C:23

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Sabía que no era intencional de parte de Christopher, pero estaba dándome más trabajo que de costumbre y más trabajo que a los demás compañeros penalistas.

Era obvio que este fue mi castigo por haber amenazado a Minho, pero estaba empezando a molestarle, porque el trabajo me tuvo en la oficina incluso los fines de semana. Además, más trabajo para mi, también era más trabajo para los chicos, quienes se veían evidentemente cansados.

Cuando decidí que era suficiente. Christopher llegó con un nuevo cliente, era un hombre de la tercera edad, dueño de una empresa de electrodomésticos que quería denunciar a su empleado por robo y necesitaba asesoramiento.

-Puede esperarme aquí -dije, el señor tomó asiento en el lugar que le había indicado y pedí a Jay que empezará a escribir los puntos básicos de la denuncia.

Salí de la oficina, y me dirigí a plazo apresura a la de Christopher, ni siquiera toque, abrí y entre azotando la puerta.

-Tranquilo, ¿Qué es lo que te pasa? -preguntó haciéndose el desentendido.

-¿Se puede saber qué estas haciendo? -pregunté de regreso-. En las últimas dos semanas he atendido mas clientes que el promedio y que todos mis compañeros, además no son casos complejos, son casos que sólo me quitan tiempo y no me dejan avanzar con los que son verdaderamente importantes porque se van a cumplir los plazo límites. ¿Quieres verme fallar?

Christopher me ignoró, se ajusto sus lentes y volvió su vista a sus papeles.

-No quiero verte fallar, quiero que demuestres el porqué estas aquí y que no me equivoque a darte un lugar en esta área.

Me cruce de brazos indignado, había trabajado como una mula y el no podía siguiera insinuar que no estaba conforme con mis resultados.

-No lo he demostrado ya, todo el tiempo que he estado aquí. Más de medio año y sigues dudando de mis capacidades. No me subestimes, sabes que puedo hacerlo incluso mejor que tú sinos enfrentamos en un juzgado. Sé que no eres tú el problema -aclaré, ya cansando de tantos rodeos-, así que dile a Minho que no me rete, porque no me voy a quedar de brazos cruzados.

Christopher rodó los ojos.

-No sé qué problemas tengan ustedes, pero dejen de meterme en sus asuntos, realmente solo estoy siguiendo órdenes de arriba, lo único que puedo esperar de ti, es que lo hagas bien y le demuestres a Lee que puedes con eso y más.

-Entonces no te metas y déjame trabajar en paz -advertí antes de salir azotando la puerta.

Los días siguientes, mis clientes disminuyeron a prácticamente ninguno, en una semana. Lo que me hizo querer golpear a alguien.

Jungwon y Jay incluso se asustaron cuando grite: "¡Lo quiero matar!"

Estaba cansado de todo, más que el desgaste físico, era el mental el que no me podía dejar tranquilo.

Jawoon entró a mi oficina una tarde antes de que iniciará la hora de la comida.

-Seungmin, crees que podamos hablar por la tarde, quiero invitarte a comer.

-Esta bien, no tengo casi nada de trabajo -acepté y dije con ironía.

-¿Quién te esta haciendo pasar un mal rato? -Preguntó, si tan sólo ella supiera.

-Nadie, son las consecuencias de los actos.

Jawoon me miró cálidamente, de forma dulce y al mismo tiempo lastimosa.

-Si es Minho, no dudes en decírmelo, le daré un sermón si tú me lo pides.

Ella realmente era una ignorante, una chica buena, que no merecía ser amada a medias.

-Te lo diré -sonreí amablemente y regrese mi atención en el trabajo, preguntándome, porque me había invitado a comer, sólo nosotros dos. ¿Acaso ella sabía sobre mi relación con Minho?

Mi teléfono sonó y eso provocó que distrajera mi mente de terribles suposiciones. El nombre de Hyunjin aparecía en la pantalla.

"Ven a mi casa esta noche, preparé lasaña y necesito una opinión sincera, Baeko y Gyeom vendrán"

Sonreí al ver su mensaje y me asuste de mi mismo, deje el teléfono de lado inmediatamente y me concentre en el el expediente que estaba leyendo, sin confirmar mi asistencia.

Cuando llego el momento de la comida, le di dinero a los chicos para que se compraran algo y baje por Jawoon, ella ya estaba lista, sólo estaba guardando algunas cosas en los cajones de su escritorio, nos despedimos de Hayun y prometimos que la próxima vez, iríamos los tres.

Jawoon escogió un restaurante especializado en pastas. No era mi comida favorita, pero era más elegante que ir a comer pollo frito con dama. Aunque Jawoon no era quisquillosa con la comida pero parecía que estaba vez se trataba de un tema serio.

Comimos un rato, en completo silencio y diciendo una que otra cosa trivial, ella parecía incomoda. Finalmente después de casi media hora, parecía que quería hablar.

-Lamento robar tu horario de comida, es sólo que, necesito un consejo sobre Minho, ustedes son amigos así que debes saber que le gusta, ya sabes, el tipo de chicas que le atraen y como son en la cama. ¿Alguna vez comentó algo?

Casi, escupo mi bebida, la mire con los ojos saltones porque su pregunta me había sacado de mi orbita.

-No, no somos tan cercanos como para saber que le gustaba en la cama.

Mentí, no podía ser yo quien le dijera que le gustaba los hombres, ella se encogió de hombros, apenada, parecía que iba a llorar. No dijo nada y de un rato a otro, las lágrimas comenzaron a salir.

-Es sólo que, no soy feliz -admitió en medio del llanto-. El matrimonio no es como yo creí que sería. Se que fue algo apresurado y forzado pero creo que si me esforzaba, saldríamos adelante.

-¿Minho es malo contigo? -pregunté, asustado de que estuviera siendo maltratada.

-No para nada, él es muy lindo, no es muy cariñoso, pero es amable y atento, parece que quiere hacerme feliz, pero no me toca; han sido contadas las veces en las que hemos hecho el amor, el siempre me pone de espaldas y nunca me mira a la cara.

Pronto se detuvo, aguantando el llanto y sintiéndose avergonzada.

-¿Estas bien? -pregunté, sólo porque no sabía que decir. Tampoco quería enterarme de la vida sexual de Minho con su esposa. Eso era un poco doloroso.

-Lo siento, no sé porque te estoy contando esto a ti, creí que como son amigos lo sabrías. En realidad, creo que él ama a alguien más.

Dijo y sacó de su bolso un par de collares. Dos accesorios de pareja baratos, pero con mucho de nuestros sentimientos en ellos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro