*Capítulo 16*

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Las horas pasaron en la universidad, muchos de los profesores le felicitaron por su buen desempeño como estudiante a pesar de sus faltas, ya sus días como universitario había terminado y ahora se encontraba rumbo a su departamento junto con Dalia y Karen, si, esta última prácticamente vivía en el departamento de ambos chicos y se podría decir que casi literalmente ya que habían cosas de ella en la habitación de su ahora novia, por que si, ya habían formalizado su relación.

Llegaron y se encontraron con una sorpresa, la puerta del departamento estaba sin seguro.

—Chicas alejense —dijo Jungkook—, voy a entrar yo primero

Ambas chicas se alejaron de la puerta, Jungkook entró sigilosamente sin hacer el mínimo ruido pero sus fosas nasales persivieron un delicioso aroma, se dirigió a la cocina y observó la escena más linda del mundo, Taehyung se encontraba cocinando, estaba de espaldas por lo que no lo podía ver, tenía una camiseta negra que se ajustaba a su figura con unos pantalones del mismo color, solo que estos eran de vestir, estaba escuchando música por medio de sus audífonos por esa razón no escuchó la puerta abrirse.

Se acercó más a él, en ese momento se le vino a la cabeza miles y miles de pensamientos que en esos momentos no podía cumplir porque lo mandaron a descansar. Lo tomó de la cintura haciendo que este pegara un brinco del susto pero lo sostuvo lo suficiente para que no se moviera.

—Me asustaste —se quitó sus audifonos dejándolos en el mármol de la cocina luego quizo voltear pero el mayor no lo dejó. Besó su cuello, debido a la diferencia de altura sólo tuvo que inclinarse un poco para hacerlo, inmediatamente Taehyung soltó un gemido que luego fue ahogado por los labios del azabache.

—Me recuerdas... —dijo con un brillo en los ojos.

—Par de tortolos, nos dejaron esperando allá afuera —dijo Karen en disgusto.

—Lo siento... Yo —sabía el regaño que le esperaba de parte del menor —, quise venir, sabía que estaban aún en la universidad así que decidí cocinar para cuando llegaran —el azabache no podía sentirse más feliz del novio que tenía.

—Pero... ¿No deberías estar descansando? —dijo ahora un Jungkook algo molesto con su ceño fruncido, el menor se sonrojó.

—Lo se... Es que no quise seguir encerrado y al menos con ustedes me iba a distraer, usé la llave del departamento que me diste y por eso vine —dijo cabizbajo

—Ok, ok —el menor besó su cabeza—, pero a la próxima avisa que nos darás un infarto —todos rieron —¿Nana sabe que estás aquí?

—Si, ella se encargó de traerme y luego irse a la biblioteca, ella me contó todo —lo último lo dijo bajo solo para su novio. ¿Novio?

No era tan sencillo despertarse y que te dijeran de la nada que pasaste más de una una semana hospitalizado, que tienes que seguir un tratamiento para no morir y peor aún, que tienes un novio. Esta vez no tuvo la reacción dulce de las otras veces, esta vez lloró, se desesperó y estuvo a punto de entrar en crisis. Luego de revisar su habitación encontró unos dibujos y se dio cuenta que era su "novio" porque Nana se lo dijo, le dio un juego de llaves del departamento de Jungkook y ella se encargó de llevarlo.

En primera instancia fue por curiosidad, SuHan le dijo que probablemente andaban en la universidad así que no quizo quedarse sin hacer nada, por lo que empezó a cocinar. Pero...

Nunca creyó el gran impacto que iba a tener al sentir su olor, su cuerpo pegado al suyo, sus besos en su cuello, sus hermosos ojos admirando los suyos con un amor profundo que logró derribar toda curiosidad. Era él, era su novio, y se sentía bien a su lado. Amado, y estaba seguro que a pesar de tener que olvidarlo cada día, estaba seguro que al día siguiente se volvería a enamorar de él, lo amaba.

—Está bien

—Iré a preparar la mesa —dijo Dalia.

—Yo te acompaño —ambas chicas se fueron.

El azabache se volteó para ver a Tae que estaba con un ligero sonrojo en sus mejillas, al estar cabizbajo se le dificultó ver su cara, pero vio que este se estaba mordiendo el labio cosa que lo tentó demaciado.

