C:19

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Era la primera vez que Seungmin me marcaba, así que me asuste pensando en que algo le había pasado a Dagyeom o a Baeko. Nunca pensé que quisiera pedirme consejos o que lo consolará.

No teníamos ni un año de conocernos, y éramos como polos opuestos. Él era un hombre aburrido y asalariado, lo único que hacía era hablar de trabajo, por supuesto lo hacía con mucha pasión y eso era encantador de algún modo. Pero no teníamos cosas en común, más que el hecho de que ambos éramos gay.

Puse a calentar el chocolate que había hecho por la tarde y no me despegue denla estufa hasta que estuviera listo, no quería que se quemara en cuanto me diera la vuelta. Serví dos tazas y las puse en la mesa de centro de la sala. Limpie un poco, la casa no estaba muy sucia pero siempre habían detalles. No quería darle una mala impresión, después de todo era un poco prejuicioso.

Cuando llegó, fue muy obvio que sus ojos estaban hinchados, hice que pasara y se sentara en alguna parte de la sala, no era la primera vez que estaba ahí, había ido por mi hace unas semanas para ir a recoger mi motocicleta en su lugar de trabajo, así que esperaba que esta vez se sintiera más cómodo. Fui hasta la cocina y busqué una bandeja para colocar los aperitivos que había traído.

Me senté a su lado en el sillón, parecía nervioso, así que le di play a la serie que veía, pero no pude atención a ella. Seungmin no dijo nada y tampoco quise presionarlo, así que sólo espere. Pasaron varios minutos hasta que por fin pregunto sobre si me sentía mal por no ser normal. Me reí con ironía, estaba harto de eso.

Por supuesto, no tuve una vida color de rosa en cuanto a mi orientación sexual respecta desde discriminación y bullying. Muchas veces me culpe a mi mismo por no ser lo que se espera. Ya fuesen mis compañeros de escuela o mi propio abuelo, siempre me hicieron sentir como si estuviera mal.

La primera persona que me acepto sin tapujos, fue un hombre. Baeko me defendió cuando no pude hacerlo por mi mismo, y después me incluyo en su vida social, así conocí a más personas que me aceptaron e incluso personas con los mismos gustos, Seungmin era uno de ellos.

No me sentía la persona ideal para hablar sobre ello, así que hice el ridículo frente al espejo y traté de sacarle unas sonrisa. Al parecer lo logré.

-Soy perfectamente normal -mencioné. Seungmin sonrió pero no se veía convencido -tengo dos orejas, dos ojos una boca, una nariz y las extremidades completas. Eso quiere decir que soy normal.

-Sabes que no me refería a eso.

Suspira y volví a sentarme a su lado.

-Tu hermana es la psicóloga, no yo, pero si quieres una respuesta más concreta. La respuesta es sí, por supuesto que sí. No es fácil ser gay. Mis compañeros de secundaria me evitaban pensando en que quería ligarlos. Ninguno de ellos me interesaba realmente, pero siempre me apartaron por eso. Mi abuelo siempre estaba molestando, diciendo que me aceptaba tal y como era, pero nunca se rindió tratando de convencerme para que consiguiera una novia. Incluso me llevó a un burdel tenia diecisiete años y me hizo perder la virginidad con una mujer. Sólo lo metí, lo saque y me puse a llorar como un niño.

Sólo Baeko conocía sobre aquel evento. No era algo que me gustara contar, pero si era algo que Seungmin necesitaba escuchar.

-Debes odiarlo mucho.

-¿A mi abuelo? -pregunté, y cuando asintió, yo negué. -Amo a mi abuelo, lo que hizo fue porque creyó que era lo mejor para mí, siempre temió dejarme solo. Mis padres murieron cuando tenía once años, mi abuelo era muy viejo para cuidarme y aún así lo hizo. Prefirió eso a que terminará en un orfanato. Aunque las personas me malentienden a veces y me dicen que soy una mal nieto, no metí a mi abuelo a un asilo porque no siquiera cuidar de él, mucho menos porque lo odiaba.

Seungmin me miró sorprendido, tampoco era un tema del que hablara mucho y mi imagen no era la del ideal coreano.

-¿Entonces por qué?, no es que sea chismoso, sólo que Gyeom me dijo que él estaba en un asilo y las abuelos van a ir porque son molestos para cuidarlos.

-Precisamente por eso, mi abuelo siempre ha estado para mi, fue él quien pidió ser ingresado. Dijo que era muy joven para cargar con esa responsabilidad hasta que el muriera. Le pedí que no pensará en la muerte y que probablemente él iba a vivir más que yo. De todos modos aún soy joven e inexperto en varios aspectos, hace unos años aprendí a realizar tatuajes pero tuve que conseguir el permiso para laborar, por lo que nunca estaba en casa, entonces él se cayó y se lastimó la columna.

-Oh lo siento mucho -dijo preocupado, ya había pasado tiempo de eso, y ahora estaba mejor.

-Eso comprobó que no podía hacerme cargo de él, ni de su cuidado, tenía que estar todo el tiempo a su lado, cuidando su alimentación, su baño, su tratamiento y que no se cayera. No podía ni ir al baño. Finalmente insistió para que lo llevara a un asilo, donde sería atendido por enfermeras. Cuando estuvo mejor no quiso regresar, ahí podía pasar tiempo con personas de su edad, conmigo, siempre estaba solo.

Dije un poco triste, extrañaba al abuelo, sus chistes malos, sus sermones e incluso sus achaques. Seungmin se encogió en el sofá, subió los pies y se aferro a sus piernas de forma tierna.

Estaba acostumbrado a escucharlo, podía hacer eso bien, era la primera vez que el único hablando era yo.

-¿Y no lo extrañas?

-Todo el tiempo, lo visitó al menos tres veces por semana. No puedo hacerlo más seguido por el trabajo, aunque no lo creas el arte del tatuaje es muy desgastante. Tampoco te voy a mentir, cuando mi abuelo se fue, estuve más relajado sobre mi orientación sexual; tuve un novio y pude traerlo a casa sin problemas, era un poco más rebelde en aquel tiempo y me hice mi primer tatuaje.

Me quite la playera para presumirlo, era mi orgullo.

Un conjunto de palomas volando por mi pecho, cuando note que Seungmin se había avergonzado me volví a poner la playera, avergonzándome también.

-Es bonito -dijo y asentí, por que lo era, no lo hubiera intentado presumir sino lo fuera.

-Puedo hacerte uno también, ya sabes, con descuento y todo.

-El treinta por ciento -dijo entre sonrisas.

-Siempre puedes regatear, ya sabes, tal vez un treinta y dos por ciento. Pero nunca de los nunca gratis. El dinero no cae del cielo.

Seungmin volvió a sonreír y se recargo en el sofá bostezando. En algún punto de la conversación de había acabado su chocolate caliente y parecía querer descansar.

-Puedes dormir aquí si quieres, es noche, no deberías manejar a estas horas, además parece que bebiste un poco.

Se estiró un poco y siguió bostezando.

-Si no te molesta, te tomaré la palabra.

Asentí, me levante del sillón y fui a buscar un pijama y una manta para que se tapara. Cuando regrese, ya estaba durmiendo, así que solo lo tape, apague la televisión y fui a dormir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro