Capítulo 44, pío! 🐥

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Cuando su nueva jefa le detuvo en el pasillo y le dio un cambio sobre sus asignaciones, el rostro del rubio omega inmediatamente se arrugó más en preocupación que en disgusto.

—¿Tengo que ir a la sala de emergencia? —pregunto, con sus labios gruesos torcidos en una ladina mueca—. ¿Por qué?

—Un médico tiene licencia, otro enfermero simplemente faltó, uno avisó que faltaría y ahora se acaba de retirar una interna porque se sentía mal —explicó—. Sé de tu problema al ver la sangre, pero el doctor Jeon estará trabajando en urgencias también y dijo que cuidaría de ti.

—¿El doctor Jungkook también estará? —repitió.

—Sí, no tiene muchas citas para el día de hoy, así que se ofreció como voluntario —informó revisando su teléfono—. ¿Puedes ir o no? —cuestionó sin observarlo—. Necesito que me respondas ahora si no para buscar a alguien que sí pueda cumplir con su trabajo —expresó.

—No, está bien, puedo ir a ayudar siempre y cuando no les moleste que me desmaye al ver sangre —expresó.

—Gracias —le sonrió y se alejó rápidamente haciendo una llamada.

La pobrecita realmente se veía muy ocupada y ajetreada.

Soltando un profundo suspiro, el cambiaformas pollito finalmente asintió y alzó sus manos golpeando suavemente sus rellenos mofletes para darse ánimos.

—Solo es una hora más, Jimin, luego podrás ir a casa con tu alfa, jugar un poco con el gatito y ser mimado como tanto necesitas —murmuró con su pollito estando totalmente de acuerdo con sus palabras.

Dándose media vuelta, el dulce omega caminó por los pasillos saludando a algunos de los pacientes y otros compañeros hasta que finalmente llegó a la sala de emergencia.

Cruzando las puertas, su mirada inmediatamente viajó a las personas en esta, y aunque no había demasiadas como lo habría en un accidente múltiple, sí se encontraba su buen número, lo que explicaba el rostro preocupado de la jefa de enfermeros.

—Disculpa, ¿el doctor Jeon? —preguntó, deteniendo a otro enfermero.

—Salió con uno de los pacientes, debería de volver pronto, solo lo iba a dejar en una sala de operación —respondió y señaló hacia la izquierda—. Allí, dijeron que tenías que atender a los que no tenían heridas sangrantes —informó.

Observando la dirección indicada, Jimin sonrió en alivio.

—Muchas gracias —pronunció antes de alejarse hacia el lugar señalado.

Atendiendo a un par de pacientes, dejándolos listo para que un doctor o un interno lo revisara, el dulce omega se quedó parado entre un par de camillas al observar que otra persona estaba entrando.

Los paramédicos hablaron con el mismo enfermero que le indicó donde trabajar junto a otro doctor y luego la camilla estaba siendo llevada en su dirección.

Y pequeño pollito no se habría asustado y sorprendido tanto, si no fuera porque la persona que vio recostada en la camilla se trataba de uno de sus amigos.

Tan pronto como los paramédicos le cambiaron a una camilla vacía, Jimin inmediatamente corrió hacia él con preocupación.

—¿Qué fue lo que te ocurrió, TaeTae? —cuestionó observando su ropa sucia y rasgada en algunos lugares.

—Oh, Minnie —sonrió, o lo intentó, ya que esta rápidamente bajó transformándose en una mueca—. Tuve un pequeño accidente.

—¿Pequeño, pío? —chilló observando con sorpresa y miedo los hematomas y rasmillones en la piel del humano.

—Sí, no fue la gran cosa en realidad —pronunció algo avergonzado, alzando una mano para rascar su frente, pero inmediatamente la bajó con una mueca.

—Tienes otro rasmillón ahí —indicó el hombrecito, inmediatamente apartando la mirada de la zona ante la probabilidad de que la sangre comenzara a salir por el movimiento de su amigo.