—Nana me lo dijo todo, además, vi cientos de dibujos tuyos en mi habitación —se sonrojó —discúlpame si al principio me cuesta creerlo, aún me parece irreal.

—¿Sábes? —el rubio levantó su cabeza, al ver que el menor se le acercaba demaciado retrocedió hasta topar con la encimera —. De esta no te salvas —mordió el lobulo de su oreja haciendo que el rubio entre abriera sus labios dejando escapar un jadeo casi inaudible.

—Jung...

—Iré al cuarto —dijo sin despegarse de él —, las chicas no se negarían a servir así que te espero allá en cinco minutos

Se separó abruptamente para caminar hacia la habitación dejando al pobre rubio con un gran problema, se volteo rápidamente, no quería que si Dalia o Karen entraran a la cocina notaran su problema.

—¿Terminaste? —negó frenéticamente mordiendo su labio, ya habían pasado como diez minutos pero su problemita no quería desaparecer —. Yo termino por ti, ve con Jungkook —dijo una Karen divertida por la situación de su amigo, escuchó parte de la conversación por que estuvo a punto de entrar a la cocina para sacar platos, así que se imaginó que su amigo tendría problemas.

El rubio salió casi corriendo con sus manos en los bolsillos del pantalon impidiendo que estos se pegaran tanto a su erección que ahora empezaba a molestar y doler, entro al cuarto y vio como Jungkook salía del baño solo con una toalla en su cintura, inconscientemente jadeó ante esa imagen de su cabello humedo y ligeras gotas esparcidas en su torso.

—Dije en cinco —reclamó. Sin quitarle la mirada de encima se acercó a él hasta hacerlo chocar con la puerta, tocó descaradamente su entrepierna, sonrió al ver lo que pasaba en el rubio que solo mantenía sus ojos cerrados y su boca entreabierta —. Me encanta verte así, sumiso ante mi, aunque no me recuerdes tu cuerpo siempre lo hace. —apretó la erección del mayor que soltó un chillido de dolor y placer ante esa acción.

Ignorando completamente el reposo que le mandaron a su amado dirigió su mano hasta su fajón que desapareció en cuestion de segundos, desabrochó su pantalón y bajó su cierre, coló su mano en su bóxer tocando directamente su miembro el cual dolía.

—Jung...kook por favor —el mayor no dejaba de respirar de forma entrecortada, de vez en cuando sacaba su lengua para lamer sus labios que se secaban debido a su respiración irregular.

—¿Qué quieres Tae? Dímelo, pídeme lo que quieras

Dirigió al rubio hacia la gran cama sin dejar de tocarlo, sacó su mano y lo volteo haciendo que este quedara boca abajo en el colchón. Quitó sus pantalones junto su ropa interior dejandolo expuesto solo con la camisa, apartó la toalla quedando el también desnudo, ver y tocar a Tae, solo eso le bastaba para excitarse, pasó sus dedos por su lengua para después separar las nalgas del mayor y lubricar su entrada, el susodicho tembló ante la intromisión de uno de los dedos del azabache en su entrada, este salía y entraba de una forma tortuosa, no quería que el azabache se detuviera pero quería que no fueran los dedos de este que estuvieran dentro de él.

—Jungkook te quiero a ti —susurró el mayor en respuesta a la pregunta que le había hecho antes.

—¿Qué dijiste? Vuelvelo a repetir —Jungkook se divertía antes dicha escena, aunque cada vez sentía mas dura su erección al imaginarse la cara abochornada de su pequeño. Tae ya no podía aguantar más, sentía que en cualquier momento se correría.

—Te quiero dentro, ya.

El azabache se alejo de él, Tae sintió como los dedos de este salían de su interior molestandolo un poco, el menor volvió a acomodarse arriba de él esta vez alineando su miembro en la entrada del mayor, entró lentamente haciendo que ambos soltaran gemidos, cuando ya estuvo dentro empezo a moverse, el más bajo enterraba sus dedos en el edredón y intentaba callar inútilmente sus gemidos en la almohada, sonidos obscenos se escuchaban por toda la habitacion y parte del corredor, sudaban y jadeaban uno encima del otro.

