CAPÍTULO 16

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Tras haber sacado a ese muchacho de cabellos castaños de su eterno castigo en aquella celda, Brunhilde se lo llevó consigo para poder curarlo y tratar sus heridas correctamente. Cuando llegó, el círculo rojo apareció de repente y de ahí emergió Brunhilde subiendo las escaleras, ayudando al muchacho que llevaba consigo.

Su hermana Göll al verla se preocupó, pero se sintió confundida al ver la persona que traía su hermana mayor y le preguntó quién era ese chico. Brunhilde le ordenó que lo ayude a llevarlo a la enfermería y que no esté preguntando por tonterías, dicho y hecho Göll la ayudó a llevarlo a la enfermería en donde podrían tratar sus heridas de la manera más adecuada.

Ryuko por su parte, suspiró, definitivamente debía resignarse a que su turno para pelear no estaba ni cerca. Se acostó en lo largo del mueble y cerró sus ojos, a esperar otra ronda más.

En la enfermería, trataron al muchacho y le curaron las heridas, que a decir verdad eran considerables, tardaron en hacerlo, le colocaron vendas en todo el pecho, hombros, brazos, hasta en las piernas porque verdaderamente el chico estaba mal herido, tardaron algunos minutos, si seguían tardando tanto posiblemente le den la victoria a los dioses por no presentarse en la arena para combatir, eso era posible.

—Listo... —dijo Brunhilde al ver que al muchacho lo vendaron correctamente—, supongo que con eso debe bastar, me gustaría que estés recuperado al cien por ciento, pero no queda de otra, así tiene que ser.

—Muchas gracias por haberme rescatado, no sé realmente quién eres pero, gracias —dijo el muchacho, sentado en el borde de la cama, aún tenía aquella venda en sus ojos.

—¿Hermana quién es él? —preguntó Göll, aún seguía confundida—, ¿A donde fuiste y de dónde sacaste a este muchacho?

—¿Quién es él? —en ese momento Brunhilde sonrió de la manera más arrogante, egocéntrica, soberbia y malévolamente posible—, es la pesadilla de todas las deidades, un hombre al que los mismos dioses intentaron borrar de la historia de la humanidad, y olvidar por completo que alguna vez existió alguien como él, ¿Y de dónde lo saqué? De su eterno castigo.

Brunhilde aprovechó la situación y le retiró la venda de los ojos al muchacho con cuidado, y este último abrió los ojos, tenerlos cerrados tanto tiempo le trajo problemas a su visión, pero poco a poco fue aclarando todo a su alrededor hasta volver a la normalidad. En ese momento, Göll puso una expresión inerte, se puso blanca como una hoja de papel al ver a la persona que tenía enfrente suyo...

—¡S-S-SE-SEI..! —la pobre Valkiria no podía ni siquiera pronunciar el nombre del muchacho, era tanta su sorpresa que casi no podía hablar—, ¡SEI-SEIYA! ¡¡SEIYA DE PEGAZO!!

—Vaya... jamás imaginé que alguien recordaría quién soy —dijo Seiya mirando como la pobre pequeña Valkiria estaba actuando.

Göll agarró a su hermana por la cintura, tirando su vestido con fuerza mientras le decía con ojos llorosos...

—¡¿TIENES SIQUIERA UNA PIZCA DE IDEA DE LO QUE ACABAS DE HACER?! ¡LIBERASTE AL HOMBRE MÁS ODIADO POR LOS DIOSES! ¡AL ÚNICO HOMBRE QUE INTENTARON BORRAR DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD! ¡AL ÚNICO CUYO NOMBRE ESTÁ PROHIBIDO SIQUIERA PRONUNCIAR EN LOS PASILLOS DEL VALHALLA!.

—Göll... —dijo Brunhilde, con una vena palpitando en un costado de su frente—, ¿Dos palabras, si? Cá-llate, no quiero insultarte ni regañarte, estoy consciente de lo que hice, pero no me importa, estoy dispuesta a llegar hasta los más grandes extremos con tal de salvar a la humanidad.

—Pero... hermana... —dijo Göll, con miedo.

—¿Salvar a la humanidad?, ¿A qué te refieres con eso el mundo está en peligro? ¡Responde! —Seiya intentó ponerse de pie, pero, a decir verdad las piernas le temblaban mucho, todo su cuerpo estaba lastimado y le era difícil mantenerse parado.

—Tranquilo, Seiya, primero necesito que te tranquilices para explicarte la situación, aunque no tenemos mucho tiempo ya les di aviso a los dioses sobre tú participación en el Ragnarok.

—¿Ragnarok? ¿Participación? ¿De qué rayos estás hablando?

