Capítulo 7

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Laurel.

Dos fuertes golpes en la puerta me sacan de mi concentración y levantó la mirada para observar a mi compañera apoyada en el marco de la puerta.

—¿Qué pasa?—preguntó cerrando la computadora.

—Quería notificarte que mi amigo de la otra vez vendrá nuevamente de visita y te digo para que aquella escena extremadamente incómoda no se vuelva a ocurrir—suelta una risa y hace un ademán de manos.—Puedes quedarte o irte, pero sería mucho mejor y menos incómodo si no estuvieras aquí hasta la hora de dormir.

Abro la boca para protestar, pero la vuelvo a cerrar porque no tiene sentido discutir con Cassie, cuando ella se empeñaba en algo era difícil hacerla cambiar de opinión y era más que obvio que no me quería cerca mientras estaba con ese chico, tampoco es que yo quiera estarlo, demonios no quiero siquiera escuchar sus ruidos.

Sin embargo, ya tenía planes y se suponía que Carter también vendría está noche para continuar con nuestro trabajo.

—Sabes, no hay problema—le doy una sonrisa de labios cerrados y me levanto del escritorio. —Estaré fuera de aquí y podrás hacer lo que quieras sin preocuparte por mi.

Cassie chilló y aplaudió.— Eres la mejor compañera del mundo.

No podría decir lo mismo sobre ella.

—Seguro lo soy—respondí sarcásticamente.

—Bueno, voy a prepararme —anuncia y desaparece por el pasillo en dirección al baño.

Suelto un fuerte suspiro y busco mi teléfono en la cama donde lo dejé por última vez.

Laurel: ¿Hay alguna manera de que podamos trabajar en el proyecto en tu casa? Mi compañera estará ocupada con el lugar.

Carter: No hay problema, enviaré a Keith a buscarte para que te lleve.

Laurel: No necesito un chófer.

Carter: Pero estaría más cómodo si te vas con él, llegaré un poco más tarde porque tengo que arreglar el tatuaje de un cliente, así que puedes acomodarte en mi habitación.

Laurel: ¿trabajas en una tienda de tatuajes?

Carter: Hay muchas cosas que no sabes sobre tu esposo ;)

Laurel:Voy a fingir que no leí ese ese mensaje y lo voy a ignorar .

Carter: No puedes seguir fingiendo que no me deseas por mucho tiempo.

Laurel: ¡No te deseo!

Carter: Bla, bla, bla, puras mentiras.

Carter: Tengo que irme, Keith pasará por ti en quince minutos.

Laurel: Bien.

Bloquee el teléfono y guarde la laptop y mis apuntes dentro de la mochila.

Me observe en el espejo, tenía la misma ropa que utilicé para ir a la universidad, Jessie y Evan me habían dicho que hoy lucía asombrosa, me había tomado el tiempo de rizar mi cabello en la mañana y me había puesto uno de los pocos vestidos floreados que tenía en el fondo de mi armario.

Me puse una chaqueta, cambié mis pantuflas por mis tenis blancos y acomode mi mochila en mi hombro antes de salir del apartamento.

Cuando baje las escaleras, una camioneta blanca se encontraba estacionada frente al edificio y cuando las ventanas se bajaron y observé al chico rubio dentro con una chaqueta del equipo de fútbol americano haciéndome señas supe que se trataba del amigo de Carter.

Subí al asiento de copiloto y coloqué la mochila sobre mis piernas.

—Con que finalmente conozco a la famosa chica de Carter—sonríe y extiende una mano en mi dirección.—Soy Keith, su rubio favorito.

—Soy Laurel, aunque deduzco que eso ya lo sabes—estrechó su mano.

—He escuchado mucho sobre ti.

—Espero que cosas buenas.

—Por supuesto, todos en la casa te amamos por domar a Carter.

—No he domado a nadie.

—Créeme, lo hiciste —manifestó.

Me encogí de hombros sin saber que responder a eso y él encendió el auto, con un ronroneó este salto a la vida, seguido de eso encendió la radio, Location de Khalid empezó a sonar en los altavoces mientras nos dirigimos hacía la casa.

Minutos más tarde estacionó el auto frente a la casa y ambos nos dirigimos a dentro. El lugar sin tantas personas era completamente diferente, la sala de estar tenía una enorme pantalla plasma y un enorme sofá de cuero y reclinable. ¡Hasta tenían para poner los vasos en él! 

—Este lugar es asombroso —digo con sorpresa viendo la alfombra bajo la mesa de centro, era una completa cueva de hombres solteros pero no le quitaba lo atractivo al lugar.

—Eso lo dices porque no has venido cuando es un completo desastre—declaró Keith.

—Prefiero no imaginarme ese escenario—bromeó.

—Créeme, este lugar es un maldito desastre al día siguiente de las fiestas—dice y señala en dirección a la cocina.—Los chicos están en la cocina y quiere conocerte.

Lo miró como si le hubiese crecido una segunda cabeza, puedo ser agradable cuando pasó el rato con un desconocido, pero nunca he sido una chica totalmente sociable o buena cuando se trata de agradarle a las personas, suelo encerrarme en mi misma cuando estoy rodeada de demasiadas personas y todo me pone nerviosa.

Y ahora estaba en una situación en la que debía pasar el rato con los amigos de Carter.

¡Soy la persona menos agradable o interesante para pasar el rato!

—No creo que sea buena idea, debería esperar a Carter en su habitación.

—Oye tranquila, ya nos agradas. Además si te hacemos algo Carter va a patear nuestros jodidos traseros.

—Está bien—acedo rápidamente para salir de esta situación bochornosa y él me guía dentro de la cocina.

—¡Pero miren quién está aquí!—un chico castaño que nunca había visto antes se levanta de su taburete y me da un fuerte y rápido abrazo.

—La señorita West en casa—bromea el pelinegro y a él sí lo logró ubicar como el mariscal de campo y amigo de James.

—Ellos son Drew y Landon—Keith señala a cada uno y los dos chicos sonríen como si santa les hubiese traído un regalo de navidad.

—Entonces, dinos—Landon se inclina contra la barra de madera. —¿Es cierto que se casaron borrachos en Las Vegas o todo es una mentira?, porque no veo cómo una chica tan linda como tú está con ese fenómeno.

—Carter no es un fenómeno—lo defiendo y cuando los tres chicos se ríen sé que hice mal.

—Diablos, hasta lo defiende. Creo que eres la mejor esposa por accidente del mundo—interviene Drew.

—Nada en ella es un accidente—la voz de Carter nos interrumpe y todos giramos para verlo entrar a la cocina con tres cajas de pizza.—El cliente canceló la sesión y decidí traerles un poco de comida.

Él coloca las pizzas en la barra y deposita un beso rápido en mi mejilla.

—¿Estuvieron molestándote en mi ausencia?—pregunta y niego con la cabeza ocasionando que sonría. —Bien, no quería que me vieras pateandoles el trasero.

—No te lo dejaríamos muy fácil —dice Keith cruzándose de brazos.

—Solo se hace el fuerte porque estás aquí — Añade Drew.

Carter les dedicó una mirada airada y ellos solo se rieron en su cara.

—Así me agradecen que les traiga la cena— él saca dos refrescos de la nevera y agarra una caja de pizza. —Laurel y yo iremos a mi habitación a trabajar.

—Espero no sean muy ruidosos con ese trabajo, ya sabes a qué me refiero— Landon levanta las cejas de manera sugestiva.

Le enseño el dedo del medio.

Todos se ríen ante mi reacción y Carter me observa como si fuera otra persona. No sé qué demonios se apoderó de mi para hacer ese gesto, nunca antes lo había hecho porque mi madre siempre me dijo que era grosero y aquello no estaba bien.

Sin embargo con estos chicos esa pareció ser la reacción correcta al tener, me sentía libre y a gusto entre todos esos hombres que había conocido hace apenas unos minutos y aquello era mucho más grande de lo que parecía.

Porque no era una chica que se pudiera relajar en situaciones sociales y esta semana no solo había conocido a Evan que resultó ser un chico agradable, si no que al parecer les agrado a los amigos de Carter.

—Carter nunca la dejes ir —grita Drew mientras salimos de la cocina.

—Eso intentó—responde él tatuado mirándome y sonriendo.