—Jung... Estoy a punto de... —le costaba hablar debido a las fuertes enbestidas del mayor.

—Cuando termines... quiero que... gimas mi nombre.

No pasó mucho cuando el azabache sintió cómo la entrada del menor apretaba más su miembro y este casi gritaba su nombre, aquello fue el detonante para que el orgasmo de este llegara también llamando al mayor.

Se dejó caer encima de él sin lastimarlo, unió sus labios en un beso necesitado, uno que no se daban desde que el mayor recayó en el hospital, necesitaban ese roce, a pesar de seguir arriesgando la salud del rubio necesitaban eso con desespero. Ambos sabían lo que arriesgaban pero sus cuerpos calientes, necesitados y atrayendose cuál iman no ayudaban en mucho que digamos.

—Te amo, jamás lo olvides —sonrio el mayor por las palabras del menor, por que sabía que eso no estaba lejano de pasar, pero día a día trataba de recordarlo, cada día con su mirada se daba cuenta que no eran desconocidos, que su cuerpo reaccionaba a su toque, que su mirada era completamente suya, y que con solo verlo a sus intensas pupilas podía batallar contra la dura verdad que se le revelaba diariamente.

—Quiero escribir un diario...

—¿Sobre qué? —ya el rubio se encontraba recostado en el pecho del menor.

—Quiero escribir mi día a día, escribir sobre ti y sobre lo de mi accidente, sobre la amnesia y el corazón, de Dalia, de Karen, de todo... —le costaba decir aquello, pero quería hacerlo —, quiero que diario me hagas leerlo y darme cuenta que los días son diferentes, sé que es duro para ustedes explicarme diario por eso quiero hacerlo.

—Si así lo quieres, así será —no le negaría nada a su ángel, a ese chico lindo que estaba entre sus brazos.

***

Ambos bajaron a comer, las chicas estaban por terminar de servir, ambas escucharon todo el escandalo que se tenían arriba así que les dieron tiempo para terminar de hacer lo suyo y que después comieran todos juntos.

Platicaban, bromeaban y se divertían, Karen se encontraba ya en el sillón con sus piernas encima de las de Dalia, y Taehyung siendo cargado como bebé por jungkook dado a que eran mucho más melosos que las dos chicas. Se dedicaban miradas, se besaban de vez en cuando y gracias a la manta que tenía puesta Tae encima le permitía al menor pasarse de vez en cuando tocando partes sensibles del mayor que solo mordía el borde de la manta para evitar sacar un gemido de sus labios.

—Chicos, creo que ya es algo tarde ¿no creen? —dijo Dalia frotandose los ojos. Jungkook miró su reloj y frunció el ceño.

—Apenas son las nueve treinta ¿tienes sueño? —asintió.

—Ok, creo que nosotras iremos a dormir en ese caso, por suerte mañana no hay universidad y podrémos tener un día libre.

—Descansen chicas —se escuchó la voz de Tae cuando vio a las dos alejarse por el pasillo.

—Ya deja de hacer eso —dijo el rubio entre dientes ya no soportando la tortura que recibía de parte del azabache

—¿Hacer qué, Taetae? — intencionalmente rozó su mano por la entrepierna del otro fingiendo acomodarse por debajo de la manta.

Taehyung quitó de un tirón la tela gruesa que los detenía y se enganchó en la cintura del menor que aún estaba sentado en el sofá.

—¿Vez lo que provocas? —se sentía caliente, el color subió sinvergüenzamente por sus mejillas deleitándose del roce que producían el vaivén de sus caderas con la entrepierna de Jungkook.

—No... es mi culpa que peses tanto cariño... sólo estaba acomodándome —trató por todos los cielos sonar bien sin trabarse. Fracasó. El movimiento de Taehyung lo estaba haciendo agonizar.

—No te veo molesto con mi peso encima tuyo en estos momentos —sonrió de lado aunque el menor no podía verlo por tener sus ojos fuertemente cerrados y su boca inevitablemente entreabierta —, ¿Quieres que me aparte? —Jungkook no respondió, Tae quiso levantarse pero el mayor se lo impidió tomandolo de los muslos y levantándose con él del sofá.

