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La mesa estaba servida, se posicionaron alrededor juntándose por afinidad.

—¡Es como antes! — comentó Álex con una sonrisa.

—Así nos sentamos aquella vez que jugamos a la botella. —agregó Sherman agarrando una copa.  —Y conseguí al amor de mi vida.
Por cierto, Ana se disculpa por no poder venir, estamos esperando a nuestro segundo hijo y el médico le recomendó que hiciera reposo.

—Total, no era de nuestra clase. —dijo Greta ganándose un codazo de desaprobación por parte de su amiga Pauline.
Tenía que ser ella quien hiciera ese tipo de comentarios.

El estruendoso sonido de un auto estrellarse llamó la atención de todos.
Félix apresuró el paso hasta el portón, a fin de cuentas, era el anfitrión y eran sus terrenos.

—Estoy bien —gritó Bella saliendo con cuidado del auto.

—Tenía que hacer su entrada triunfal — bufó Greta.

—Han pasado 17 años y aún no aprendes a conducir — la acogió Sherman en un íntimo y cálido abrazo.

— Esto es el fin del mundo. Tuve que manejar durante horas por un camino insoportable.

— Mira el paisaje, es maravilloso. ¿Acaso no querían desconectar de los problemas? ¿No insistieron tanto? Pues ¿Qué lugar será más propicio para rememorar los viejos tiempos que este? Aquí podemos volver a ser niños.

—Eso sonó raro amor. Pareces Peter Pan o algo así —comentó Alicia y todos rieron.

—Igual, todos hicimos el mismo trayecto, querida —murmuró entre dientes.

—Yo también, te extrañé Greta.

Bella siempre fue la chica perfecta del colegio, la primera en todo. Líder de las animadoras, capitana del equipo de natación, ganadora de eventos, recaudadora de fondos para ayuda a personas sin amparo filial, en fin, destinada al triunfo.

No le faltaba nada, era preciosa, talentosa, bondadosa y con mucho dinero.

La mayoría la envidiaban.
No tenía una sola amiga.
Claro, hasta que empezó a juntarse con Bea.
Un dúo bastante divertido, aunque sin un buen fnal, Beatriz la ayudó a copiar en un examen y las descubrieron.
Toda la culpa recayó sobre Bea y por la presión de sus padres, Bella no hizo nada al respecto. Y hoy en día Bella es una periodista de fama internacional, un rostro fresco que toda pantalla quiere captar.

—Estábamos a punto de cenar.

—Los acompaño —dijo con una sonrisa.

—Necesito un autógrafo, mi hija mayor no me perdonaría si dejo pasar esta ocasión. —se abrió paso Sam.

—Ni que fuera una celebridad —rodó Greta los ojos.

—Claro, es la misma Bella de siempre —intervino Bea para evitar una pelea.
Cada vez que Greta abría su boca era para esparcir su veneno.

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