Brunhilde procedió a explicarle a Seiya la situación tan delicada en la que se encontraba la humanidad en ese momento, mientras tanto, en otra habitación de lado de los dioses, estos últimos se encontraban furiosos por lo que pasó con Zeus en la segunda ronda del Ragnarok.

—¡No puede ser cierto aún no me lo creo! —dijo Ares, furioso, tirando al suelo la tacita con la que antes estaba tomando té, haciéndola pedazos—, ¡Es imposible que Padre Zeus haya sido derrotado por un maldito humano! ¡Es imposible!

Loki, quién estaba ahí adentro de la habitación, sonreía como siempre de manera muy exagerada, observando lo furioso que estaban los dioses griegos.

—Ay amigos griegos, seguramente debe ser muy duro para ustedes que su querido padre Zeus haya sido derrotado, una carga que perdurará por los siglos de los siglos, jaja y quién hubiera imaginado que ese tal Itachi sería tan poderoso como para ganarle a Zeus.

—Padre Zeus tenía toda la ventaja en la pelea, se confió en el último momento y pagó las consecuencias, es por eso que nosotros debemos vengarnos de los humanos, ¡Debemos hacerles pagar por lo que hicieron!

—Tienes toda la razón, querido hermano —dijo Hermes recogiendo los trozos de la tacita que Ares arrojó al suelo innecesariamente.

Shiva, quién estaba ahí también, dió un largo y aburrido bostezo...

—Si el anciano no me hubiera quitado mi turno de pelear en esa ronda, esto seguramente no hubiera pasado, hubiera destrozado a ese muchacho en cuestión de segundos, claro me hubiera contenido pero, estaría muerto si hubiese peleado conmigo —dijo Shiva apretando uno de sus poderosos puños frente a los demás dioses.

—Bueno tampoco es para alardes tanto, Shiva, es hora de pensar en quién será el siguiente en combatir en la tercera ronda, ahora que el anciano decrépito...

—¡Dirígete a mi padre con respeto! —exigio Ares.

—Bueno, ahora que el todopoderoso, Asombroso, y grandioso ser conocido como Zeus —lo dijo de manera burlona—, fué derrotado, no podemos darnos el lujo de perder otra ronda más, hay que escoger con cuidado.

—No hay que rompernos la cabeza pensando tanto, yo seré el siguiente en combatir, ahora que padre Zeus no está seré yo quien asuma el mando, y yo seré el que vaya a pelear y a vengar su muerte —dijo Ares viendo a los demás dioses presentes.

—¿Ah? ¿Perdón? Oye barbilla rara yo seré el siguiente en combatir, ya le di mi turno al anciano antes, no te cederé mi turno ahora —dijo Shiva, viendo a Ares directamente a los ojos.

—Lo siento Shiva, pero nos compete a nosotros los del panteón griego vengarnos de lo que hicieron los humanos.

Shiva se enojó considerablemente con Ares por la decisión que tomó sin siquiera haberle pedido su opinión o de haberle preguntado si quería ceder su turno para pelear en la tercera ronda del Ragnarok. Estuvo a punto de decirle algo y seguramente comenzar una fuerte discusión, pero la charla de los dioses fué interrumpida porque la puerta de la habitación se abrió abruptamente y sin previo aviso.

—¡¿ES VERDAD QUE EL SEÑOR ZEUS FUÉ DERROTADO?! —preguntó gritando una señorita, la cual ingresó en la habitación abriendo fuertemente la puerta sin pedir permiso siquiera.

Los dioses la observaron y se dieron cuenta de quién era aquella señorita...

—¿Es que acaso no te han enseñado buenos modales O A TOCAR LA PUERTA ANTES DE ENTRAR, EH? —preguntó Ares, enojado por la interrupción tan abrupta cometida por aquella señorita—, ¿MELÍNOE?

—Lo lamento, pero es que la muerte del señor Zeus me dejó impactada, es por eso que vine lo más pronto posible para verificar si lo que escuché fué real o no, pero veo que fué real, el señor Zeus fué derrotado —dijo Melínoe mientras su mirada iba cayendo poco a poco hacia el suelo—, primero mi padre, Hades, después Poseidón y su estado actual, y ahora el señor Zeus, ¡¿Ares cómo pudiste permitir algo como esto?! ¡¿Y te haces llamar un estratega nato de la guerra?! ¡Es una vergüenza!

En ese momento, Ares apareció enfrente de ella a una velocidad tan absurdamente exagerada, y la miró a los ojos, una mirada penetrante y terrorífica.

—Vuelves a decir algo como eso, y no me importará asesinarte con mis propias manos, mocosa insolente.

Loki se echó una carcajada muy exagerada...

—Ustedes amigos griegos si que se quieren como familia jajajaja, oye Ares tranquilízate, ven tómate otra tacita de té jeje.

—No es momento de hacer chistes, Loki —dijo Hermes, un poco serio.