Llegaron a la habitación y Jungkook lo dejó caer suavemente en la cama para luego repartirle besos por todo su rostro mientras se deshacía de su ropa y la suya después, no hubo en ese momento sensación más placentera que entregarse el uno al otro una vez mas, no hubo nada mas hermoso que escuchar entre jadeos y besos un "Te amo" de ambas partes, y no hubo nada mas satisfactorio que saber que se tenían el uno al otro.

—Te amo —repitió el mayor por octava vez haciéndolo sonreír al azabache.

—Yo te amo más Taetae

Ambos se veían ilusionados, con un profundo amor, sin barreras, cosa que cuando estaban juntos lograban dejar de lado cualquier problema o incluso se olvidaban de lo que enfrentaban. El rubio ya se había dormido en el pecho del menor luego de escribir en su nuevo cuaderno que desde ese día se convertiría en su diario, el azabache le ayudó en escribir unas cuantas cosas para que le resultara más fácil asimilar todo al día siguiente, este lo veía hipnotizado por la belleza que poseía, sentía una felicidad al tenerlo así con él, tan cerca, tan en paz.
Su teléfono extrañamente empezó a vibrar en la mesita de noche, vio la hora, eran las once de la noche ¿A quién se le ocurría llamar a esa hora? Miró el identificador, a claro, a su papá.

Se levantó con cuidado de no despertar a Tae que dormía serenamente, reemplazó su torso por una almohada y tomando su celular se dirigió al pequeño balcón.

—Hola papá ¿Porqué llamas a esta hora? ¿Pasó algo malo? —de la otra linea se escuchó una risa.

—Hola hijo, no, de hecho te llamé para decirte que me encuentro en tu ciudad, muy bonita por cierto.

—¡¿Qué?! ¿Estás aquí? —tuvo que maldecir por lo bajo, estaba seguro que había despertado a Taehyung con su grito. Y efectivamente, un soñoliento rubio se restregaba los ojos mientras escuchaba hablar desde el balcón a su novio, se levantó sin hacer ruido y caminó hasta él acercandose lo suficiente, un metro para ser precisos.

—¿Qué, no estás feliz? Estaremos cerca, me instalare en el penthouse que tengo aquí para poder atender unos asuntos —asuntos, pensó el menor de los Jeon, su papá nunca viajaba por simples asuntos.

—Si estoy contento, podremos estar juntos, quizá y pueda ayudarte con tus problemas —Taehyung no podía creer lo que estaba escuchando frente a él ¿se sentía traicionado? Eso era poco en comparación.

—No lo dudes hijo, claro que puedes ayudarme, con tal todo esto sera tuyo algún día, hijo... Recuerda que te amo.

—Yo también te amo —una lágrima rodó por la mejilla del rubio, nunca creyó que Jungkook le hiciera algo así —, a todo esto, ¿Cómo está mamá? No creo que ella se quiera quedar sola en casa, ya sabes como es ella —y ahí estaba el mayor, más confundido que nunca secando sus lágrimas.

—Hace poco cumplió sus sueños hijo, puso la tienda de diseño que tanto quería, fue un éxito y hará dos sucursales más en el pais y una aquí, cuando termine se vendrá con nosotros.

—Me alegra mucho escuchar eso papá — oh, su papá, en ese momento  juraba sentirse el ser más estúpido por pensar mal de Jungkook —Lo que más quiero es que le vaya bien a mamá, a ti y a mi hermano.

—¿No has hablado con él?

—No, pero tratare de comunicarme.

—¿Por qué no vienes mañana a la empresa? Y de paso me presentas a tu novio —sonrió picaro.

—¿Cómo sabes que es mi novio? —el papá de Jungkook sabía de él. No sabía si sentir felicidad, nervios o miedo.

—¿Te recuerdo que te crié mucho tiempo? Tal vez no eres mi sangre, pero eres mi hijo, a mi no me puedes ocultar nada — sus investigadores se lo habían dicho. Jeon sonrió en grande.

—No sabes lo feliz que me siento, él. Taehyung... Es el hombre más dulce y hermoso del planeta, me siento afortunado —suspiró al tiempo que dejó a un Taehyung con los sentimientos más lindos por escuchar eso.