—Con razón ardió —suspiró.

—Pero... ¿Qué fue lo que te ocurrió, Tae? ¿Cómo terminaste así y aquí? —interrogó preocupado.

—Bueno, yo... Me atropelló una bicicleta —reveló con sus mejillas pintándose de un ligero sonrojo.

—¿Qué? —musitó, parpadeando.

—Es que... Yo iba cruzando la calle y no sé cómo sucedió, pero de pronto esa bici solo estaba encima de mí y pum, me chocó —explicó muy resumidamente—. En realidad no fue nada tan grave, pero las personas que estaban ahí exageraron un poco al ver la sangre y antes de que me diera cuenta no me dejaban levantarme del suelo mientras esperábamos la ambulancia —contó.

—Pero... ¿Cómo es que te atropella una bicicleta? —preguntó, aún sorprendido en ese punto.

—No lo sé —rió bajito, pero rápidamente se detuvo y acunó un costado de su torso, justo bajo sus costillas—. Solo recuerdo haber estado cruzando la calle y de un momento a otro fui arrojado a un lado y... ¿Qué haces? —preguntó observándolo sacar su teléfono.

—Le aviso a Jungkook que estás aquí —respondió obvio.

—No, no le digas —exclamó con horror, inmediatamente intentando quitarle el teléfono de las manos—. Fue un accidente tonto —se quejó.

—Accidente tonto o no, tuviste uno y estás malherido —indicó retrocediendo para salir del alcance de su amigo—. Si se llega a enterar de que estás aquí y no le dije, se enojará conmigo.

—Pero solo no hay que decirle —suplicó.

—De todas formas el hospital estará llamando a la persona que tengas como contacto de emergencia y él lo sabrá —le recordó—. Además, por falta de personal, hoy está trabajando en emergencia —reveló enviando el mensaje.

—Se va a enojar —se quejó, tapando su rostro con sus manos—. Me dijo que no saliera solo de la casa, pero me llamaron de la escuela y querían que fuera para hablar de algo —expresó sonando arrepentido y preocupado.

—No se va a enojar —prometió Jimin, acercándose para colocar su mano en su cabeza—. Solo va a estar muerto de preocupación —aseguró, acariciando su cabello.

—Eso no me hace sentir exactamente mejor —suspiró—. Perdí hasta la muleta que me consiguió.

—Estoy seguro de que te podrá conseguir otras, que quiera hacerlo ya es otra cosa, pío —indicó con una ligera risita—. Vamos, pío, déjame revisarte, así cuando llegue Jungkook sabrá qué es lo que tienes —expresó volviendo a su modo trabajo.

—Bien —suspiró—. Pero, ¿estarás bien? ¿Y la sangre?

—Solo es un poquito, creo que puedo aguantar —respondió evitando observar su frente o rodillas.

—¿Estás seguro?

—Nop, pero más abajo del suelo no caeré —expresó tomando una profunda respiración—. De acuerdo, empecemos primero por donde te chocó la bicicleta —anunció.

—Eso es fácil, fue aquí —respondió, alzando su camiseta para revelar un gran hematoma en su costado.

—Si... No creo que eso no te duela nada —indicó, tocando suave y casi superficialmente por el contorno del hematoma, logrando que su amigo se estremeciera con ello.

—¡Taehyung! —exclamó Jeon, corriendo hacia ellos—. ¿Qué fue lo que ocurrió? —cuestionó, sus ojos recorriendo todo el cuerpo delgado de su pareja.

—Lo atropello una bicicleta —anunció Jimin y alzó la camiseta de su amigo, quien la había bajado tan pronto como escuchó el grito de su pareja.

—Maldición, bebé —exclamó el alfa, rápidamente acercándose para revisarlo cuidadosamente de forma experta—. ¿Duele al respirar? —preguntó, utilizando su estetoscopio.

—No, pero si lo tocas o me muevo, sí —respondió con sus labios torcidos en una mueca.

—Tu cabeza, ¿la golpeaste en el suelo? —preguntó, procediendo a revisar el pequeño corte sangrante en este.

—Si me golpee, pero los paramédicos dijeron que no hubo conmoción ni nada —expresó.

Asintiendo luego de revisar todas las heridas de su pareja, Jungkook tomó el rostro de Taehyung con cuidado y le besó con dulzura.

—Te ataré a mi maldita cintura para que no tengas más accidentes —gruñó sobre sus labios y luego se alejó observando a Jimin—. Revisa y limpia sus rasmillones, por favor, iré a conseguir la sala de radiografía, necesito ver si esas costillas se lastimaron —expresó.

—Puedo hacerlo —prometió el omega.

Asintiendo, Jungkook besó a su pareja por última vez y luego se alejó apresuradamente.

—¿Es normal que sea así? —preguntó Taehyung con un pequeño suspiro feliz mientras observaba a su pareja irse.

—Es un alfa, está en su naturaleza ser así —respondió sonriente—. Yoonie es igual, aunque probablemente un poquito menos intenso que Kook —comentó—. Tal vez sea así porque no paso teniendo accidentes.

—Hey, no es como si los tuviera a propósito —refunfuñó con un puchero.

Alejándose con una pequeña sonrisa, Jimin tomó las cosas que necesitaría para atender las heridas de su amigo y volvió con él.

—Sé que no, pero algo me dice que Jungkook cumplirá su amenaza si tienes algún accidente más —expresó comenzando a limpiar los rasmillones en sus rodillas descubiertas por su pantalón corto.

—Bueno, tampoco es como si me molestara pasar todo el día con él —sonrió feliz.

—Puedo entenderlo —rió el hombrecito, prosiguiendo con la frente de su amigo—. Creo que sería bueno ponerte aquí un punto o dos —murmuró.

—¿Dolerá? —preguntó mordisqueando tu labio inferior.

—Creo que menos de lo que te debe de estar doliendo tu costilla —respondió—. Pero tranquilo, tu herida en realidad es poca profunda, es más para unir los bordes y así sanar más rápido —explicó buscando las cosas que necesitaría.

—¿Y estarás bien haciéndolo? —preguntó dudoso.

—Sip, porque ya no estás sangrando —sonrió y les mostró los puntos—. Ves, son estos y no duele —expresó colocando dos tiritas casi transparentes, con un toque blanco—. Listo, ¿ves como no dolió?

—Sí —sonrió—. Por cierto, ¿cómo está Jin? —preguntó curioso—. El sábado simplemente desapareció luego de nuestra conversación y ayer solo apareció Namjoon buscando al pequeño Hobi —explicó.

—Oh, él está muy bien, siendo mimado seguramente luego de haber resistido todo un día con Namjoon en su celo —expresó el dulce omega con una risita, bajando la voz ante lo último.

—Uh... ¿Y cómo eso realmente? —indagó curioso.

—Bueno, hasta el momento no he pasado ninguno con Yoongi más que el mío propio, pero según lo que me dijo... —observando a su alrededor, Jimin se acercó más a su amigo—. Es sexo intenso por veinticuatro horas sin descanso —reveló y se enderezó, encontrándose con el rostro sonrojado de su amigo.

—¿Es así? —preguntó, tragando—. Creo... Uh, siento que me gustara cuando le llegue a Jungkook el suyo —reveló algo tímido.

—Te entiendo —expresó con una risita divertida.

—Todo está listo, vamos —anunció Jungkook volviendo con ellos—. No te levantes, te llevaré en la camilla —expresó, sacándole unos seguros a esta para que las ruedas se movieran.

—Te veo después —se despidió Jimin agitando su mano.

Viendo a sus amigos alejarse, el omega observó su bolsillo donde estaba su teléfono cuando este comenzó a sonar.

Sacándolo y revisándolo, sus labios instintivamente se fruncieron cuando contempló el nombre de su madre iluminando la pantalla.

