reproducía en la TV de paga.

—¿En que piensas? —me pregunto de repente mirándome a los ojos. Hyunjin tenía una mirada penetrante, ojos oscuros grandes.

—En trabajo, siempre pienso en trabajo.

—Que aburrido eres —dijo y por alguna razón me ofendí.

—Soy un hombre asalariado que trabaja 12 horas al día, no hay muchas cosas que pueda pensar.

Él sonrió y miró a mis pasantes con aburrimiento.

—Debe ser difícil trabajar con él, estoy seguro que los está esclavizando.

Jay y Jungwon asintieron de acuerdo, en medio de risas burlonas. Me cruce de brazos y mire a otro lado, ¿Por qué estaban atacándome?

—Es broma, el jefe es bueno con nosotros —le dijo Jay y sonreí más a gusto.

De regreso a la oficina, Jay había insistido en viajar con Hyunjin, en la moto. Yo maneje en mi vehículo con Jungwon de copiloto. Ellos llegaron antes que nosotros, así que me reuní con Jay en la planta baja.

Había empezado a llover y no podía dejar que Hyunjin se fuera con un clima así, se empaparia todo.

—Es por eso que siempre reviso el clima —regañe y se encogió de hombros—. Si no tienes algo importante que hacer, saldré en una horas y te llevare a casa. Claro, si no te molesta esperar, tengo una tablet, puedes ver una película en lo que terminó mi trabajo.

—Eres demasiado amable, no voy a morir de un resfrío si me voy ahora.

—Claro que soy amable, somos amigos después de todo.

Después de asegurar la motocicleta en el estacionamiento privado del edificio, subimos al elevador.

—¿Seguro de que no se enojaran, de que este en tu oficina? —preguntó y se veía nervioso, negué con la cabeza. Por el tipo de asuntos que trataba el departamento penal, las paredes eran de concreto, ni siquiera lo verían. Y aunque lo hicieran, no estaba prohibido tener visitas siempre y cuando no estuviera un cliente.

—No pasa nada, además siempre podemos decir que eres un cliente —sonreí y él lo hizo al mismo tiempo, Jay y Jungwon se contagiaron.

Pará ser sinceros, no pude avanzar mucho en el trabajo, llevar a Hyunjin había sido una mala idea. De por sí Jay y Jungwonn ya se distraían entre ellos y a mi también, con Hwang, la distracción aumento. Como había dicho sólo estuve tres horas más en la oficina y salí, también como había prevenido, no había parado de llover. Primero lleve a los chicos a sus casas y finalmente a Hyunjin.

—No quieres pasar —tengo unas cervezas.

Tuve que negar la oferta porque quería llegar a ver un drama con mi hermana.

—Será otro día —me quedé en el vehículo y me despedí con una sonrisa, mientras avanzaba, me di cuenta de que no había entrado a casa, se había quedado en la puerta hasta que mi coche dio la vuelta en la esquina.

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