—Pues ¿qué esperas para presentárselo a tu viejo? Ven mañana a la empresa, tráelo contigo.

—Ok papá, lo haré, hasta mañana entonces. Descansa.

—Descansa igual hijo.

Cortó la llamada y no pudo evitar mirar a la luna, estaba llena y más brillante que nunca, se sentía feliz pero un poco inquieto, quizo ignorar ese último sentimiento y sólo volver a la cama con su amado. Giró y lo encontró viéndolo con ojos un poco llorosos.

—Amor ¿qué pasa?

—Yo... Nada... No es nada —sentia vergüenza de haber sentido celos.

—Dime Tae, no estas bien.

—Esque... Yo... Escuché decirte que lo amabas... Y me puse celoso —el menor soltó una risotada, no podía creer que a eso se debía toda la tristeza de su chico, le parecía súper tierno.

—¿Escuchaste toda la conversación? —el mayor asintió apenado mientras el menor sonreía.

—Era tu papá.

—Y quiere conocerte —el mayor abrió su ojos sorprendido.

—¿A mi?

—Si, a ti... ¿Quieres ir mañana conmigo a la empresa de mi padre? —lo pensó unos momentos.

—Claro ¿dijiste empresa? Jamás me dijiste que eras millonario.

—Yo no lo soy, mi papá lo es, yo lo seré hasta que herede la empresa. Tu no te salvas pequeño, no me habías dicho que tu papá era el empresario más importante del pais.

—Cierto ¿Cómo lo supiste?

—Mi papá me lo dijo, al parecer se conocen, señor Kim.

—No me digas así, me haces sentir como mi padre.

—Eres mayor que yo por dos años...

—Eso no me hace viejo —rieron.

—Vamos a dormir, mañana será un día largo, tenemos que despertar temprano para que leas lo que anotaste en tu diario y así puedas asimilarlo.

—¿Kookie?

—Dime

—¿Algún día te aburrirás de mi? —el menor sintió una punzada en su pecho.

—Eso nunca mi amor, me encanta que cada día tengo la oportunidad de enamorarte, y también de ver tus ojos con ese brillo por ver algo nuevo diariamente.

—Tu papá parece buena persona...—dijo cambiando el tema para evitar llorar por la hermosa respuesta que le dio su novio.

—Lo es, a pesar que no somos de la misma sangre el es mi padre, siempre me ha comprendido y siempre los veré como mis verdaderos padres.

—¿Verdaderos? —asintió triste.

—Soy adoptado, mi hermano mayor también lo es, mi mamá es estéril, ella antes de conocer a papa adoptó a mi hermano con su antigua pareja pero este la abandono por otra mujer, eso fue en otro país —suspiró para luego continuar —cuando se conoció con papá intentaron de todo pero jamás pudieron tener un hijo propio, así que adoptaron también, a mi, yo tenía 6 años cuando me adoptaron.

—wow, debieron de ser duros tus primeros recuerdos —todo aquello sorprendió al rubio, jamás pensó que algo así sucedió en la vida de su novio.

—De hecho no, fueron lindos tiempos, siempre me trataron bien en ese orfanato, y siempre quise creer que terminé ahi por otras razones y no porque mis verdaderos padres quisieron dejarme ahí por que sí.

—Mmmm...—una idea llegó a la mente del rubio —¿Puedo...? —se detuvo, no sabía si era prudente.

—¿Qué?

—¿Escribir... Sobre eso en mi diario? —dijo cabizbajo —, entenderé si te incomoda.

—A eso... hazlo, no me importa, quiero que sepas todo de mi, escribe todo lo que quieras mi amor, son tus recuerdos.

—Gracias —y en sus labios apareció nuevamente esa sonrisa cuadrada que hacía flaquear al menor.

Ambos se dirigieron a la cama para dormir. Antes el rubio anotó en su diario lo chistoso de la llamada y el dato importante de su novio y que mañana verían a su ¿Suegro? Le era dificil terminar de asimilar todo eso sabiendo que en pocas horas tendría que asimilarlo nuevamente. En fin, ambos quedaron dormidos, esperando con ansias el siguiente día.

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