—Bien, volviendo al tema, le confirmaré a Heimdall mi participación en la tercera ronda, vengaré la muerte de padre Zeus a cómo dé lugar —dijo Ares, a punto de agarrar el aparato con el cual confirmaban la participación de los dioses en el Ragnarok.

Shiva le iba a recriminar esa decisión, pero en ese momento, el aparato sonó y en la pantalla, se vió quién sería el siguiente representante del lado de los humanos. Cuando Ares leyó el nombre, quedó atónito, y un sudor frío recorrió su espalda...

—N-No, no puede ser... no es posible —dijo Ares, viendo ese aparato sin que sus manos dejen de temblar.

—¿Qué sucede querido hermano? —preguntó Hermes. El dios se acercó a Ares y observó el nombre que estaba en la pantalla del dispositivo y también quedó sorprendido—, ¿Qué? ¡Imposible esto no puede ser verdad!

—¿De qué rayos están hablando quién es el representante de la humanidad? —preguntó Shiva, cruzando sus brazos.

—Es... —murmuró Ares. En ese momento, mostró el dispositivo tanto a Shiva como a Loki y ambos pudieron ver el nombre que estaba escrito: SEIYA DE PEGAZO "tercer representante de la humanidad"

—¡¿Seiya?! —dijo Shiva—, ¡¿El asesino de dioses?!

En ese momento, la expresión de Melínoe cambió radicalmente, de una preocupada por la situación de los dioses a una expresión de completa ira. Seiya, el asesino no solo de Eris, Abel, Thanatos, sino que también el humano que logró herir a su padre en la legendaria batalla de los campos Elíseos, y gracias a eso, su padre, Hades, perdió la batalla ante Athena y sus caballeros, ahora sería el siguiente representante de la humanidad.

Ares, con una pequeña gota de sudor cayendo por su mejilla izquierda, solo sonrió, esta era la oportunidad perfecta para demostrarles a todos por lo que lo conocían como el guerrero más implacable en el campo de batalla.

—¡Espera por favor, Ares! —dijo Melínoe, deteniendo a Ares—, déjame... déjame pelear a mí, te lo suplico, déjame ser yo la siguiente en pelear.

—¿Qué? ¿De qué rayos estás hablando, Melínoe? ¿Estás consciente de lo que me estás pidiendo? —preguntó el dios de la guerra.

—¡Sí!, Lo sé, déjame pelear, déjame vengar la muerte de mi padre, ese desgraciado debe pagar por lo que hizo.

Ares la miró directamente a los ojos y le dijo...

—Estoy consciente de tú poder, Melínoe, pero no creo que seas la más indicada para enfrentarte a alguien como ese hombre, además tú nombre no consta en la lista de los dioses.

—¡Ares por favor te lo suplico déjame pelear! ¡DÉJAME MATARLO! ¡QUIERO MATAR A ESE MALDITO DESGRACIADO! —levantó la voz la hija de Hades, suplicando poder pelear en el Ragnarok y vengar la muerte de su querido padre.

—Pero...

—¡Te lo suplico no voy a perder! —Melínoe suplicó tanto por poder pelear y vengar a su padre, a su querido padre, quería sangre, ahora que tenía la oportunidad perfecta para hacerlo, sino pudo hacerlo en el pasado ahora era su oportunidad.

Ares observó la inmensa determinación que había en los ojos de aquella señorita, suspiró, y aceptó su petición.

—De acuerdo, comprendo cómo te sientes, haré unos cuantos cambios en la lista y dejaré que participes, siempre y cuando nos prometas que no vas a perder contra ese hombre.

—Lo prometo, muchas gracias... —agradeció el buen corazón o la inmensa ingenuidad que Ares tenía y salió corriendo de la habitación para alistarse, iba a pelear contra el asesino de dioses, iba a vengar a su padre a como dé lugar.

Shiva al ver la decisión que tomó Ares se molestó porque sintió que lo consideraron más débil que ese muchacha.

—¿Cómo se te ocurre mandar a luchar a esa muchacha en vez de a mí? ¿Te volviste loco?, Ese hombre va a destrozarla en cuestión de segundos.

Ares pasó a lado suyo y le dijo...

—Esa muchacha es tan poderosa cómo lo fué Hades, tranquilo Shiva, deberías agradecerme que te salvé de ser asesinado a manos de Seiya.

El dios hindú sintió como su sangre hervía, pero respiró profundamente, no iba a permitir que lo vuelvan a dejar a un lado para la siguiente ronda, sí o sí debía pelear.

Melínoe se dirigía a toda prisa a prepararse para el combate, mientras unas cuantas lágrimas caían de sus ojos...

—¡Padre, no te defraudaré, prometo vengar tú muerte a como dé lugar!

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