Capítulo 3

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



Carter: Deberías prestar atención a la clase, en vez de pasar el tiempo mirándome :)

Con ese simple mensaje mi corazón se aceleró, mis manos empezaron a sudar y levanté la mirada para observarlo, creyendo que si de alguna manera lo veo y está concentrado en otra cosa que no sea yo, eso hará el mensaje menos real. Pero mi suerte es nula porque cuando mis ojos finalmente lo encuentran él me está sonriendo.

Siento el calor iniciar en mi pecho y distribuirse en todo mi cuerpo hasta instalarse en mis mejillas, entonces Carter me guiña un ojo.

Y podría haber muerto de vergüenza si no fuera porque estábamos en medio de la clase.

Bajo la mirada de inmediato, evitando hacer contacto visual con él y enfocarme en mi cuaderno en donde no había anotado nada durante toda la clase.

Antes de el viaje a Las Vegas, jamás le había prestado demasiada atención a Carter West.

Admitía que era un chico guapo, era amigo de James así que habíamos estado en el mismo lugar un par de veces, sin embargo, jamás tuve toda mi atención puesta sobre él hasta ahora.

¿Qué había cambiado?

Trato de concentrarme en lo que resta de la clase y cuando finalmente se da por terminada, simplemente quiero salir huyendo.

Con un suspiro guardo mis cosas en la mochila.

—Voy a necesitar tus apuntes— le aviso, decepcionada de mi por no haber prestado suficiente atención a la clase.

—Si logras entender los jeroglíficos escritos ahí, entonces son todo tuyos—bromeó la rubia.

—Te amo a ti y tus jeroglíficos —célebre, mientras tomaba el cuaderno de mi mejor amiga y lo guardaba en mi mochila.

—Hablando de amor—susurró.

Ella me está dedicando una sonrisa de complicidad y antes de que sea capaz de decirle algo, la voz profunda y rasposa de alguien me interrumpe desde atrás.

—Entonces, dime algo cariño— siento su delicioso aroma impregnarse en el aire a mi alrededor y el calor de su cuerpo tan cerca que si diera un paso atrás estaría pegada a él. —¿Mirarme era más interesante que tomar los apuntes de la clase?

Mi mejor amiga se ríe ante mi expresión de sorpresa.

—No te estaba viendo —protestó, dándome la vuelta para enfrentarlo cara a cara.

Carter sonríe. —¿Y cómo explicas este rubor de aquí?

Su mano se levanta y roza mi mejilla con sus dedos, el toque es suave pero la piel áspera me hace soltar un fuerte suspiro.

Esas son las manos de un hombre.

—No estoy ruborizada por ti, ni por nadie—continuó diciendo, esforzándome por ignorar que su agarre no se ha alejado de mi rostro.

Las personas pasan a nuestro lado, sin embargo, el mundo entero parece haberse esfumado, porque en lo único que puedo pensar es en lo bien que se siente estar tan cerca de Carter.

La última vez que estuve tan cerca lo único que sentía era pánico, pero ahora realmente podía apreciar sus hermosos ojos, el hecho parece ser más alto que todos los demás chicos que he conocido y en la manera en que sus tatuajes resaltan de manera apreciable.

—No puedes negarlo cuando la evidencia está justo ahí—dijo inclinándose pocos centímetros hacia mi cara.—Me gustan tus ojos, ¿de qué color son?, ¿Verde?, ¿miel?, definitivamente quiero que nuestros hijos hereden tus ojos.

No me gusta la forma en la que mi cuerpo está reaccionando ante su cercanía, no me gusta ser otra de las chicas que se ruboriza o se vuelve loca solo porque un chico guapo les presta un poco de su atención, pero había algo en Carter West que era imposible evitar.

Jessie ríe en el fondo.

—Creo que esa es la señal para dejarlos solos, me voy —anunció riéndose y la veo desaparecer sosteniendo su maleta, caminando directo a la puerta.

—Tú y yo no vamos a tener hijos—le espeté.

Carter parecía divertido con mi respuesta, pero fingió parecer ofendido. —Eso ya lo veremos, cariño.

Ruedo los ojos y reúno toda la fuerza de voluntad que queda de mi cuerpo para atreverme a preguntarle en voz alta sobre lo que hablé con Jessie.

—Ignoraré por completo la idea loca que tienes en la cabeza sobre tener hijos— respiro profundo y lo miro a los ojos. —Necesito hablar sobre lo qué pasó la noche de nuestra boda, específicamente lo que ocurrió cuando estábamos solos.

—¿Te refieres a que si tuvimos sexo?—preguntó, mientras una gran sonrisa se alzaba en sus labios.

—Sí, me refiero a eso—respondo avergonzada.

—Puedes decir sexo con tranquilidad, estamos casados, cariño.

Ahora es cuando me arrepiento de hablar hecho esa pregunta en voz alta, jamás debí hacerle caso a mi mejor amiga, ¿qué tan ridícula puedo ser?, soy una chica de veintidós años que ahora no sabe si sigue siendo virgen o si tuvo sexo con su esposo, el cual nunca recuerda haberse casado si no fuera por todas la pruebas que había y lo realmente feliz que yo  lucía en la foto.

—Ustedes dos, la clase ha terminado—anuncia el profesor desde el fondo del aula, interrumpiendo el hilo de mis pensamientos.

—¡Ya nos vamos!— aviso Carter, alejando el toque de su mano de mi rostro y dándome un beso en la frente. —Voy a responderte todo lo que quieras saber sobre esa noche en la fiesta que haré hoy en mi casa, te enviaré un mensaje con la dirección. Si quieres respuestas ve allí.

Y así sin más, él se va caminando y me deja en medio de los asientos pensando en qué demonios acaba de pasar.

Me dirijo a la puerta con la esperanza de que aún esté en el pasillo, tengo que decirle que de ninguna manera iré a una fiesta un lunes de clases, sin embargo, él parece haberse esfumado del campus y aquello es difícil tomando en cuenta su tamaño y lo fácil que debería ser encontrarlo en el pasillo.

Esto es una locura.

Sacó el teléfono de mi bolsillo dispuesta a enviarle un mensaje advirtiéndole que no iré, pero antes de poder hacerlo veo la hora y la sangre se drena por completo de mi rostro.

Tengo cinco minutos de retraso para mi próxima materia y todo es culpa de mi nuevo gran problema: Carter West.



El primer día de clases luego de vacaciones de primavera suele ser tranquilo, sin muchas cosas que hacer y se supone que debería ser fácil de sobrellevar.

Pero para mí ha sido un absoluto infierno.

Durante todo el día mientras caminaba por los pasillos tuve que soportar las malas miradas de parte de todas las chicas del campus, tuve que escuchar los murmullos sobre mí y el hecho de que ahora me había convertido en una completa zorra por tener los que ellas querían.

Sus palabras, no las mías.

Se suponía que al venir a estudiar aquí, lejos de mi familia y en un lugar donde nadie me conocía alejaría todo esto. El drama, los problemas, las miradas de soslayó. Se suponía que sería invisible y la mayor parte del tiempo lo logré, nadie sabía quién era Laurel Hans en esta parte del país, me conformaba con ser la amiga de Jessie que nunca llamaba la atención y estaba bien con eso.

Sin embargo, todo mi estilo de vida se había reducido a un montón de chicas que me odiaban por casarme con un hombre que yo ni siquiera quería.

—¿Estás completamente segura que no quieres ir a esa fiesta? —interroga Jessie.

Ambas estamos caminando en dirección al estacionamiento donde nos está esperando James, desde que empezaron a salir él siempre se ha ofrecido a dejarme en mi edificio luego de las clases.

—Por más que quiera respuestas de parte de Carter, no me siento lista para estar en un ambiente de fiesta —suspiro cuando visualizo el auto de James.

—Deberías pensarlo, es su oportunidad de hablar sin que uno de los dos tenga que irse y sé que para ti no fue suficiente con lo que hablaron en la habitación del hotel antes que yo llegara a interrumpir.

—Si cambias de opinión solo tienes que enviarme un mensaje y pasamos a buscarte.

—No creo posible que cambie de opinión —anunció.

—Si estás tan segura sobre eso no te voy a obligar a ir, pero necesitas respuestas y no las vas a conseguir quedándote encerrada en un círculo de protección sin dejar que nadie entre.

—Dejé que tú entrarás —alegó.

—Laurel, todos dejan que entre —mi mejor amiga se señala. —Soy asombrosa.

—Mi compañera no opina lo mismo.

—Ella puede irse al infierno.

Ruedo los ojos, ellas se detestan por completo y no hay manera en este mundo ni en otro, que ambas se vuelvan amigas.

Llegamos al automóvil de James, lo saludo con la mano antes que Jessie salte contra él y empiezan una sección de PDA en medio del estacionamiento.

—Chicos, pueden comerse uno al otro cuando lleguen a casa— dije cuando los besos se convirtieron en caricias.

James suelta una profunda risa luego de separarse de Jessie lo suficiente para que sus labios no se toquen.

—Laurel, tiene razón. Debo llevarlas y regresar al campus antes de que inicie el entrenamiento, de lo contrario, el entrenador va a matarme.

Ambos se suben al auto, suena música country desde la radio y entonces James empieza a contarle a Jessie cómo estuvo su día.

Me mantengo en silencio los siguientes minutos, sacando mi celular me deslizo entre los pocos mensajes que tengo hasta llegar al número de Carter.

Laurel: No iré a la fiesta.

El mensaje es corto y claro, no puedo ir a una fiesta y dejar todas mis tareas de lado, por más que quiera respuestas.

Esa no es mi manera de ser, soy una persona responsable y nada de eso va cambiar.

Cuando James estaciona en mi edificio me despido de ambos, diciéndoles que los veré mañana y me encamino directo al apartamento.

El auto de Cassie se encontraba en el estacionamiento, por lo tanto eso indica que está en casa.

Abro la puerta y todas las luces están encendidas, no hay ropa arrojada en el suelo lo cual se me hace realmente extraño.

Ella jamás recoge su ropa del suelo por iniciativa propia.

—¿Cassie?, ¿estás en casa?—gritó, caminando con cautela por el pasillo que dirige a nuestras habitaciones.

Las luces de su habitación están encendidas, así que me dirijo con rapidez hacia la puerta y la abro con rapidez preocupada.

Algo podría haberle pasado.

Sin embargo, cuando mis ojos captan lo que está ocurriendo en aquella habitación lo único que quiero es que me los arranquen y nunca más me los vuelvan a poner.

O que simplemente me hagan un lavado de cerebro.
La imagen delante de mí jamás se me va olvidar.

Chilló con fuerza y tapó mis ojos con las manos de inmediato.

—Diablos— escuchó mascullar a mi compañera.

—¿Quieres unirte?— pregunta el chico desnudo.

—¡NO!—gritamos Cassie y yo al mismo tiempo.

Salgo de la habitación aún con los ojos cerrados, tropezando con mis propios pies.

—Vaya día de mierda— susurró cerrando la puerta de mi habitación y apoyándome en ella.

Cassie está del otro lado de la puerta tocando.—Lamento que hayas tenido que ver eso, la próxima vez te avisaré cuando tenga visitas.

—Sería muy bueno que lo hicieras —respondo casi gritando.

Ella se ríe sin ningún remordimiento, escucho como sus pasos se alejan de mi puerta.

—Cuando traigas a Carter no tendré problema si se ponen ruidosos —grita y seguido de eso escucho como se cierra su puerta.

Resoplo, debí haber elegido un apartamento para mi sola para evitar este tipo de situaciones, pero por más que me disgustan estos escenarios no tenía suficiente dinero para vivir sola en un apartamento cerca del campus.

Todos eran demasiado caros.

Resignada, tratando de olvidar lo que hace tan solo un minuto vi, tomo la mochila del suelo y sacó todo lo que necesito colocándolo en mi escritorio.

Tengo que olvidar todo lo que ocurrió hoy y no hay mejor manera que sumergirme en una tonelada de tareas.

Cuatro horas después, aún podía escuchar a mi compañera de cuarto y su compañía hacer ruidos desde la habitación de al lado.

No había comido nada en toda la tarde y solamente de pensar  salir de mi habitación para volver a encontrarme con una situación extraña me daba dolor de cabeza.

Había terminado con todas las tareas que tenía para los siguientes días y aún me quedaba tiempo de sobra.

Podría utilizar mi tiempo pidiendo comida china y viendo alguna serie nueva de Netflix, sin embargo, también tenía la opción de ir a la fiesta de Carter.

Mi teléfono empezó a sonar con una llamada entrante, era mi mejor amiga quién me llamaba, contesté la llamada.

—Abre la puerta, estoy muriendo de frío aquí afuera perra.

—¿Estás afuera de mi apartamento?—preguntó aún sin entender qué está pasando.

—Sí, mueve tu trasero y ábreme la puerta.

Salgo de mi habitación, caminando rápido cuando paso cerca del cuarto de Cassie.

Y cuándo abrí la puerta la visión de mi mejor amiga vestida y maquillada me recibe.

Extiende una enorme maleta en dirección a mi. —Vamos a una fiesta esta noche y no voy aceptar un no por respuesta.

—Pensé que habías dicho que no me obligarías —dije cruzandome de brazos.

Los fuertes ruidos provenientes de la habitación de Cassie llegan hasta la sala de estar y Jessie suelta una carcajada fuerte.

—Tienes dos opciones, quedarte escuchando esos gemidos toda la noche o ir conmigo a la fiesta y recibir respuestas de Carter.

***

Espero les esté gustando la historia, muchas gracias a todos los que están votando y comentando.

En el siguiente capítulo veremos el punto de vista de Carter.

Y en la fiesta todo se va a poner bastante intenso.

¿Qué creen que pasará?

¡Un beso y un abrazo!❤️






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro