¿Por qué cantaré estos versos, mis melancolías,
y no acierto para ver, todas mis alegrías?
Contraste inconexo de este mi mundo irreal,
buscar poesía errante, mi alma musical.

Ya argenta mi cabello negro en esta locura
rememorando pasados, buscando cordura.
Amanecer en acantilados, no me cura,
ni de atardeceres en la mar, con su bravura.

Espléndidas las fragancias, de los verdes prados,
donde se estremecen, esos agros alambrados,
cruel parcelación de los naturales sembrados
que sucumben al poderío, de los vallados.

Desde juvenil edad, me llamaron los trinos,
no los cantores pajarillos en altos pinos,
pero si las poesías, que muelen molinos
con sus catorce lindos, versos alejandrinos.

Vorágines de velocidades me rodean
ya las ansiadas esperanzas mías flaquean,
inevitable es el acoso de los que idean
los errores de estos mis versos, que pendejean.