Sabiendo que insistiría si no le contestaba y que se enojaría enormemente para cuando finalmente decidiera hacerlo, Jimin se alejó un momento y contestó la llamada de su madre.

—Hola, mamá —saludó y cerró sus ojos de forma instintiva.

—¿Hola, mamá? ¿Hola, mamá? —repitió con molestia—. Como puedes ser tan cínico y desconsiderado para solo decirme eso luego de todas las llamadas que me rechazaste —exclamó furiosa.

—No rechacé ninguna llamada, mamá, algunas no entraban y en las otras estaba ocupado —se excusó, pero ni para él sonó tan bien.

Es cierto que había visto las llamadas de su madre, pero siempre se distraía con su alfa o simplemente, retrasaba lo inevitable, no queriendo que su buen humor empeorara por culpa de ella.

—Hace días que estoy intentando ponerme en contacto contigo, no es algo que hice solo una vez, ¿cuántas veces crees que lo he intentado hasta ahora? —cuestionó con molestia.

—Lo siento —suspiró.

—No sólo las llamadas, sino que ni siquiera te dignas a abrirme la puerta de tu departamento —gruñó.

—¿Has ido a mi departamento? —repitió con sorpresa.

—Innumerables veces y aun así, nunca abres —resopló con molestia.

—Lo siento, no lo sabía, no me he estado quedando en mi departamento —explicó culpable.

—¿Cómo que no? ¿Dónde te has estado quedando entonces, Park Jimin? —cuestionó.

—Bueno, yo... Uh, hace tiempo que comencé a salir con alguien y ocurrió un problema en mi departamento, por lo que me fui a vivir con él —explicó—. Ahora estoy viviendo en el edificio departamental de al frente con mi pareja —reveló y mordisqueó su labio inferior, esperando.

Por supuesto que su madre inmediatamente comenzó con su discurso de que no debería de haber hecho aquello, que no debía de estar saliendo con nadie, que lo estaba exponiendo a todos si se descubría su naturaleza como fenómeno y todo eso.

Sin poder escuchar todas las palabras hirientes de su madre, el dulce pollito apartó el teléfono y sobó sobre su pecho ante el dolor que le provocaban siempre.

Inmediatamente, sintió a través de su lazo como su pareja le enviaba sentimientos tranquilos y amorosos, cosa que agradeció totalmente y le correspondió con unos lleno de ternura y gratitud.

Su teléfono vibró en su mano con un mensaje de su pareja que respondió rápidamente, asegurándole que todo estaba bien y solo se trataba de su madre mientras la llamada seguía en curso.

Cuando su madre finalmente pareció calmarse, el hombrecito llevó el teléfono contra su oreja.

—Todo estará bien, mamá, Yoongi es diferente a otras personas, él me entiende —expresó.

—Lo hará hasta que le des lo que busca, tu culo al cual joder, y luego te dejará —se burló.

—No, no es así, estoy seguro de que él me entenderá mejor que nadie si le cuento todo de mí —planteó y su madre se carcajeó ruidosamente.

—No seas un tonto iluso, Jimin, tan pronto como le digas todo de ti, te dejara y venderá para que hagan experimentos con tu cuerpo —expresó.

—Lo siento, tengo que irme, el trabajo llama —se excusó no queriendo escuchar nada más por parte de su madre.

Cortando la llamada, ignorando los gritos de su madre, Jimin lo dejó en silencio y tomó una profunda respiración antes de volver a la sala de emergencia.

Exactamente por eso, era que había estado evitando llamar a su madre.

Si le contaba que Yoongi era como él y que además se encontraba esperando un bebé, estaba seguro de que se volvería loca y no precisamente de felicidad.

Y no quería lidiar con su drama malvado.



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Lamento lo tarde mis copitos, espero que lo disfruten y que tengan un buen inicio de semana <3

Espero de me cuiden, un besote y un abrazote <3

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