—Ustedes están locos—es lo único que digo mientras subimos las escaleras.

La última vez que caminamos por el pasillo era demasiado oscuro para admirar, pero habían cuadros fenomenales colgados en la pared.

Me acerqué a la pintura más cercana y tracé el dibujo con mis dedos. —Esto es asombroso.

—Gracias.

Mis labios se abren con sorpresa cuando dice eso y él solo se ríe.

—¿Tú lo hiciste? —preguntó incrédula.

—No sé por qué te sorprende, soy tatuador y estudio arquitectura.

—Es solo que—hago una pausa observando el arte y niego con la cabeza. —Es asombroso.

—Estoy seguro que también puedes hacer un gran trabajo—dice Carter y señala su habitación. —Pero tenemos que empezar el proyecto y comernos esta deliciosa pizza antes de averiguar juntos qué tan buena eres en la acción.

—No creo que sea tan buena como tú ni en mil años.

—Tengo muchos dones—bromea con una sonrisa pícara y ruedo los ojos.

Entramos a la habitación y Carter coloca la caja de pizza en medio de la cama y da palmadas al lugar libre a su lado para que me siente junto a él.

—¿Vamos a comer en la cama?

—Sí, ¿cuál es el problema?—pregunta confuso.

—Las migajas, se van a ensuciar las sábanas.

—Entonces las cambio y las lavo luego, ven aquí y deja de preocuparte por eso.

Doy pasos tentativos en dirección a la cama, siempre he sido demasiado recta y evitaba de todas las maneras posibles comer en la cama, pero si a él no le importa no hay problema, ¿verdad?.

──────•❥❥❥•──────

El reloj de mi celular indicaba que ya eran las nueve de la noche. Luego de haber disfrutado de nuestra cena Carter y yo nos habíamos dedicado por completo al proyecto y ahora que habíamos terminado lo único que quedaba era la inevitable despedida.

Cerré la laptop luego de guardar nuestros avances y me balanceé con nerviosismo alrededor de la habitación.

—Supongo que ya tengo que irme, espero que mi compañera ya haya terminado sus ocupaciones.

—O podrías quedarte un rato más —sugirió.

—No creo que sea buena idea.

—A mi me parece una idea perfecta.

Él se queda de pie mirándome fijamente, esperando mi respuesta.

—Realmente la he pasado bien contigo esta noche y tus amigos son agradables—exhalo y muerdo mi labio.— No quiero que esta noche acabe aún.

No puedo creer que haya admitido eso delante de él. Sin embargo, es cierto. Carter es agradable y aunque en un principio me aterraba la simple idea de estar a su alrededor ya no lo hacía.

—Entonces no tiene porque acabar—se acerca, eliminando la distancia que nos separa.

Evito sus ojos observando una mancha invisible del suelo.

Carter levanta mi barbilla, no dice nada por un largo tiempo su mirada permanece seria.

—¿Cómo es que una chica tan extraordinaria como tú terminó casada con un chico como yo?

—No soy una chica extraordinaria.

—Eres más que eso—respondió, metiendo un mechón de cabello detrás de mi oreja.— Deberías poder verte como yo te veo.

Mi corazón se acelera ante sus palabras. No entiendo cómo demonios quede en la situación en que Carter West me veía como una chica extraordinaria.

—¿Por qué hablamos sólo de mi? —me estremecí.

—Porque tú me gustas.

Aquellas palabras se quedan estancadas en mi mente, nunca imaginé que él estuviera atraído por mi, es un chico conocido por poder tener a cualquier chica del campus y está aquí delante de mi diciéndome que le gustó y no sé qué en el infierno debería hacer.

La mirada de Carter cae en mis labios y puedo ver un destello de hambre en sus ojos, creo que va a besarme.

Dejé salir un suspiro, ahora estábamos tan cerca que podía sentir la calidez de su aliento contra mi mejilla, él cerró los ojos ante nuestra cercanía y hice lo que mejor se me ocurrió hacer en ese momento.

Me incliné y lo besé.

***

Después de una semana ocupada, por fin puedo traerles un nuevo capítulo.

Espero les guste porque en el siguiente las cosas se van a poner un poco caliente.

¡un beso y un abrazo!

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